martes, 25 de diciembre de 2012

¡La mejor navidad para todos en el planeta Tierra!

lunes, 24 de diciembre de 2012

Y después de las elecciones, ¿La nada?


Definitivamente, pasaron ya las insípidas elecciones de gobernadores y legisladores estadales, y con ello quedaron a la vista los dos protagonistas verdaderos que protagonizaron, a pesar de no poder ser “vistos”: uno es el presidente de la republica, que definitivamente, por la razón personal o médica que sea, parece que se siente más cómodo y seguro en un hospital de Cuba que en uno de Venezuela, y el otro, fue la abstención que rondó el  46%, sobre aquel total de los que en el vetusto y muy objetable registro electoral, estaban inscritos y aptos para votar.
Sé que en referencia al título de esta entrada, (en términos humanos y físicos), la nada como tal no existe; sin embargo, en lo que se refiere a este concepto en las esferas de nuestra concepción nacional, pareciera que de existir, no hay en Venezuela material suficiente para rellenar ese “vacío” con ideas, honestidad o alternativas consensuadas, lo cual sin dudas amenaza nuestros “espacios” nacionales internos; más aún en la medida en que somos testigos en estos días, de como la derrota electoral de un sector de la nación,  parece que solo favorece al otro, cuando en realidad, acrecienta el daño al país, pues como si de viejos enemigos de territorios distantes se tratase, parecieran estar combatiendo en una tierra de nadie (Venezuela), por lo que esta puede ser ofrecida a los aliados de cada bando, en ofrenda de alianzas, sin remordimientos...
Hemos comentado el cómo la división, y la identificación del adversario político con el enemigo externo que nos quiere dañar, ofrece un “simplificado” escenario desde donde sacar beneficios políticos en la medida en que la percepción de la sociedad se radicaliza en torno a esas ideas simplistas, concibiendo con ello la posibilidad cierta de establecer bandos de apoyo, del mismo tipo de esos en los que con las condiciones y recursos correctos, se desencadenan guerras civiles y sangrientas, en algunas naciones subdesarrolladas.
Exclamaciones actualmente expresadas de parte y parte en los bandos ya conformados (unos ganadores y otros vencidos después de sucesivas y costosas elecciones), como las del vicepresidente Nicolás Maduro, (más propias de un vicepresidente del PSUV que de uno de la nación, a juzgar por sus declaraciones recientes, atacando y despreciando a aquellos elegidos por la gente, distintos del PSUV, clasificándolos como los de la legión del mal), o del también peseuvista Jorge Rodríguez, que sin medir demasiado en el sentido común, afirma sin rubor que: “Unos minutos más y le ganamos en Miranda” (Según el CNE, la diferencia final entre Jaua-Capriles fue de aprox. 47.300 votos), por lo que ante esto, lo que queda es hacer la inevitable pregunta:
¿Tan impresionante es la maquinaria del PSUV, que se traerían por los pelos a último minuto a 50.000 votantes para que sufragaran y así remontar la diferencia con el que finalmente ganó?; ¿Es así como entienden los actuales políticos, que se debe hacer política; a punta de movilización de masas, a modo de “zombis electorales”?; ¿Fue por cierto, esa la misma maquinaría zombi que permitió el triunfo de Chávez en Octubre?
Es posible por cierto, -viendo en retrospectiva como hasta ahora el impacto de las maquinarias  ha sido más que evidente, contundente-, decir que realmente después del 2006, Chávez no ha ganado ninguna elección, sin la asistencia de la maquinaria invasiva y manipuladora de su partido, (como en menor medida, dada la diferencia abismal en la disponibilidad de recursos, se ha dado en cualquier otro partido político en Venezuela , desde donde el mismo PSUV aprendió esas artes), creado exprofeso desde los restos del MVR, a partir del descalabro de éste en el referéndum consultivo del 2007, donde la iniciativa del presidente perdió.
Visto en frío, (Tan frío, que me acusarán de apátrida y escuálido, sin serlo, al tiempo que un oposicionista pudiera frotarse las manos suponiendo erróneamente que apoyo su torpe actuar de oposición), no ha habido más voto conciencia desde entonces en las filas oficialistas capaz de lograr determinar un resultado electoral favorable al presidente, por sí solo.
Todo ha dependido de la maquinaria, y no de la reflexión y la introspección.
Es duro lo que afirmo, pero podemos entender que todo esto es la consecuencia directa del giro que han tomado las cosas hasta el presente, (y no me canso de buscar una manera nueva de describírselos y decírselos), pues por un lado, las filas oficialistas pasan todos sus esfuerzos por el filo de la aceptación de  un único líder, mientras la oposición, que no entiende  que la postura contraria a priori, (de ser la némesis de todo cuanto emerja del gobierno),  no encierra la estrategia que es capaz de superar las limitaciones del chavismo, sumido ya de por si en sus “endógenas” e insalvables limitaciones, propias de toda aquella épica vivida a través de la existencia de un solo hombre, por muy bueno o malo que resultase ser.
Por estas cosas pintadas en el lienzo nacional de hoy en día, es que en la pasada entrada les decía (y añado ahora dos palabras al final):
Pareciera que nadie ha entendido las premisas básicas de la lucha inteligente, de la lucha que exige de resistencia: Hablar con la verdad en la mano, y el honor en el corazón, sin violencia, sin arrogancia, solo con humildad e integridad.”

Por esta afirmación que me atrevo a hacer, es que  creo  que muchos venezolanos,  -por no decir que todos-, deberían evaluar qué es lo que entendemos realmente por oposición:
¿Es esa “cosa” que insiste en ir en contra de quien gobierne, alternando ese rol entre quien gana y quien pierda una elección?;
¿Es para el presente tiempo, no ser chavista?;
¿Es estar en contra del socialismo, o del comunismo, o del capitalismo?, o debería ser:
¿Criticar todo lo que pueda mejorarse a la vista de omisiones o de los errores cometidos, teniendo en la otra mano la solución por consenso a plantear?

Sabemos que cuando el gobierno es oposición (si; no se trata ni de lejos solo del PSUV ejerciendo ese papel; -el partido es únicamente, -dada la senda asumida-, un promotor de las ideas de Chávez, al tiempo que un garante de su reelección-: Sabemos desde hace rato que la participación “activa” del aparato gubernamental en ese rol es fundamental para mantener la idea de un enemigo culpable, siempre externo y ajeno a cualquier decisión errónea del mismo gobierno), la división artificial de la nación es un hecho. El resultado de semejante estrategia básica desde hace más de 10 años ha puesto al descubierto su riesgo principal: una Venezuela que se disolvió, y una que no supo nacer. La indefinición y la falta de unidad, es el principal hándicap ahora.

Al presente, aún con un futuro nacional inmediato borroso como nunca debido a lo ya expresado, a la incertidumbre que rodea la salud del Sr. presidente, y a las medidas políticas que deberían tomarse, buscando aguantar los desaciertos económicos que inevitablemente vivimos, y que seguramente resultarán tremendamente impopulares y odiosas para un pueblo acostumbrado a vivir de las postergaciones, al tiempo que se ha conformado con las  migas que los altos jerarcas dejan caer bajo la excusa de la misión social, tenemos ante todos la tarea de entender lo que se ha hecho bien, y lo que se ha hecho mal, en los roles de gobierno y oposición, pues sigue siendo ello el principal por resolver.

Es aún en este mismo presente, (como viene siendo también en los “presentes” que se han sucedido desde hace muchos años), donde los que han tenido a regañadientes que asumir el papel de oposición, no han entendido en lo absoluto, lo que debía plantearse como alternativas a los errores nacionales en estos poco más de dos últimos periodos presidenciales. Sus acciones opositoras se han limitado a seguir “el librillo” político usado hasta los años 90, decorándolo torpe e improvisadamente con medidas populistas tan limitadas en su alcance real en lo social como las tomadas por el sector oficialistas, confundiendo en ese proceso, a Hugo Chávez con la autoría intelectual de aquella etapa de identificación de los problemas nacionales, cuando como hemos  dicho, el “autor” fue, y ha sido, el consenso nacional que de a poco, entre pasillos y conversaciones de calle y hasta de familia, fueron perfilando aquel conjunto de acciones necesarias para de algún modo, ir creando el marco de referencia capaz de ir corrigiendo los entuertos que en sucesión, se iban creando por desaciertos políticos de gobiernos tras gobiernos,  ante la impotencia de las mayorías sociales. Eran esas acciones ya impostergables para los mismos años 90, las que confundíamos en su necesaria fase ejecutoria, con el “requerimiento” de que llegase “al poder”, un tipo con pantalones. Alguien que, -sin exigirnos mucho a todos, ya que se supone que somos un país rico por petrolero-, hiciera lo que decíamos, y no lo que él, (alojado en Miraflores), interpretara, lo que constituye per se la génesis del proceso opositor que ha devenido en una criatura lenta, ciega y torpe, que en realidad se ha manifestado incapaz de actuar por un consenso que vaya mas allá del interés de quienes los dirigen y lideran, cual chiripas siempre nerviosas, a la sombra de aquel que detenta la presidencia en Venezuela.
Nada cambiará conforme este patrón se mantenga. Mientras los partidos políticos sigan siendo clubes de poder, y  la política, instrumento distorsionado que represe a los verdaderos protagonistas de las luchas sociales honestas y consecuentes con sus ideas del progreso nacional. Nada ha sido inútil; aún hay tiempo. En realidad es inevitable: Es cuestión de trabajar con fe y estrategia, independientemente de los ganadores o perdedores de hoy; el futuro se construye con los que aún no tienen edad para competir en ese juego electoral amañado, de maquinarias partidistas forradas de recursos.
Son ellos los únicos suficientemente inocentes, abiertos de corazón y de mente, como para reunirse con todo aquel que en verdad quiera construir una diferencia, y tomar lo mejor de todos los proyectos intentados en nuestro país hasta nuestros días.

