viernes, 28 de julio de 2017

30 de Julio de 2017: Otra fecha en la coyuntura de la nación

Quisiera decirles que somos víctimas de una gran conspiración nacional e internacional en contra de Venezuela, orquestada por elementos de la derecha y de la izquierda mundial al mismo tiempo, y que en todo caso no somos culpables ni responsables de la durísima situación que atravesamos, pero lo cierto queridos compatriotas, es que en lo más profundo de nuestro ser colectivo como sociedad venezolana, somos todos culpables del excremento que ahora nos ahoga.
¿Prefieren que culpe a Maduro, o a Chávez, a Leopoldo López, o quizás a Ramos Allup?; sin duda que podría hacerlo, pero acaso, ¿al empuñar la mano en ese instante para señalarlos a ellos, no habrá cuatro dedos en nuestra mano señalándonos a nosotros mismos?
Sé que en este blog no he dado chance al titubeo para culpar por lo general al que menos es nombrado en el país: el pueblo “soberano”, y lo hago porque somos nosotros como mayoría (para una cosa o para la otra), los que pusimos en sus respectivos momentos históricos, a cada presidente de la cuarta republica, de la misma manera en que pusimos para entrar en la quinta republica (la otra cara de aquella moneda falsa de las que les he hablado), a Chávez y finalmente a Maduro, consumiéndonos sin vacilar demasiado el fruto amargo de cada elección hecha, bajo las condiciones que toleramos.
Entiéndanme: Como en una familia, no es el niño (el político), el que tiene la culpa de haber quemado la casa por jugar con fósforos; son los padres (el soberano), los que permitieron que estos accedieran a los fósforos y que no conocieran los riesgos involucrados en su manejo y encendido, dejándonos todos en el proceso, envolvernos por las amenazas suscitadas y la destrucción consecuentemente acarreada.
Repasemos: Maduro y sus compinches son consecuencia de las decisiones y omisiones de Chávez como presidente y del soberano como alcahueta. La oposición por su parte, como factor que estaba llamado a sintetizar una visión y un proceso de renovación nacional desde el lado de la confrontación inteligente de ideas, también es corresponsable. Todos estos a su vez (Chávez, la oposición existente), son producto  de los gobiernos y sus injusticias que nacieron tras conseguir  acomodo y gusto en la estructura “provisional” gestada en el pacto de Punto Fijo, bajo la mirada alcahueta del soberano. (Tal como la provisionalidad de las misiones y grandes misiones en el presente, se nos vienen encima con la pretensión de ser “constitucionalizadas” con la “bendición” de un soberano alcahueta ahora clientelizado).
Siguiendo en la retrospectiva, no se hace difícil ver que el atolladero para nosotros está en que nos hemos acostumbrado a ver a la consecuencia sobre la cual desarrollamos nuestras existencias como el problema, y ello se debe a nuestra continua negación a percibirnos como protagonistas en los causales de lo que vivimos.
Es un poco como si compráramos una casa totalmente equipada y amoblada, y metidos a vivir allí con nuestra familia, las cosas comenzaran a fallar progresivamente: primero los equipos (ante lo cual los sustituimos por los que estaban en los cuartos sin uso); luego las relaciones interpersonales (frente a lo cual nadie nunca se le ocurrió advertir cuales eran las reglas y cuales las consecuencias en forma de castigos), y por último la casa misma, a través de la tolerancia y vista gorda frente a derrumbes, filtraciones, pérdidas de los servicios y marchitamiento de los jardines (interpretado en ese mismo orden: “no apuntalamos, no arreglamos, no reparamos las tuberías ni impermeabilizamos a tiempo; no chequeamos que lo apartado para la impermeabilización fuera usado adecuadamente en un proceso de contratación limpio, ni pagamos los servicios porque la plata jamás validamos si era depositada, y finalmente, nunca conservamos ni propagamos la naturaleza que nos rodeaba”).
Lo que ahora se antoja al frente de nosotros como la entrada al peor y más perturbador laberinto de incertidumbres imaginable para un país, construido sobre las miserias económicas, sociales y políticas acumuladas por años de intransigencia y ceguera, tiene por nombre domingo 30 de Julio del 2017 y con el llega la desvergonzadamente célebre elección de la “Asamblea Nacional Constituyente”, que a estas alturas resulta claro que ante la falta del necesario rigor constitucional en la letra y espíritu a aplicar, se circunscribe en lo electoral a una maniobra muy tosca de parte del gobierno y en clara contradicción con la corriente de opinión soberana del país (fácilmente verificable a través de un referéndum consultivo), para “constitucionalizar” a ultranza lo que a todo efecto es más bien una elección “interna”, del buró “nacional” del PSUV, cuyas decisiones ahora pretenderán ser vinculantes a la conducción del país, al más puro estilo comunista del siglo 20.
La fecha que nos ocupa  tampoco supone el clímax del logro en lo que la oposición (hoy deficiente y solo parcialmente nucleada en la MUD), puede hacer mientras sigue conformándose con “liderar a control remoto” aquella agitación donde otros pelean, resisten y dejan la vida.
En síntesis, ambos bandos se muestras extraviados y desorientados en la definición del camino para la solución honesta y estable a corto y mediano plazo, sin que deba mediar la tragedia de un pueblo que se inmola en su propio altar de la futilidad.
Nunca antes el final de un ciclo histórico había sido tan escandalosamente obvio, y sin embargo, tan impertinentemente ignorado, para tragedia de quienes sabiéndolo o no, van a bordo del aquel bote donde remando cada uno para su lado, inequívocamente se acercan juntos al final del trecho del rio y a su gigantesca catarata de miserias.
Pese a la inminencia de los acontecimientos por llegar (incluyendo a la “catarata”), dos  hechos anteriormente mencionados en el blog siguen girando y zumbando sobre nuestras cabezas sin concretarse, y sin que demos muestras de estar enterados de su existencia, o del impacto que tendrán sobre nuestro destino inmediato:

