martes, 24 de noviembre de 2015

La torta de Maduro.

Revisando noticias, me topé con una imagen que resultó ser para la reflexión, al traerme el recuerdo de una frase célebre: “Una imagen vale más que mil palabras”.
La imagen que contemplé no se trataba de una que refiriera algún acto de violencia en cualquiera de nuestras ciudades, como vemos a diario; no era tampoco una grafica con motivo de la denigrante cantidad de colas para comprar alimentos que dominan  la vida cotidiana de la mayoría en este país, pero no por ello definitivamente  dejó de oprimir mi corazón el ver como Nicolás Maduro celebraba su cumpleaños por todo lo alto (literalmente, en el avión que Cubana de Aviación le sede para cada uno de sus periplos intercontinentales), en las “alturas” de su esfera política, rodeado de sus familiares y socios políticos, para que acto seguido del respectivo cantar de cumpleaños, una enorme e insolente torta, (con la bandera de Venezuela en ella, lista para ser ultrajada), fuera cortada y repartida en trozos pequeños entres sus más allegados (menos dos de ellos que están de “tour” por el sistema judicial estadounidense).
¡Qué imagen tan poderosa para mostrar lo que en realidad pasa en Venezuela!
¡Es que así se han repartido en verdad el poder y la riqueza del país!
¡Riéndose de todos nosotros mientras desde arriba ven la torta y la parten!
Y son las migajas de esa “torta” queridos compatriotas, las que quedan para los más necesitados, que resultan ser las mayorías depauperadas de siempre, hinchadas ahora por el descontrol de la natalidad y la aparición de miles de barriadas producto de la toma ilegal de terrenos, con el beneplácito de quienes ven en esos lugares llenos ahora de improvisación y necesidades, la oportunidad de cedular e instalar el “paquete popular” de las “misiones” entre las nuevas “comunas” nacidas al calor de las invasiones, para que en el proceso de todo aquello, siempre algunos logren cuantiosas ganancias producto de negocios turbios e inmorales nacidos de la necesaria logística para hacer llegar a los nuevos territorios “conquistados” o “devueltos al soberano pueblo”, toda la parafernalia disque revolucionaria.

La “torta de Maduro”, en ese avión a miles de metros de altura, y en lo que pareciera ser a millones de kilómetros de la realidad venezolana (si, millones), en un nuevo giro de la ironía existencial de este país, se vuelva poderosa imagen de lo que el cinismo oficialista se ha vuelto entre nosotros: Una manera torpe de hacer invisible el descalabro moral y ético de nuestra sociedad.

La “torta de Maduro”, no es un titulo casual para esta entrada al blog: Es una expresión igualmente irónica, que hace alusión a “la nada” en la que se encuentra Venezuela, flotando por allí, alegremente, como consecuencia directa de todos aquellos que votaron por el actual presidente, por el estado de las instituciones que perdieron sus independencias frente a todos nosotros, por los militares que no supieron salvaguardar la integridad moral de la Republica, y por una oposición que solo ha  sabido actuar como tonto útil de un gobierno, haciéndolo de paso tan mal, que a la vista de unas elecciones, la gente pareciera creer en verdad que hay opciones reales entre elegir a un “ladrón de bancos” o un “ladrón de joyerías”, para que ocupe un cargo en la asamblea, como si uno fuera a ser más honesto que el otro; como si uno fuera la solución frente al otro.
La “torta de Maduro” es una representación grafica poderosa de la descomposición social que vivimos, de esa falla estructural que ha sido responsable de la debacle no económica, sino de la concepción misma que tenemos como sociedad.
Las “Migajas” de la torta, repartidas durante casi 20 años y con las que sin saberlo se han conformado las mayorías, ha sido el verdadero secreto del éxito de tan prolongado modo de gobernar en Venezuela, pues mientras los verdaderos pedazos de la “torta” eran repartidos entre un muy selecto grupo allegado al poder, eran tan solo las migajas que “caían” las que permitían mantener toda la estructura reorganizada en una sola figura centralizada, con el mando y control psicológico y físico de toda la nación, incluso si había porciones de la sociedad en abierta oposición a ello.
“Pueblo migajero”, y “castas lisonjeras”. ¿Qué más podía pedir alguien encumbrado en el poder de esa manera?
Sin duda alguna que al verlo en retrospectiva, solo la muerte no pretendida ni esperada podría separar a alguien encumbrado en ese poder, de semejante paraíso zalamero, lleno de fantasía épica.