Feliz navidad para todos los venezolanos, y los amigos que venidos de otras tierras, tratan de encontrar entre nosotros, sentido a la vida.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Nada nuevo bajo el sol...,aún.


Ciertamente es una frase trillada para tomarla como titulo a esta entrada, pero no encuentro un conjunto de palabras que describan mejor la actual situación del país, donde se insiste en no variar para nada, -y en nada-, desde hace semanas, en algún aspecto fundamental nacional, incluso si consideramos en ello la enfermedad de Hugo Chávez, -de la hemos habíamos en el pasado-,  y todo esto en medio de unas elecciones regionales que quizás ante la mirada de la sociedad venezolana, se realizan cargadas de esas mismas fallas que vimos en  los comicios presidenciales del pasado octubre, en medio de esa marcada ausencia del eje absoluto de una “revolución” que no ha aprendido a ir más allá del propio líder devenido con el tiempo en especie de Atlas que soporta al mundo, sumado todo esto a  una total carencia de liderazgos alternos al del ciudadano presidente, lo que permite a nuestra destartalada comprensión nacional, ir  así cerrando un cuadro al fin de cuentas  no nos aleja de todo lo dicho antes en este blog.

Lo aceptemos de buena manera o no, ante nosotros tenemos que la mayor paradoja de nuestro país sigue siendo la misma:
“EXISTIENDO LOS RECURSOS  PARA SER UN PAÍS DESARROLLADO, AÚN NO LO SOMOS”

Debajo de tal afirmación subyace una dura realidad:
No hemos logrado el entendimiento colectivo del cómo hacerlo, ni hemos sido capaces, -a propósito de ello-, de decidirnos a hacerlo.
Por razones que muchos no terminan de entender, seguimos enfrascados en seguir caminando por los atajos de la indolencia, la inmoralidad y la impunidad, pese a los brillantes logros que puntualmente podemos denotar de los últimos gobiernos en nuestro país, (incluido este), que más bien terminan siendo ante esos caminos elegidos al calor de una mentalidad tercermundista,  pequeños brillos de luciérnagas en medio de una oscuridad que no termina aún.
No consigo motivos para dejar de afirmar aún hoy, que Barrabas actuó sin remordimientos a la hora de mentir sobre su estado de salud antes de las elecciones, (adelantándolas inclusive), bajo el pretexto de que todo “se puede hacer por la patria”. Barrabás Junior una vez perdido en su tarea presidencialista, arrastrando según él, “su guayabo”, cayó en la tentación de agarrarse del poder, aunque ya no fuera el de Miraflores, como método efectivo a la vista de su entendimiento y el de sus interesados y zalameros allegados, para mantenerse finalmente en las altas esferas políticas de la actualidad venezolana, pero demostrando con ello finalmente su inexistente disposición real a ser líder nacional, capaz de sembrar entusiasmo por sus propias propuestas, casadas de verdad con la nueva visión que necesariamente se imponía aparecer como paso previo a la acción de dar aquel tan ansiado siguiente paso en el entendimiento nacional..
Por esto es que Barrabás Jr. intenta volver a casa; si lo logra o fracasa será irrelevante; el hecho irreductible es que nadie, -como él mismo-, quieren asumir el liderato nacional. Nadie quiere o nadie aguanta una lucha frontal contra un estado “Chávez-céntrico” (…que gira en torno a Chávez).
Nadie ha entendido las premisas básicas de la lucha inteligente, de la lucha de resistencia: Hablar con la verdad en la mano, y el honor en el corazón. Sin violencia, sin arrogancia.
Tenemos que estar claros: No es lo mismo precisar lo que se debía hacer en Venezuela para salir del subdesarrollo, que la manera en que finalmente se optó para intentar sin mucha claridad hacerlo, y de la mano de quien se hizo. Las ultimas dos cosas, tomaron más protagonismo que el hecho mismo sobre el correcto proceder que se concebía adecuado para el país  en términos de verdadera justicia social, pues todo ello se sucedió ante la interpretación inocente de que siempre es mejor “agarrar, aunque sea fallo”, que ante el peso de una sabiduría nacional optando por un camino de constitución y leyes, siempre más difícil de cumplir, cuando estas se perciben como externas a nuestra propia identidad.

De allí nuestra segunda gran paradoja:
“TENIENDO UNA HISTORIA MARCADA POR EXTRAORDINARIOS Y PRECLAROS HOMBRES Y MUJERES, CONTINUAMOS MOSTRÁNDONOS CARENTES DE UN CONCEPTO REAL DE IDENTIDAD NACIONAL”

Ahora por ello hemos caído en la incomodísima situación en la que creemos estar ante un pueblo épico, soberano e independiente,  cuando en realidad, ningún sector social, se ha enfrentado a esta realidad “pendular” que vivimos, donde solo somos capaces de actual lanzándonos de un extremo a otro, sin ser capaces de apaciguarnos, de hilar fino, y de pensar en frio, en base a nuestros pasados aciertos y errores.
Ante unas aburridas e insípidas elecciones para elegir “al resto de las cuotas de poder político que fuera de la sombra de Chávez quedan”, podemos apreciar como nuestra miopía, -y las apetencias individuales de todos aquellos que usurpan puestos políticos llamados a ser plataformas de justicia-, son las que mandan; cómo es que nuestra incapacidad para hacernos unos con un  sueño nacional unificado, dicta aún nuestro accionar a veces miserable, a veces inmaduro, pero siempre, para nuestra desgracia, subdesarrollado.

sábado, 27 de octubre de 2012

El punto no es que ganaras; es como se ganó.


En Venezuela ya no importa la voluntad popular reflejada con más o menos sabiduría en la constitución y las leyes. Lo que importa es lo que interpreten unos pocos en nombre de una mayoría que no atina en entender su futuro, y  de esa manera lanzarse a ganar como sea en unas elecciones para mantener  la ilusión de poder, y la ilusión de prosperidad.  Lo digo por lo que he visto en estos días en la calle; en la actitud de los que en medio de su frustración, se sienten caídos, como en la de los ganadores, que insisten en darle la espalda a la necesidad de acordar, y no imponer, y también a propósito de las palabras de uno de los cómodos rectores del CNE, (que puede jugar a los “imparciales” mientras les pagan una millonada impronunciable), en torno a la reubicación de electores, fuera de la pauta legal para ello, y con lo cual continuo esta entrada:
Vicente Díaz: "Cambios de centro de votación son irregulares"
CNE admitió que los candidatos del PSUV a gobernadores cambiaran de centro de votación después del 15 de abril.
EUGENIO G. MARTÍNEZ |  EL UNIVERSAL
Jueves 25 de octubre de 2012  08:24 AM
Caracas.- El presidente de la Comisión de Participación Política y Financiamiento del Consejo Nacional Electoral, CNE, Vicente Díaz, sostiene que los cambios extemporáneos en los centros de votación asignados a seis candidatos a gobernadores del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, son "absolutamente irregulares".

Díaz declaró que estos cambios "forman parte de los obstáculos que ha de superar la sociedad democrática para recuperar el equilibrio de poderes indispensable para la vida república".

No hay palabra honesta, ni pretexto legal y de justicia social que valga a la hora de intentar justificar el cambio de centro de votación para algunos candidatos del PSUV, sus familiares y allegados, mientras miles de electores “comunes y corrientes”, son impedidos de hacer lo mismo, apelando el CNE para ello a las pautas legales establecidas.
Es justamente eso, la esencia del tercermundismo y la soberbia que nos corroe como nación. He allí el detalle, como decía el mexicano y siempre recordado, Cantinflas.

Agréguele a eso lo que pudiera interpretarse de la fotografía que he subido (Hacer click para ampliar), y tendrán el cuadro casi completo: Un camión de la misión vivienda Venezuela, -un vehículo del gobierno-, llevando maquinas electorales. Quizás solo era parte de una caravana militar donde no habían podido montar todas las maquinas en el camión disponible, o quizás para nuestro pesar, resultara ser tan solo una muestra  de cómo la desfachatez puede exhibirse sin reparo alguno. En todo caso, ¿Qué hacen maquinas electorales a bordo de un camión oficial, forrado de propaganda política, mas de 10 días después de las elecciones presidenciales?

Usando el lenguaje beisbolero del presidente; ¡van dos strike!
Al día siguiente de las declaraciones del rector Díaz, ocurre lo que era de esperar; la ratificación oficial del acto ilegal: ¡Ni más ni menos que el tercer strike!

