lunes, 29 de abril de 2013

Venezuela; débil aún en su soberanía, solo que de manera distinta.


El problema sigue siendo este; Proponer principios sociales y nacionales, consensuados y respaldados por resultados de trabajos concretos e incuestionables,  mediante la exaltación de lo moral y lo ético, es muy distinto a imponer principios sociales unilaterales, basado en resultados cuestionables, y para completar, sin medir la más mínima ética, en caso de que esta pudiera atentar contra los resultados de una elección favorable.
Poe eso, aunque no pareciera haber fin para esta cadena de acontecimientos que de a poco se va construyendo en nuestro territorio, donde  vemos como eslabones al multiplicarse, crean una encrucijada en la Venezuela dividida y neutralizada de hoy.

Quisiera basar esta entrada del blog, en dos declaraciones presidenciales de estos días:
1.-Según Maduro, la gente no estaba dividida: Sólo triste y confundida.
EFE; 25 DE ABRIL 2013 - 04:49 PM
El presidente de Nicolás Maduro dijo hoy que en Venezuela 60 % de la población está de acuerdo con la revolución bolivariana pero aseguró que el pasado 14 de abril muchos chavistas no votaron por "tristeza" por la muerte de Hugo Chávez y otros lo hicieron "confundidos" por la oposición.
"Tenemos un pueblo que llega casi al 60 % que apoya a la revolución, pero que había una parte importante que estaba muy triste y que no salió a votar, usted saben también quién, dónde", dijo Maduro durante un acto de Gobierno.

Bueno, me imagino que el presidente en ejercicio de alguna manera descubrió que ya están contentos. Ahora, -explica él-, “las mayorías” se encuentran satisfechas y apoyando al nuevo gobierno.
Pese a esa “inocentona” explicación de parte del llamado a ser más serio y congruente en este país, resulta obvio que aún la división sigue en el país, aunque quizás el gobierno, -ya no tan revolucionario-, haya perdido adeptos en las últimas  semanas, al mostrarse tan intolerante con quienes se aventuren a mostrar una opinión crítica, desbalanceando este precario equilibrio que solo ha servido para inmovilizar las cosas. 
Resulta interesante descubrir que para Nicolás Maduro, solo un tipo de sentimiento es digno de comprensión: el de los tristes y confundidos.
Aquellos que estén arrechos y claritos, no cuentan.
Ahora, ¿Cómo hablamos de lo que él denomina “mitad sólida” del electorado, que casualmente es la que lo apoya?; supongo que la otra mitad para él será entonces una cosa “aguada” y “fofa”, apátrida y de paso,  contraria a su figura como presidente.
Les digo algo: Que fácil es para un presidente y su círculo íntimo de poder, decir y hacer lo que les venga en gana, cuando todos los poderes obedecen al mismo dueño, que no es precisamente “el soberano”.
Eso de dictaduras, golpes de estado y regímenes totalitarios, son solo reminiscencias del pasado, -ahora innecesarias y burdas-, cuando se tiene al presente la receta mágica para el éxito: recursos nacionales monetarios inmensos, y un estado incapaz de auto limitarse, criticarse y corregirse.
Cualquier nación donde aproximadamente  el 60% de una asamblea nacional es del partido de gobierno, con un poder electoral en el que el 90% de los rectores son oficialistas, un poder judicial laxo y acomodado en la estructura del ejecutivo, de la misma manera que la cúpula militar y el “poder” moral de la republica, díganme ustedes, ¿Cómo podría un país evitar que el que manda haga lo que le venga en gana sin reparo alguno, más al saberse elegible por siempre?  
¿Cómo puede un país emerger de esto rápidamente, si su población aún no comprende la importancia del acuerdo, la negociación, la organización y el sacrificio justo?

2.- La opinión de Juan M Santos, y de la de UNASUR, como protagonistas de una situación interna venezolana.
Todos han leído las declaraciones y los comunicados oficiales de UNASUR, luego de recibir al nuevo presidente venezolano. Veamos a hora las de Santos, en fecha muy reciente:
Cuando una autoridad respetada por las dos partes da un veredicto, la obligación de todo el mundo es aceptarlo”, añadió Santos.
(Domingo 28 de abril de 2013 10:32 AM  . AVN / Redacción WEB / Caracas)
Dentro de la dinámica política latinoamericana, estas declaraciones parecieran muy bien ajustadas a la diplomacia que se podría esperar de un presidente vecino, pero nuevamente, -como ocurrió con lo declarado por la UNASUR-, las mismas resultan peligrosamente injerencistas, pese al maquillaje de hermandad y buena amistad que parecieran acompañarlas. Esto lo digo porque en el fondo, representan evidencia del cinismo que nos rodea y al mismo tiempo, emana de nosotros como colectivo venezolano.
Evalúen bien como el apoyo internacional para un triunfo, es bien recibido, pero el apoyo a la duda de ese mismo triunfo, es descalificado y amenazado al identificarla como acto de traición a la patria a lo interno, y de intromisión, a lo externo. Independientemente de que sea cierto o no el triunfo de un bando, el sentido común, llano y cristalino (como el que cualquiera de nosotros, -como pueblo-, podría expresar), sugeriría dirigirnos a un ambiente más bien equilibrado, el cual podría recomendar el realizar un conteo completo de los votos, o en su defecto, realizar la repetición de las elecciones.
Quisiera decir que Juan Manuel Santos tiene razón, pero al sacar su declaración del plano general y diplomático, para llevarlo al plano específico venezolano, la cosa adquiere otro matiz, y lo hace, porque aunque muy probablemente el CNE haya hecho un trabajo impecable y diera resultados congruentes con lo votado por la población que decidió ejercer su derecho al sufragio, lo cierto es que el CNE basó su actuación sobre un registro electoral con desviaciones intolerables, permitió el abuso desmedido de los recursos del estado por parte del candidato oficialista, y accedió a realizar las elecciones, en medio de un conjunto de irregularidades denunciadas por la oposición, -y de algunas en las que yo, sin ser oposición, he podido constatar-, (Expulsión de testigos, apertura de mesas sin todos los testigos, no entrega de credenciales a los testigos opositores al oficialismos, llamadas diciéndote que deber ir a votar para no perder la ayuda (o Misión) tal o cual, centros de votación situados en lugares ilegales y bajo control oficialista, votación asistida para personas que no lo requerían, cierre de frontera sin aviso, cierre de centros electorales, etc.), que en otros países (Colombia incluida), no habrían permitido hacer prosperar tal acto electoral.
Por eso es que ante esto, no es posible afirmar en Venezuela, que ganó uno, y perdió el otro. La credibilidad es tan baja, y la confianza sobre lo jurídico tan pobre, que la mortaja sobre un proceso muerto antes de llegar el día de las elecciones, pende sobre Nicolás Maduro y Enrique Capriles.
Una vez más les digo: La cosa no fue ganar, sino cómo supuestamente se ganó.
Muy mal hace el CNE al decir que es imposible realizar un conteo de votos total; es reconocer que el proceso electoral venezolano es como una brisa de viento pasajera y caprichosa, incapaz de ejercer sobre sí misma, una auditoria manual, humana, tangible e indiscutible.
Pese a lo que puedan decir los estadísticos o los técnicos sobre lo maravilloso e incorruptible que pueda ser el sistema electoral venezolano sobre la mesa, lo cierto es que solo es un artilugio electrónico y computacional, por el cual difícilmente alguien sería capaz de meter su mano en el fuego para afirmar y defender que es imposible de ser alterado por quien sepa activar el protocolo adecuado, con un simple ratón.
A todas estas, si aún afirmamos que el sistema en su hardware y software es infalible, no podríamos tapar con un dedo, -ni con la mano completa-, las inmoralidades de las que los contrincantes han sido capaces, con tal de garantizar la consecución del poder en Venezuela.

