domingo, 22 de noviembre de 2009

Sobre el concepto de estrategia y planificación estratégica (II).

Si conoces a los otros y te conoces a ti

mismo, no correrás peligro ni siquiera en cien batallas; si no

conoces a los otros, pero te conoces a ti mismo, vencerás en una

ocasión y perderás en otra; si no conoces a los otros y no te

conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.”

Sun Tzu.

Ya saben que no puedo evitar volver sobre algunos temas, cuando me parecen espinosos; como la idea no es modificar ampliamente viejas entradas del blog, tocaremos nuevamente el asunto de las estrategias, y me tomaré la libertad, con el perdón de quienes puedan ser sus ilustres autores, de expresarles buenos conceptos sobre lo importante que es manejar las estrategias,

-y no que nos manejen mediante una-.

Lo básico de las estrategias:

Les recomiendo ampliamente la lectura; no podemos hacer mucho por la nación, por el colectivo social y por nosotros mismos, claro está, si no hacemos el esfuerzo de leer. Nada ni nadie podrá sustituir esto para entender por conciencia propia, la realidad; tener a alguien que permanentemente nos diga “que es lo que pasa”, y “lo que debemos hacer”, es perdernos para siempre en los intríngulis de la ignorancia, la sumisión y finalmente, de la esclavitud.

Por eso les decía que ni este blog puede ser eterno. No es parte de la naturaleza humana ser permanente en el tiempo, Eso solo lo es Dios.

A continuación, les menciono algunas explicaciones desarrolladas por Peter Schröder, quien escribió un libro llamado “Estrategias políticas”:

Modelos de planificación política

Los modelos más empleados en el proceso de planificación política son el de Planificación según el FODA y el “planeamiento conceptual”.

El proceso de planificación estratégica en el FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas)

De acuerdo al FODA, la buena planificación estratégica opera en dos campos. En el primero, el planificador estratégico expone claramente adónde hay que ir (visión) y cuál es la intención y la razón de ser de la existencia de la organización (definición del cometido). Partiendo de la visión y del cometido, el planificador estratégico desarrolla objetivos, que son resultados finales mensurables y que reflejan si la organización se acerca o se aleja de la visión o del objetivo principal. Las estrategias deben definir cuáles son las áreas de resultados clave que se esperan y hacia los cuales deben dirigirse todos los esfuerzos, y cuáles son los indicadores especiales de eficiencia que deben ser vigilados y evaluados. En el segundo campo, el planificador estratégico intenta cimentar la organización según las realidades del entorno en el que opera. Hay dos entornos: el externo, que es la zona en la que otros influyen en la organización o en que otros son influidos por la organización, y el interno que consta de los recursos, de la fortaleza, de las oportunidades y de las limitaciones de la propia organización. El planificador estratégico debe ser capaz de advertir y evaluar las oportunidades y las amenazas del entorno externo, así como las fortalezas y las debilidades de la organización con respecto a la visión, al cometido y a los objetivos.

Mientras que por ejemplo el FODA se limita principalmente a evaluar situaciones y a formular estrategias, el “planeamiento conceptual” profundiza en la evaluación de las estrategias y, sobre todo, en la ejecución y culmina con ayuda de la planificación táctica en los cronogramas y planes de medidas. El “planeamiento conceptual” enfatiza en gran medida la ejecución a través de la planificación del trabajo de relaciones públicas; así, este método resulta sobre todo apropiado para los procesos políticos sociales. Tal y como sucede con el modelo de Sun Tzu, el “planeamiento conceptual” valora mucho la evaluación de las estrategias, la ejecución de las mismas y el control estratégico.”

Muchos autores existen especializados en el tema, pero en todo caso, la asimilación de lo básico, es lo que nos permitirá evaluar y acertar en la selección de los políticos y administradores, que usen, -como deciamos-, la estrategia y la tactica para el progreso nacional, y no para la manipulación de las masas.

Pero, ¿Quiénes son esos Estados Unidos de Norte América?

“Son una gente que viven al norte de Venezuela; tienen mucho dinero, parece que ganaron unas guerras y perdieron otras; dicen saber como hacer las cosas y se llevan por delante a los que digan que no. Ah, y claro, allí vive Mickey Mouse y se compra barato en Miami…; fulano se fue a vivir allá y gana mucho dinero; ya tiene un carro y casa equipada, ¡y eso que lo que hace es lavar sanitarios!”

Quizás es una de las tantas respuestas casi estereotipadas, que cualquier venezolano, y en general, cualquier latino, puede dar en una primera pregunta, sobre esa nación, siempre al norte de Latinoamérica, llamada: “Los Estados Unidos de Norte América”.