  Octubre 26, 2012 - 3:31 pm
Al Día |Nacionales |Política
CNE sobre migración de candidatos: “Se modificó para que pudieran votar”
La rectora el Consejo Nacional Electora, Socorro Hernández, en rueda de prensa, respecto a la migración de las 106 personas de centro de votación, dijo “se trata de una situación excepcional donde se dieron postulaciones luego de cerrar el Registro Electoral”.
“Nosotros recibimos una comunicación donde nos solicitaban la posibilidad de que los candidatos que se habían postulados puedan ejercer su derecho al sufragio, son casos excepcionales”.
“No hay algo ni que diga ni que no diga, eso es simplemente un análisis que podemos hacer, nosotros tenemos la potestad para hacerlo (…) nosotros somos el Poder Electoral y nosotros tenemos ciertas atribuciones”, aclaró.

Bien por la rectora. Sus palabras vayan por delante y sean una por una,  voceros de sus actos. Sin embargo, ella debe aclarar, ante lo que parece un atentado a lo honesto, algunas cosas:
¿A qué se refiere con “Casos excepcionales”?;
¿Quiere decir que hay “ciudadanos excepcionales”, o “excepciones a la ley”?
Si puede referirse a ambas partes de la última pregunta sería bueno: ¿Se refiere a que si soy un allegado a un político, -por no decir que soy un político-, tengo algunas consideraciones más allá de la ley?; ¿No es eso lo mismo  que reconocer que como mínimo, existen dos niveles de venezolanos?;  Si es así, ¿Dónde queda realmente el concepto de democracia?; ¿Dónde queda el verdadero poder popular, que es el poder de uno (el de cada uno de nosotros).
Fuera de cualquier interpretación, la rectora debe reconocer que mover electores fuera del periodo legal, es deshonesto; tiene que reconocer que ver maquinas electorales a bordo de un camión del gobierno, casi dos semanas después de que se supone que el plan republica las recogió y almacenó, es como mínimo, irregular.
Y a propósito, con todas estas máquinas nuevas y tan sofisticadas con las que se realizaron las elecciones de octubre, creo que tenemos derecho a preguntar:
¿Qué ha pasado con las máquinas anteriormente utilizadas?;
¿Cuánto costaron las nuevas, las viejas  y ha donde fueron a parar?;
¿Terminaron revendidas a algún otro país y recuperamos la inversión hecha, o están oxidándose en algún almacén gubernamental?

Lo esencial de nuestro progreso sigue escapándose de nuestras manos; disfrazar nuestros fracasos con misiones tipo comunales, mientras que la estructura burocrática se hincha y se hace más lenta y torpe, al tiempo que lo difuso de nuestras concepciones sociales no desaparece, no nos llevará al destino seguro al cual anhelamos sin saberlo con claridad. El oficialismo y la oposición siguen perdiendo el tiempo. Ninguna de las dos representa el sendero correcto. El poder sigue burlándose de cada ciudadano, insistiendo en tratarnos como manadas de hombres y mujeres que se contentan con poco, al no haber conocido nunca, lo que es mucho de algo bueno.

domingo, 14 de octubre de 2012

Gana Chávez; gana el continente.


Esto con lo cual título esta entrada,  no lo digo definitivamente en apoyo a la reelección del Presidente Hugo Chávez o en desagravio a la derrota de Capriles, y allí mismo al referirme al continente, no lo hago con alegría. Lo digo únicamente como una respuesta irónica a propósito de lo que recientemente expresara el  candidato ganador, en función de la derrota de su oponente, durante su primera reunión con la prensa internacional:



"Nosotros no sólo derrotamos a Capriles sino a una coalición internacional"
EL UNIVERSAL
Martes 9 de octubre de 2012  01:56 PM
Caracas.- "Si alguien quiere ver una democracia vigorosa, sólida, venga a Venezuela". Así inició Hugo Chávez la rueda de prensa con los medios internacionales en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, a dos días de haber sido reelecto como Presidente de la República.

Yo pregunto: ¿Cuál democracia, Sr. Presidente?

La Wikipedia nos dice de la Democracia:
Democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo. En sentido estricto la democracia es una forma de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes”

En lo que resta de esta entrada al blog, trataré de explicar por qué lo expresado por Chávez en referencia a una “coalición internacional”, y sobre una “democracia vigorosa”, es simplemente proselitismo político, solo posible en Venezuela por el estado de deterioro republicano existente.

Necesito, en beneficio de mi salud mental,  parafrasear al Sr Presidente,  y decirle lo que debió   en sana verdad, expresar sobre su  triunfo:

“Nosotros no ganamos solos; lo hicimos con una coalición internacional”

Sé que esta afirmación no es sencilla de digerir, y menos aún separarla de la velocidad  y dirección con que los acontecimientos desde las elecciones presidenciales han sucedido. Es solo ahora que reconozco poder ver un poco mejor la escena completa que se presenta frente a mí, y les digo que esa frase tiene mucho significado. Encierra el camino que ha tomado la nación; refleja lo que la oposición no ha terminado de entender. Sugiere el conjunto de factores que han influido; oculta una verdad que insinué en la pasada entrada, escrita mientras masticaba mi impotencia humana al saber que por ahora, las cosas seguirían iguales, o casi…

No quiero entrar en detalles sobre esto, sin antes comentar lo que ha ocurrido en estas elecciones, de manera muy simple y directa, para que cualquiera entrando al blog desde donde sea en este mundo, entienda lo que pasó:
Primero: El mecanismo de elecciones utilizado en Venezuela fue hoy más avanzado y tecnificado, pero no más claro, pues se siguió basando en un registro electoral viejo y amañado,  no exento en todo caso, de componendas políticas. 
Segundo: Las elecciones fueron dirigidas y dinamizadas, no por los votantes, sino por las maquinarias partidistas; es decir: No fue un acto 100% espontaneo y libre, carente de presión alguna.
Tercero: Las elecciones se hicieron sobre una premisa ilegal para una de las partes: la reelección indefinida. Esta modificación a la constitución no podía plantearse nuevamente en el mismo periodo presidencial donde fue ya hecha, y como en efecto se hizo argumentando un ardid jurídico (2006-2012).
Cuarto: Chávez mintió en el 2000, luego de la aprobación de la nueva constitución, cuando dijo que 12 años eran suficientes para gobernar, y que más tiempo seria una distorsión a lo posible.
Quinto: El presidente no mostró pruebas desde alguna fuente neutral médica, que garantizara que no está enfermo como para cumplir efectivamente con 6 años más de gobierno.
Sexto: Totalmente adrede, el gobierno decidió dividir en tres partes las elecciones, cuando bien pidieron hacerse dos: Presidente y gobernadores; luego Alcaldes y concejales. Esto se hizo con la única intención de que todos los partidarios, -incluyendo autoridades regionales y nacionales-, no se “distrajeran” con sus propias elecciones, en perjuicio del candidato presidencial.
Séptimo: Todos los recursos del estado se concentraron ilegalmente en darle ventaja a Chávez: Cadenas, propagandas, material impreso, radio, televisión e internet.

Ahora, deteniéndome en lo primero, pese a la vergüenza que me produce de cara a quienes lean esto en el exterior del país,  digamos que la “fortaleza” del mecanismo electoral actual, obedece tristemente en realidad a la tracalería de la que somos capaces, si en una mesa, en cualquier centro de votación, algún testigo se ausenta o no va, dejando el campo abierto al contrincante para modificar los resultados, al más puro y viejo estilo del “acta mata voto” utilizado cuando la votación era a papel.
Simple y crudo, pero cierto.

Con respecto a lo segundo, nadie puede negar que como buen alumno de los viejos partidos políticos venezolanos, el PSUV se graduó con honores en esto de utilizar sin medir ética ni pudor alguno, los recursos privados y estatales, así como a los empleados, para conseguir un absoluto control de sus miembros y simpatizantes, no solo convidándolos a votar, sino llamándolos telefónicamente para hacer el seguimiento respectivo, y llevarlos a sus centros de votación de ser necesario, en función de las tendencias que por sondeos en tiempo real, se fueran observando.
El resultado fue el visto en Venezuela: Fundamentalmente, unas elecciones limpias en sus procedimientos, pero no en su proceder.
Me cuesta creer que esta no sean las elecciones con la campaña electoral más cara de la historia en Latinoamérica, por no decir sin validarlo primero, que  del mundo.

No hubo reparo alguno en usar y abusar de los empleados públicos, de los vehículos gubernamentales, y de una colosal cantidad de dinero, salido de las mismas empresas públicas, (PDVSA, CORPOELEC, Ministerios, etc.), para mover todo lo que fuera necesario de cara a garantizar el triunfo de Chávez.
 Nada existía en la administración pública, más importante que eso. Todos los demás aspectos de la vida nacional pasaron a segundo plano. Nadie podía reclamar nada, aunque su derecho fuera claro de acuerdo a las leyes; cualquier acto reivindicativo en esos días era automáticamente tomado como acto contrarrevolucionario y de traición a la patria, ganándose quien osara a ello, el calificativo de escuálido o majunche.
Así las cosas, no pude observar un proceso de elecciones libre y pleno de conciencia. Fue el voto de los que les convenía mantener a Chávez, por razones emotivas, ideológicas o económicas, contra los que deseaban castigarlo por lo que consideraran una mala gestión, así como por antipatía o por convicción ideológica contraria, aglutinados en una heterogénea oposición.

