domingo, 24 de enero de 2016

¿Por qué Maduro esperó terminar con su habilitante,y con 3 años de su gobierno, para supuestamente decidirse a actuar?

   Eso con lo que titulo, es la principal pregunta que podemos hacernos ante los acontecimientos de los últimos días; un sin sentido ante nuestros ojos resulta que un presidente, con todos los poderes que ya de facto posee, (heredados de su padre político, Hugo Chávez), e investido adicionalmente por una asamblea roja rojita con una ley habilitante que le concedía "poderes especiales" cuan súper-héroe de comiquitas, deba esperar no solo que tres años años de su gobierno se le vayan como agua entre las manos para hacer algo bueno, sino que ademas, tiene la sangre fría y el desparpajo para esperar a que se le venza la mencionada habilitante, para ofrecer entonces supuestos y maravillosos cambios de modelos económicos, que "ahora si", arreglarán todo. 

El caradurismo es supino; la sinverguenzura también. (Es como el marido mal nacido que después de pegarle a la mujer y empeñarle el carro para darle casa alquilada a la querida, le pide un cheque en blanco a la que aún no se recupera de la golpiza, con la promesa de que ahora si va a arreglar toda la situación)

No me voy a molestar en explicar lo que está haciendo, porque sobradamente hemos hablado de lo que considero los estertores de un periodo tan difuso en nuestra historia reciente, como inútil es, si tratamos de ir mas allá del duro mensaje que finalmente las masas deben aprender: O se tiene moral social-colectiva para controlar y administrar a los "políticos y funcionarios", sometiéndolos al temor de la ley que no acepta impunidades, o los "funcionarios y políticos" nos controlan y mueven como fichas descartables en el jugoso juego del poder compartido entre pocos.

Mientras vemos llegar la hora del momento para el referéndum revocatorio de Maduro, y se ponga en evidencia si los políticos y movimientos opositores realmente harán lo que las mayoría están pidiendo, reflexionemos sobre qué alcaldes y gobernadores han podido y debido pasar por el filo de este instrumento constitucional, y del por qué casi misteriosamente se han salvado de el, ante una sociedad que no sabe exigir cuentas en tiempo real, y se ha contentado insistentemente con la venganza, llegada la efímera fecha de unas elecciones.

Definitivamente, ante lo duro de la realidad que comienza a sacarnos sangre de las mejillas ante sus contundentes bofetadas, más de uno extrañará ahora aquellos fondos en dolares que producto del excedente de la venta petrolera, un día Hugo Chávez decidió que era plata desperdiciada al estar guardada, y que había que darle uso a través de su particular proyecto que ahora comienza a ser percibido como el "bozal de arepas" improvisado que siempre fue, más allá de todas las buenas intenciones que hayamos visto en ello.


Lo peor de este difícil episodio aun no ha llegado, pero se presiente ya en el ambiente; se puede "oler", tanto como la sequía que aun avisada, nos agarra de manera amenazante una vez más, y sin estar preparados. Quiera Dios que el efecto del "Niño Maduro", sea la única oportunidad descarnada y dolorosa que necesitemos para aprender lo básico para mantener una sociedad en justa convivencia republicana.

viernes, 15 de enero de 2016

Menos de tres meses y contando: La cuenta atrás para activar el referéndum revocatorio que despida a Maduro como presidente de Venezuela.

Aprovechando la pregunta de un amigo de este blog, es buena la hora para repasar los aspectos constitucionales que de manera elemental permiten al soberano (es decir, el pueblo todo, debidamente inscrito en el registro electoral permanente, independientemente de que esté de acuerdo o no con el gobierno,-Art 5 en la Constitucion-), activar el mecanismo y votar a favor o en contra del despido, (en este caso de Nicolás Maduro), del presidente en ejercicio, una vez cumplido la mitad de su periodo presidencial, ( lo que ocurrirá este próximo 15 de Abril, cuando se cumplen 3 años de la fecha de adjudicación por el CNE a Maduro, allá en el 2013), y con lo cual procederíamos a llamar a nuevas elecciones. (Únicamente en el caso de que no se permita transcurrir más de 4 años en ejercicio continuo de sus funciones, antes de activar y programar el mencionado referéndum).

