domingo, 23 de agosto de 2009

Sobre los centros de divulgación científica (“CDC”).

Hemos asomado tímidamente el camino por donde vendrá la estrategia nacional de desarrollo socio-económica; hemos igualmente establecido que varios mecanismos legales, mas una completa organización de metas y fechas de ejecución/culminación, integran el sistema nacional de desarrollo que nos espera adelante. Comentamos también la necesidad de dar ejemplos a la niñez venezolana, a los jóvenes venezolanos, y con ello, inspirar a las siguientes generaciones de científicos, técnicos, trabajadores y funcionarios de la nación, de cara a consolidar la planificación que busca cumplir a cabalidad lo establecido en la constitución.

De eso quería hablar en esta oportunidad. Se requiere el establecimiento a nivel nacional, de un sistema de divulgación científico-técnico, que haga contrapeso y equilibrio a la estructura actual de extensión cultural y deportiva.

Este sistema nacional, podría llamarse “CDC”:

Centros de Divulgación Científica.

El propósito de tal sistema seria la creación en cada estado del país, y en cada capital como mínimo, de una infraestructura de fácil acceso, de carácter gratuito, que sirva de concentrador del conocimiento, pero que a deferencia de una biblioteca, o de un museo, o una universidad o tecnológico, este centro cuente con infraestructura para la divulgación general y especializada, para el dictado de talleres, la ejecución de exposiciones, simposios y otros, contando con la capacidad específicamente diseñada para la extensión educativa, logrando con ello llegar sin problema a colegios y liceos, donde los recursos del “CDC” funcionarían como apoyo al maestro y profesor, al mismo tiempo que permitiría la divulgación de actividades educativas especiales, como las ciencias exactas, y las aplicaciones tecnológicas venezolanas e internacionales, que por su impacto audiovisual, puedan estimular a esos niños y jóvenes. A nivel Web, los “CDC” establecerían redes de colaboración para la participación del ciudadano interesado, previo adiestramiento básico en línea, en la obtención de datos para proyectos y experimentos verdaderos, de los centros de investigación y las universidades nacionales e internacionales.

Estos “CDC” no pueden estar fuera de las ciudades; su fácil acceso es básico para tener éxito. Los buses universitarios deberán trabajar los fines de semana para facilitar la llegada y salida a estos centros, donde también se canalice el sistema nacional de becas, pendiente por crearse.

Cada “CDC” ha de contar con un planetario, un centro de conexión vía Internet con las universidades nacionales, espacios de exposiciones especiales y auditorios. Además contará con sistemas audiovisuales móviles a fin de recorrer los estados y las ciudades, logrando así llegar a todos los colegios y liceos. En general, los "CDC" serán sitios para la explicación de la ciencia y la tecnología a niños y jovenes en cualquier edad escolar, y existirán programaciones permanentes de foros y conferencias de científicos venezolanos y extranjeros, presenciales y en linea, así como escenarios de realización de exposiciones y congresos científicos avanzados, que no son cubiertos por otras instituciones tradicionales.

Los “CDC” no son sitios de proselitismo político, pues su única misión es divulgar la ciencia y tecnológica mundial de manera permanente, y la venezolana en particular. Enseñar, apoyar e inspirar son sus máximas metas.

He podido observar que virtualmente en cada gran ciudad, existe un sitio para instalar un “CDC”. La idea original debo reconocer que surgió pasando por una de las avenida de la ciudad de Maracaibo, donde un edifico llamado “Las Laras”, originalmente construido hace bastante para las petroleras extranjeras, con su gran patio central, poseía el espacio adecuado para la instalación de dicho centro de divulgación. Ese patio permitiría perfectamente instalar el domo del planetario, y su posicionamiento céntrico en la ciudad, garantiza el acceso desde toda ella.

Por ser el primer “CDC”, yo planteo que si algún día se construyera, sea llamado “CDC” Humberto Fernández Morán, en honor del más grande científico venezolano hasta nuestro tiempo, y quizás el más ignorado.

En lo particular les invito a conocer de este gran hombre, que trabajó como líder en uno de los programas de ciencia y tecnología más apasionantes del siglo veinte: El proyecto estadounidense Apollo, para la puesta del hombre en la luna.

El Primero de los “CDC” de Caracas no puede menos que llamarse “CDC” Jacinto Convit.

Recuerden que queremos tener nuestros propios héroes, y estos dos caballeros, lo son por merito propio.

Observé que en Maracaibo existe un planetario, pero este se encuentra en las afueras de la ciudad, y ello lo condenó desde el primer momento, a ser meramente una figura curiosa en el paisaje, saliendo de esa ciudad.

En Barquisimeto y en Caracas existen también muy buenos espacios. En Barcelona también. En Mérida no estoy tan seguro del sitio que se puede, usar, pero indudablemente, al momento de establecer el sistema de centros de divulgación científica, el espacio adecuado aparecerá, y los niños y jóvenes los beneficiados serán.

Imagínense al primer astronauta venezolano del que hablábamos, usando los “CDC” para hacer llegar sus experiencias y emociones a nuestros niños, y estos a su vez, fascinados con el ambiente y la grandeza que todo sitio donde la curiosidad humana sea saciada, posee.

Dinero hay; lo que no existe es voluntad. Este es el tipo de cosas que…”no gana votos”, y por ello, es que aún hoy, en el año 2009, sólo podemos soñar con estos sitios, donde en vez de perderse en el licor o cualquier irreverente actividad, nuestros muchachos puedan pasar horas descubriendo lo grande que pueden llegar a ser, si estudian con esfuerzo, y cosechan con fe.


No hay comentarios: