lunes, 10 de agosto de 2009

¿Un venezolano al espacio?

No hablamos de la inflación, ni de algún político trasnochado pensando en qué hacer con el primer satélite que tenemos...

Me refiero al viaje que un venezolano podría hacer al espacio hoy en día, con el apoyo del gobierno, y la autorización de la nación.

Parecerá algo ajeno a los temas que hemos estado tratando, pero si lo piensan al final, tendrá mucho que ver con la creación de las estrategias de desarrollo nacional que tenemos en mente.

Déjenme explicarles. Este asunto comienza con la falta de héroes nacionales contemporáneos, y de personas que sirvan de inspiración a la imaginación de la nación, pero sobre todo, a la imaginación de los niños. Este punto no se puede procurar resolver con héroes o personajes políticos, pues no se trata de estimular solamente el espíritu del colectivo, sino mas bien el particular, el del individuo, en aquel donde nace la chispa real que ilumina el progreso ya no solo de el, sino de los pueblos. (...recuerden que cualquier palanca que pretendamos aplicar, necesariamente requiere de un sólo punto de apoyo, ¡no de millones!).

Una de las maneras mas sencillas que veo de estimular poderosamente a esos niños, una vez activado un verdadero plan nacional de desarrollo humano y económico, es mediante la exaltación de sus capacidades mediante la ciencia y la tecnología. Dios nos ha dado estas cosas para usarlas con sabiduría y humildad, y que mejor que mostrarles a los chicos, a esos hombres y mujeres que desinteresadamente, dan grandes pasos en nuestro nombre.

Así, es posible apoyar y patrocinar, experimentos científicos en el espacio, por ejemplo, en la actual Estación espacial Internacional, para lo cual el estado pagaría la inversión necesaria. Este hombre o mujer elegido, amen de hacer ciencia en el espacio y transmitir desde el, también a su regreso, dedicaría parte de su trabajo a recorrer las escuelas y liceos del país, realizando presentaciones que estimulen como nunca, a esos hijos e hijas, que muy bien podrían llegar a ser aún mayores referencias de trabajo y constancia en el futuro.

¿El costo?; no crean, sería mucho mas económico que la compra de un avión presidencial, y las ganancias, verdaderamente enormes.

El lanzamiento del satélite Simón Bolívar, es un hito indiscutible, y punto a favor del actual gobierno en ejercicio. Era una necesidad desde hace tiempo, y la postergación continua e innecesaria de su adquisición y lanzamiento, supuso la pérdida de la posición geoestacionaria correspondiente. Aún así, este paso dado es fundamental para entrar en un nuevo nivel de comunicaciones, y en la aplicación, divulgación y desarrollo de este tipo de tecnologías.

Yo debo mencionar como aspecto a mejorar en adelante en este tema, la manera en que se trató el asunto del satélite, y su lanzamiento; la politización en exceso de dicho evento empañó lo que ha podido ser una celebración de avance para todos los venezolanos. No se ha explicado, más allá de las connotaciones socio-políticas superficiales, lo que esto ha supuesto en verdad, y la captura de la imaginación infantil y juvenil en Venezuela, se desaprovechó, a falta de una verdadera y contundente campaña de divulgación, lógico esto si reconocemos que no existe una estrategia seria y articulada al respecto. No basta con que un centro espacial funcione en Caracas y por allá en medio monte con sus antenas; tiene forzosamente que extenderse a toda la nación, por lo menos en lo que a divulgación y alcance se refiere. Otros campos del saber pueden beneficiarse de este tipo de divulgación, es cuestión de planificarlo.

No recomiendo, sin embargo, realizar estos proyectos en tiempos que no sean expresamente, de “cabezas frías”. Traerse este asunto nuevamente a empujones, seria un error.

Solo imagínenlo: Un venezolano o venezolana en el espacio, no por politiquería ni asuntos épicos, sino por desarrollo serio y planificado, con fines específicos y tangibles, regresando luego no para desfilar en una carroza con un satélite de cartón como adorno junto al político de turno, sino viajando por todo el país, haciendo llegar a los niños y no tan jóvenes, con sus propias y encendidas vivencias, cara a cara, la experiencia grandiosa de cumplir las metas y los sueños personales de estudio y trabajo, que es como se alcanzan a su vez, los horizontes que antes soñábamos como nación.

¡No veo una manera más intensa y emocionante de mostrar lo grande que podemos llegar a ser!

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