Ahora bien, no ganamos (o perdimos) solos
Esto lo digo con total convicción y dolor: El voto de no menos de  quizás dos  millones de extranjeros cedulados indiferenciables de los venezolanos por nacimiento, -particularmente amigos colombianos-,  decidieron el triunfo del presidente.
En otras breves y tristes  palabras: Estas fueron unas elecciones internacionales. Latinoamérica votó.
No fue determinante el voto de los venezolanos, (que no significa en lo absoluto, que la mitad de ellos no esté con el presidente). Ante esta situación sin embargo, no bastaría el voto de los oposicionistas, ni de los que utilizaron el voto como castigo. Muy en el fondo, la desvenezolanización logró  actuar en toda su extensión y cúmulo de consecuencias: Fue determinante el sentimiento de agradecimiento del extranjero ahora hermanado con nosotros,  (incapaces de encontrar un discurso realista que les conviniera en la voz de Capriles, lo cual no es extraño debido a lo poco profundo de su propuesta), para que Chávez obtuviera este triunfo.
El presidente,-como su oponente ahora perdedor-, saben esto, pero no lo dirán. (¿Por qué creen que el presidente de Colombia es “nuestro nuevo mejor amigo”?; ¿Por qué creen que los candidatos de oposición se reunieron con Santos?)
Duro fue también en esos días de desilusiones ante la cruda realidad republicana que vive Venezuela,  ver como el ministro del interior decía que por motivo de las elecciones, habían “cerrado” la frontera. ¿Qué frontera?; la de Venezuela no es: Miles de toneladas de contrabando y gasolina pasan semanalmente entre ambos países, y lo mismo ocurre con la permanente corriente de personas que transitan libre e impunemente. No es difícil imaginar ese domingo pasando gente por los caminos verdes (y no tan verdes) hacia Venezuela, solo para votar. El transito es libre e indiscriminado.
Estemos claros desde ya, (para evitar sobresaltos xenofóbicos), que mientras no tengan antecedentes delictivos, todos los amigos que vienen del exterior de Venezuela tienen derecho a ser ciudadanos del país, pero siguiendo para ello, -obviamente-, un esquema que los integre a nuestra cultura y leyes, garantizando que sean individuos que construyan y aporten, (incluso prestando el servicio militar y con ello estar dispuestos a derramar su sangre por esta nueva patria), y no lo que pueden terminar siendo, con el método que el presidente autorizó hace años, donde con solo una carta de residencia, (lo he visto con mis propios ojos), autenticada por una agrupación de vecinos, es suficiente para justificar su nacionalización y cedulación (y también lo he visto con mis propios ojos). El resultado de esto ha sido la incorporación sin ningún tipo de tapujos, de todos aquellos que de esta manera no se integran a un modelo de venezolanidad, sino que arrastran consigo sus propios valores y culturas.

Traten por favor, sin apasionamientos, de observar la imagen de las recientes elecciones en toda su plenitud:  Una de las más bajas abstenciones; el mayor control posible por parte del PSUV sobre sus miembros y cautivos; la campaña con mayor cantidad de recursos económicos por parte de un Estado que se hizo uno con el gobierno de turno, hasta ese momento pretendiente de otro mandato; una oposición aún ingenua, capaz de creer que tras 14 años, todas las misiones no serian suficientes para atornillar al presidente en su silla, contando para ello únicamente con un candidato opositor que no pudo  ofrecer mucho más que lo mismo de Chávez, con lo que finalmente no fue capaz por ello, de estructurar una alternativa con beneficio para todos, más allá de lo visto hasta ahora, y sobre todo para los aún más desposeídos.
Ni Capriles ni nadie más, fueron diligentes en demostrar que las misiones se habían convertido en una “carpa de pernocta en medio de la nada” donde quedarse a vivir, en vez de ser utilizadas como prácticos puentes para transitar desde la ineficiencia reinante desde hace décadas, hacia una estructura  de gobierno y servicios realmente funcional.  Seguramente esa fue la intención inicial de las misiones, pero los dividendos políticos que produjeron fueron simplemente demasiado novedosos y tentadores para los políticos de turno, y fue así que se institucionalizaron en el tiempo, como prueba viva del “interés de los gobernantes por su  pueblo”.
Una doble burocracia había nacido. Doble gasto; doble ineficiencia.
¿Qué mejor idea para crear empleos artificiales,  “oportunidades” de “negocios” y la ilusión de tener control popular para aquellos que de todas maneras siguen viviendo en barrios sin servicios ni seguridad?
Creo que muchos políticos de oposición cayeron en  la trampa de proponer como alternativa a estas cosas, planes y propuestas más acordes a países desarrollados que al nuestro. No comprendieron que quisieron vender maravillas del primer mundo, en una nación sumergida en el tercer mundo.

Es un hecho ya a mi entender, que los opositores y ejecutores del voto castigo (IMPORTANTE: que no apoyan a Capriles, aunque votaron por él), no son suficientes para ganarle a Chávez y a los 5 o 6 millones de venezolanos que lo apoyan (No, no es un error de matemáticas: la diferencia de votos la ponen los extranjeros cedulados).
Tampoco hay manera, durante la revolución “misionera” actualmente en curso, de sacar de la comodidad a esos mismos amigos, al momento de hacer su elección electoral.
Tenemos que entender que no es culpa de ellos. Es nuestra.
Ellos no desean invadir terrenos para construir un rancho de lata, pero lo hacen como cualquier venezolano desposeído, sabiendo que casi seguramente no hay castigo, -ni opción alguna a ello-. Al contrario: las misiones llegarán en su auxilio, cambiando algunos ranchos por casas, hambre por comida barata, y salud a cambio de nada. En un país como el nuestro, donde lo elemental resulta ser como un lujo inalcanzable para muchos, no podemos esperar algo distinto que la derrota sistemática de la oposición al actual presidente. Por lo menos, mientras no convenzan de que ofrecerán garantías de algo mejor, y no solo la promesa de devolverle la señal de RCTV, a sus acaudalados dueños.
Pero antes de maldecir al presidente, los mayores de 30 años deben preguntarse el por qué no hicieron nada por evitar que estas cosas de ahora, nacieran como respuesta a las profundas injusticias de los 70, 80 y 90. ¿Por qué no protestaron a los políticos que permitían el crecimiento desordenado de las ciudades, la inmigración desmedida, los caminos verdes, el contrabando, la falta de educación, la inflación, el matraqueo, o la vida ilusoria de querer ser opulentos “Made in America”, sin las leyes y reglas de los gringos?;
¿Cómo podíamos tener éxito, sin aplicar nuestras propias reglas, para lograr aquel necesario estado de cosas donde NADIE esté por encima de la constitución y las leyes?

La REVENEZOLANIZACIÓN.

Ahora no veo otra opción; la Venezuela que quieren los de oposición y otros, más allá de personalismos, de líderes imbatibles o de sociedades incoherentes, no se encuentra ya en nuestros recuerdos, ni mucho menos en el presente, aunque sin entenderlo, estemos caminando hacia ello. Quiero decir que la oposición nunca podrá ya volver a lo que era la nación, de la misma manera en que los chavistas nunca llegarán a aquel país prometido a través de una revolución que se alimenta a sí misma de esperanzas, sin que por ello arribe a  puerto alguno.
Una muestra de esta situación contradictoria que vivimos, podemos palparla muy bien en lo que el presidente decía hace poco:
Aquí estoy parado firme. Mándeme el pueblo, que yo sabré obedecerle. Soldado soy del pueblo, ustedes son mi jefe
Sabemos que si se refiere al “pueblo”, tendría que hacerle caso a 8 millones que votaron por él, mas 6 millones que no lo hicieron, aparte de otros 14 millones sin derecho a voto por su edad. Sabemos que esto no es así. Si yo como elemento del pueblo le planteo algo que vaya en contra de sus designios o acciones, rápidamente encontrará la manera de reducir mis planteamientos a la nada, o seré victima de discriminación política por la osadía de mis palabras. Entonces, ¿Cómo puede el presidente afirmar eso, y no estar dispuesto a cambiar ni un ápice su actual proyecto político, incluso ante las peticiones de millones de venezolanos?; obviamente, esa llamada hecha al perdedor, -Capriles-, donde se mencionó la palabra dialogo, no significa para nada que lo vaya a haber; cuando más, el “dialogo” se reducirá a escuchar, pero no a concretar, si ello supusiera cambiar la base del proyecto político, y eso es comprensible; como mínimo, para 8 millones de habitantes, aunque con ello desnude la realidad que nos aleja precisamente de aquella temprana definición de democracia que les mencionaba.

Estas cosas Chávez definitivamente no las visualiza. Por eso la paradoja que nos muestra a un presidente dispuesto a reacomodar todo alegando la prosperidad de las futuras generaciones, siendo quizás el hombre más atado al pasado que existe en Venezuela; muy pocos por eso logran ver más allá de la actual polarización resultante de esta muy real “miopía política y conceptual” que vivimos, mientras que la inmigración libre y sin guía, de a poco y sin pretenderlo, socaba todo aquello que nunca fue tema serio de consenso nacional, en la conciencia difusa de nuestra sociedad.