Es como en un juego de fútbol, Sr. Presidente Juan Manuel Santos: Podremos todos ver que el balón entro en la arquería, pero la cámara no registró y grabó “la mano” que todos en el campo, vieron, excepto el árbitro…

Así de amañado estuvo el resultado del juego, Sr. Presidente.

Por supuesto, comprendo que al hablar de diplomacia, o de política, o de economía, lo pragmático de cara a los mejores dividendos, es lo que cuenta. Por eso es que este mundo está así; justamente por eso, y es por ello que un tal Hugo Chávez, diciendo muchas veces las cosas sensatas que quizás luego no cumplía o hacía, ganó tantos seguidores. La gente ya no es estúpida, ni iletrada, ni mansos rebaños de votos llevados a las urnas electorales cada tantos años, cuando no son llevados en urnas a los cementerios por la negligencia de quienes se empeñan en gobernar, al más puro estilo déspota e insensible.

Chávez fue el hombre que recogió todos los sueños, como fue también el hombre de las oportunidades perdidas. Ahora rumiamos este viacrucis al que nos someten a todos, solo porque los que retenían el poder ilegítimamente, decidieron seguir haciéndolo de la misma manera, todo por no querer hacer un pendejo reconteo manual de votos, y reconocer todas las ilegalidades que pudieran salir en ese truculento camino.
Nadie aquí quiere ser hombrecito, con las manos desnudas y la frente en alto.
Para el CNE y los demás poderes públicos de la nación, resulta ahora un exabrupto que se  pida un reconteo total y manual, pero cuando fue la oportunidad de pedir una constituyente, nadie pataleó, como tampoco lo hicieron cuando Chávez pidió, -del modo más caprichoso posible-, un consecutivo e inmediato referéndum consultivo, cuando ya el primero lo había perdido. Una vez más, lo ancho para pocos, y lo angosto para el resto.
Por todas estas cosas, es que yo digo, que en Venezuela no existe una democracia libre, ni una constitución obedecida, ni mucho menos, un conjunto de poderes públicos legítimos y moralmente leales al pensamiento de Simón Bolívar. Todo es una farsa; todo es cinismo; todo es una enorme pérdida de tiempo, de la que hasta nuestros nietos, y los de estos, se lamentarán.
Por supuesto, estamos aprendiendo, pero ¿a qué costo?; ¿no podíamos ser simplemente honestos y reconocer las cosas por su nombre, sin que midiera de por medio pasión inútil alguna?; ¿Ha tenido que morir Chávez, y cualquier cantidad de miles de venezolanos y extranjeros en esta tierra venezolana, a manos del desorden y la injusticia social, para que ni siquiera aún nos demos cuenta de lo necesario por hacer y enfrentar?
¿Teníamos que llegar al punto donde un ahora presidente gana una elección presidencial a punta de abuso y sin siquiera sacar una ventaja que resultara incuestionable?

Eso, queridos compatriotas, lo califico como miserable y patético, porque ni siquiera nos da vergüenza.

Así las cosas, ¿dónde creen que queda nuestra verdadera soberanía?; nadie podrá decir que muy alto, o bien protegida por buenos misiles y aviones, porque saben que no me refiero a esa soberanía física. La verdadera autodeterminación de nuestro pueblo comienza en lo humano de su sociedad, y en lo cohesionado que ella este en torno a sus máximos valores republicanos.

sábado, 20 de abril de 2013

¿Solo coincidencias con lo que vivimos en Venezuela?


