domingo, 1 de octubre de 2017

Septiembre pasado, Septiembre perdido para Venezuela

Quisiera poder decir otra cosa, pero lo cierto es que no puedo: El mes de Septiembre pasó "por debajo de la mesa" para Venezuela y sus ciudadanos, acostumbrados a regañadientes a subsistir con lo que se pueda, antes que sentirse con derecho pleno a exigir y hacer en consecuencia el esfuerzo de coordinarse para forzar y concretar un cambio real.

Por esta razón es que cualquier esfuerzo que dijera o afirmara haber hecho la oposición no resultaría en algo distinto a algo que mas temprano que tarde habria erosionado la confianza de un importante sector de la sociedad venezolana ilusionada en que pudieran ser la vía de un cambio; del otro lado de la ya desgastada y sucia calle de la politica en el país, es imposible divisar acto alguno de la dictadura revolucionaria del siglo XXI que tampoco signifique otra cosa que un esfuerzo desesperado por "atornillarse" en el poder heredado descarada e inmoralmente.

Como actores de tercera clase desfilando en los estrechos corredores de un pequeño maloliente y desvalijado teatro, la patética obra teatral montada por los políticos venezolanos, -con una siempre y "cautiva" sociedad en las tribunas-, sigue su curso en lo que parece ser una puesta en escena sin fin, al menos en lo que respecta a Septiembre, donde los acontecimientos parecen enzañarse contra lo poco que pudiera quedar en pie.

La obra es de los políticos que como sociedad accedimos a dejar "libres" a su vuelo, y son ellos los que ahora controlan todo, sin pudor disimulable.

Y Nicolás Maduro como cabeza visible de esta serpiente que nos asfixia sin rubor, a estas alturas de la obra teatral montada ya no puede mostrarse más que como el charlatán director  de aquel intento de actuación que lleva en cartelera demasiados años, soportada por subsidios sin fin, en tanto que sobre sus tablas, el pequeño escenario (más para marionetas que para actores), le va dando el turno para la actuación al político en cola (que pudiera ser chavista, del PSUV, del nuevo partido político que Maduro está comenzando a armar, o del chiripero que conforma el barco "medio hundido" de la MUD), para representar el breve y previamente acordado papel del "bueno", del "malo", o "del de centro" que le toque interpretar, conforme la necesidad que el momento social requiera para intentar eternizar la fatal obra.

En tanto, el país como república ve como se agudiza el dolor de su etapa terminal, sin que su sociedad termine de entender la razón y la posible salida requerida.

¿Condena inevitable de un pueblo manso y arrogante al mismo tiempo?; no necesariamente, aunque los acontecimientos no sugieren que la "inevitabilidad" haya tomado otro camino distinto al nuestro.

Octubre apenas comienza, y una opotunidad para salir de este esteril ciclo se nos pone por delante; 

...dependerá de nosotros. 


(Insisto: de nosotros, no de los políticos...)

Cuanto más nos empoderemos de la nocion de que la verdadera fuerza está en los "unos haciéndose uno", más cerca esremos de lograr lo que le debemos a las generaciones futuras.