Quiero proponerles que consideren la REVENEZOLANIZACION, como única manera de tomar la sindéresis y la coherencia que necesitamos. Tenemos que aceptar nuestras limitaciones y errores, para poder valorar nuestros aciertos y nuestras potencialidades.
Ninguna decisión correcta en nuestro país será tomada si no logramos que por mayoría venezolana, se tome una decisión política.
Solo una mayoría contundente, cercana en una votación a ese mítico 10 millones de votos irónicamente tantas veces pedido por el presidente para sí mismo, logrará cambiar el rumbo; eso y un proyecto político distinto al actual oficialista y oposicionista.
Ignoro si será un llamado a una constituyente, o si obedecerá a la presencia de un nuevo candidato, nacido en las cenizas de ambas tendencias y métodos de manejo político vividos. Ignoro si ello será posterior a algún evento traumático nacional. Quizás obedezca a una secuencia de hechos, que no impliquen sobresaltos colectivos. Simplemente, no sé.

De lo que si estoy seguro, es de que es la única manera: saltando ambos estilos de hacer política y de cometer errores. Tenemos que llegar a un estado de cosas, donde podamos buscar y castigar a todos los corruptos, sin que parezca una cacería de brujas de la cuarta o de la quinta republica; es necesario el castigo a los delitos; es menester dar el ejemplo, pues solo así la sensación de que la ley y la constitución, están por encima de todos, permitirá cohesionar en una sola sociedad, a nuestro pueblo.

Tenemos muchas virtudes; enfrentamos un futuro brillante incluso si luego miramos a latinoamericana. Hay mucho por hacer, pero solo cuando aceptemos nuestra mediocridad hoy omnipresente, y nuestra impresionante capacidad para marañar y excusar atajos e infracciones a lo legal, a lo ético, a lo honroso.
Bolívar aún cabalga delante de nosotros, pese a estar muerto, y eso debe ser motivo de vergüenza para todos, pues su deseo era que lo superáramos; que fuéramos capaces de ver sobre sus hombros, hasta donde el mismo no fue capaz de ver. La existencia humana se centra en ese fenómeno, que deja tras de sí, solo historias escritas de pueblos que allí donde fueron sensatos, obtuvieron glorias y reconocimiento, y donde fueron ciegos y necios, debieron conformarse con rechinares de dientes.

Esta elección presidencial fue un trago muy amargo, tomado de un vaso aparentemente cristalino. No hubo ética; no hubo recato. Todos los políticos, con sus caras hipócritas, lo saben.
No tiene por que ocurrir de nuevo. 
El registro electoral debe ser hecho de nuevo, pero esta vez con foto, cédula y partida de nacimiento de venezolano en la mano. La nueva cedulación deberá exigir pruebas irrefutables de nacimiento en el país, de manera que a los nacionalizados, podamos legalmente identificarlos y hacerlos nuestros conciudadanos, aunque debamos diferenciarlos y apartarlos de las únicas cosas donde no pueden participar por ahora, dada nuestra frágil identidad nacional: Constituyentes refundadoras, referéndum nacionales, elecciones presidenciales y elecciones de gobernadores en estados fronterizos.

Todos podemos ser ganadores, si descubrimos como librarnos de la soberbia que nos intoxica hoy en día como nación, fragmentada y débil, más allá de lo que logramos entender.
Aún hay tiempo.

domingo, 7 de octubre de 2012

Llega a su fin el proceso de elecciones: Chávez es el presidente.


Debo reconocer que pese a la poca fe que les tenía a ambos candidatos, Hugo Chávez resultó ganador y yo equivocado. Errado en cuanto a quien ganaba, aunque aún convencido del sendero que sigue trazando la nación. El país seguirá cosechando el fruto de lo que por décadas sembró, mientras ahora bebe el destilado que aquellos mismos frutos ofrecieron, no sé si para curar algún mal, o para embriagarse en una ilusión.
Todo es posible en este mundo, y quizás las cosas mejoren. Seguramente enfrentaremos tarde o temprano algunos  reajustes de precios y hasta devaluaciones, pero solo a su tiempo veremos las consecuencias de ello, sean cuales sean.
Mientras, el corazón del presidente, ese "corazón venezolano" como decía su propaganda, latirá con un solo ventrículo, pues medio país electoral lo rechazó. Gran lección se guarda allí, para quien quiera verla.

La iniciativa gubernamental de cedular a millones de extranjeros sin pedirles nada a cambio, ha tenido su recompensa política, y ello muestra que el presidente tiene razón en algo: Irreversible es el camino ya para Venezuela. Lo que vaya a ser esta nación, ya no depende en mi opinión  exclusivamente de aquellos que nacieron en esta tierra. Un conglomerado distinto al que la épica de nuestra historia independentista pasada sugiere, está naciendo y formándose. Las consecuencias son impredecibles; por lo menos para nosotros, tanto como lo fueron en su momento para nuestros libertadores. 
Las cosas no cambian hasta que se hace algo distinto, y en este caso, es hasta que alguien enseñe a como dar el siguiente paso, más allá de la cuarta; mas allá de la quinta.

Solo me resta decir que a la luz de todos estos acontecimientos, este blog continuará navegando en el anonimato. Quizás solo fue una banalidad de mi parte, desear por un momento decirle al mundo quien soy, pues al fin y al cabo, solo soy un venezolano; uno de esos que aún quedan.

Esta es una sola nación; no deben haber dos pedazos. Lo que queda es dialogar, acordar y construir.

sábado, 6 de octubre de 2012

Todos ganadores; todos perdedores.


Este es un tiempo  que ha tentado para  hacer pronósticos; a solo horas de realizarse la jornada electoral en Venezuela, todo se ha dicho, menos  la verdad profunda que subyace en cada uno de estos 14 años de gobierno chavista, más que revolucionario. La oposición, de mantener una postura visceral y sin estrategia, ha ido aprendiendo a guardar la calma, y ha aproximarse a los hechos positivos (enterrados en ineficiencia, corrupción e inoperancia jurídica), que pueden salvarse del actual gobierno.
Finalmente Barrabás y Barrabás Jr. se enfrentarán, y solo uno ganará. Considero, como dije en el pasado, que las encuestas nunca mostraron la verdadera situación de las cosas; el fantasma de la lista Tascón pulverizó cualquier tentativa de prever resultados. La gente aprendió a callar, como en aquellos tiempos de dictadura “perezjimenista”.

Barrabas se enlodó en su propio mundo interno de Venezuelas épicas a lomo de poderosos unicornios; en su campaña no fue capaz de ofrecer algo nuevo; nada fresco; nada que hiciera decir, -a aquellos que no están bajo en control del apasionamiento político-, algo así como “…hum, en verdad que este hombre hará lo que ofrece”.
De este candidato viejo, cansado, enfermo y centro del poder de decisión absoluto en Venezuela, solo limitado, -hasta hoy-, por las elecciones presidenciales,  pasamos al otro extremo, a la presencia de un candidato elegido por elecciones internas primarias, (que no por carisma y liderazgo indiscutible), capaz de concentrar en él, no solo a los apasionadamente opositores a Chávez, sino también a todos aquellos que decidieron castigar al presidente, y a su partido político.
La gente pareciera estar resuelta, en silencio, a salirse de esta calle que prometía una opción distinta  al principio, pero que terminó siendo un callejón sin salida.
Pese a la enorme cantidad de gente dispuesta a pernoctar de por vida en ese callejón, creo que la mayoría se decidió por tomar otro sendero, aunque no se sepa a donde llevará.
Por eso en lo personal, creo que gana Barrabás Jr.
Aunque no he emitido opinión favorable a su posible papel como presidente, (por algo los llamo a ambos Barrabás, por ser los elegidos por la “soberana asamblea popular”, siempre en perjuicio del humilde y anónimo mesías…), por lo menos reconozco que quizás con él en el poder, pueda sacar este blog del anonimato, ¡Y eso sería algo!