John Ware, BBC. (20/04/2013)
“Israel cumple 65 años: ¿qué le depara el futuro?”
Comenta un entrevistado:
Ephraim Halevy, exjefe del Mossad, me dijo: "Ideológicamente, el conflicto no puede terminar jamás. Ambas partes siempre afirmarán que son los únicos que tienen derechos sobre estas tierras. Ninguna parte puede en modo alguno renunciar a sus derechos sobre cada pulgada de territorio, porque es tierra santa".
¿No les suena familiar el asunto?
¿No podrían, -con muy poco esfuerzo, seguramente-, imaginar que esta afirmación del Sr. Ephraim Halevy, podría ser una muy buena descripción al referirnos a Venezuela y su particular situación política?
Me tomé la libertad de subrayar lo que me parece más relevante, al momento de hacerlo extensivo a la visión que los más extremistas en el país, tienen.
Chávez dejó en claro, al igual que lo hace hasta el sol de hoy Nicolás Maduro, que la visión de ellos, es la correcta, y la única que se puede llevar a término en esta nación.
Si eso no es extremismo, -que al ser mezclada con el poder que se posee al ser presidente, con todos los poderes a la orden y la posibilidad de reelección indefinida y asistida por los recursos del estado-, no veo que otra cosa autocrática lo puede ser, aparte claro, de una dictadura izquierdista o derechista "a la antigua".
Cuando entendamos que por ser la venezolanidad una entidad realmente debilitada en nuestra sociedad, entenderemos también el por qué cualquier movimiento ideológico que surja, independientemente de lo acertado o errado que esté, terminará prevaleciendo y enganchando a quienes constituyen parte de las mayorías que desconocen el sentido de esa venezolanidad, víctimas de la ignorancia de aquellos que debieron cultivarlas y propagarla desde el pasado en los últimos 65 años, y de la que tampoco se escapan las concepciones de los levantados hoy como posición, incluyendo, por lo que a dicho,- y dejado de decir-,  a Capriles.
Por eso bastó con que un hombre, -como ustedes o como yo-, pero apellidado Chávez, -intento de golpe por medio-, se hiciera eco de las ideas transformadoras que flotaban en el aire, -y permitiera que los demás se las endosaran como único autor, de manera injusta por lo demás-, para que muchos se aferrasen a él cómo lo único disponible (después de todo, diríamos, el arriesgó su vida en una intentona, y ello por patriotismo, hasta donde sabemos), en la esperanza de la llegada de un cambio real y definitivo, mientras que subrepticiamente, los movimientos políticos se hacían de este personaje para ascender al poder constituido.
Pese a estas ventajas iniciales, y a la luz de los erráticos resultados de los primeros años, decidió que las cosas eran más prácticas cambiarlas “desde afuera”, y no “desde adentro”, y es por eso es que ni él ni nadie se detuvo o se ha detenido a hablar, sin adornar o maquillar detrás de cómodos eufemismos, de los cuatro pilares fundamentales, equilibrados y reales de la nación, de la sociedad y de la familia: Justicia, Trabajo, Salud y Educación, como alternativas exclusivas en contra de los terribles vicios que nos embriagan y nos hacen negar nuestra condición de "alcohólicos" en lo moral y nacional, necesitados del reconocimiento colectivo y propio de nuestra difícil condición, como primer paso para salir de ella.
Fue más sencillo (sin mencionar el buen dividendo político resultante),  suplir mediante misiones, que no tienen una fecha de termino en la cual ser reemplazadas por una realidad estable y justa, que atacar el problema en su raíz, lo cual pasa por hacerle reconocer a todos, las carencias que tenemos, y las fortalezas con que aún contamos para enmendar los errores generacionales que insistimos en heredar a nuestros hijos.
La situación es en el fondo tan bizarra de cara al sentido común, que lo visto hasta ahora en nuestro país, (más allá de los últimos 15 años incluso), es algo así como si fuera más fácil restituir líquidos vía endovenosa (las misiones), durante una hemorragia interna, que intervenir quirúrgicamente y detener el sangrado sin control (la desvenezolanización).
Desde allí comienza a forjarse la cadena de eventos que nos han llevado hasta hoy. En esa cadena, muchos de los eslabones están constituidos por la oposición, que ante su falta de visión, apuntaron sus argumentos contra el hombre, (Chávez),  más bien que sobre la realidad perturbadora de un vacio en la percepción nacional y republicana (la venezolanidad). Ante esto, la dura realidad es que quizás 14 o 15 millones de venezolanos y extranjeros cedulados que votaron para la presidencia, se equivocaron. Estamos buscando la solución entre dos partes que no se toleran ni se quieren hablar, al considerarse cada una, dueña exclusiva de la verdad.
Obviamente, la búsqueda de una tercera vía debe comenzar con la localización de aquellos que de bando y bando, se encuentran reprimidos por las estridencias de los jefes de siempre, creados a la sombra de las estructuras de poder del oficialismo y de la oposición.
Cuando Maduro se refiere a “antivalores”, sin lugar a dudas habla de los que le atribuye en exclusiva a la oposición, dado que él siempre afirmará para quienes le escuchan, que su gobierno se basa ciegamente en que sus valores, (visión chavista de las cosas, si lo prefieren), se reservan para sí todas las verdades y bondades que Dios es capaz de derramar sobre un pueblo.

Por eso, apelo a las palabras de Ephraim Halevy en la entrevista de la BBC:
Ambas partes siempre afirmarán que son los únicos que tienen derechos sobre estas tierras”

Espero que como Israel, no tengamos que esperar otros 65 años para descubrir lo que verdaderamente nos conviene como nación.

viernes, 19 de abril de 2013

Capriles, tan equivocado como Maduro.


Creo que por primera vez en este blog debo decir que me siento incomodo al escribir. La persecución que ha comenzado a surgir del anonimato y de los círculos más radicales desde ambos bandos políticos, aunque en muchísima mayor medida, desde el oficialismo, no dejan que pueda bajar la guardia. Nunca había considerado en serio que pudiera ser perjudicado a nivel laboral o social por el hecho de escribir lo que entiendo como verdades en este país. Hoy, sin embargo, comienzo a evaluar más de cerca estas cosas. Sé que no es fácil en internet mantener este blog cual fortaleza inexpugnable, y debo considerar hasta el hecho de que sea hackeado y eliminado. De ocurrir ello, procuraría volver bajo el mismo nombre, desde otro dominio. Dios Nos cuida. Eso es lo más importante.

Dicho esto, entremos en el tema que deseo abordar en la presente entrada, y que es en respuesta directa a las debilidades que observo invariables en el tiempo, y potencialmente dañinas, salidas de uno u otro candidato
I.-Capriles: “Aceptamos la auditoría, en esas 12 mil cajas está la verdad
II.-Maduro: “En Venezuela no hay oposición, lo que hay es una conspiración
Estas dos declaraciones, sacadas de la prensa nacional solo en el lapso de unas horas, demuestran lo desatinado de las visiones que ambos hombres, (uno erigido en el podio del liderazgo por los votos que ha ido ganando con los años, mientras que el otro llegó a ese podio, luego de un trabajo permanente a la sombra del presidente, y por el dedo de Chávez), tienen en lo que se refiere a la realidad de Venezuela.
Numero uno: Capriles no puede esperar, -y muchos menos declarar con absoluta seguridad-, que al realizarse la revisión del resto del material electoral, y el posterior conteo de votos, se obtenga un resultado distinto al ya anunciado. PRIMERO, porque las boletas son resguardadas por el mismo CNE (…o lo que es lo mismo: “Zamuro cuidando carne”), sin ningún ente independiente vigilando, y donde en teoría, (en un supuesto negado), no existe ningún inconveniente para “reimprimir” cuanta boleta y acta haga falta ¿O me van a decir que además validarán  cada una de las miles de firmas estampadas en esas actas y cuadernos?; SEGUNDO, porque con esta declaración Capriles está obviando el principal obstáculo para ganar una elección limpiamente en Venezuela, particularmente desde el nefasto error cometido por los oficialistas, al aprobar la reelección indefinida de quien esté en el poder: El omnipresente abuso gubernamental al momento de disponer de todo recurso posible, sin mediar legalidad o tribunal alguno, para imponer su intención de ganar. Al obviarla, le deja abierto el camino a la estampida oficialista que se está llevando “por los cachos”, de parte de quienes antes estaban contenidos por Chávez, la institucionalidad que el mismo presidente se había encargado ya de hacer a un lado de manera selectiva, en aras de los objetivos revolucionarios que al fin de cuentas, no fue capaz de instaurar por la vía legal y consensuada. A veces pareciera que la prudencia y la distorsionada libertad que restan en el país, pesaran más que el arrojo necesario para decir la verdad por la calle del medio; esto resulta evidente, al menos, en la misma medida en que la conveniencia de estar cerca del poder para usufructuarlo, es buscada y cultivada por las altas esferas oficialistas. (No hablo de los demás, -es decir, de nosotros-, que viviendo en los mismos barrios y urbanizaciones de siempre, nos tenemos que calar a diario las consecuencias de la inseguridad, la inflación y el desenfoque del destino nacional). Ese desenfoque por cierto, oculta la razón por la cual la oposición, como el chavismo, ha demostrado con los años, que no son la vía más adecuada.
Volviendo al punto, ¿Si el que sacó más votos, de los que adversan al gobierno, no es capaz de levantar la voz para denunciar no solo el fraude que el declara en los resultados, sino también el “fraude” cometido desde la misma asunción al poder de manera irregular de Maduro, y su posterior y abusiva campaña electoral, con los poderes ahora colgados de los nuevos testículos presidenciales, que esperanza nos pareciera queda a los demás?
Numero dos: Maduro confunde la firmeza del mando humilde (esperable de quien solo fue designado a dedo), con la arrogancia estilo “autoritarismo siglo XXI” que ha surgido en Venezuela a falta de una venezolanidad cultivada por todos (Y Chávez no es el culpable de esta carencia: Lo somos todos y aquellos que vivieron antes que nosotros); por eso es que él puede con facilidad endosarle los muertos diarios, -atribuibles al terrible hampa desbordada-, y demostrable estadísticamente en Venezuela, a un evento supuestamente auspiciado por la oposición, y así sin pensarlo mucho, llamarlos mártires de su propia causa particular y oficialista. Conveniente Nicolás; muy conveniente para ti.
Parafraseando a Jesús: “El bando político que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.
(Seguramente son tan caraduras, que ambos bandos comienzan a apedrearse entre sí)
Te digo algo Nicolás: Mejor que estar rodeado de presidentes de otras naciones, interesados en negocios e influencias más que en otra cosa (al igual que UNASUR o la OEA), deberías haberte preocupado por estar rodeado de los dos bandos que hoy existen en el país. No podrás nunca en sano juicio dividir a Venezuela en dos mitades territoriales, y pedir que los de un bando vivan en uno, mientras que los del otro bando se van para el otro lado. Tan estúpido como suena eso, es pretender seguir ignorando a los que no están de acuerdo contigo (y que no van a cambiar de opinión solo porque lo decretes o los ignores), y con el modo de hacer política que la revolución ha levantado. (Distinta cosa sería hablar de las buenas intenciones que la misma tenia, y que aún debemos procurar lograr con justicia e igualdad natural en nuestra querida patria). No puedes salir intacto de esta arrogancia política que pretende excomulgar “revolucionariamente” a quien osara votar por una opción distinta a la que tú representabas. Eso te hace ver enemigos y conspiradores en todas partes. Eso es peligroso para la salud de cualquiera.
Tienes que entender que en Venezuela no podemos aún, a la vista de los abusos y el resultado obtenido el pasado 14 de abril,  hablar de que se estén dando elecciones democráticas y justas, apegadas celosamente a la ley, que buscasen entregar el poder solo por un tiempo finito, a una interpretación política de los designios constitucionales, dado una etapa especifica del país. Me imagino que sabes que las cosas no son así.


Quizás Capriles está limitado por su arraigo a una estructura de oposición a la cual le ha costado enormemente evolucionar y no percibirse como lenta a la hora de exigir y proponer metas claras, sociales y justas, (sin parecer al mismo tiempo hambrienta de poder e influencia), o que no suenen a recetas de organismos internacionales, o de gobiernos “amigos”, y en todo caso, él sigue teniendo delante de sí, el reto de reinventarse y liberarse. Mientras, Maduro no ha dejado de sonar con la misma estridencia con que lo haría una lata vacía con una piedra adentro, al no haber declarado (por interés o conveniencia), su verdadero plan de gobierno. Esperemos que frases tuyas como "Estoy dispuesto a conversar hasta con el diablo", no signifiquen que desprecias a tus adversarios, o peor, que piensas que estamos, -o estaremos-, tan mal, que habrá necesidad de hablar con el que tu mencionas en esa última frase.

Solo queda esperar que las cosas mejoren; apostar a otra cosa sería suicida, y un atentado a nuestros hijos y nietos.


miércoles, 17 de abril de 2013

Maduro: El que no la debe, no la teme.