Un país donde ya Francisco de Miranda tuvo que hacer, en sus andanzas libertarias por el mundo, y del cual Simón Bolívar emitió opinión ante el peso que ya en la época de nuestra independencia, tuvo esa nación.

Nacida de la confluencia de ingleses, escoceses, irlandeses, franceses, más una diáspora de nacionalidades, sobre un territorio virgen, habitado solo por gentes incapaces de hacer frente al predominio técnico europeo, (siendo arrasados por estos), prontamente se erigió como la cuna de la libertad, -aunque inicialmente sólo del hombre caucásico-, capaz de sobrepasar en poder a su antiguo amo.

Como sea, desde allí partieron los primeros intentos organizados de independencia hacia nuestras tierras, y posteriormente, de allí surgieron recursos de apoyo a nuestra causa. Nunca tuvieron un papel determinante, y mas de una vez exasperaron con su ambigüedad frente a las injusticias de los ya ponientes imperios británicos y españoles, a El Libertador, quien terminó sentenciando con su famosa proclama, el cuidado a tener con la gente del Norte.

De allí, al “Green go” (Gringo), y a los abogados estadounidenses que “gentilmente” nos representaron frente a los británicos ante el problema de Guyana, -donde los ingleses no podían rebajarse a hablar con nuestros representantes-, lo único que hay es una enorme cantidad de indiferencia.

¿Pero son tan malos en realidad?; ¿Se han erguido como la plaga de América latina?, ¿Nos condenarán por siempre a ser sumisos, a ser su patio trasero?

No lo creo; primeramente debemos recordar lo que decíamos hace días sobre nuestras debilidades que hacen a su vez fuertes a quienes desde afuera, quieren cambiar algo ilegalmente en el país, luego, tenemos que aclarar que el estado de conciencia mundial ha evolucionado, mucho, e injusticias como las del imperialismo de antes, no son ya posibles. Más miedo habría que tenerle a las grandes corporaciones que logran hacer dinero, con la “mano mojada” (conciencia comprada) de todos los gobiernos, pero eso es otra historia…

En segundo lugar, y es lo más importante: Sólo son un pueblo, con una idiosincrasia, con una historia y con una dirección de trabajo que está basada en sus propias grandezas y fallas. Tengan por seguro que serian una nación más de Latinoamérica, si los españoles hubieran sido sus conquistadores y administradores. Afortunadamente, pese a algunas nefastas consecuencias, eso no sucedió. Una nación tan limitada en casi todos los sentidos, como la resultante de esa herencia colonial hispana, no hubiera podido enfrentar a un tirano como Adolf Hitler, durante lo que se convirtió en la segunda guerra mundial. El mundo sería otro, con un amo… nazi-alemán.

Los estadounidenses no son ni más ni menos que nosotros; lo único que nos diferencia, es que ellos trabajan, inventan y comercian, mientras nosotros fundamentalmente, sacamos petróleo y lo gastamos, comprando lo que gustosamente están dispuestos a vendernos.

Quieren prosperidad para su pueblo tanto como nosotros; desean hacerle saber a los demás en el mundo, lo que entienden por justicia, y todo el planeta tiene la obligación de hacerles ver donde están sus aciertos y errores.

No les puedo pedir que lean sobre la historia de los EEUU, puesto que probablemente ni la historia de Venezuela les guste leer. Sin embargo, les invito a la reflexión.

Los estadounidenses, ¿Tienen vicios?; claro que si, y terribles, por cierto, pero: ¿No los tenemos nosotros también? ¿Que no hay tantos asesinatos aquí como en EEUU, por ejemplo?; eso es falso: Quizás aquí se den 10.000 al año, mientras que allá ocurren 200.000, pero ¿Acaso no hay aquí sólo 24 millones de personas, mientras allá hay más de 250 millones?

¿Donde está “disparado” entonces el índice de criminalidad?

Podríamos hablar también que son grandes consumidores de drogas, para citar algo negativo en ellos, pero tendríamos que hablar igualmente de cómo sin medir conciencias, Latinoamérica siembra, cosecha y envía toda esa droga para allá, a cambio de verdes dólares. ¿Dónde está nuestra dignidad? ¿Somos mejores que ellos?

¿Son el imperio terrible que nos arrasará si nos descuidamos?

Ya lo hemos hablado: Son tan peligrosos, como nosotros seamos dependientes de lo que nos pueden vender. ¿Por qué invadirnos por el petróleo, si se los vendemos con los pantalones abajo, ya que necesitamos el dinero?; ¿Quieren nuestra agua dulce?; ¡Que agua dulce!, ¡si tenemos contaminado todo!; El lago de Maracaibo era el reservorio de agua dulce mas grande del mundo, decían, pero con la cloaca de Maracaibo, de Mérida y Trujillo, ¡ya ni para los peces va a servir! No me hablen del lago de Valencia, por favor…

¿Por nuestro territorio?; ¡pero si más le hemos “regalado” a los brasileños, colombianos y quien sabe a quienes mas!