Lo cierto en todo caso, es que de ganarle el Barrabás junior  al viejo Barrabás, este tendrá  solo tres años para hacer un papel mejor que el del actual presidente; tres cortos años para dar muestras claras de comenzar a  corregir sobre cada uno de los errores de Chávez, y para desmontar al mismo tiempo el mito que en las mentes de muchos venezolanos, se ha creado en torno a este ya histórico personaje.
De allí en adelante, en caso de no tener éxito sobre esto que digo,  Barrabás Jr. tendrá frente a él, un referéndum revocatorio, no solo con el voto de quienes como chavistas se habrían convertido en oposición, sino también con el de todos aquellos que estarían desilusionados.
En resumen, esto no se trata de un “ganando Capriles, olvidado Chávez”; más bien, ganando Capriles, lo que le queda es sudar sangre.
No estoy seguro de que el joven Barrabás esté claro en este sentido; si no lo está, tendrá que estarlo muy pronto. Le conviene, como a nosotros, porque  sin duda nos ahorraría muchos sinsabores.
Su reloj no tiene una cuenta regresiva de 6 años; solo de tres. Insisto.
Fuera de lo dicho hasta ahora, también considero que si me equivoco y gana el viejo Barrabás, seguramente nuestras posibilidades de llegar al fondo del agujero nacional, se incrementarán exponencialmente. Digo esto con mucha seriedad, porque pese a 14 años continuos de mandato, la verdadera revolución, aquella donde todos acordáramos someternos a la ley y al espíritu constitucional que nos dice como ser venezolanos, aún aguarda por nosotros, y lo hace necesariamente, más allá del propio Hugo Chávez.
Para mi es duro ver hacia atrás y ver tantas oportunidades y recursos dilapidados, pese a los hechos puntuales positivos. Veo que independientemente de quien ganara en el pasado, -cuando ganó Hugo Chávez-, nuestra madurez política y social no nos hubiera llevado a un callejón muy distinto a este. Quiero creer que la justicia social se ha hecho un espacio en la mente de todos los venezolanos, y que el hambre por lo justo y correcto, ha germinado en nuestros corazones. Deseo pensar que hemos ganado en estos 14 años, en más de un sentido, aunque no pueda olvidar las miles de víctimas que tanta violencia e impunidad han dejado sin necesidad. Miles de niños han muerto por no tener para un tratamiento médico o una operación, mientras millones de dólares se regalaban a extranjeros. Millones venidos de otros países tienen ahora cédula de identidad de venezolanos con derecho a elegir presidente, sin  que un gobierno fuera capaz de exigirles fidelidad. Solo podemos sentarnos y apelar a sus corazones para atinar en la elección del “menos malo” de los  candidatos, sea cual sea.
La falta de un régimen electoral de doble vuelta, muestra las costuras en Venezuela, donde siempre la gente termina apostando al ganador, y no al mejor. De todas maneras, en esta oportunidad, no había de donde más seleccionar a un buen presidente. Por eso perdemos todos.

Voten por su respectivo candidato ganador. Pidamos a Dios la sensatez necesaria para que no se derrame sangre cuando se sepa el resultado. Que la vida nos dé una sorpresa y nos muestre una elección y una transición en paz, hacia lo que sea que nos espere en nuestro futuro.
Eso sería signo claro de madurez; por eso ganamos todos.

martes, 11 de septiembre de 2012

Conveniencias van, conveniencias vienen.

Aveledo: "No habrá ajuste macroeconómico porque no hace falta"
El Universal, domingo 9 de septiembre de 2012  11:35 AM
Caracas.- En rueda de prensa Aveledo se refirió al documento que asegura es "falso" y que ha estado siendo mostrado como un "plan oculto" de las políticas económicas que aplicaría el gobierno de Capriles Radonski en una hipotética presidencia: "En Venezuela no habrá ajuste macroeconómico, un paquetazo, porque no hace falta. No es verdad que haga falta".
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Otra perla; otro cuento de camino, y la verdad puntual, directa y sin anestesia es esta: Los ajustes macroeconómicos si hacen falta, pero al igual que Chávez, Capriles sabe que pese a  10 años de control cambiario (la manera más fácil de "tapar" las malas políticas), de tarifas eléctricas y de gasolina congeladas a precios ridículos, así como la aplastante realidad de una absoluta carencia de un aparato tecno industrial (sea privado o estatal), robusto y autónomo, simplemente es inviable socialmente realizar algún ajuste clásico a gran escala, sin causarle en el proceso, una carga muy difícil de llevar, (debido a la desangrante, permanente y sistemática inflación), para la población venezolana, a la que se le ha mantenido adicionalmente, mediante el subterfugio de la devaluación ocasional pero bien planificada, pagando así, sin darse cuenta, todos aquellos congelamientos insensatos y  mantenidos supuestamente “por justicia y amor al glorioso pueblo de Bolívar”.  
Hay pocos recuerdos que queden grabados en la memoria de los políticos, pero lo del Caracazo, y los disturbios que le siguieron en menor medida en el resto del país, les mantiene lejos de cualquier medida extremista, -como la de un paquetazo-, por muy “necesarias” que fueran para algún economista huérfano de Padre y Madre capaz de proponer semejante técnica quirúrgica sin anestesia, al estilo del FMI. Por eso, las cosas seguirán por un tiempo así. Con Chávez o con Capriles.
Lo de nosotros como sociedad venezolana, es una “Alegría de tísico”, como dicen…
Hay ilusos que creen que esta situación de congelamiento, -aún con Chávez-, durará por siempre. Se equivocan; el presidente sabe que ello es insostenible. Un ajuste hay que hacer, aunque sea mínimo, pero si consiguen como introducirlo suavemente, sin que afecte con evidencia “política”, tengan por seguro que lo harán. ¿Recuerdan como cada vez que devalúan, los políticos salen diciendo que es que el $ está muy barato, y que esa medida estimulará el aparato productivo?
Lo que nos alcahuetea no es el control de precios y el congelamiento de tarifas: Es el petróleo a 100$.
Lo que nos mata es esta inflación interanual  que nunca baja del 10% en promedio para estos 25 años.
Esta ilusión nacional que pretende que el tema no “nos hará daño” si nadie habla de él, como si se tratara de una bestia salvaje pero dormida, que no hay que despertar es, queridos compatriotas, la viveza de un pueblo inmaduro, en su más pura expresión.
…Y ya hemos hablado de donde sale la viveza.
En fin, y volviendo al caso de esta realidad, lo que tenemos frente a nosotros es proselitismo político también en su estado puro. Cualquiera que gane las elecciones, aplicará más temprano que tarde, algunos correctivos, por muy pequeños que sean, y en ese momento todos pagaremos la vieja deuda de estupidez que llevábamos sobre nuestros hombros, desde aquella vez en que le dimos la espalda a la realidad económica venezolana, allá en tiempos tan tempranos como los del presidente  Luis  Herrera. Chávez lo sabe.
Las muletas petroleras que nos sostiene año tras año, cualquier día de estos se incendian como Amuay, y todos pagaremos el precio de tanta comodidad maquillada de revolución.
Lo más triste, es que nadie lo dice.
  

lunes, 10 de septiembre de 2012

Deseos irracionales.


Septiembre 9, 2012. Web noticiaaldia.com:
Para la socióloga Maryclen Stelling, en estos momentos lo único que mantiene unida a la oposición es el deseo de sacar del panorama político al presidente y candidato socialista Hugo Chávez.
“Esto no quiere decir que la oposición este resteada con su líder, sino con un deseo irracional de sacar del espectro político al presidente Chávez, independientemente del candidato que tengan”, agregó la socióloga durante el programa conducido por el periodista José Vicente Rangel, transmitido por Televen.
Pero más allá de ese deseo, la analista destacó las deficiencias que tiene la candidatura del aspirante de derecha a las presidenciales, Henrique Capriles Radonski, a quien calificó como “un candidato fabricado, producto de un marketing político”.
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Aunque la socióloga Stelling trata de marcar un hito de “irreversibilidad” para sus afirmaciones personales, lo cierto es que no le funciona demasiado: De la misma manera, al “chavismo” lo mantiene unido para las elecciones, la necesidad de mantener a Chávez en el poder. Así de simple.
Difícilmente puedo concebir que una socióloga hable de estas cosas, con un pretendido rigor científico, sin denotar en la misma entrevista, los factores, las variables, y los personajes que han de a poco, desmembrado la capacidad colectiva de los pobladores de Venezuela para establecer las metas por sí mismos. Mientras que un solo individuo se yerga como la vara en torno a la cual crece como enredadera la revolución, esta posee la misma debilidad estructural de la planta trepadora: caerá en el mismo momento en que lo haga su soporte y ello es lamentable, porque hay cosas necesarias de conservar y cultivar..

¿Por qué utiliza términos como “irracional” cuando describe a la oposición?; ¿Se refiere a que son salvajes turbas queriendo la derrota del presidente Chávez?; cualquier oposición se caracteriza por querer ganarle las elecciones a su contrincante. ¿Dónde está lo irracional? ¿Será que ella considera a Chávez el candidato perfecto e insustituible?; ¿El líder natural por derecho propio y por siempre?
El asunto no es tan sencillo.
Chávez es líder circunstancial, entronizado en el poder, no por sí mismo, sino por aquellos que a su alrededor extraen todos sus beneficios particulares de tal situación. Así ocurre realmente con todos los que se atornillan al poder, pasado su periodo natural.
No le quito razón sobre Capriles, pero ella no puede negar que si Carlos Andrés Pérez, allá en 1992, durante el intento de golpe de estado, no le da chance a Chávez de hablar por tv, la historia seria otra, y Chávez no hubiera resultado ser un candidato fabricado sin querer, por el presidente Pérez.
Ella sabe que de entre todos los cientos de “Chávez” que estaban “listos” para hacer cosas, le tocó a nuestro bien conocido Hugo, (y no al comandante Arias Cárdenas, por citar solo a uno, que por cierto, si logró los objetivos que luego se perdieron ese mismo 4 de febrero, por los errores de Chávez…), aparecer en tv. ¿Por qué la socióloga no establece la naturaleza fortuita de este acontecimiento, origen de su liderazgo?

En resumen, a la socióloga no le conviene decir muchas cosas. No se confíen de una socióloga oficialista, como tampoco de una oposicionista. Y menos durante una campaña electoral presidencial.

¿Inmigrantes o visitantes?


(Caracas, 9 de septiembre-Noticias24).- Colectivos de inmigrantes que hacen vida en el país marcharon hoy desde Plaza Venezuela hasta la Plaza El Venezolano, en Caracas, en apoyo a la reelección de Hugo Chávez y para pedir la aprobación de un instrumento legal que les permita acceder a las ventajas de la ciudadanía.