Venezuela, el país socialista más capitalista del mundo, ve toda su tragedia reflejada en una sola imagen: La de su presidente repartiendo la torta entre sus allegados.

¡Feliz cumpleaños, Nicolás!, ¡Felicitaciones!;
Nadie había llegado tan lejos, haciendo tan poco;
Nadie había dañado tanto, en tan corto tiempo.


domingo, 22 de noviembre de 2015

Nueva etapa republicana, nueva bandera.

Es simple: Llevar con nosotros las lecciones del pasado, no significa arrastrar por siempre las consecuencias de sus acciones: Esto se aplica a la querida Bandera Nacional.
Esa bandera de la “República Bolivariana de Venezuela”, deberá cambiar, ante la necesidad y conveniencia de unir a todos bajo una renovada pero familiar ideal gráfico universal que cale por igual en todos los sectores de nuestra sociedad. Debe representarnos y al mismo tiempo alejarnos de la incómoda noción del pasado inmediato (es decir, que no sea “ni de la cuarta ni de la quinta república”), para alejarnos de todo aquello que nos una con lo polémico.

El asunto del cambio de la bandera no debe obedecer a criterios revanchistas: recordemos que hasta la llegada de Chávez, la bandera utilizada era la establecida en febrero de 1954, por el entonces Congreso de Venezuela, basándose en el diseño oficializado el 20 de abril de 1836, donde se estableció por primera vez el concepto del escudo que usamos hoy. El cambio propuesto por Chávez fue bajo el argumento de honrar la petición que El Libertador había hecho en 1819, para incluir a la por entonces provincia de Guayana de los tiempos de Bolívar (IMPORTANTE: dejando por fuera del actual modelo de bandera al estado Zulia, si nos apegamos a la interpretación de ese criterio histórico, ya que no era parte de la república para ese entonces: recuerden que fue la batalla naval del Lago de Maracaibo, -y no la de Carabobo-, la que sellaría la integración e independencia de todo el territorio de Venezuela).

Aunque los zulianos no han hecho reclamo al respecto (por aceptar a rajatabla lo que dijera Chávez, o porque ignoraban en su mayoría el hecho histórico), lo cierto es que es el momento de incluirlos a todos en el actual ordenamiento de las cosas (estados).
Por esta razón, y solo como un primer ejercicio conceptual, debemos ir pensando y meditando, sobre el rediseño que mejor represente lo que queremos para esta futura y próxima sexta república por nacer (no me refiero ni hago alusión a las elecciones del 6-D). Necesario será un concurso abierto para todos los ciudadanos.
Humildemente opino que las tres barras de colores deben quedarse, al igual que el escudo, aunque rediseñando la orientación del caballo (ni a la izquierda ni a la derecha: ¡Cabalgaría hacia adelante!), lo mismo que la noción de la estrella blanca, partiendo ahora de un nuevo esquema.
La idea inicial propuesta acá de una estrella única, permite la bondad de acomodar en esta noción, al distrito capital y a cualquier otra dependencia, cosa que la representación de los estados no permite; sin embargo, sabemos que las islas, exceptuando a Nueva Esparta, son dependencias, y que el distrito capital, es meramente una unidad política de carácter centralista, sin noción de identidad propia mas allá de ser capital del país.
No olviden evaluar la propuesta de integrar al Esequibo como un estado más, independientemente de lo que a estas alturas se pueda recuperar de dicho territorio.


Allí se las dejo; medítenlo y no dejen que algún político se apropie de la idea para ganar favores con escapulario ajeno, como dirían mis viejitas.