Sólo son el “enemigo imperial” que quizás, algunos necesitan para justificar nuestro continuo “mirar hacia fuera”, para no darnos por aludidos, cuando el pútrido olor de nuestros vicios, inunda la casa donde dormimos. -El Galtieri de la Argentina dictatorial a principio de los ochenta, quiso ver en Inglaterra al enemigo externo que distrajera la atención de los argentinos de sus propios vicios, y tuvieron por ello, sus Malvinas, con su derrota, de la que aún no se recuperan-.

La estrategia del engaño y la distracción son conocidas desde hace miles de años, teniendo a Sun Tzu como principal artífice. Los militares y los políticos (así como la mezcla de ambos), lo saben muy bien…

En más de un sentido, los EEUU han sido el motor del mundo, y como un motor de combustión, han contaminado igual. Quizás los chinos asuman ese rol con gusto, en su afán de expansión y comercio, pero no por ello, los estadounidenses y su nación, dejarán de ser lo que históricamente les ha correspondido: Ser un catalizador de cambios.

Mientras, -y seguramente debido a esto-, los pueblos latinoamericanos siguen recibiendo grandes cantidades de remesas, producto del trabajo de millones de sus familiares que han emigrado al norte, y que a veces suponen más de un décimo de su ingreso anual total como naciones. No es el caso de Venezuela, por cierto, porque la comunidad venezolana en EEUU, -por mediocridad idiosincrásica o incapacidad-, es la que menos remesas envían a su país de origen.

Quizás a los estadounidenses les haga falta un poco del calor que como latinos tenemos, y a su vez, a nosotros nos haga falta su constancia con el trabajo, y su lucha, con sus altas y bajas, por el apego a su constitución y sus leyes.

Quizás mas adelante eso ocurra: la continua migración hacia EEUU por parte de los latinoamericanos, eventualmente creará una nueva forma de conciencia en ese país, y su mayor sensibilidad les haga extendernos la mano, no para sujetarnos, sino para liberarnos de los últimos vicios que tengamos. Como ellos, nosotros debemos hacer el mayor esfuerzo por nuestra propia cuenta para lograrlo. El camino a la grandeza no tiene atajos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Hacia el país de potente estrategia (I)

Ya que hemos establecido lo importante que resulta crear una estrategia nacional de crecimiento, sigamos las cuatro vertientes básicas para la estabilidad familiar y social mencionada en el pasado. Decíamos en una de las primeras entradas del blog: “Una familia sólo puede comer establemente y en paz, si su mesa cuenta con sus cuatro patas: Educación, Seguridad, Bienestar social y Trabajo. “.

Estas son las cuatro partes que la estrategia venezolana debe cubrir; todas al mismo tiempo, de manera tal que la sensación de injusticia, que siempre se yergue como el catalizador de la desesperanza, la ignorancia y el resquebrajamiento social, den paso a un ambiente de justicia, que al fin de cuentas, despeja el camino entre Dios y el pueblo. (Recuerden la frase que les invitaba a reflexionar al principio del blog; ¡no es cuento!

A medida que nos adentramos en los diversos componentes de cada “pata” de la mesa, vemos que la situación, frente al análisis necesario, se va poniendo difícil. No quiero proseguir sin detenerme brevemente en lo que para mí, es cada componente, como mínimo:

Educación: Se refiere a la educación básica, a la técnico-profesional y a la universitaria-profesional. Ningún menor de edad puede estar sin estudiar. Ningún mayor de edad puede estar sin trabajar, y sujeto a entrenamiento-tecnificación laboral, y esto último (lo referente a la obligatoriedad del trabajo en mayores de 18 si no se encuentran estudiando), tiene que ser deber y derecho desde la misma constitución. Obviamente, existen excepciones, como las de tipo medico y/o psicológico. Inicialmente la planificación estratégica buscará que todo niño estudie. No todos llegarán a ser productivos al nivel que se pudiera desear, pero ello aumentará el nivel cultural de la población y de la sociedad, a medida que las generaciones pasen.

Seguridad: Se refiere, justamente, a que la población pueda estar tranquila en cualquier sitio y hora. Ni amenazas internas a la vida, ni mucho menos externas, puedan afectar la psique del venezolano. El imperio, pero de la ley y del sistema judicial, debe ser omnipresente en todo el territorio. El reclamo de un solo ciudadano debe ser suficiente para que el estado ágilmente reaccione. El verdadero poder popular, es el poder de uno”.