Esto último lo digo porque debemos recordar, -aunque resulte incomodo-, que el ambiente jurídico y político en Venezuela no garantiza en modo alguno que esta solicitud de referéndum a Maduro se concrete; hay demasiados elementos controlados de forma antiética por quienes ejercen el poder actualmente (y para muestra, “un botón”, como dicen en mi tierra: La existente estrategia oficialista/partidista, que busca desmontar uno por uno a los diputados de oposición elegidos, siguiendo el mismo libreto del periodo legislativo anterior, donde varios fueron eliminados políticamente).
Pese a esto, en principio la fuerza del voto masivo, precedido por la recolección de firmas de manera amplia, que incluso supere los mínimos requeridos por el CNE (y eso a pesar de que en el presente, la firma probablemente deberá ir acompañada de fotografía y huella dactilar), podrán colocar la balanza del lado de la sensatez, toda vez que ambos bandos políticos deben reconocer que sacar a Maduro constitucionalmente, no conlleva al fin de la república, ni mucho menos implica que el chavismo no tenga oportunidad de ganar las consecuentes elecciones presidenciales a ser realizadas luego de “despido” de Maduro, ya que ello dependerá exclusivamente de la fortaleza del candidato que seleccionen.
Entrando al tema legal, son dos los artículos que establecen con claridad supina lo que puede hacerse en materia de referéndum, y bajo que escenario es posible: Los artículos 72 y 233 de la constitución de Venezuela.
Artículo 72. Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables.
“Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato.
Cuando igual o mayor número de electores y electoras que eligieron al funcionario o funcionaria hubieren votado a favor de la revocatoria, siempre que haya concurrido al referendo un número de electores y electoras igual o superior al veinticinco por ciento de los electores y electoras inscritos, se considerará revocado su mandato y se procederá de inmediato a cubrir la falta absoluta conforme a lo dispuesto en esta Constitución y en la ley.
La revocación del mandato para los cuerpos colegiados se realizará de acuerdo con lo que establezca la ley.
Durante el período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria no podrá hacerse más de una solicitud de revocación de su mandato.”

Artículo 233. (Faltas absolutas)
Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato.
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.
Si la falta absoluta del Presidente o Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva.”
En los casos anteriores, el nuevo Presidente o Presidenta completará el período constitucional correspondiente.
Si la falta absoluta se produce durante los últimos dos años del período constitucional, el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva asumirá la Presidencia de la República hasta completar dicho período.

Obviamente a pesar de ser ésta la “columna vertebral” de todo el proceso revocatorio, que es reforzado por el entramado de leyes y reglamentos relacionados, sujetos todos de forma invariable a la letra de la constitución, hay que reconocer que existen "facetas" no tan claras como quisiéramos, que entran en juego más allá de los aspectos legales, -y que con tanta retorcida insistencia toleramos a diario-, los cuales dejan ver en caso de ejercerse, la naturaleza dictatorial solapada del actual régimen “cuartofijista-revolucionario”. 

Esta premeditada amenaza resultante, fruto de la penetración del gobierno a través del Estado centralista y aburguesado, en todos los ámbitos de la sociedad, posibilita la existencia de un inmoral, chantajista y directo seguimiento a todo trabajador de empresa/organismo/institución y dependencia del Estado, así como a todo pensionado, becado o beneficiario de misión, que estando entonces anotado  en el mencionado registro electoral, pueda ser "convencido" de no participar en la recolección de firmas, mediante la amenaza de perder su "beneficio".
Indudablemente, es por ello que esta será la primera gran prueba que deberá superar todo aquel que desee ponerle fin al mandato de Maduro: Si la firma tendrá que acompañarse por la foto y la huella, esto implica que habrá que someterse muy probablemente a la observación de todos los factores (aquellos que estén a favor y aquellos que estén en contra), con el recuerdo aún vivo e intenso de la "Lista Tascón", y de su posible sucesora.