“Pa`lante Chávez, te queremos. Todos los colombianos estamos apoyándote (…). Él nos ha dado los motivos para seguir viviendo en esta República tan hermosa, que es nuestro segundo hogar. Gracias comandante, y pa`lante comandante, te queremos”, dijo Jhon Jairo Velásquez, un colombiano que participó de la marcha.

Por su parte Julia Puello, representante del Movimiento de Países Hermanos, dijo que Chávez ha sido el único Gobernante que dejó de considerar a los inmigrantes como “ciudadanos de quinta”.

“Nos ha permitido acceder a todas las Misiones y a todos los planes sociales que otorga este gobierno. Ya no somos extranjeros, somos inmigrantes hijos de esta patria grande, y Venezuela forma parte de esa patria grande, y nos permite a nosotros ser ciudadanos de primera. Ya no nos tratan como animales que echaban hacia la frontera (…). Somos seres honrados y dispuestos a trabajar por el país. El 7 de octubre con Chávez hasta la victoria”, añadió.
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Me sorprende como a veces la vida te hace llegar estas perlas, para contemplarlas y sacarles alguna reflexión interesante.
Nada más hace unas horas publicaba una entrada donde le pedía a los amigos venidos de otras tierras, que ya están cedulados como venezolanos y con todos los derechos que ello implica, a que usasen ese discreción al voto con sabiduría, y resulta que el mismo día, en Caracas una representación de los mismos hacen una manifestación en apoyo a Chávez, lo cual está bien, pues es su derecho, -como si lo hicieran con Capriles-, aunque no deja ello de mostrar precisamente el lado flaco en la manera en que Venezuela ha permitido la inmigración indiscriminada, sin pedir NADA a cambio.
Esto es lo que vamos a reflexionar a continuación.
Puntualicemos primero, que ningún grupo de apoyo pro amigos extranjeros, puede negar que han penetrado a Venezuela muchos “hermanos” latinoamericanos (y particularmente los “estimulados” a venirse como consecuencia del Plan Colombia), con prontuario policial y militar desde otras tierras, y que ellos sean directos artífices de las nuevas modalidades de asalto, extorsión, secuestro y asesinato por sicariato, en el país.
Segundo, ninguno de estos grupos puede negar que aquí en general no se le pregunta a nadie de donde viene y a donde va. Los poquísimos deportados, son aquellos a los que se les agarra en algún operativo, o en flagrancia de algún delito. De resto, nada de deportación. No hay un plan sistemático para revisar los historiales de nadie; no hay planes sistemáticos para sacarlos de las listas de beneficiarios de becas, casas, o de cualquier otro programa de Estado. Ni antes de Chávez, ni con Chávez, y seguramente, por el poder electoral que ya tienen, después de Chávez.
Tercero: No pueden negar tampoco que como viene gente buena y productiva, muchos solo han venido partiendo de cero, y como no hay ningún tipo de control o programa de recepción sobre ellos, hacen lo que quieren y como pueden, resultando ser al presente, porción importante en la mayoría de los barrios de las periferias citadinas, producto de invasiones que infringen cualquier ley venezolana al respecto. ¿Es eso respeto a la casa que se visita?
Reconozco que Chávez les ha dado motivos para vivir aquí: les ha dado el poder del voto, sin pedirles nada a cambio. Casi les ha dicho que sigan siendo de donde vienen, y agarren lo que puedan aquí. Eso no es correcto, y viniendo ustedes de donde vienen, es también responsabilidad compartida con cada uno de vosotros, el llamar al presidente a la reflexión, aunque ello suponga perder algunas ventajas en el modo de vida que llevan entre nosotros, según describen durante dicha manifestación.
Lo digo porque la cosa no es gozar únicamente de los beneficios que citaban allí en la marcha; eso es solo una fracción de la realidad con que un inmigrante interactúa; el asunto está también en la necesidad de someterse a las condiciones para ser venezolano. Hay un abismo entre ambas actitudes.
Tu, que en un supuesto ya tienes la ciudadanía plena, obtenida con facilidad pasmosa con solo haber presentado una carta de residencia por más de 10 años, obtenida a través de algún miembro de directiva de junta comunal, -aunque fuera falsa, y que no es tu caso-, ¿Realizarías el servicio militar voluntario en Venezuela, y estarías dispuesto a defenderla ante cualquier agresor, aunque con ello se derrame tu sangre y la de los tuyos?
¿Sí o no?: ¿Ves por qué ese asunto de “nuestro segundo hogar” no es tan irrelevante? Es fácil para algunos movimientos políticos aprovechar el proselitismo del momento electoral, para pescar en rio revuelto, pero hay que tener cuidado, sobre todo cuando no tienen en la mano los números que apoyen con pruebas irrefutables, el beneficio positivo que haya traído a Venezuela la presencia de millones de grupos específicos de extranjeros sin control alguno, como si lo tuvieron los inmigrantes italianos y polacos que acudieron antes los permisos otorgados a mediado del siglo pasado. Hay también un abismo entre ambas circunstancias.
En estos asuntos no puede haber medias tintas, y les pido por favor, que no me acusen de xenofóbico solo por decir una verdad.
Ciertamente gozas de todas las misiones, y ¿por qué no?; ¿acaso somos como de dónde vienes?; ¿somos mejores o peores?; ¿aceptan allá en tu tierra de origen a un venezolano, con la misma ligereza que aquí a ti se te ha recibido?; a los venidos de Colombia en particular, les pregunto: ¿Acaso no han estado dispuestos más de una vez, a atacar a esta “hermana” nación, solo por unas tierras sobre las cuales después de todo, no poseen derechos?; ¿acaso nunca en Colombia, llegaron a leer en algún periódico, la expresión “venezolanos malditos”, en esos tiempos de corbetas penetrando aguas territoriales venezolanas?. Aún así, nadie los objeta aquí. Así las cosas, no puedo pedirles que entiendan necesariamente las dimensiones reales del significado de las misiones, o de la política interna venezolana. Tampoco puedo pedirles que rectifiquen de un día para otro, pero si puedo pedirles que reflexionen, a pesar de todo, y procuren con ello aportar semilla buena a esta tierra, junto con nosotros. Les invitamos. Yo les invito, pero por las buenas, -Uds. entienden-. Estamos dispuestos siempre a perdonar, aunque no a olvidar. Eso nunca ha sido sano.
Te digo a ti, hermano venido de otras tierras, que debes tener paciencia; primero los venezolanos de nacimiento debemos concretar nuestra doctrina de vida como sociedad, sin más influencias de las que ya tenemos encima, como colectivo donde deseamos recibirte para que construyas con nosotros. Queremos entender juntos nuestras limitaciones, y explotar como sociedad igualitaria, nuestras potencialidades y ventajas. En esta etapa, abrirse sin medida a esa noción inspirada en un socialismo internacional, de una “nación latinoamericana” donde todos cabemos, sin antes estar claros en la venezolanidad y en el camino que ella nos señala, es tan delicado y riesgoso como lo es para un niño, estar expuesto únicamente a un ambiente donde lo único importante, fuera el bien del prójimo pero no el de él. No vas a tener a un buen ciudadano, autosuficiente y con buena autoestima, con esa formación. Igual cosa para una nación.

Vamos a exigir les digo, pero solo en la misma medida en que como comunidad, puedan ustedes dar. Cualquier cosa distinta a eso, deben admitir con el corazón en la mano, que es un poco caprichoso, y por qué no, arrogante.

domingo, 9 de septiembre de 2012

¿Por qué el asunto se redujo a elegir entre Barrabás y Barrabás Jr?