NOTA:
Porque me gusta lo correcto, deseaba comentar con agrado que luego de publicar la entrada, descubrí que afortunadamente, la idea del escudo es motivo de reflexión de muchos otros seguramente, y ya había sido planteada, con distintos matices, por lo menos en estos dos otros sitios: Merito a quienes lo tienen, en estos y otros blogs y páginas.

Pudiera ser que incluso las banderas que he diseñado como ilustraciones de esta entrada, tuvieran similitud con otros propuestas en el mismo sentido. Para alegría de todos, esas banderas son y serán siempre patrimonio de Venezuela.

400

Cuatrocientas veces me he sentado a escribir en este blog; cuatrocientas botellas con mensajes he lanzado al mar de la esperanza que es internet, para llegar a aquellos que en la orilla de este mar, y mirando al horizonte, buscan respuestas a los asuntos de Venezuela, y a veces, del mundo.
Cien “guerreros” más que los “300” que lucharon en la épica batalla de las Termopilas, en tierras mediterráneas, y de los que espero mejor destino.
Cuatrocientos ladrillos para construir; no cuatrocientas piedras para confrontar.
No estoy de acuerdo con la violencia, porque esta nos invita a cortar camino a costa de la sangre de los más jóvenes, como siempre termina siendo en todo conflicto, mientras que finalmente los sobrevivientes, -y no esos muertos-, son los que llegan a los acuerdos, aún en deshonra de los que derramaron sangre.
No podemos seguir peleando “guerras de independencia” a punta de plomo y espada, para luego vivir a la sombra del caudillo de turno que resultara ganador; en algún momento tiene que haber un cambio intelectual, que establezca por fin un cambio real en el lenguaje político y social, donde la sabiduría pueda más que lo visceral. No hay otro camino para construir y pavimentar un sendero sin odios ni cicatrices que clamen venganza luego.
Algún día palabras como moral, ética y honor, volverán a tener valor en la estructura social venezolana.
Mientras, la misma “cremita” para la “irritación” que Chávez le ofreció a los estadounidenses cuando negó la asistencia de estos en el desastre de Vargas en el 99, deberemos en un giro del destino, ofrecérsela y untársela a oficialistas y oposicionistas, para que dejen la irritación que la arrogancia de creerse con las barbas de Dios en una mano, y la razón en la otra, les ha producido luego de tantos años de pugnas, división y odios inútiles que solo han beneficiado a los corruptos y a los extranjeros que hicieron negocios y acuerdos leoninos con el gobierno, y que finalmente nos han devuelto al mismo punto del camino, aunque con mas ampollas en nuestros pies y cansancio en las almas.
Cuatrocientas veces he querido decir que hacer cosas con buenas intenciones no basta, si en el trayecto de lograrlas, dejamos también destrucción, inmoralidad, deshonor, mentiras y dolor. No podemos permitir que se siga institucionalizado, de la mano de quien sea, el concepto de el que llega a la presidencia, a la gobernación, a la alcaldía o a la asamblea, se lo lleva todo.
Cuatrocientas veces hemos hablado en el fondo, a través de la lectura entre líneas que hacemos, de la elemental y necesaria noción del equilibrio; porque es el equilibrio queridos compatriotas, lo que finalmente puede sacarnos de este atolladero conceptual sobre el que estamos todos.
No puede haber impunidad frente al equilibrio de las instituciones.
No puede haber violencia ante el equilibrio de la justicia social
No puede haber corrupción ante el equilibrio de la justicia instituida
No puede haber una sociedad herida, cuando el equilibrio de todas las voces que viniendo de cada ciudadano son escuchadas, marcan el compás de nuestra marcha y la del gobierno republicano.

No digo que cuatrocientas “migas de pan” he dejado para llevarlos a la verdad, porque no soy poseedor de tal concepto, ni portador de semejante arrogancia. Un teclado sin nombre que solo escribe en silencio, seguro de que comparte las mismas ansias por llegar a un nuevo entendimiento colectivo de lo que la verdad es, a la luz de una sociedad que solo cohesionada puede lograr objetivos grandes, allí donde los empujones y tirones individuales, solo vuelven “girones” el manto republicano que ha debido construirse con los años.