Ante eso, es claro que fundamentalmente será el sector tradicionalmente opositor el que estará llamado a lograr la cantidad de firmas requeridas, en parte con la convicción y certeza de que una vez llamado el referéndum, el resto de la población se volcará silenciosa pero contundentemente (como el 6-D), hacia la desaprobación de Maduro como gobernante mediante el voto secreto.

Esto es inevitable en un país donde el estado de derecho esta deformado y resquebrajado. Allí donde los valores morales y éticos se apartan para servir al amo que detenta el poder, y donde todo lo demás se arrodilla, aquellos que prestos a soportarlo todo, constituirán con su resolución inquebrantable, aun sin pretenderlo, la referencia moral del próximo nivel.

Yo en lo particular, pese a trabajar donde lo hago, ofreceré mi firma, foto y huella, para obligar a un cambio. No es un delito opinar que un presidente, que un funcionario elegido por votación popular, lo ha hecho mal y no merece continuar en el poder. Hay que entender que seguramente a la luz de la experiencia, alguien lo hará mejor, surgido de cualquiera de las filas políticas que hacen vida en el país. De eso se trata precisamente estar en el medio, procurando el equilibrio en la concepción republicana, apoyado únicamente en las nociones de libertad y justicia social que desde el preámbulo mismo de sus páginas, nos ofrece la constitución.
Sacar a Maduro será la oportunidad para que otras personas propongan ideas y sus nombres; podrá ser chavista, de oposición o de la calle del medio, pero será una oportunidad para que podamos con las lecciones sudadas y sufridas en estas décadas andadas desde los ochentas, construir con mucha humildad el principio de algo distinto.
No sueñen con cambios de la noche a la mañana, porque estarían demostrándose a sí mismos que en realidad no han aprendido casi nada. (Ya hemos comentado que aun tomando las medidas adecuadas de “ya”, construir nuevamente la confianza en la  justicia y el Estado hasta hoy chapuceros, llevará tiempo, y no menos de dos años para que a partir de ese hipotético “punto cero”, comencemos a ver apenas cambios esperanzadores).

En definitiva, apartando pros y contras, el asunto relevante es que solo tenemos tres (03) meses para que la población organizada inicie la recolección de firmas, mediante la infraestructura que dispondría para tal fin el CNE.

Señal del destino o ironía del mismo, es que justo cuando el primer día de los tres meses restantes para llamar al referéndum revocatorio de Nicolás Maduro comenzaron, éste personaje elija esta fecha (15 de Enero de 2016), para disparar toda su verborrea disparatera frente a una Asamblea Nacional que representa el futuro inmediato: Una mayoría que lo desaprueba.

miércoles, 13 de enero de 2016

15 días del año 2016 bastan para ver lo que nos espera.

“No se trata de ser pesimista; es más bien cuestión de no ser optimista con las cosas erradas”.
                                                 
De la entrada anterior al blog: “Maduro, la política venezolana y el inevitable colapso