Bienestar social: una estructura de seguro social clara, eficiente, honesta y oportuna, son vitales. Mientras existan ingresos como los actuales, la educación básica, la salud y el aporte de una pensión básica obligatoria a los mayores de 60 años, deberán existir.

Trabajo: Reglas claras en lo político, administrativo y económico, que amparen al trabajador y a la nación, al mismo tiempo que estimulen a quien en honrada hora tenga una idea que produzca trabajo y riqueza, son condiciones inobjetables para que la población logre obtener un trabajo digno. No existe teoría social o económica capaz de excusar a la dirigencia política, para no conseguir este objetivo en Venezuela, por lo menos durante los próximos 100 años.

La estrategia para estos cuatro aspectos fundamentales, estará acompañado de un cronograma, que permitirá evaluar lo aplicado y los resultados, llegado a ciertos hitos prefijados, y no retrasables ante cualquier excusa. Recuerden que los tiempos de revisión, deben ser menores a los periodos de los gobernantes, a fin de que podamos cambiarlos cuando estos no cumplan su función. Dada la actual situación deteriorada, debemos hablar quizás de evaluaciones a los seis meses, al año, a los dos años, a los 5 y a los 10, a partir del momento del arranque. Una revisión mayor debe darse en la marca de los 5 y los 10 años, a fin de establecer la dirección de trabajo para los siguientes 25 años.

El lenguaje político deberá ser constitucional, venezolano, equilibrado e inspirador; la gente mas humilde de este país, producto como sabemos del abandono y el desatino gubernamental por décadas, no quiere que se le hable como a pobres iletrados, necesarios solamente para el adoctrinamiento que los haga dependientes del partido y el estado, sino como a ciudadanos que por derecho, al ser venezolanos o extranjeros legalmente residenciados, deben ser atendidos, evitando con esto que un mega estado, actuando como muletas, permita al condenado a la injusticia y pobreza social, dar eternos y miserables pasos durante toda su vida.

El gobierno, que debe ser fiel reflejo del estado institucional, tiene por delante el lograr de manera planificada, el equilibrio nacional, lo que forzosamente llevará años, y como decíamos, más de un gobierno.

No podemos seguir construyendo sobre bases débiles y fracturadas; ese ha sido también la visión y el empeño del actual presidente de la nación, y aunque el tomara un rumbo ligeramente distinto al que propongo, no por ello podemos menospreciar el intento hecho. Insisto en lo importante que es sacar provecho de lo bueno y lo malo practicado hasta hoy; todo será necesario evaluarlo para poder avanzar. Cientos de políticas han sido ejecutadas siguiendo la estrategia presidencial, que a fin de cuentas, viene también a ser un intento último para el actual gobierno, de enderezar a una Venezuela que se balancea sin equilibrio, aunque en ello haya invertido parte del esfuerzo finalmente en construir sobre lo roto ya.

Simplemente hay mucha corrupción, y nuestra descomposición como sociedad, -tan mencionada ya en este blog-, se aproxima ya al final de la propia enfermedad que generó. La política para enmendar el daño, debe venir desde arriba, mientras que la voluntad titánica para exigirla y luego aplicarla ha de ser del pueblo como colectivo social, y no puede estar sino acompañado de administradores del dinero y la justicia publica, incorruptibles, dispuestos incluso a sacrificar su permanencia en el país, luego de pasado el durísimo periodo de tiempo que requeriremos al aplicar inicialmente la estrategia nacional de desarrollo.

Bueno amigas y amigos compatriotas, no me pidan largas proclamas alentadoras; eso se lo deben pedir a un político…

La potente estrategia, que busque impulsarnos a todos como sociedad, permitirá que la constitución se exprese cabalmente. No necesitamos ninguna refundación épica; solo ser sinceros con nosotros mismos como pueblo, y estar dispuestos a aplicar las reglas que nuestra venezolanidad ya ha escrito.

Ya sabemos cuales son las metas. Hablemos ahora de cómo llegar a ello.

Sobre el concepto de estrategia y planificación estratégica.

Aunque nuestro tema principal a futuro como ya decíamos, será el desarrollo de estrategias que sean integradas, de carácter nacional y con pautas precisas en tiempo y propósitos a cumplir, es necesario primeramente introducirnos, como ya es nuestra costumbre, en los conceptos básicos que nos permitan acertar en el desarrollo de estas, conocido ya los problemas medulares que nos aquejan.

No debemos olvidar que las herramientas estratégicas pueden ser igualmente utilizadas por una bando u otro, e incluso, por terceros (internos o externos al país), que abierta o solapadamente, buscan conseguir un objetivo, sea cual sea, como comentábamos en la entrada anterior, y esto sin importar si beneficia solo a una minoría o incluso, a un sector o individuo particular. (De mas esta decir que ya de por si, al existir dos bandos, existe también división, y esa es la seña de los grupos o colectivos que siempre pierden).