Cuatrocientas veces más puedo seguir lanzando botellas al mar; se que ustedes estarán yendo y viniendo a la orilla del mar, buscando compartir sus angustias, y sus esperanzas. De eso se trata la humanidad que nos conecta; de eso se trata ser pueblo de una sola nación.

Gracias por no perder la Fe. Busquen en sus vidas otras cuatrocientas razones para no perderla.

Sobre los derechos humanos y los asuntos electorales en Venezuela.

Esta entrada del blog es directa, y aspiro que sea útil para que cualquier interesado que estando en el extranjero desee saber que pasa en este país en referencia al tema de los derechos humanos, muy particularmente en estos tiempos de elecciones de pronostico reservado:
NUMERO UNO: En esta Venezuela, Estado "híbrido" entre un régimen electoral y una dictadura que no recurre a la supresión absoluta de libertad de expresión como método clásico de control, si existen los derechos humanos, pero la impunidad ante las desviaciones en el respeto de estos, hacen que más bien sean una especie de “plastilina”: Se estiran y moldean de a cuerdo a las necesidades o caprichos de las autoridades. La realidad muestra que no hay institución defensora de tales conceptos y derechos que inspire alguna confianza razonable entre la población; cuando mas existe una especie de “resignación” generalizada a la idea de que “o le llego a estos (la autoridad, la institución), o me guardo la injusticia para mí”. En otras palabras: Aquí te pueden agarrar, te dan una paliza, una bala entre los ojos y desaparecer para siempre, con el mismo resultado impune independientemente de si fueron bandidos "civiles", o bandidos "uniformados" y con autoridad.

NUMERO DOS: Lo cierto es que si te pasa algo en la calle, en el trabajo (particularmente si ese trabajo es en una dependencia del Estado) o en tu casa, no tienes ninguna garantía de que te vayan a ayudar en lo que legalmente la constitución y las leyes en teoría te garantizan, por lo que los culpables pueden aparecer, o puede que no.

NUMERO TRES: En cuanto a las elecciones en Venezuela, estas  podrán dar la impresión de ser justas y limpias en términos del procedimiento y de la verificación de resultados (que no de cómo llegaron a esos resultados, aunque es un detalle que por darlo por sentado en sus países de origen, pase acá desapercibido para ellos), pero lo cierto es que el avasallamiento del aparato político y económico del Estado que se pone al servicio exclusivo y sin límites éticos para el que esté en el poder, es tal, que hacen que cualquier oposición a este poder, se vea reducida y silenciada, y cuando más, “salvada” y con “chance” de ganar, por las mismas metidas de pata del gobierno, más que muchas veces, por la existencia de un discurso coherente y novedoso.

NUMERO CUATRO: En el mismo tema de elecciones, les digo que firmar un acuerdo de “respeto a los resultados electorales”, es totalmente inútil, debido precisamente a ese abuso absoluto e impune del poder del Estado para forzar la apertura de mesas electorales, para la búsqueda casa por casa de la gente y obligarla a votar (o mediante el pago directo con dinero o especias), o mediante el chantaje que representa el tener una beca, una casa o alguna dádiva del gobierno y estar sometido a la verificación de por quién votas, para mantener precisamente ese beneficio económico obtenido. En todo caso, estas cosas no son obvias para el que mira al país desde el exterior, y así se da la falsa impresión  a los extranjeros de que las elecciones fueron justas, cuando en realidad se torció y abusó de toda ley y reglamentación concebida para hacer elecciones limpias.

En Venezuela hay “libertad” para decir algunas cosas, pero decirlas matizadas por la crítica puntual al gobierno o sus funcionarios puede costarte el empleo, o la beca, o la casa, o la pensión, o incluso, la posibilidad de permanecer con tu familia, (al terminar arrestado y sin juicio), por escribir un blog, un twit, marchar en calidad de opositor o expresar tu opinión en el trabajo.