Este año no debería ser de muchos rodeos a la hora de escribir; como hemos mencionado el año pasado, la crítica situación conceptual de la sociedad venezolana, deja ver desde hace rato el conjunto de los “hilos” básicos que tejen el trauma que como amenazante mortaja se cierne sobre todos: Esa de descubrir una verdad por la vía más dura, mientras masticamos y nos asfixiamos con la amargura de haber podido hacer algo a tiempo.
Parte de la cruda verdad que no queremos ver del todo aún hoy, es que para todos los políticos, (que al fin y al cabo tienen garantizado un camión semanal de productos regulados para rellenar de comida a sus cercanos), la lucha aún hoy  se limita al mantenimiento de sus dominios, o a la adquisición de estos mediante el arrebato al contrincante; un comportamiento que raya en lo animal, que es en lo que se ha convertido la política nacional. Mientras, el luchador social que busca desesperadamente la rectificación mas allá de estas dos vetustas corrientes políticas, yace en el fondo del violento vórtice social que se levanta con nosotros adentro, -atrapado también-, mientras la sombra de soluciones inconstitucionales vuelan sobre todos por igual como pájaros de mal agüero.
Sigue siendo impresionante el descubrir que si algún miserable trafica puestos en una cola para comprar alimentos y lo agarran, lo encarcelan, pero si un presidente resulta ser el culpable de la debacle continúa nacional durante tres años, sigue libre e intocable, como si no tuvieses ni un ápice de responsabilidad él y sus socios/funcionarios.
Es con este tipo de contradicciones en mente que podemos luego comenzar a comprender fenómenos cotidianos como el que diputados recién electos, (caso del alcalde Omar Prieto en el Zulia), renuncien al cargo que ganaron y para el que “el soberano” los eligió, solo para darle el puesto al suplente que servilmente hará lo que el partido decida, en una clara maniobra política preconcebida; solo así podemos ver a un gobernador (Aristobulo Isturis), o una diputada (Iris Varela entre otros), renunciar a sus cargos de elección popular, solo para asumir otros para los cuales “el soberano”, no los eligió. Pareciera que nadie repara en esta falta de la ética política, que constituye por cierto prueba inequívoca de que “el soberano”, (al menos para la clase dirigente), no es más que un aglomerado social irreconocible, invitado de piedra solo cuando le conviene al político.
Esa es parte de la farsa, de la hipocresía, que deberá ser cobrada con moneda muy dura y justa en el futuro próximo, si queremos restituir la confianza en la república que  soñamos con tener. Por eso es que la amnistía para todos, (oficialistas y de oposición), debe ser vista con mucho cuidado, no sea cosa que aperture más heridas de las que cierra por una mala orientación. Valido es liberar al que injustamente fue detenido, o juzgado, pero solo si no existen elementos probatorios firmes que lo incriminen en un acto ilegal/criminal a través de un juicio justo. Con eso en mente, debemos entender que  el perdón de aquellos probados delincuentes del dinero público, es inaceptable a la luz del rigor que la ley escrita exige.
No hay otra manera de dejar de experimentar la impotencia de la impunidad y la injusticia.
No podemos dejar de lado que la mezcla de gobernantes “yo no fui”, con sociedades “no me acuerdo quien fue el culpable”, posibilitan esta bizarra situación del país de la que todos somos testigos y protagonistas. El “perdonémoslos a todos y hagamos borrón y cuenta nueva”, no puede seguir existiendo, -mucho menos en lo político-, porque cada vez que una mala decisión política ha sido, y es tomada por un funcionario, debemos recordar que ésta ha repercutido incluso en la vida de cualquier niño o anciano o desvalido que estando en un hospital público, muere por no tener la disponibilidad de una operación o de un tratamiento a tiempo, debido al despilfarro, desviación o desfalco cometido. Este tipo de “daño invisible”, no puede ser ignorado ni mucho menos tolerado.
No se puede seguir aceptando las “reuniones” secretas (*) entre políticos; mas cuando son políticos opositores entre sí. Lo innombrable se hace rey de esas reuniones, y padre de los bastardos acuerdos que de allí nacen, siempre en contra de las mayorías que siguen siendo silentes y desoídas…
(*): Muy distinto cuando las reuniones son públicas.