En otras palabras, las estrategias son como las armas: sirven para defendernos mediante la disuasión, o para destruir y matar a quienes se opongan a nuestras resoluciones...

Una buena imagen introductoria al asunto de las estrategias y lo qué son, lo es por ejemplo, la respuesta previamente diseñada para que, ante una marcha multitudinaria de un grupo social o político “x” digamos, tendría un gobierno o un adversario “z”: el sistema de apoyo creado para reaccionar con una contramarchar, por ejemplo. Así crean una matriz de opinión contraria, que haga contrapeso a través de los medios comunicacionales títeres, a esas iniciativas (la de la marcha de los “x”) que no convengan, de manera que termine diluyendo cualquier esfuerzo por llevar la verdad o una opinión alternativa a ese gobierno o empresa “z” que domina toda la estructura de poder de un país dado.

Veamos lo que académicamente, aunque en lenguaje sencillo, es la estrategia: Volvamos a usar como referencia a los amigos de la Wikipedia:

“Una estrategia es un conjunto de acciones planificadas que se llevan a cabo para lograr un determinado fin”.

Una buena estrategia debe:

  • Ser capaz de alcanzar el objetivo nacional deseado.
  • Realizar una buena conexión entre la sociedad y los recursos disponibles; debe ser factible y apropiada histórica e idiosincrásicamente.
  • Ser capaz de proporcionar a la nación una ventaja competitiva; debería ser única y sostenible en el tiempo, independiente de los gobiernos elegidos.
  • Debe ser dinámica, flexible y capaz de adaptarse a las situaciones cambiantes a medida que se obtienen resultados sociales, económicos y políticos.
  • Ser suficiente por sí misma (no depender de un factor ideológico o económico externo).

Una estrategia contiene un núcleo central, y este constituye el motor de todo el conjunto: la visión.

Por esta razón, una declaración efectiva de visión debe ser:

  • clara y alejada de la ambigüedad personalista y partidista.
  • que dibuje una escena nacional
  • que describa el futuro de nuestros hijos
  • que sea fácil de recordar y con la que uno pueda comprometerse
  • que incluya aspiraciones que sean realistas para la mayoría
  • que esté alineada con los valores y cultura de la nación
  • que esté orientada a las necesidades del colectivo, que es la suma de los individuos.

En general, las planificaciones estratégicas fracasan por dos tipos de razones: estrategia inapropiada y pobre implementación. La estrategia puede ser inapropiada debido a:

  • recogida inapropiada de información y su uso correcto
  • no se ha entendido la verdadera naturaleza del problema
  • es incapaz de obtener el objetivo deseado por no inspirar la venezolanidad
  • no encaja los valores ideológicos impuestos, con el de nuestra idiosincrasia, y por tanto, no es realizable.

Una estrategia puede ser implementada de forma pobre debido a:

  • sobreestimación de los recursos y habilidades disponibles
  • fracaso de coordinación, debido a la corrupción y desvalorización social
  • intento poco efectivo de obtener el soporte de otros, debido a la imposición de modelos no apoyados por la mayoría
  • subestimación de los recursos de tiempo, humanos y económicos necesarios
  • fracaso en conseguir la unión para seguir el plan establecido, debido a la división de la sociedad en bandos

Si en el pasado solía ser el liderazgo político el que dictaba la visión y la misión de la misma, actualmente se entiende que debe ser un producto colectivo y consensuado en el que participen todos los implicados en su realización. De acuerdo a este método interactivo:

  • La visión ya no puede ni debe ser dictada por la alta casta política (clásica o reaccionaria), sino que es una visión compartida por los miembros de la sociedad
  • La misión no puede ser una mera declaración, sino que debe llevarse a la práctica en acciones concretas a lo largo de un período de tiempo
  • La planificación estratégica se debe revisar y refinar periódicamente y no pasado varios años como en tiempos pasados, ya que los gobiernos cambian constantemente.

Como ven, pese a nuestro entusiasmo y empuje inicial, típico de nosotros los venezolanos, no podemos en esto tan importante, arrancar a la carrera sin conocer lo necesario, sin dejar claro lo que aún nos confunde, y sin admitir completamente, nuestras debilidades y vicios.

Próximamente entraremos en terrenos mas difíciles de explicar a mi modo de ver, y donde debemos recalcar, que solo serán ideas generales sobre posibles escenarios a desarrollar como nación. Les invito a definir esa visión que debemos tener, y a establecer los hitos que demarcaran nuestra acción en el camino de la grandeza que como nación, nos espera. En algún momento, la sindéresis, volverá a nuestros corazones, y la opinión de todos, deberá ser escuchada.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Desestabilizadores y tentáculos de ambiciones y poder, nacionales e internacionales siempre habrán...