El detalle aquí queridos amigos, es que en Venezuela los derechos humanos están condicionados, porque no existe el predominio del ideario republicano como cielo de nuestra propia sociedad, bajo el cual no podría ocultarse ninguna injusticia. La conveniencia del momento, y la mentira sistemática de manos del que detenta el poder, se han vuelto peligrosas costumbres que de a poco, han corroído y destruido una parte esencial del concepto republicano de nación, requerido por cierto para soportar al resto de la estructura de gobierno: LA CREDIBILIDAD PUBLICA BASADA EN LA ÉTICA Y LA HONORABILIDAD COMPROBABLE.
De allí hacia “abajo”, lo que queda es el reforzamiento no pretendido del concepto individualista de “la supervivencia del más apto para hacer lo que sea y como sea”, instaurando con cada vez más fuerza, la noción de la “viveza” como antivalor de vida efectista, y por cierto, destructor comprobado de la noción republicana que ha de tener toda sociedad que pretenda vivir y prosperar como nación.

Maduro el Destructor.

El país no solo “flota en la nada”: también ha quedado establecido a estas alturas que tiene como epicentro político de gobierno a un personaje que desdibujó por completo la frontera entre la idea de representar a un gobierno nacional, o a un conglomerado de intereses inmorales e ilegales cercanos a él.
El sistema socio político y económico ha colapsado, y nadie se da por enterado; si se tratara de un avión que se hubiese desbaratado en el aire, sus “pasajeros” (en teoría, nosotros todos), estaríamos en caída libre hacia el suelo, pero como la capa de nubes es enorme y no ven al terreno acercarse, han decidido aceptar la cómoda noción de que pueden vivir sus vidas en ese aparente flotar sin movimiento alguno, sin referencia externa que los perturbe, o que les recuerde que toda sensación de seguridad falsa e ilusoria, tiene un abrupto final.
No hay pues, fuera de ese imaginario escenario que utilizo para escribir y describir, un elemento positivo en medio de toda esta vorágine de división y extravío nacional, que pueda considerarse capaz de sobrevivir incólume al impacto demoledor del todo (pasajeros y restos de la aeronave), contra el suelo.
Esos “pasajeros” incluso se han obsesionado a tal punto con una salida a la situación de no poder ver más allá de esas nubes que ocultan el suelo que se aproxima (y que no les permite “vivir” tranquilos entre las nubes), que han centrado todas sus esperanzas en unas elecciones parlamentarias a realizarse solo unos segundos antes del impacto final; ninguno de los que cae habla del “paracaídas” de la honestidad descarnada que se requiere para señalar los verdaderos males republicanos y sociales que tanto peso muerto hacen sobre nuestro andar; nadie habla del “avión de repuesto” que es la justicia ciega que debe existir por encima de cualquier impunidad, si se quiere retomar, mantener y cultivar la fe en la republica y sus instituciones; tampoco se habla de la “mochila voladora salvavidas” que es el referéndum revocatorio del próximo abril de 2016, con el que Maduro podría ser destituido democráticamente y a más tardar, enjuiciado; misma aptitud se da con el “ala delta de repuesto” que constituye el llamado a una asamblea constituyente donde con un puñado de sensatos luchadores sociales(que no de políticos sobrevivientes de estos años de oficialismo y oposicionismo), se podrían tomar las crudas lecciones que se nos vienen encima como conclusión a todos estos años vividos, para entonces enmendar y reparar lo que es ya una sociedad retorcida en su propia arrogancia.

Nada de nada. Solo vemos ante nosotros la “comparsa carnavalesca” del dinero que no pareciera dejar de fluir, -mitad hacia el exterior, mitad a los bolsillos de los inescrupulosos-, y que hacen llegar a los barcos cargados de “felicidad comprada”, (en las empresas de otros países), en forma de miles de toneladas de alimentos para seguir llenando los “bozales de arepa” del pueblo, solo para que los miles y miles de contrabandistas (bachaqueros) diseminados particularmente en los estados fronterizos, sigan con el trafico nacional e internacional de mercancías, producto de una desnaturalización de lo que la decencia debe ser. Solo vemos destacarse a conveniencia de algunos tras de lo que se ha convertido en la carroza principal (gobierno nacional), al “Rey” del ya lánguido desfile, engalanado con lo que su posición principesca le permite tomar para sí y para su familia inmediata, mientras pasa engolosinado por la vía, regalando, -casi que arrojando a sus súbditos-, becas, electrodomésticos, pensiones, taxis, aviones, tablets para los estudiantes de otros países y territorio venezolano para Guyana.
En este pequeño país de una sola calle principal (el Estado), no es difícil establecer quién es el Rey del carnaval; nada mas hace unos días decía ese personaje, nacido de la zalamería al hoy líder supremo muerto, y con la seguridad y arrogancia del que se sabe protegido por toda la corrupción que es posible concebir en Venezuela, lo siguiente:

Maduro: “Entregaré 2500 taxis gratis para evitar a los gestores corruptos” (Web Noticiaaldia.com)
Luego de hacer un recorrido por toda la autopista y saludar a la comunidad, el primer mandatario nacional manifestó que los 2500 taxis que serían entregados durante ese evento son donados por el gobierno nacional, ya que quiere evitar que gestores corruptos se beneficien con el lanzamiento de la Misión Transporte,
“Todo taxi que se entrega hoy en los próximos días será gratis. Se le entregarán totalmente gratis. No quiero enredos con el banco ni ladrones cobrándole partidas a los taxistas y si no se cumple con esa orden cortaré cabezas. Se les entregan sin  cobrarle ni medio porque se que hay gestores pidiendo dinero de 100 mil y hasta de 120 mil por entregar las llaves, ¿hasta cuándo esta corruptela”, dijo.

Esta frase del adjudicado por el CNE Nicolás Maduro, dice mucho de su estructura política mental: “Se les entregan sin  cobrarle ni medio porque sé que hay gestores pidiendo dinero de 100 mil y hasta de 120 mil por entregar las llaves, ¿hasta cuándo esta corruptela”
Entenderán ustedes ante este desfile de inaudito desparpajo político, (y aceptación por parte del país todo, incluyendo a esa oposición que no ha sabido concretar nada, y que ahora se siente envalentonada por supuestas encuestas a su favor (más que por buenas ideas presentes), que yo le tengo que preguntar a Maduro varias cosas:
1.    ¿Así vas también a hacer con la comida?: ¿La regalarás a todos por igual para evitar que los “malévolos” mediadores, importadores de 6,30 Bs/$, y bachaqueros (civiles y militares), puedan andar extorsionando con el hambre al pobre pueblo?;
2.    ¿De acuerdo a tu particular “lógica política”, será que si alguien tiene una enfermedad, mejor será matar al enfermo para que se “muera” la peste que lo atosiga?;
3.    ¿Qué otra cosa tan decidida a la ligera, con tal de ganar votos ahora, y luego evitar el referéndum revocatorio, estás dispuesto a hacer?
4.    ¿Decidirás que como “no puedes” con la corrupción, mejor es eliminar todo lo que la incita?
5.   ¿No sería mejor eliminar la impunidad que se ha vuelto madre de toda la injusticia?;
6.   ¿O es que acaso eliminarla es hacer desaparecer el piso sobre el que se paran todos los que te tienen como a un “atlas con bigote”, cual parodia de la mitología griega, sosteniendo el mundo de la corrupción venezolana?

Seguro que sin quererlo, (porque simplemente no tienes la capacidad de visualizar mas allá de tus narices y de los intereses de quienes te rodean en el alto gobierno y en la alta familia), te has convertido en el que la historia denominará como Maduro, el destructor”, porque te has hecho del despropósito, una meta en sí, con la cual todo lo que quedaba de pie, terminará por caer, y como golpe irónico del destino, -si la sociedad venezolana lo sabe ver-, será la oportunidad para comenzar en verdad de “cero”, sin estructuras o personajes de la cuarta o de la quinta, ahora desnudos, arrepentidos y avergonzados, pero a partir de allí, capaces de enorgullecernos del sacrificio que haríamos por nuestros hijos, pues por primera vez, estaríamos dejando para ellos, algo más que ruinas e inmoralidad.