1.- “La ocurrencia del ejercicio constitucional del poder militar como institución, apegado a la ética bolivariana”
“La FANB sigue a la espera de un sacudón ético. Ignoro si vendrá por la vía de la violencia interna de sus cuadros medios y bajos que quedan, o por el desbordamiento de la rebelión popular sobrepasando cualquier maniobra de reacción que no sea la de la funesta aniquilación y destrucción del mismo pueblo al que se le debe.
El asunto es que las FANB han extraviado el rumbo tras el cansancio de la marcha incesante a través de la cuarta republica, y el subsiguiente desvarío institucional durante la quinta, una vez más fundamentado en su talón de Aquiles: la verticalidad del comando, enturbiado por la transversalización de éste con el componente político partidista y los dividendos económicos que ellos suponen, y frente a esto la única manera de reasumir el camino del ideal bolivariano, es enfrentándose a sí misma en su tentación inmoral, dándole la espalda a todo lo antiético que reina y mueve a la totalidad del estamento gubernamental existente en el país, aunque ello suponga la extirpación de partes de su propio cuerpo institucional y enfrentarse a un proceso de sanación que requerirá esfuerzo y disciplina”

Ante la acomodaticia situación militar predominante aunque en franco declive, las fuerzas involucradas en el ámbito civil comienzan su colisión enorme sin que exista un canal y un sentido de alternativa frente a los modos y formas de manejar lo económico, social y político, emergiendo entonces el último e igualmente crucial hito no alcanzado antes del inevitable colapso del paradigma dominante:

2.- “La coalición entre la mayoría de las fuerzas políticas, alrededor de un denominador común”
“Mientras la oposición concentrada en la figura de la MUD se mantenga enarbolando la bandera del llamado a la protesta frente a las ambiciones inconstitucionales del gobierno, y no sea ésta capaz de ceder espacios y cuotas de participación y liderazgo a fuerzas alternas que siendo pro-izquierda o de centro, han sido mantenidas al margen pese a las muestras inequívocas de disidencia frente a lo inconstitucional, no será posible cohesionar a diferentes sectores sociales que aún resienten y desconfían de quienes lucen (aglutinados circunstancialmente bajo el ala de la misma MUD), como los “coherederos” de viejos métodos y practicas burocráticas, imposibilitando con ello la aparición de la masa crítica necesaria y capaz de alterar el paradigma humano en el que existimos y nos ahogamos.
Es necesario que los protagonismos ansiosos por el poder, dejen su lugar a la sindéresis y al verdadero consenso, para que la capacidad de todos para sumarse en un gran pacto de alianza de tipo bolivariano, con fecha de termino acordada en consenso, pueda entonces surgir y florecer, manteniendo como única condición invariable el respeto absoluto a la actual CRBV y el acuerdo sobre su futura modificación de acuerdo a la más alta expresión del espíritu constitucional.

