viernes, 17 de julio de 2009

¿Es el voto el mejor camino para expresarnos?

Para algunos hoy en día, esa es una pregunta muy importante; lo cierto es que discutir esto, cuando en Venezuela hay gente que piensa que el presente gobierno se ha degenerado en una nueva forma maquillada y mediática de excesos y personalismo, cubierto de mantos democráticos, no es en verdad nada fácil.
Pese a esto, creo que la respuesta es un enorme ¡SI!; lo es porque es la manera "física" y visible de mostrar con números en términos de mayoría o minoría, lo que hemos de aceptar como elegido. (ya sabemos que las minorías no deben ser despreciadas ni eliminadas; poseen mecanismos de representación proporcionadas de acuerdo a la constitución.)

Otra cosa es la manera en que se vota; en lo particular, mas de uno de nosotros cree que el voto electrónico es débil a la hora de garantizar la legitimidad, salvo que este unido a una comprobación de tipo estadística clara, mediante el conteo de los comprobantes debidamente autenticados.

El voto simplifica la emisión de opinión, pues lo resume a pocos "bits" de información: un "si" o un "no", por ejemplo, evitando que asuntos triviales se hagan eternos en su discusión, debido a que cada quien debería emitir su opinión.

Es importante recordar como en el pasado, las votaciones eran cada 5 años, y sólo se preguntaba en términos muy primitivos (se usaban colores...); sabemos que la participación del ciudadano en las dirección nacional era mínima, y las atribuciones abusivas de los políticos de entonces, era máxima.

Hoy en día, la constitución nos recuerda y exige participación mas cercana; lo que queda débilmente asentado, sin embargo, es la inamovilidad de las pautas y tiempos para las diversas elecciones, así como queda abierta a la falta de control, el manejo de las bases de datos de quienes están inscritos en los registros electorales, y aquellos que en un momento dado, pudieran ofrecer su firma para llamar a un referéndum, bajo cualquier tendencia política, a manejos pocos éticos que al final, se hacen con fines de cohersión y represalia por parte de algunos movimientos extremos en la misma política venezolana.
De hecho, la percepción general es que la figura del referéndum, fue destruida en su misma primera puesta en práctica. Simplemente, es un instrumento que mostró, en Venezuela, ser manejable a su antojo por el más fuerte del momento.

Por delante queda, para asentar la institucionalidad del voto como elemento de expresión consagrado en la constitución, la creación -léase, bien, creación, no depuración-, del nuevo registro electoral venezolano. Es cosa conocida por todos, que aquí cuando hay elecciones presidenciales, por ejemplo, parece más bien una votación de las naciones unidas, ¡porque votan gentes de todas las nacionalidades!.

Eso tiene que desaparecer. El próximo proceso de cambio de cédula de identidad que se haga, deberá permitir depurar esto, al registrar sólo a aquellos que tuvieran los documentos probatorios de su identidad como venezolanos, dándole a los hermanos extranjeros en residencia, su debido documento de no venezolano, (hasta tanto se nacionalicen formalmente los que deseen hacerlo, claro). Lo segundo será el registro electoral, con justificación de edad (18 años, indica la constitución), nacionalidad, fotografía, huella, y residencia. Será una empresa inmensa, pero necesaria, para crear una confianza sólida en el sistema de registro y elección del país.

No se trata de xenofobia; es cosa de ser venezolano; ya lo mencionábamos en una reflexión anterior. No somos las naciones unidas. Tenemos que partir de lo básico; cualquier otra opción es casi una necedad. Es lo mismo que se dicen los demás hermanos latinoamericanos en sus propios países, simplemente.

Otras formas de expresión -a las que en realidad los gobiernos le hagan caso-, existen, pero aún en fase de maduración, por decir lo menos. El problema con los mecanismos menudos de expresión política, es que suelen ser muy manipulables por los partidos y malas intensiones en general, con el fin de crear las famosas "falsas matrices de opinión" que, como nuestra querida bandera nacional, hoy en día da para todo...

Un par de ejemplos sencillos:
1- Un consejo comunal se reune para decidir que hacer con "xx" problema, pero como el consejo está dominado en su directiva por una sola tendencia política, que únicamente escucha a su vez a sus seguidores, el resultado de ese consejo es siempre, una sola opinión, y unas decisiones sesgadas; para nada democráticas en apego a la constitución.

2- "200 personas" salen a manifestar su opinión durante una asamblea de calle de cualquier organismo nacional, regional o municipal. Todas las "autoridades" escuchan los convenientes planteamientos de esas personas (que por cierto, no dejaron escuchar la voz de los cuatro "pelaos" que diferían de ellos...) y se cierra la consulta. Resulta que a la vuelta de la esquina, 10 buses esperaban a la gente para llevarlas: venían con anterioridad de la reunión del partido "xxx", donde se había establecido el lineamiento "mm" a plantear. Conclusión: nuevamente la consulta fue sesgada, y dirigida con premeditación por un sector político, de espalda a lo democrático...

Sea como en el pasado, con las llamadas asociaciones de vecinos, o cualquiera de los cientos de partidos que hay en este país, como verdaderas "chiripas" que sólo se les ve cuando esta oscuro, lo cierto es que estas prácticas continúan.

Por estas cosas, y muchas otras, es que por ahora, emitir la opinión a través del voto, secreto y directo, es el mejor camino.


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