Los refranes populares son siempre recordados y respetados, porque tienen la sabiduría que los años le dan a la vida.

Lo digo porque independientemente de que se sea de un bando u otro, cualquier espíritu razonable aceptaría que si vamos a poner nuestra constitución por delante de todo, (recordando aquello en lo que he insistido desde el principio de este blog: "Dios, Justicia y Pueblo"), debemos jugar las reglas preestablecidas del juego democrático  y sin importar intereses particulares, atenernos a ellas.

Es debido a eso que le digo al proclamado presidente Maduro: "El que no la debe, no la teme"

El máximo cargo administrativo y político de Venezuela, no es para hacer la voluntad de un parcialidad política nacional; es para cumplir y hacer cumplir los preceptos establecidos en el alma escrita de la nación: Nuestra constitución. 

Si la gente te pide reconteo, hazlo. Sin miedos. Asumo que no le temes a eso. Demuéstrales que no estamos ante un régimen de facto, sino ante un gobierno elegido democráticamente  con una mayoría legal, (aunque tu y yo sepamos que en realidad bastante abuso hubo de parte de ti al usar sin recato alguno, los medios del estado y las instituciones, a tu favor)

No te pido que seas como yo, que en tu situación jamás me habría separado de lo moralmente correcto y legal durante unas elecciones; solamente te pido que recuentes, que demuestres que tu triunfo está respaldado por votos físicos  y no por peligrosos datos virtuales, sin asidero comprobable.

Termina con esta situación que solo te está restando puntos frente a lo que queda de la moralidad ciudadana nacional.



martes, 16 de abril de 2013

Maduro no sabe de matemática.


Pasa otro día en la Venezuela dividida, y solo veo al hombre autodenominado hijo de Chávez, erigido como presidente, apalancando con mayor ahínco en la grieta que ha creado estos dos enormes bloques en la sociedad venezolana.
Simplemente él no entiende de matemáticas: No hay manera en que la mitad que lo apoyó, haga más ruido que la mitad que no votó por él, y viceversa. No hay manera en que una mitad supere a la otra mitad. No hay manera en que una mitad tenga más valor que otra; no hay manera de tener autoridad para acallar a una mitad a favor de la otra, en un país con un marco constitucional tan vapuleado y difuso a causa de tanto abuso e indecoro.
¿Quién más no entiende las matemáticas?... ¿Acaso todo el país?
¿Dónde está la moral?; ¿Dónde está aquel honor cuando la palabra de hombre era oro?
¿Qué hago con la impotencia de ver como las cosas se caen a nuestro alrededor sin necesidad?
Por primera vez en la historia contemporánea de este país, el juego esta momentáneamente paralizado. Como un juego de dominó entre principiantes, la partida está trancada y no hay manera en que las dos parejas de jugadores se pongan de acuerdo. Puede ser un momento peligroso, o puede ser… los inicios de un trabajo de parto un tanto traumático, que termine por parir una nueva opción: La de la tercera vía.
En algún  momento tendrán que emerger los luchadores sociales de lado y lado, los que trabajan la política con honestidad, en el marco de la ley, desde todo el territorio nacional, y enarbolar una bandera común, dispuesta a ceder y a recibir; dispuesta a perdonar, y a confiar, porque esta vez estarían de acuerdo en que la verdadera esencia de la nación, está en su constitución.
Es tiempo de la estridencia; los perros de la confrontación, antes amarrados, ahora están sueltos. Ningún bando logrará resaltar más que el otro, como ninguno de los dos bandos está dispuesto a soltar el cuello del otro… a menos que uno de los dos, decida derramar la sangre del otro.
¿Caín derramaría la sangre de Abel?..., 
¿Quién decide ser Caín?
Aún estás a tiempo Maduro; aún Dios, y hasta lo que aprendieras de Sathya Sai Baba, podría marcar alguna diferencia en tu vida. No sigas mostrando únicamente tu lado más intolerante y soberbio.  El amor no se dice; se practica. Tengo Fe en que puedas hacerlo…
…Ya sólo eso puede tener.

lunes, 15 de abril de 2013

El presidente izquierdista…porque comenzó con el píe izquierdo


Mientras afuera de mi ventana el escándalo de lo que pareciera una lluvia de cacerolas estrellándose contra el suelo, me hace pensar en algunas de las palabras de Maduro al tomar posesión del cargo que anteriormente había detentado ilegítimamente: “Solo el pueblo unido, solo la FANB unida, solo todas las instituciones unidas (…) somos Chávez, somos patria, somos revolución”
Esa frase Sr presidente, es tan inútil como una bicicleta sin uno de sus ruedas.
No puede gobernar para un sector, generalizándolo como si fuera todo el pueblo, como si estuviera unido en armonía y en paz. Eso es mentira; eso es falso. Ganaste porque la maquinaría pudo más que las ideas, que las propuestas, que el deseo de destrancar esta máquina que se niega a moverse y producir algo bueno y justo.

No endioses a Chávez, porque fue humano y cometió terribles errores. Tú eres uno de esos errores.
La mitad de la población que votó y lo hizo a favor de otras opciones, te pide que recuenten los votos, pero tú, junto con tus compañeros, -esos mismos a los que muchos culpaban de ocultarle verdades a Hugo Chávez-, ahora con arrogancia supina, se lanzar a renegar cualquier posibilidad que acalle la duda, y levante la rectitud de instituciones públicas de la que solo los favorecidos de siempre, guardan buenas opiniones.
Estas a tiempo de ser hombre de bien; un hombre que recuperando el legado positivo de Chávez, se deslastre de sus fallas y de su mesianismo. En tus propios hombros y en tus decisiones está que seas no solo el primer presidente chavista, sino también el último.

¿Te has dado cuenta de que la ilustración que más se aproxima a describir lo que tu ahora estás gobernando, es la de un enorme país imaginario, formado por dos estados (Venezuela y Colombia, por ejemplo), donde la capital desde donde gobiernas estaría en Cúcuta, (a medio camino de ambas extensiones territoriales), y en el cual tú te estás empeñando en gobernar para uno solo de esos “territorio”, ignorando y despreciando al otro?
Así esta Venezuela: a ese grado han llegado las cosas. Guste o no, el presidente Chávez utilizó a una parte de la población venezolana como objetivo táctico en su estrategia simple pero efectiva de divide y vencerás, en aras de objetivos específicos de carácter político.
¿Te das cuenta ahora del por qué bajo esta abismal división resulta tan traumático que la diferencia de votos entre ambos candidatos sea tan pequeña?
¿Qué país crees que aguanta eso?
¿Cómo creerte ahora, si tú y tu círculo en cierta forma secuestraron los últimos meses de vida del Presidente Chávez? Como en una película barata de conspiraciones, un enfermo presidente desapareció de la vida pública, no sin antes elegirte, en medio de una cadena de TV improvisada, a dedo, como su sucesor, para luego de dos meses, aparecer muerto en declaración de tu propia boca. Enterrado el muerto, te lanzas a una campaña con todos los abusos posibles, donde no pudiste sacar ni 2% de ventaja.
¿Cómo creerte chico, si terminaste, a la luz de los resultados electorales, maldiciendo a más de 7 millones de venezolanos, de acuerdo a tus propias palabras de hace días?
Te guste o no, tu período presidencial y tu CNE, estarán signados por una nueva frase, acuñada,  esta vez por Capriles: “Máquina mata boleta”. ¿Fueron así las cosas, o te bastó con la maquinaría partidista?
Sé que las buenas ideas no te fueron necesarias…
…y no las había.

El triunfo del abuso; la ratificación del régimen donde el fin justifica los medios.


Independientemente de por quién se fuera al momento de hacer la elección presidencial, el hecho es inocultable y debo ratificarlo: Con tan poco margen de diferencia entre un bando y otro, solo el uso inmoral y desmedido de los recursos del estado, sin mediar ética o valor bolivariano de por medio, puede ser la explicación para que el gobierno ilegitimo que se había montado sobre la muerte del presidente, retenga el poder, con tan miserable resultado.
Esto es la consecuencia directa del desgarro que la división a lo interno de la nación, logra hacer. Estamos ante un país donde un movimiento político tiene más fuerza que la propia concepción de nación que se pueda tener, y no porque el otro candidato la representase, sino porque justamente, no lo hacía.
Nicolás Maduro sabe en su corazón, que lo van a proclamar presidente sobre la tarima de mentiras construida encima de los restos de la ley, la rectitud y la honradez. Una vez más, las masas que no entienden lo que ocurre, apuestan su vida y destinos a la suposición vaga de aquello que conciben como conveniente para si mismos, y no para sus hijos.
Ahora, el abuso ejecutado,  al que no queremos reconocerle consecuencia alguna, de a poco nos llevará sin desearlo o entenderlo nosotros, a la necesidad dolorosa del sacrificio más áspero, mientras que una vez arrojada la esperanza al lodazal de la política venezolana, solo podremos esperar que quizás, Maduro enmiende y sea capaz de deshacer tras de sí, el fanatismo desmedido que hemos demostrado ser capaces de construir, para nuestra egoísta conveniencia.
El CNE tiene razón en algo: Un uno o dos por ciento de diferencia entre los dos candidatos es una tendencia irreversible, pero no hacia el triunfo del que abusó de todo lo que se podía abusar, sino hacia la carrera mortal que nos hemos dado a la tarea de hacer, contra el muro de la estupidez.

Ahora quiero soñar, e imaginar que Maduro, haciendo una introspección y reconociendo los caminos subterráneos para triunfar que se anduvieron, decida contra todo pronóstico, recapacitar y ofrecer un gobierno de coalición, donde chavismo u oposicionismo no existan, sino venezolanas y venezolanos unidos en un solo objetivo: Recuperar aquello que se quedó perdido en el camino: El sentido de la decencia hecho republica, justa, humana, compasiva, dialogante, amante de los valores, y buscadora de Dios.
Creo que nunca había estado tan cerca de sentir lo que seguramente Simón Bolívar sintió en su lecho de muerte, viendo tras de sí, las oportunidades perdidas no por él, sino por sus amados compatriotas.

Nada se detiene en el camino del tiempo...

jueves, 11 de abril de 2013

Termina la campaña electoral en Venezuela, -otra vez-, y no hay más opción.


Lo bueno de los extremismos y los bandos que se aborrecen entre sí, es que llegado a ese punto en la vida de una nación, no queda más alternativa que tragar grueso, buscar un consenso y construir  una tercera vía, democrática, justa y socialmente equilibrada.
Mientras, los venezolanos debemos prepararnos mentalmente para tiempos duros, propios de los momentos imprudentes que nos hemos permitido vivir: Devaluación, incrementos de precios, y disparo de la electricidad y la gasolina.
Con tantas bondades en esta tierra que llamamos Venezuela, podríamos estar tocando el cielo, pero en vez de eso, tocamos insistentemente las puertas de un purgatorio.
Eso se llama falta de voluntad y miedo al sacrificio justo.

lunes, 8 de abril de 2013

Comprometerse a reconocer resultados de elecciones, no sirve en Venezuela.


Maduro propone redactar documento de respeto de resultados electorales en Venezuela
BBC Mundo.
El presidente encargado de Venezuela y candidato a la presidencia, Nicolás Maduro, le propuso al Consejo Nacional Electoral redactar un documento en el que los candidatos de los comicios del 14 de abril se comprometan a respetar los resultados.
"Yo me comprometo a aceptar los resultados de las elecciones, yo lo que quiero es paz para mi patria y es lo que vamos a tener, paz", dijo Maduro en un acto electoral en el estado Monagas

Sencillamente, firmar un documento así, es aceptar incondicionalmente que el abuso desmedido del gobierno actual en materia de uso de recursos nacionales para promocionar a su candidato y mover personas el día de las elecciones, no implica ninguna injusta e ilegal ventaja en contra del resto de los candidatos.
El gobierno, junto a las gobernaciones y alcaldías allegadas políticamente, así como las instituciones nacionales del estado, están moviendo todos sus recursos en aras del triunfo de Maduro.
Eso no es de gente honesta: Es de gente que buscar retener el poder como sea.
Así cualquiera propone firmar un documento: Con el de la “paz” de saberse, manejando todos los poderes e instituciones, sin ningún tipo de resistencia. Ese es el peor legado de Chávez; el de dejarle el poder amasado a su alrededor, al que tenía más cerca a su lado a la hora de su muerte, y no al que pudiera democrática y popularmente, convencer con pruebas en mano, de las bondades revolucionarias.
El triunfo del Inmaduro, no garantiza ni de lejos que la causa revolucionaria siga el curso rectificado que se esperaría, como tampoco el triunfo de Capriles asegura un camino siquiera cercano al ideal republicano, humano y social que aspiramos. Una encrucijada nacional de la que solo Dios sabe el momento del aprendizaje y la rectificación.
Venezuela no puede seguir tan profundamente dividida, ni dependiendo de actores que alimentan a escondidas, esta división.

domingo, 7 de abril de 2013

Unos días para las elecciones. ¿Quién ganará?


No les puedo decir quién triunfará, pero si quienes perderán: Saldrán perdiendo el honor, la ética profesional, la verdad, lo justo, lo equilibrado. Venezuela en definitiva.
Gane Capriles, o gane Maduro (en orden alfabético), les digo que nuestras debilidades seguirán erigidas como enormes tepuyes, (Para los amigos de otras partes del mundo: El tepuy o tepui es una clase de mesetas especialmente abruptas, con paredes verticales y cimas muy planas (aunque no en todos los casos) características del escudo guayanés, principalmente en la zona de la Gran Sabana venezolana. Wikipedia.), frente a la vista de todos nosotros, pero irreconocibles a veces, -como los mismo tepuyes-, como realidades finitas, aunque parezcan monolíticas y de nunca acabar.
Me gustaría decirles que ganando Capriles (atendiendo a los candidatos igualmente en orden alfabético), las cosas mejorarán y que las cosas buenas del periodo de Chávez, -como las de los anteriores periodos-, serán sabiamente depuradas e integradas con justicia a otras extraordinarias y buenas iniciativas que se desarrollen a corto, mediano y largo plazo; o que ganando Maduro, habrá un cambio de rumbo en la revolución, haciéndose autocritica y humilde frente a todo el colectivo venezolano que quiera levantar la voz para pedir cambios positivos y mejoras en general, con lo cual pudiéramos deslastrarnos del mesianismo y del jalabolismo que tan profundo daño ha hecho a la política en Venezuela, casi siempre en aras de obtener beneficios económicos espectaculares para pocos, y dadivas para los demás.

…Pero debo “bajarme” de esa nube: Capriles no da garantías de esto, puesto que no lo dijo antes ni lo ha dicho de forma tacita en el presente, lo cual le dificulta ahora, estando muerto Chávez, reconocerle logros, por pequeños que fueran, mientras que  Maduro por su parte, pareciera empecinado en mantener la apariencia de ser el mayor jala pelotas de todos, aunque eso imponga expresar ideas estrafalarias como la de ser el “hijo de Chávez”, “nieto de una indígena”, “heredero de todos los indígenas históricos de Venezuela”, aparte de seguidor de Sathya Sai Baba, “apóstol de Chávez”, “metedor” de medios plátanos maduros a la oposición, y claro,  maldecidor de oficio de todo aquel que no vote por él.
Del resto de los candidatos, quienes no tiene tras de sí el “gancho” de la verdad para ir captado entusiastas, -al tiempo que tratan de navegar inútilmente en aguas imposibles de surcar en un sistema electoral de una sola vuelta-, no hay mucho que hablar en este momento y en estas elecciones. Como dice mi madre: “No voy a gastar pólvora en zamuros”.
Así las cosas, me temo que estamos ante una situación donde unas elecciones innecesarias, (si Chávez hubiera sido sincero y honesto consigo mismo y con el país en su momento, allá en el 2012 y hubiese desistido de esa fijación por el poder y por lo cual se lanzó a un tercer periodo), junto con un gobierno autonombrado a partir del 10 de enero 2013, con un candidato que el mismo presidente se vio obligado a seleccionar a dedo, (y no por consenso revolucionario y popular), unido a un aparato estatal incapaz de articular con sinceridad a la constitución de la republica, al momento de hacer cumplir los procedimientos de rigor, luego de fallecido el candidato nunca juramentado, sirven de marco para una etapa de la que el país  obtendrá lecciones que aún no infiere ni sospecha.

No es el mensaje; es la maquinaria.
Una de las lecciones más estremecedoras que el gobierno ha dado, desde el segundo referéndum revocatorio en el 2007, es la de que más que el mensaje, más que el contenido de una visión política o estratégica de nación, lo que cuenta en realidad es la maquinaria partidista y estatal para obligar a que los resultados electorales, sean convenientes para quienes detentan el poder político, administrativo  y económico, -petrolero e impositivo-, del país. Para quienes no viven en Venezuela, se los digo, -a riesgo de decir la sexta verdad peligrosa-: Aquí las elecciones se ganan mediante el abuso y el descaro del gobierno de turno, (que mediante resultado del último e ilegal referéndum del 2007 del que hablábamos, puede ser el gobierno de “para siempre”). En otras palabras: En este país, un régimen puede pasar por gobierno “legítimo y honesto”, si el poder ejecutivo, el electoral y el judicial, están de acuerdo, por la conveniencia que sea. Sea chavista u opositor.

Situación muy delicada.
Esta afirmación quizás pueda ser desechada, solo si para el 14 de Abril del 2013, los autonombrados como gobierno de turno, pierden. Sólo así podré decir, que hay esperanza de un cambio, -de una reflexión democrática-, a corto plazo. No hay gobierno humano infalible; por ello la necesidad del fracaso y la introspección, a través de la rotación equilibrada y justa de oportunidades democráticas, como herramientas para la revisión y la mejora, de cara a renovar una propuesta y una estrategia, siempre que estando enmarcada en la constitucionalidad legal de una nación justa y clara de su destino, pueda tener oportunidad de retomar la administración pública, para mejorarla durante el periodo que le corresponda. Eso se llama, madurez política y claridad de nación.