...la pregunta es: ¿Serian una amenaza real si el país marchara bien?

La respuesta es obviamente, no. De erigirse Venezuela en lo que hemos visualizado que podría ser, ninguna organización o movimiento anti-institucional, tendría cabida en la nación. Se limitarían siempre a ser meros ridículos, fuera de contexto, y sujetos al castigo de la oportuna ley.

Pero no es el caso actualmente: la desestabilización, la infiltración, y la implantación de la mentira, tienen poderosas probabilidades de penetrar y tener éxito.

Habría que comenzar por nuestra ya citada débil identidad nacional, y nuestra casi inexistente cohesión en torno a un valor superior a nosotros mismos, pero por cierto, no impuesto por alguna particularidad en las esferas políticas, religiosas, o militares.

No vale la pena detenernos a analizar los entuertos del pasado lejano, cuando de amenazas y de su neutralización se trata, sobretodo cuando el actual gobierno venezolano, con sus 10 años a cuestas, comenzó ya hace tiempo ha contar sus actuaciones como elementos históricos, -por lo viejo que ya es-, y bastará entonces analizar los últimos años del mismo.

En esos mismos últimos años, hemos podido ser testigos de los intríngulis que desde el exterior, han sido escritos, enviados y aplicados, con el fin de retornar al viejo “statu quo” de los 70 y 80´s.

Sin embargo, la mega estructura administrativa que hemos forjado buscando superiores niveles de gobierno, se ha erigido como el propio peso muerto que amenaza con hacer colapsar la estructura misma de administración y mando gubernamental, haciendo soñar a las mentes creadoras de aquellos intríngulis, con gloriosos retornos, que en verdad nunca más regresaran...

Por esta razón, por cierto, aclaremos que por ejemplo, los estadounidenses no necesitan de bases en Colombia para espiarnos o atacarnos; les basta y sobra cualquiera de sus flotas navales para hacer eso, desde el mar, con una facilidad que causa vertigo...

Los brasileños no necesitan espías, cuando tienen hábiles empresarios que logran penetrar la estructura de decisión administrativa y política.

Los colombianos no necesitan atacarnos; les basta con barrer hacia nosotros, como ya lo hacen con el plan Colombia, a la guerrilla, el paramilitarismo, y a las clases sociales desposeídas que el estado colombiano no busca proteger ni hacer prosperar.

A otros gobiernos latinoamericanos, les basta con mover la cabeza como los perritos de adorno que se colocan en el tablero de los automóviles, para garantizar sus respectivas becas venezolanas.

Lo que nos mata es la riqueza en petro-dólares, que fácilmente pueden ser robados, si se llega a tocar la puerta burocrática adecuada. Así las cosas, nuestro peor enemigo, nuestro verdadero infiltrante, es la descomposición social, que nos hace marchar como nación, cada vez de peor manera.

Insistamos: Aún no hemos tocado el fondo, y no es necesario hacerlo, para enrumbarnos sabia y hermanadamente como venezolanos, hacia el futuro.

Sobre el titulo de una noticia en BBCMUNDO, publicado el 5 de noviembre de 2009: “El día en que España acabó con los británicos”

O como debiéramos decir: “El día que el destino condenó a Latinoamérica a la miseria”.

Se refiere a que en estos días, se hacia noticia el que un grupo de españoles fuera hasta Cartagena de indias (Colombia), para develar una placa conmemorativa a la batalla que ingleses y españoles libraron en ese paraje (14 de marzo de 1741), por el control de buena parte de las colonias de España en Suramérica, y la derrota que el imperio británico sufrió a manos de los primeros; quizás la única victoria resaltante para España…

Triste día quizás, en el que una buena estrategia, de parte de un hoy en día casi anónimo militar español, llamado Blas de Lezo, superó a la del almirante ingles Edward Verton, sellando el miserable destino que depararía a estas tierras, bajo el dominio de lo que a la larga, resultaría ser el mas insulso y atrasado de los imperios conocidos en los últimos siglos.

¿No me creen?; hagan click en la imagen anexa y díganme: ¿no corresponde la parte española del continente, con la mas atrasada hoy en día?

Claro, achacarle la culpa a los españoles por lo que somos, seria entupido; lo que concebimos como latinoamericanos, es producto ya de un par de siglos de luchas a ciegas y entre ojos cerrados, por nuestra independencia, mientras que los españoles solo fueron el “mal terreno” y parte de la “mala semilla”, sobre el cual tuvimos que levantarnos. Desprendernos de su miseria, flojera, y vanidad, es algo que nos ha llevado mucho más tiempo…

Ahora, ya sabemos que somos un extracto mal depurado de todas las virtudes y males de cuanta cultura existe en la tierra; por ello nuestro crecimiento ha sido lento, y por eso nuestro futuro también será, como compensación, grandioso, y un ejemplo inspirador para el resto de la humanidad.

