domingo, 30 de marzo de 2014

¿Y los muertos desde el 12 de febrero?; ¿Qué hacemos?

Mientras que en general solo observo una parálisis en ambos sectores políticos venezolanos, (con la gravedad que ello reviste para el sector oficialista, al detentar el verdadero poder, -no el de "mentiritas": el del pueblo-, y por tanto, la capacidad de ofrecer algo tangible en realidad),  muestra de su incapacidades reales para establecer conversaciones ya no de paz o de diálogos vacíos y solo de carácter mediáticos, sino de entendimiento y convenios sostenibles en el tiempo para todos, veo como la cantidad de muertos se suma con completa frialdad, como si el "muertometro" no hubiese aún llegado a la zona roja para activar en el gobierno, alguna capacidad de reacción verdaderamente ética o moral, ajustada a los elevados valores de nuestra constitución nacional.

La oposición se encuentra ciertamente carente de cualquier liderazgo congruente. Tanto como el mismo oficialismo, y ello es terreno de cultivo para peligrosas situaciones nacionales.

No debe ser aceptable que muera gente por estas razones, como no lo debe ser para justificarlas como números "dentro de la criminalidad normal esperada", y que ya superan con terrible comodidad, los 20.000 fallecidos al año en Venezuela.

El cuartel de la montaña, donde se guardan supuestamente los restos de Hugo Chávez, no están tal altos sobre el nivel del mar, como para que la marea de sangre derramada no lo alcance y cubra como consecuencia de lo que el permitió transformarse en un monstruo sin control en el presente.

Más de 30 muertos durante las manifestaciones es una cantidad injustificable, de cara a un gobierno que a la primera señal de protesta real y justificada, ha debido ceder en todo aquello que en efecto, nos hace daño a todos por igual, indistintamente del color político con el cual se quiera la gente cubrir.

¿Por qué se hace tan difícil dejar a un lado el orgullo y la prepotencia de parte y parte?; ¿Por qué prefieren que corra sangre, a cambiar en algo para el bien de todos?
¿Tanto gusta el poder y el dinero ?

Ayer mismo decía Carlos Vecchio, coordinador de Voluntad Popular, -quien se encuentra escondido-, que "El chavismo democrático debe facilitar la transición". Yo tengo que preguntarles: ¿Como se puede ser democratico y al mismo tiempo saberse seguidor de un hombre que concentró todos los poderes bajo una sola figura de mando?; ¿Transición hacia que, Carlos?: ¿Quien en este país ha establecido lo que se puede definir como transición, o con quienes o con qué reglas se establecería semejante cosa?

Yo si creo en transiciones, pero no aquellas lanzadas al aire sin sentido, sin un origen y un fin definidos.

Tenemos la necesidad de honrar a los que han muerto, construyendo algo justo, ponderado, equilibrado socialmente y sostenible en el tiempo, basado únicamente en lo contemplado en nuestra constitución. No hay mas caminos ni atajos; solo queda una vía despejada, que por cierto, deja atrás a ambos extremos políticos en Venezuela.

Ya no hay más espacio para discursos vacíos. Aunque nuestra patria sea grande en territorio, no podemos permitir que cada espacio sea viable para enterrar un muerto, como monumento inútil a la necedad de todos, obstinados en no ceder, en no reconocer que todos han cometido errores.

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