Quisiera comenzar retomando unas palabras que compartí con ustedes hace unas semanas:
“Chávez solo pierde por una razón posible: Sus propios y torpes errores.
Chávez solo gana por una razón posible: La estúpida estrategia de “oposicionista acérrimo”, que gente como usted, (Julio Borges), asumen”
Así están aún las cosas en mi opinión. No hay más.
Está de más casi que recordar que estamos a un mes de aquella fecha que muchos consideran la de un cambio para Venezuela, sea porque ratifiquen a Chávez y termine de “fundar” lo que denominan revolución, sea porque gane Capriles y se monten en el aparato burocrático todos los que ansían despertar de un supuesto mal sueño de 14 años. En lo personal, no veo en realidad mayor cambio; ya lo he dicho. No hay manera de que alguien me garantice que con el próximo gobierno, independientemente de su color, las cosas vayan a tener un viraje importante hacia esa dirección magnifica y comprometedora de la que tanto hemos reflexionado en este blog; una rectificación profunda en palabras cortas. Pero no; ni siquiera la necesidad real de concebir una rectificación se visualiza con fuerza en el horizonte de nuestras expectativas. Ya en un plano más amplio, y quizás filosófico, podríamos ver que lo que se ha dado hasta hoy, pareciera ser justo lo posible en función de la poca claridad que tenemos como sociedad en lo que respecta a nuestras metas, expectativas y propósitos. Está de más volver a decir que no sabemos aún desarrollar un gobierno estable sin un líder presidencialista que esté encima de todos nosotros.
Por eso es que continuaremos observando sin rubor alguno, en mi humilde opinión, esta precaria situación en donde por cada “ladrillo” bien hecho, pero mal pegado en la estructura del progreso nacional, cinco son rotos, y cuatro “desaparecen” en el proceso, yendo a veces a parar a bancos de “ladrillos” de Europa y EEUU…
Hemos sido testigos de una lucha que es salvaje y por ello sin decoro alguno, de un lado y del otro observamos como usan los recursos del estado, de la gobernación o de  la alcaldía, -como a sus respectivos funcionarios-, para realizar todo aquello que justamente la ley prohíbe. La política partidista, que exige cualquier esfuerzo y justifica cualquier atropello que pueda ser medianamente maquillado o desmentido luego por un vocero oficial, lleva a las maquinarias electoreras a su máxima eficiencia, y al país en ese proceso, a su mayor dispersión social.
Seguramente han notado como ni los oficialistas, ni los oposicionistas, logran ir a unas elecciones mediante una tarjeta unitaria; el interés de mantener cuotas de poder individuales en sus respectivos clubes políticos, puede más que cualquier argumento colectivo. Los ejemplos saltan a la vista de manera escandalosa, y solo veamos dos: Primero justicia cree que ganando Capriles, ellos determinarán todo en la repartición de los cargos, cuando en realidad, solos como partido, sin el apoyo del resto, no llegarían ni a la esquina; igual cosa ocurre con Chávez y su PSUV, donde primero, se niegan a compartir poder con sus demás socios estratégicos, y luego, terminamos viendo como la gente se inscribe más por tener el carnet partidista que facilite cualquier trámite burocrático, que por convicción política alguna, pese a lo que cualquiera de su enquistada cúpula de mando y poder, pueda tratar de desmentir, y todo esto en el más puro y rancio estilo del viejo partido Acción Democrática.
Luego de todo este cuadro, y al entrar en las estrellas del show electoral, lo cierto es que tenemos a un Chávez agotado en su capacidad para “revolucionar” las cosas. No puede inventar mucho más; no quedan muchas cosas a las que no le haya cambiado el nombre ya. Al presente, no puede enderezar lo que ha crecido enrollado en torno a si mismo durante 14 años. Solo él lidera, y a los demás únicamente les ha quedado la opción cruda y sin sentido de ser burocracia partidista donde pelearse entre ellos por ver quien encabeza la jaladera de bolas presidenciales. 14 años han permitido encostrar la cultura del no reclamar, del no criticar, y en definitiva, del no proponer mejores opciones a la que la línea presidencial, -irónicamente casi siempre desviada y manipulada por quienes jalan más duro debajo de Chávez-, imponga. Solo una revolución dentro de la revolución, si ello aún fuera concebible, (que en lo personal dificulto ya), que sea capaz de llevarse por los cachos al mismísimo Chávez si fuese necesario, podría salvar de entre los escombros de la ya vieja revolución, a los buenos “ladrillos” aún enteros.
En aquel otro lado, -el derecho-, de la política venezolana, Capriles no logró despertar su musa estadista; no fue capaz de ir más allá de sí mismo y de las limitaciones de Chávez, para ofrecer, no algo distinto, sino algo más adelantado, más cercano a la sindéresis que se esperaría de un presidente que hubiese aprendido lecciones importantes de este periodo de aciertos y errores revolucionarios de gobierno.
Capriles, dejándose rodear de personajes insulsos como Aveledo, Borges o Briquet, (y pese a mantener distancia de M. Machado), no hizo más que ponerse plomo en las alas que la experiencia deseaba entregarle para otros propósitos. Tan nefasto son estos personajes para él, como lo son para Chávez Rafael Ramírez, Jorge Jiordani o Jorge Rodríguez, sin saberlo quizás.
No digo con todo esto que exista una alternativa a estos dos personajes; eso no existe. No en este momento. Lo que hago es poner el dedo sobre una llaga de la que muchos se quieren hacer los desentendidos: La mayoría terminará votando porque están apasionados con Barrabás o con Barrabás Jr., o porque quieren castigar a uno, poniendo al otro. Nada más; así de elemental termina siendo nuestra concepción del mundo: Buscar al menos malo.
Quizás por eso es que nadie dirá:
Ey!, hay que corregir esto en la revolución, caiga quien caiga”; o
Chávez, te has equivocado en esto y en aquello; corrige ya o te despedimos de tus funciones!”;
Chávez, las cárceles y la inseguridad están en el reino del caos; has fracasado en eso. Admítelo”;
Chávez, has fracasado en controlar la inflación; jamás pudiste bajarla del 10 o del 20%, en 14 años!”;
Chávez, ¿Eres capaz de contabilizar todos los dólares dilapidados en tus 14 años de gobierno?
“Chávez, ¿Cuántos corruptos hay presos en estos 14 años?;
¿Recuperamos el Esequibo?; ¿Ya nadie roba oro?

 O quizás alguna frase así:

Capriles, por qué no te deslindaste de todos esos dinosaurios políticos?”; “¿Cuál fue el miedo?
Capriles, ¿Por qué no eres capaz de explicar en una conferencia de tres horas corridas, tu visión de lo que debe ser la republica?
Capriles, ¿Por qué no fuiste capaz de erigirte como candidato alternativo a Chávez, sin la necesidad de ir a unas primarias para medirte con aficionados?”
“Capriles, ¿Por qué en un momento tan aciago, permites que otros expliquen y justifiquen por ti?”
“Capriles, ¿Por qué dejas que tus asesores engañen a la gente con lo de las misiones, si sabes que de funcionar el gobierno como debería ser, estas no serian necesarias sin afectar a nadie?; ¿Por qué hacer demagogia tal como la hace la revolución de Chavez?

Es obvio para ustedes seguramente, que no termino de estar conforme con ninguno de los dos candidatos; creo que pueden reconocer que yo solo estoy sumando aquello que en privado me diría un fanático chavista, de la oposición, y viceversa. (El problema es que cuando un solo individuo resume ambas perspectivas y las dice, todos lo quieren amedrentar y ridiculizar, como castigo por semejante blasfemia). El caso, pese a los deseos de las partes con respecto a la otra, es que Capriles por la forma en que ofrece hacer las cosas, -con el saco de gatos que lleva a sus espaldas-, y Chávez por lo que ofreció y finalmente no entregó, (dejando tras de sí una enorme lista de acciones incapaces de mostrarse con la cara limpia de culpa, de injusticias, o de marañas), es por lo que ambos candidatos tienen rabo de paja. Hace un tiempo les decía que Chávez es como el médico especialista que identificó e intervino quirúrgicamente todas las áreas ciertamente afectadas del cuerpo nacional con éxito, pero por tener la mala maña de no lavarse las manos antes de operar y de hacerlo sin usar guantes, todo lo infectó, y ahora el paciente está de pronóstico reservado. Irónicamente, frente a esto, Capriles luce más como un médico limpio y cuidadoso, pero recién graduado de la misión Barrio Adentro.

Cada quien con la posibilidad de votar, debería reflexionar sobre nuestro pasado, presente y futuro, para buscar comprender por donde y hacia donde debemos ir, pese a que a fin de cuentas, todos tengamos finalmente que pararnos frente al vacio del abismo que siempre se interpone entre nosotros y la esperanza, para votar y seguir con esta evolución nacional, que va mas allá de las escalas de tiempo de los individuos, y de las sociedades que en sus momentos conforman.
Para concluir, no quiero dejar de dirigirles unas palabras a los dos candidatos, a los venezolanos, y a quienes también votarán con nosotros:
Chávez, a ti te digo: “Mancillaste tus aciertos con los errores y las oportunidades desperdiciadas; aún no hablas con toda la verdad que logras entender; entregaste soberanía y justicia a cambio de apoyo y pleitesía. No has sido capaz de propiciar a una generación de relevo; una que no tenga que rendirte honores,  que sea capaz de superar tus propias carencias y limitaciones”
Capriles, a ti te digo: “Tu pasado pareciera pesar más que tu presente o tu futuro; el primero es difuso; el segundo es claro como el cristal que deja ver a los parias que en torno a ti danzan pese a tus buenas intenciones; muchos de ellos son representantes del pasado que precisamente trajo a un Chávez al poder, cuando tú eras más joven. El último, -el futuro-, se te ve disperso, como incapaz de generar con claridad un compromiso que pudieras escribir con tu propia vida frente al país”
A los venezolanos: Les ruego una vez más, analicen a donde hemos ido a parar, con todo lo bueno y todo lo malo, y en cómo debemos dar los siguientes pasos. Este blog está dedicado a ustedes.
A los millones de amigos venidos de otras tierras, y a quienes se les regaló la ciudadanía plena y con ello el derecho a elegir presidente, les pido encarecidamente:
Voten con sensatez; vean las fallas con que ya inevitablemente llegamos a estas elecciones, y escojan a quien pueda corregir los errores de los que fueron también testigos en sus respectivos países de origen. Les pido que con la sensatez que no aprendieron aquí, escojan junto a nosotros a quien nos va a gobernar, (no a representar), bajo este ambiente que pese a todo esfuerzo, sigue teñido de desorden e injusticia, pues la ley aún es más débil que el sentido de viveza nacional.
Suena duro, pero es la realidad. A esto hemos llegado, y no hay signos de que vayamos a rectificar pronto. Medítenlo.