Recuerdan, por cierto, -hablando de males-, cuando en Venezuela era común escuchar, de labios de los políticos, al referirse a España, como la “madre patria”?; que mayor muestra de torpeza y sometimiento al colonialismo burdo de un imperio que solo duró lo que los otros imperios le permitieron sobrevivir…

No me mal entiendan; nada de esto se conecta con la actual España en términos xenófobos, y no representa desprecio hacia sus ciudadanos, que solo buscan en todo caso, su progreso e inserción como país desarrollado, entre los mas poderosos, usando las mismas técnicas pragmáticas de orientación económica, -por cierto-,que dichos países utilizan.

El punto aquí es que por alguna razón, Dios permitió que el imperio mas ambicioso de riquezas materiales, y menos aportador de cultura de trabajo, fuera el que nos dominara, diera forma y vida como sociedad, que es hoy día, tercermundista.

Nuestra mayor debilidad frente a países como España, es dejarnos llevar por los cantos de sirena que representan sus inversiones, sus empresas y sus negocios de explotación, en cosas que no necesitamos, o que bien, por cierto, podríamos hacer nosotros mismos.

Una de las mayores mentiras que en Venezuela se puede decir, es aquella que afirma que necesitamos inversión extranjera.

NO NECESITAMOS DINERO EXTRANJERO, CUANDO ANUALMENTE, CIENTOS DE MILLONES DE DOLARES ENTRAN A LAS ARCAS DEL ESTADO, PRODUCTO DE LA RENTA PETROLERA.

Ningún gobierno extranjero, o empresa transnacional, invertirá nunca más que la capacidad posible y real de hacerlo que tiene el estado venezolano. Ninguna de ellas, por cierto, pretenderá llevarse menos de 200% de ganancia sobre cada dólar, o euro, o espejito, que traigan a nuestro país.

Lo que necesitamos es estrategia clara y realista, voluntad de hierro para hacer cumplir la justicia, con la constitución por encima de todo, junto a la Fe en el Dios que nos guía.

domingo, 8 de noviembre de 2009

No es lo mismo caminar el sendero libertario que, pararse en el camino, ¡creyéndose el libertador!

Cada vez que un “libertador” se detiene a la vera del camino venezolano, sólo a hablar, distrayéndonos inútilmente, perdemos años valiosos de acción, a cambio de una más que dudosa “experiencia” que tercamente, incluso a final de cuentas, nos resistimos a aceptar y aplicar en las consecuencias que finalmente trae.

Por esa razón, hablábamos en la entrada anterior, la manera en que nuestra facilidad de olvido, ha logrado corroer nuestro propio empuje como nación.

Este “defecto” nos hace dejar a un lado con extrema facilidad, los hechos gubernamentales y/o sociales que nos hacen daño: los errores que provocan perdidas mil millonarias a nuestra economía, los presupuestos dilapidados por la ineficiencia y la profunda corrupción social y política, así como las vidas que se pierden cuando se abandona toda seriedad en el trato de los problemas medulares que producen el fenómeno de la delincuencia, la anarquía, y la impunidad jurídica.

El punto aquí, con el que titulamos, el de los “libertadores” que se detienen en el camino y con quienes nos detenemos también, nos arrastra inexorablemente hacia algo básico, que por ser una estrategia “novedosa” en Venezuela, (y no por ello útil: la del dogma socialista-comunista, distinto por cierto, al espíritu social de la democracia verdadera), ha calado con cierto éxito, por haber estado lejos de esos movimientos revolucionarios en el pasado: la aparentemente superflua diferencia entre adoctrinar, e inspirar; entre principio, y doctrina, y como estas definiciones mal asimiladas nos lleva a juicios errados de valores, que permiten a la postre, la insurgencia a veces hasta accidental, de “estadistas” y lideres a quienes seguir ciega o convenientemente, hasta el final,

No lo considero, para nada, un punto irrelevante; al contrario. De hecho, de ello depende la actitud que asumamos frente a cualquier alteración ilegal de la estructura nacional, (como lo seria la constitución), y a la larga, en definitiva, de ello también dependerá la manera en que como venezolanos nos veamos: como inspiradores de libertades, o como vendedores de rígidos pragmatismos ideológicos, no originarios en nuestra venezolanidad, y donde generalmente, pertenecer al poderoso partido gobernante, es para dicho dogma ideológico, lo que tener una tarjeta de crédito “American Express” es para el capitalismo...

Primeramente, hay diferencias entre adoctrinar y doctrinar. En muchos medios de comunicación, tanto del oficialismo, como del oposicionismo, los confunden a menudo en un peligroso juego de desinformación, que no por haber sido visto muchas veces en otras partes del mundo, debemos dejar que se implante aquí.