Ojala comprendieran todos la enorme oportunidad ante nuestros pies; ojala algunos logren por lo menos entenderlo, y sirvan con devoción republicana de “facilitadores” desinteresados, dispuestos a enseñárselos al resto.
Maduro seguirá sin entender su verdadera misión como corolario del camino insensato elegido por las mayorías en Venezuela en el reciente pasado de finales del siglo XX: Destruir todo lo que aún queda intacto de los hilos de intereses y poder que han despedazado al país con el consentimiento de todos.

“Maduro el Destructor, el hijo de Chávez, el adoptado por todos los venezolanos y con poder de voto, con cada día que se le dejó en el poder”.

Ese deberá ser su epitafio político, y la marca de todo aquel que jamás osando levantar voz pública contra lo que siendo inmoral y adverso a la más elemental ética, se hizo en nombre de un ilusorio e inmaterial, pueblo.

Ha sido desgracia de esta sociedad el poder criticar con más facilidad de lo que puede concretar una acción colectiva coherente, y por cierto: Es por eso que es muy fácil ir a votar, cuando la amargura con la situación actual solo nos da chance de elegir lo “menos malo” (oposición tipo MUD, y eso a pesar de que ese chiripero político no representa un verdadero cambio en el paradigma social presente, al carecer de ideas capaces de desmontar el paradigma en el cual vivimos.
(¿Se han preguntado el por qué teniendo la posibilidad de hacer un referéndum revocatorio en solo 5 meses, virtualmente ningún político habla de ello?; ¿Qué hay detrás de ello?).

¿Por qué este “terror” de la sociedad venezolana ha cambiar a un político electo, incluso antes del fin de su periodo o del referéndum de medio periodo, si este no ha dado la talla para lo que se le eligió?

Quizás no se hayan dado cuenta, pero en Venezuela, la estructura de mando es esencialmente vertical, al más puro estilo militar. ¿Somos aficionados a la marcialidad mal ejecutada?; realmente como dicen algunos historiadores, ¿Somos caudillistas por naturaleza, en el sentido de desear siempre tener a alguien que nos gobierne y diga que hacer?

Maduro ha podido ser el constructor, el humilde rectificador, el obrero sencillo que diera un ejemplo épico de trabajo ético y justo, pese a su inmediato pasado zalamero y sindicalista; en cambio, ha dado con el traste a todo, demostrando que “la clase obrera y trabajadora” es capaz de ser igual de corrupta a como en sus respectivos momentos lo demostraron ser las que incorporan a “militares”, “doctores” y  demás “profesionales”.

Pero si algo permite “el tiempo, y la capacidad de reproducirnos biológicamente mientras dejamos las cosas por escrito”, es justamente la de rectificar y mejorar las cosas, haciendo lo que la generación que nos precedió, no pudo.

No pierdan la Fe. Sonrían con el optimismo discreto del que se sabe entendedor de lo que pasa, y seguro de lo que irremediablemente vendrá.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Poco ayudan los eurodiputados en Venezuela: Expliquemosle al eurodiputado, el significado de "Fraude"

A veces quienes nos visitan en misiones de "diplomacia política", se pasan de "diplomáticos", y se quedan corto en lo "político". 

Ese fue el caso del Sr. diputado europeo Ramón Jáuregui:

EL UNIVERSAL
viernes 6 de noviembre de 2015  12:43 PM
Caracas.- El presidente de la delegación del Parlamento Europeo (PE) que visita Venezuela en misión "exploratoria", el español Ramón Jáuregui (PSOE), cree que en el país caribeño "no hay fraude" electoral, pero considera que el oficialismo tiene "muchas más ventajas" que la oposición.

Vamos a aclararle a Sr diputado, lo que su misma real academia española de la lengua, le dice sobre el significado de "Fraude": 

fraude.
(Del lat. fraus, fraudis).
1. m. Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.
2. m. Acto tendente a eludir una disposición legal en perjuicio del Estado o de terceros.
3. m. Der. Delito que comete el encargado de vigilar la ejecución de contratos públicos, o de algunos privados, confabulándose con la representación de los intereses opuestos.