En esa especie de “Coalición Bolivariana Nacional” que debe nacer, será la ética su código de conducta, y la siembra de la moral el primer paso para cultivar la decencia en el país, como único canal aceptado para reconciliar mediante la exaltación de lo positivo de la historia democrática del país, y el execrado de los vicios y errores, a una sociedad que jamás debió verse como un archipiélago aislado de islas dispuestas a ir a la guerra.
Lo demás, -candidaturas, posiciones partidistas y cargos-, deberán ser administradas rigurosamente mediante la transparencia, el decoro y los mecanismos electorales básicos que eviten la trampa de consenso de cúpulas, como una manera continua de darle pie a la restitución de la fe en los valores de la República, tal como Bolívar (que no es “marca registrada” del chavismo ni del PSUV), nos decía: “La verdad pura y simple es el mejor modo de persuadir”

Lo que llegue y ocurra con ese 30 de Julio del 2017, no será más que la expresión cruda de la coyuntura en la que hemos aceptado vivir. No representa el fin de nada, ni el comienzo de algo; simplemente es el vernos en el espejo mientras tras de nosotros deambulan las consecuencias que nuestros actos pasados tienen y cuyo circulo no nos hemos atrevido aún a cerrar.
Vivir con las lecciones sacadas de nuestros errores no es lo mismo que vivir asfixiados por esos errores que nos negamos a dejar ir.
Si saben que la pretendida elección para conformar una Asamblea Nacional Constituyente en los términos planteados es inmoral e ilegal, (por haberse resistido el gobierno y las instituciones a convocar una simple y esclarecedora consulta popular previa mediante un referéndum consultivo, o por prevalecer el chantaje político en un intento por sumar ilegítimamente votos), lo éticamente correcto es negarse a ejercer el derecho al voto en dicho proceso, como única vía para salvaguardar el honor personal y familiar.
Honor que hoy en día pareciera mas de los tiempos de Bolívar que de los nuestros, pero que quizás por eso precisamente aquella fue una época de grandes épicas libertarias, y ésta donde vivimos, un tiempo de grandes conflictos y vergüenzas nacionales.

La impaciencia es funesta compañera en las travesías largas y accidentadas; lo que está ocurriendo es directa consecuencia del problema social que hemos tolerado crecer entre nosotros, y la solución solo llega dando un paso a la vez, y cada vez; no porque carezcamos de energía y ganas de superar la vergüenza de nuestras propias omisiones, sino porque necesario es tomar de la mano hasta al más rezagado, y hacerlo sentir uno con todos.

Allí está parte del secreto de una sociedad que camina siguiendo una misma dirección sensata.

sábado, 15 de julio de 2017

Julio 16: Día para ejercer en lo personal el art 350.

Ya no queda de otra: Caída la democracia y levantada la dictadura en la dura transición del autócrata gobierno de Chávez hasta al corporativo gobierno de Maduro, solo falta a los ojos de los usurpadores, constitucionalizar el régimen mediante el uso fraudulento del poder popular secuestrado.

La sádica etapa que vivimos solo se antoja similar a la generada por la cuarta república en sus tiempos finales, y darse cuenta de ello, aunque sea duro transitarla (la etapa), da algún fresco por tiempos más sensatos y éticos que pueden llegar.
Mientras, solo queda la ruda realidad: Si se quiere cambio, se tiene que hacer algo distinto.
Imposible empujar un cambio en el marco constitucional sin explorar las opciones que el espíritu de la ley nos ofrece; por eso, aunque las preguntas de la consulta popular podían ser mejores y más inclusivas, (repite los errores de la MUD en este sentido, de creerse soberanos de todo lo que pretenda diferir del actual régimen), lo cierto es que es mejor opción que nada, y sin posibilidad de alternativa a la vista, votar este 16 y negar el ejercicio personal del voto el 30 de Julio, -no asistiendo-, se erigen como únicas alternativas pacificas al intento de constitucionalizar falsamente este porquería de gobierno devenida en dictadura de la estupidez... de un pueblo que no ha sabido darse un lugar en la grandeza de lo humilde y moral.