Pero volviendo al tema, ¿Qué es adoctrinar?; el diccionario de la Real Academia, nos dice que: “Adoctrinar es instruir a alguien en el conocimiento o enseñanzas de una doctrina, inculcarle determinadas ideas o creencias.

Leía algo que escribió alguien hace unos años, y quería compartirlo con ustedes; el fondo, como siempre, es lo más revelante, por lo menos, frente a la forma:

“-El sentido común del vocablo “adoctrinar”, indica precisamente el proceso de transmitir, de prefabricar la ofuscación del intelecto, sea a través de sofismas filosóficos y políticos, o por los medios de comunicación informativos y educativos, artísticos o comerciales. En la lucha por la independencia de los pueblos el opresor influirá, predominará y seducirá a los vencidos comercial y culturalmente; es decir, “adoctrinadoramente”.-”

¿Quieren verlo de manera más simple?: Adoctrinar, es como programar computadoras: No importa el sistema operativo que tengas; lo importante es formatearte, reiniciarte, e instalarte el sistema operativo con el que le sirvas al estado.

En otras palabras, no importa lo que pienses, o si previamente estabas lejos, o allende a lo establecido por el mandamás de turno; lo relevante únicamente es lo que debes pensar para adaptarte y servir a la causa del que la lidera, sin importar su rectitud o desviación de lo correcto ante Dios, la justicia y el pueblo.

Por cierto, y sólo para dejar claro algo que pareciera igual, pero que no lo es:

Doctrina: Enseñanza que se da para instrucción de alguien”. Esta se impartiría mediante la enseñanza: “Enseñar, comunicar sistemáticamente ideas, y conocimientos”.

Podrían a estas alturas, preguntarse también qué es entonces un principio; la Real Academia viene a nuestra ayuda:

Principio: Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta.

Deténganse un momento aquí, para repasar lo que ya hemos hablado sobre nuestra venezolanidad, sobre nuestra alma escrita, y sobre lo que a nuestros hijos queremos enseñar para que labren su propio futuro…

Así las cosas, en resumen, podemos ver que:

Los principios inspiran doctrinas básicas (muchas planteadas en la constitución…es decir, el alma escrita de la nación), que a su vez, son enseñadas como un único acto de fe, que busca hacer hombres que exploren, y que pese a fallar y acertar en el proceso, -como ahora-, y de manera alternativa, siempre, empero, estarán evolucionado hacia su propio tiempo de existencia y concepción, marcando una etapa mas sensata en la nación.

Lo hemos visto durante la historia humana, y lo hemos mencionado antes en el blog: los humanos no son seres dogmáticos; son seres prácticos, guiados por el deseo de bienestar, y ocasionalmente (¡y cada vez con mas frecuencia!), dejándose llevar por la inspiración de un Dios de amor, y un anhelo irrefrenable de justicia para todos.

Que el bienestar lo asocien expresamente al dinero y al poder sobre otros, es una distorsión indeseable, tanto por lo menos como el del deseo cíclico en la cultura humana, en pequeños grupos o individuos convencidos de su suprema verdad, necesaria de imponer al resto del colectivo, para que vivan felices...

No es fácil, sin embargo insisto: “en lo difícil está el camino que se construye con losa sólida y dirección firme”.

Cuando hablaba de los problemas que arrastramos y que nos debieran causar vergüenza mayor, estaba el de nuestra tendencia –universal por cierto-, a buscar un solo hombre sobre el cual echar todo el peso de las decisiones, y a quien es fácil luego juzgar y matar si se equivoca, retrotrayéndonos esto a aquella entrada donde comentábamos como el líder, se convierte en su propia victima. (Julio, 2009: Cuando la culpa es de la nación).

Como aquel adolescente mencionado hace mucho, al principio del blog también, y que creo que recordarán aún, seguimos empeñados como nación, y mas como individuos, en buscar culpables siempre fuera de nuestras propias esferas de personalidad, seguras y cómodas.

El punto sigue siendo esa necia tendencia a detenernos en nuestro andar, cada vez que alguien a la orilla del camino, y a veces desafiantemente en el medio del mismo, se levanta sobre una piedra y habla de lo que nos espera adelante en la ruta, o del “atajo” que encontró, logrando sólo con ello, hacernos frenar el andar, y robarnos en ese proceso, la aventura, la gloria, y la sabiduría que el autodescubrimiento, basado en los principios fundamentales que como humanos tenemos e impartimos a nuestra descendencia con inteligencia, nos permite.

El camino es para andarlo, no para ver a otros andar y perderse en la distancia infinita de los horizontes que se funden con los cielos.