sábado, 11 de julio de 2009

y tú que vienes de otra nación, tienes tu responsabilidad tambien...

Primero que nada: ¡Bienvenido!
...Pero,¿Has venido a crecer o a ocultarte; a sembrar o a arrancar?; ¿Entiendes cuales son las limitaciones y virtudes que traes?; comprendes que no puedes imponer lo que era dominante en tu país?.
Se que no es sencillo; está en tu alma, y en verdad anhelamos recibir lo mejor de ti. Así nacieron las naciones; todos los países de América se formaron por la unión de aquello que trajeron quienes la fundaron, pero leemos bien: -la fundaron-; los que hoy transitan, o vienen a residir, deben aceptar lo inevitable: Venezuela es un nación con sentimientos e ideas claras, aunque llena de gente que olvida fácil y acepta casi todo, lo cual no da derecho a nadie para aprovecharse...

El abuso ha sido por mucho tiempo un secreto mal guardado, con la complacencia de los gobiernos (entiendase así a ciudadanos venezolanos de turno en el); ese abuso trae problemas a la larga. La nación deberá enfrentar un fantasma al que ha hecho galas de no temer: el del nacionalismo extremo.
Hoy en día la situación es mas bien relajada, casi laxa...
Quien quiera venir lo hace; impone lo que quiere y como quiere, ya lo decíamos; se mete sin permiso o hasta puede que compre quizás la nacionalidad por una módica suma.

Por supuesto, esta situación laxa "irrita" eventualmente, y como enorme péndulo, la exigencia de un cero tolerancia podría aparecer, al comenzar el movimiento de regreso de este mecanismo, desvastando parte de lo que hemos amado: Nuestra buena fe y aprecio sin condición...

Venezuela es país de oportunidades -se ha dicho hasta el cansancio-; lo que no se ha dicho es qué tipo de oportunidades: No hablamos de las económicas, sino de las morales y éticas; aquellas que exigen constancia, respeto y tolerancia. En definitiva, de las que están por solidificarse en el pensamiento colectivo. ¡Es un gran momento para vivir en Venezuela!.

Un extranjero lo deja de ser para nosotros en el momento que decide vivir aquí; es esa la buena fe de la que hablábamos. Necesitamos que todos los hermanos venidos de otras tierras, muestren su lado mas digno y trabajador, para que juntos podamos sacudirnos el polvo que nos deja a muchos, el andar, y ver lo necesario de las reglas claras y cumplidas. Quienes insistan en no cumplir con esto, deberemos con respeto y decisión invitarlos a salir del territorio.

Alguno dirá que son exageraciones, y yo desearía que fuera así; sin embargo, en contraposición a nuestro país, ¿Cuando un venezolano podría andar "como Pedro por su casa", sin papeles en regla, por Bogotá, o por San Pablo, o quizás Buenos Aires, sin ser detenido, procesado e invitado a salir de dicho territorio?

Eso no lo tenemos nosotros muy claro.

Cualquier hermano del mundo me puede decir que sale de su país por tal o cual razón, pero dificílmente porque su país sea una porquería o un sitio donde el sentimiento nacional no sea patente en términos sanos...; notemos eso compatriotas, porque mas de uno sale de aquí a despreciar lo que somos, como el adolescente que reniega de su apariencia o falta de aceptación ante terceros. Son las países con alma de nación, con sentir colectivo, con sano orgullo, las que crecen sin estancarse.
De allí que sean bienvenidas las ideas buenas, y los proyectos justos, mientras que rechazamos aquellos que buscan explotar al hombre.

Debemos hacer esto, antes que sea tarde, antes que el extremismo explote por su lado mas débil, y de paso a la discriminación, a la segregación, fenómenos que aún hoy, son ajenos a los venezolanos en general.

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