Cuando no es la maquinaria, es el interés que no va más allá del plato de comida de la semana.
Pero cuando ni la madurez ni la claridad prevalecen, ni son el común denominador de un colectivo llamado a ser ciudadanía de un país, las cosas comienzan a tergiversarse, y a marchar por senderos que tienden a girar en círculos, en desiertos de subdesarrollo.
Uno de los mayores éxitos del gobierno que concluyó el 9 de enero del 2013, fue el de supeditar la lealtad de muchos, a pocas y bien definidas ayudas sociales, con una intención táctica o estratégica que dejo a cada quien, determinar. Una especie de “…No te suelto para evitar que te ahogues, pero tampoco te saco del agua”, que solo fue posible, en la Venezuela  resultante de 21 años continuos de crisis económica y social: De 1977 a 1998. El resto, solo ha sido la expresión directa de la consecuencia de aquel tiempo deformado y magnificado por medio de la miopía política de pocos, y la ignorancia de una identidad nacional necesitada de ejercicio, de muchos.

Millones de venezolanos y extranjeros, son hoy clientes de un par de decenas de misiones sociales, todas ellas diseñadas para mantener una especie de “statu quo” nacional, donde la sensación de justicia por fin alcanzada, y por muy limitada que sea, se mezcla con la costumbre de subsistir en el lodazal resultante de tanta ignorancia ante lo que debe ser nuestro, pero con orden, y nunca sin sacrificio o esfuerzo.

Lo que Chávez trató, -sin éxito o sin mancha- de hacer, era solo una parte de lo que muchos soñábamos en ese mismo tiempo que debía hacerse, pero corrimos con el destino de tener que exponernos de una vez por todas, (al dejarle esta tarea a un solo hombre), al conjunto de todas nuestras miserias, y a las consecuencias de todas ellas, a la vez.
Ahora, los pasos inmediatos que eso suponga para nuestra vida republicana marchita y pisoteada, solo se dejan entrever a ratos, cuando el polvo que nuestros tropiezos levantan, se aquieta por momentos, no siendo percibidos, sin embargo, por la mayoría, -enceguecida al presente-, por el agite de valores externos y no naturales a los nuestros.
El andar valientemente por la calle del medio, después de una venezolanidad recuperada, aún aguarda ante nosotros, aunque ignoro a qué distancia, o a cuántas penurias.

Por razones que no entiendo, Nicolás Maduro pareciera estar ganando la competencia de quién es el más Barrabas. No sé si ello supone que el premio de esa competencia, es la silla presidencial de Venezuela. En poco tiempo lo sabremos, a la vez que descubriremos qué tanto hemos entendido nuestra precaria situación.

Una cosa les aseguro: Poderosos intereses extranjeros aguardan por los resultados. Sean cuales sean estos, y pareciera que esos intereses, pesaran más que los nuestros.

Aún no sabemos qué es ser venezolanos, y tenemos miedo de descubrirlo por el trabajo y esfuerzo que ello implica. Si perdemos el temor, y determinamos que nuestra meta de acción final es Venezuela y nuestra prosperidad, hasta una frase del mismísimo Hugo Chávez puede destacarse en este camino, ya tergiversado al presente por los que pretenden usurpar su legado: “Irreverencia en la discusión; lealtad en la acción”.

Dios nos guiará si lo pedimos, de la misma manera en que nos protege de la maldición arrojada por Maduro.

Recuerden:
“Lo cortés, no quita lo valiente.” (Refrán popular)
“El arte de vencer se aprende en las derrotas.” (Simón Bolívar)
“Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad.” (Simón Bolívar)

lunes, 1 de abril de 2013

Apoyos del foro de Sao Paulo en tiempos de elecciones: Cuando el amor y el interés salieron a pasear.


EL UNIVERSAL, Lunes 1 de abril de 2013  08:30 PM
Caracas.- “El presidente encargado, Nicolás Maduro, asistió al Museo Histórico Militar, ubicado en la parroquia 23 de Enero de Caracas, para sostener una reunión con el Comité Ejecutivo del Foro de Sao Paulo. La organización manifestó su apoyo a la candidatura de Maduro para las elecciones presidenciales del 14 de abril.”
¿En qué quedamos entonces?; ¿Cómo se le llama a la emisión de opiniones por parte de entes extranjeros, en apoyo a uno o a otro candidato presidencial en Venezuela?
Para mí eso no tiene otro nombre que injerencia en asuntos internos nacionales.

Tanto los mercados totalmente abiertos, inhumanos y sin control, -como algunos desearían para nuestro país, en aras de una hipotética recuperación de la economía-, como los escenarios de controles asfixiantes e incompetentes, -con “convenientes” cuellos de botellas controlados por pocos-, y aspirados siempre por las mentes calenturientas de muchos que se llaman a sí mismos revolucionarios, constituyen en realidad, solo las dos caras de la misma llave que al final de cuentas, abre la puerta a la intromisión desmedida, en los términos políticos y económicos, llegando a veces hasta los íntimos hilos sociales de la nación (caso de la inmigración incontrolada y no monitoreada de millones de amigos venidos de otras tierras allende a la nuestra).
Tengo que decir que independientemente del barrabás que gane las elecciones presidenciales venideras, aún hay tiempo para enmendar y cerrar definitivamente esa puerta por la cual se escapa nuestra identidad, nuestra conciencia de venezolanos. Una tercera opción, -una que vaya por el medio de la calle-, y que aproveche lo aprendido en todas estas décadas, siendo capaz de liberarse, -sin ofender a las partes ahora en pugna-, de los lastres que tanto error ha puesto sobre nuestros hombros nacionales, deberá surgir eventualmente, y ello, sin embargo, no se logrará con elecciones auspiciadas por gobiernos inconsistentes juridicamente y candidatos que como gallos, son echados a pelear salvajemente, mientras ocultos apostadores internacionales, se restean por el animal que mayores ganancias ofrezca al final de la pelea.

...y para completar, al final de cuentas, ninguno de los candidatos logra "picotear" el verdadero fruto podrido que de a poco, daña la cosecha completa.