Maduro y Cilia son "exitosos" cuando medimos el éxito en términos de logros netos al mantenerse en el poder, aunque no sean éticos en lo absoluto, y que resulten más bien de un fracaso colectivo en lo moral, donde no representen más que a unos guardianes y cobradores de peaje en las puertas del infierno que nos hemos labrado; junto a ellos una pléyade de inmorales que no se bajarán solo del burro aterciopelado que ha resultado ser el pueblo de Venezuela.

Intentemos este 16J moverles el piso: No a los que usurpan el poder, sino a la gente que aún no termina de comprender lo que pasa en el país: la pretensión burda y descarada de constitucionalizar la dictadura de los pocos sobre los muchos. 

El 30J yo no voto, y quizás con ello pierda mi puesto laboral.
No importa; si así ocurre lo haré con la frente en alto, pues no  habría sido cómplice de esta pretensión contraria al más elemental sentido bolivariano.

Nos vemos más allá del miedo, donde el valor debe empuñarse y construir un inédito episodio en la vida de Venezuela.

miércoles, 5 de julio de 2017

Más muertes y menos justicia; la receta de Nicolas Maduro para Venezuela.

"¡Lo que no se pueda con los votos, lo obtendriámos con las armas!"


                     Nicolas Maduro, en el marco de una proclama anti EEUU y la oposición venezolana

Dictador de venezuela (2013-2017)

De forma sistemática desde el despertar de los años 80, los elementos que se hacían pasar por independientes en la estructura republicana de Venezuela, fueron perdiendo la racional y prudente separación que las constituciones en vigencia exigían, para dar paso al conjunto de aberraciones auto-sustentadas que hoy padecemos en forma de dictadura, frente a la inoperancia que como sociedad hemos mostrado a la hora de afrontar nuestros propios desaciertos, llevando siempre a la arrogancia como mal consejera, acompañandonos.
Hoy, Maduro y Cilia, cual pareja imperial de la antigua Roma, reparten sin escrupulos sus propios cuerpos y el de todo habitante en este pais, en una inmensa orgia politica donde la droga es el poder, y la moneda para pagarla es nuestro propio presente.

Esto lo sabemos todos.

Menos conocido, -por no admitido-, es el paroxismo en el que ahora nos hemos permitido vivir y que nos ha llevado a una condición cuasi-paranoica que permite dudar absolutamente de todos y de todo, no resultando de ello más que una incómoda y desagradable sensación de vértigo consecuencia del vacío frente a nosotros que se hace asidero imposible para tanta expectativa republicana insatisfecha.

Estamos claros en que se está dando un movimiento social que ha ido tanteando progresivamente el camino del reclamo, pese a que esto conlleva inevitablemente a un choque cada vez más violento con el gobierno y sus brazos armados, que se muestran resueltos aunque torpes ante cualquier opción que no sea la de su propia conveniencia de mantenerse en el poder. 
Así, lo que comenzó como iniciativa de una MUD que ahora se mostraba más reflexiva sobre sus errores previos, exhibiendo una disposición al cambio y a la coordinación de más largo aliento, poco a poco (aún en contra de sus ambiciones o deseos), ha llegado al tope de su capacidad real, estando limitada (la MUD), por  una crudísima realidad: No representa políticamente ni a la mayoría social del país, ni mucho menos a quienes hasta hace poco apoyaron (y ahora adversan), la causa revolucionaria, ahora en manos de esta pareja presidencial y el resto de los operadores/herederos políticos encumbrados en el poder.

Allí estriba la siguiente gran muralla para todos los que se oponen constitucionalmente al actual gobierno: La carencia de una capacidad para materializar no una MUD apoyada por todossino una ALIANZA (nuevo nombre, nuevo logo y nueva directiva con rotación de autoridades entre todos los movimientos políticos anexos), que refleje al balance resultante entre los antiguos movimientos (cuarta república), y los nuevos (quinta república).