Resulta obvio que el eurodiputado cometió una ligereza al emitir su opinión; el hecho de que el gobierno de Nicolás Maduro, como en su momento lo hiciera el de Hugo Chávez, basado a su vez en modelos mas primitivos improvisados y luego institucionalizados en los gobiernos de AD y COPEI en el pasado, abuse ahora y de manera continuada, de cuanto recurso legal y físico a su "disposición y capacidad" de compra con el dinero publico, (o con el dinero que antes era "publico" pero que hoy está en manos de testaferros y empresarios salidos de la nada), para forzar lo que la simple definición de la RAE nos muestra que en efecto, SI ES UN FRAUDE: El resultado electoral. (¿Recuerdan cuando Maduro ganó?)

FRAUDE es toda acción contraria a la verdad y a la rectitud.
FRAUDE es eludir la disposición legal para favorecer el interés de unos atornillados en el poder.
FRAUDE es confabularse para mantener la impunidad como el inmenso y apestoso pegamento que mantiene de pie al país.
FRAUDE es ver a una encuestadora afirma decir la verdad, cuando no nos dice que "solo" midió el resultado, y no el "cómo" se llegó a ese resultado.
FRAUDE es que Maduro dijera al final del año pasado, que en este 2015 solo se dedicaría al tema económico, para luego no cumplir "ni años".
FRAUDE es escuchar a los portavoces y ministros declarando que en tres meses se acaban las colas en los mercados, repitiéndolo cada seis meses...
FRAUDE es ver que la presidenta del CNE, como las encuestadoras, "solo" termina midiendo el resultado, y no "la manera" en que se llegó a ese resultado.
FRAUDE es ver la perdida de soberanía en términos de gobernabilidad y de territorio, mientras que ninguna institución o poder constitucional, hacen nada al respecto.
FRAUDE es ver que la frontera está "cerrada", y los anaqueles siguen escasos de alimentos
FRAUDE es entregarle la cédula de identidad a cualquier extranjero, como si de un regalo en una caja de cereales se tratara.
FRAUDE es ver como cientos de millones de dolares se invierten en el sector eléctrico nacional, y el racionamiento y la descomposición del sistema siguen sin control
FRAUDE es cuando estando solo, te encuentras con policías en la calle, y no sabes si sentirte seguro, o riesgo.
FRAUDE es que Maduro diga que va a ganar las elecciones de asamblea nacional "sea como sea", y que ninguna institución lo procese legalmente de inmediato.
FRAUDE es despotricar contra el FMI, y sin embargo, aceptarle todo con los pantalones abajo y aguantando, a los chinos.
FRAUDE es decirse presidente constitucional, y no serlo, ni renunciar debido a ello.
FRAUDE es tener un mal gobierno y estar atrapado e imposibilitado de cambiarlo de inmediato.


Por esa misma razón, resulta entonces ser un FRAUDE lo que ha dicho el eurodiputado.

Roy Chaderton como muestra representativa de que con Maduro, nada cambia.

Sin importar lo que el ahora ex embajador ante la OEA por Venezuela haya dicho en contra de cualquiera que se declarara de oposición/oposicionista, y frente a una clarísima falta de ética allá donde la busquen en el gobierno o los partidos políticos que le secundan, lo cierto es que Roy Chaderton sigue siendo personero burocrático de alto nivel en el gobierno que finaliza de Nicolás Maduro: muestra fehaciente y descarada de que la Justicia en solo un "tatuaje" en el brazo de la señora impunidad, vestida de rojo revolucionario desde hace muchos años.

Resulta ser su permanencia en el poder, una clara señal de la traba conceptual que se tiene en el país sobre la manera de gobernar. Una atrofia resultante de ya casi 20 años de gobierno chavista, cuya consecuencia mas nefasta es la "vacuidad" política en la que nos encontramos, mientras el cáncer, a falta de valores vivos y activos socialmente, nos va devorando sin que se intente tratamiento alguno.

Espero que Roy Chaderton únicamente esté aún en el poder político de Venezuela, porque está esperando irse ya en estos días junto con Maduro, Flores y Cabello, arrastrando de la cuerda que llevan en los pies, al resto del chiripero rojo que les rodea y hace fiesta con lo que antes, era de todos nosotros.

Roy Chederton: No tienes ética; mucho menos honor.