…No confíen automáticamente en los rufianes y zorros viejos que son “elegidos” en sucesión de un bando político a otro, para presidir asambleas y demás instituciones; no seamos cándidos. Tampoco se lleven demasiado por un economista en particular, o por los periodistas estrellas de bando y bando; todos adolecen de la misma inestabilidad emocional que la sociedad a la que pertenecen, y generalmente la verdad saldrá a medio camino entre todos ellos; entre los que la quieren ocultar, los que quieren tergiversarla, y los que desean gritarla a los cuatro vientos sin concatenarla con otros hechos claves.
El enrarecido ambiente de estos días, presagia la prepotencia que se seguirá manifestando en el futuro inmediato. Como enormes “placas tectónicas de arrogancia” chocando y rozando entre sí, la inevitable acumulación de energía arrogante manifestada en las diferentes instancias de gobierno, está comenzando a producir movimientos sísmicos que como a los animales con su sensibilidad natural ante el venidero desastre, hacen cundir el nerviosismo entre la sociedad.
¿Habrá terremoto?; eso es algo que dependerá del “movimiento” que hagan las mencionadas “placas políticas”: a veces explotarán en liberaciones de energía violenta, pero muchas veces “liberarán” la tensión empujándose y cediendo convenientemente entre ellos.
Ustedes como buenos observadores, a manera de “sismólogos políticos”, deberán procurar predecir si los eventos por venir, terminarán por ser catastróficos; quizás tanto como para borrar de las faz de nuestro país, la enfermiza bipolaridad que nos azota (creada y alimentada a conciencia por Hugo Chávez), pero no sin antes llevarse por delante a todos quienes permitieron el calamitoso y corruptamente inmoral estado actual de las cosas.
Podrán incluir en la lista de “victimas y desaparecidos” a muchos políticos y funcionarios enriquecidos, pero les aseguro que el 99% de los anotados en dicha lista, serán pueblo llano, sencillo e incapaz de defenderse en una nación de instituciones secuestradas; ese que contando con un único poder (el de la palabra expresada en opinión y voto), no supo predecir su participación y papel en los acontecimientos.
Necesario es entonces que las masas se harten de las ideas políticas de los actuales existentes  bandos de la bipolaridad, para que cuando literalmente se esté “sudando sangre”, la rectificación venga por consenso de la mano de una tercera vía de pensamiento, equilibrada y sintonizada con lo republicano y constitucional (aquella que se aprovechara de las bondades de la cuarta y quinta republica, pero execrando metódicamente los vicios de éstas), y que siguiendo el camino natural de las cosas humanas, diera origen a su vez a una oposición distinta, de más alto perfil, donde ambas corrientes giren en torno a la manera de hacer cumplir lo que existe, más que obstinadamente el proponer e imponer fuera de los canales democráticos del consenso, concepciones distintas a la constitucionales, no sustentadas en mayorías.
Justamente el desconocimiento de esta faceta de  la realidad política actual (donde la sociedad permitió que el proyecto particular de una mayoría circunstancial, impusiera un modelo al resto de la población que manifestaba abiertamente su contrariedad y oposición a esto, un escenario político que a todas luces lucia inconstitucional, -aún refundando y modificando la constitución como de hecho se hizo-, sin siquiera buscar una alternativa de consenso y paz social); esta persistencia de actitud político-partidista ha permanecido consecuentemente hasta nuestros días, en la forma de un oficialismo que ya siendo minoría representativa por votación popular del 6-D, insiste mediante argucias  leguleyas carentes de ética, en la imposición de un modelo vertical y asfixiante, ahora usando la manipulación de las instituciones que se encuentran premeditadamente extraviadas de su rumbo republicano.
En retrospectiva, la irrupción de Nicolás Maduro de la mano de Chávez como candidato “ungido” en el 2012, en los estertores de la muerte presentida (más nunca honestamente anunciada), como la opción menos “dañada” entre las que el comandante tenia a disposición, fue el anuncio de un final predecible para un modelo de gobierno paralelo al constitucional, que supo mantenerse vivo, parasitando y terminando de matar a los restos envejecidos del modelo gubernamental heredado de ese “puntofijismo” que si fue real, como su contraparte “puntofijista-revolucionaria”, lo fue.

PD: Y hablando del presidente adjudicado por el CNE: un “saludo” a Maduro y a su acostumbrado inútil y a destiempo torpe reaccionar, con sus nuevos ministerios innecesarios, sus etéreos ministros y funcionarios rojos rojitos, y sus vagos e infructuosos decretos de emergencia económica.


Aférrense al optimismo que por pequeño que sea, consigan en las cosas verdaderamente correctas que aún quedan en el país y que no son pocas; soporten con ello el vendaval producido por las malas decisiones, y como Lot, no miren hacia atrás, cuando ya hayan recogido las lecciones que quedaban por tomar, no sea que por dudar, queden como la mujer de Lot; como quedó Hugo Chávez, cuando aún presintiendo el camino correcto, tempranamente se vio tentado a mirar atrás, quedando progresivamente como estatua de sal, ante la historia.