De allí que la conclusión ante esto sea lapidaria: En la medida en que los viejos movimientos e individuos políticos, no quieran ceder poder y protagonismo, en esa medida estaremos lejos de una solución civil y republicana a la coyuntura existencial que vivimos.

Ver en una sola alianza a derechistas, a los de centro y a los izquierdistas, todos bajo la misma idea de defender la visión de una Venezuela constitucional capaz de valorar la historia escrita por nuestros aciertos y errores, aún aunque ello suponga compartir el poder y hacerlo de manera alternada, sin interpretaciones fraudulentas de última hora según la conveniencia de un grupo u otro, sería una buena razón para afirmar que probablemente ahora sí, estaríamos contemplando la prueba tan esperada de que hemos como sociedad, aprendido a poner en práctica algo realmente bueno de toda esta debacle en la que nosotros mismos nos hemos metido.

Lo más duro de entender será el asimilar que debemos gobernar en esta inmediata etapa de transición hacia un nuevo patrón de democracia social y de justicia, mediante "juntas de gobierno", y no por "individuos"; lo otro durísimo de aceptar será que todo hombre o mujer con trayectoria en la cuarta o en la quinta republica, también arrastra consigo la culpa del estado actual de las cosas, ya que nunca han sido capaces (ni lo demuestran ahora), la habilidad de corregir con honestidad total que: A).- Estamos ante una gran tragedia, pero también ante una gran oportunidad de dejar atrás lo malo y a sus protagonistas, y B).- Que la mejor opción inmediata es el nombramiento de una junta de gobierno, porque llegado el momento, se necesitará de franqueza por consenso para explicar a la masa social el por qué de que una vez instalados en el poder, (y siempre bajo el filo de justo y ético), sencillamente no se podrá complacer a todos, si queremos enrumbar al país por una ruta distinta, lo cual hace presagiar tormentas de intereses que amenazarán a todos con el arraso del barco social donde navegamos juntos, a menos que haya cohesión y resolución a estar hombros con hombros en el trayecto donde toque sacrificar comodidades individuales y colectivas en favor del bien común de nuestros hijos.

Las opciones reales y prometedoras que pasan por la intolerancia a la impunidad y a las malas costumbres, se están cocinando, aunque corren el riesgo de pasarse y quemarse, ante la resistencia feroz al cambio, a manos de las fuerzas políticas "conservadoramente corruptas" enquistadas hasta el momento en las cúpulas principalmente del PSUV y de los partidos hasta ahora convenientemente  cobijados en la MUD, aunque podamos ver igual "conservadurismo" en el resto de los movimientos políticos y sindicatos que a todo nivel hacen vida en el país, porque si me permiten la licencia, les recuerdo que -y parafraseando a Dios- : "allí donde se reúnan tres, estaré yo con ellos (la corrupción)"

El paroxismo al que hacía referencia al principio, es al que domina la escena política en Venezuela de la mano  de la toxica pareja presidencial y de quienes ellos han permitido dormir bajo su techo de dominio heredado de Chávez; esta sistemática búsqueda de la destrucción, para luego poder construir a su conveniencia, solo representa un episodio dictatorial más por desmantelar por parte del soberano, en la medida en que sepamos reconocer las piezas que la componen y el origen de cada una de ellas en lo intimo de nuestra sociedad.

Al final, -siempre al final-, grandes lecciones nos quedan por delante para explicar el momento tan particular que vivimos en el contexto de nuestra sociedad y de la humanidad que nos rodea: trascender a lo humano y contextualizar la vida en función de los valores que hemos hecho nuestros a partir de lo Divino; desprendernos de lo que nos lastra, y superarnos a nosotros mismos, para reconocer al final que la terrible realidad que aún en su benevolencia no nos ahoga en nuestra sangre, nos brinda la oportunidad de hacer una introspección con la cual superar los paradigmas bajo los cuales hemos aceptado como esclavos, vivir.

No nos conformemos con hacer de nuestros muertos solo los "clavos" que sellen el ataúd tras la muerte política del negligente presidente en ejercicio de una dictadura. Ellos (los que no logremos salvar), deben ser la suprema razón para exigirnos al máximo el vivir con moral y con ética, como sociedad justa y democrática.
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NOTA: La imagen usada en esta entrada al blog, es propiedad del gran dibujante Edo.