viernes, 18 de octubre de 2013

Los simulacros del CNE

Mucho se ha dicho de este organismo del estado, y particularmente ahora cuando se aproximan unas nuevas elecciones.
Como dicen, "ríos de tinta" han corrido tratando de describir lo que el CNE hace,    -como rector y protagonista-, en pro, y en contra, de la llamada, pero no bien entendida, "voluntad popular".
Yo mismo he descargado por esta misma vía en contra de un Consejo Nacional Electoral por lo que me parece, -en la humilde opinión que un venezolano de a pié puede tener en base a lo que ve-, que ha sido en su rol de ente rector de las elecciones, como un factor clave para que la actual crisis política, social y económica se manifieste, en una clara muestra incluso, de  retroalimentación en el desarrollo del descalabro nacional, y del que el CNE es a la vez víctima, al estar corroído desde adentro por sus propios rectores, que no dejan de padecer, como cualquier venezolano llegado a esas cúspides del poder político nacional.

Ahora, en estas fechas en las que esta institución de rectores rellenos de prebendas económicas y de beneficios que rayan en lo indecente, se adaptan políticamente a las necesidades presidencialistas del momento, y cuando se aprestan a realizar los simulacros "electorales", me parece que es la oportunidad para recordar, (en estos tiempos extraños que parecieran marchar a veces  hacia una era militar post-Maduro), el camino que se ha iniciado en esta oportunidad con la sistemática ejecución de los simulacros "extraoficiales” (para lo interno del CNE), que con su metodología cada vez más refinada, han determinado los resultados electorales en las últimas dos décadas cuando menos, (pese a no ser de la mano de los mismos rectores, quienes sin embargo, aparentemente motivados por las mismas razones personalísimas de sus sucesores, terminaron adaptando los hilos electorales, a sus conveniencias políticas, haciéndose en el proceso, la vista gorda ante cualquier ilegalidad cometida).
Supongo que a estas alturas se preguntarán que son los simulacros "extraoficiales".
Bien, permítanme decirles que estos ejercicios electorales no son más que la preparación técnica y logística para los verdaderos “simulacros”, de lo que todos  llamamos cándidamente como “elecciones”.
Como he comentado en otras entradas del blog, desde los adecos y copeyanos con sus “Acta mata voto”, hasta la revolución bonita con sus “clic en ratón de computadora mata voto”, lo cierto es que no ha habido una elección donde no se diera alguna distorsión muy seria en sus resultados o métodos para llegar a ellas: Abuso de recursos ilegalmente desviados, redistribución de poblaciones electorales, forzamiento de fechas para realizar o postergar elecciones, ojos cerrados ante la violación de la ley electoral, división de comicios, masificación del voto regional y presidencial para los inmigrantes colombianos ahora cedulados como venezolanos de nacimiento; reubicación de votantes fuera de sus periodos legales de migración, registro electoral viciado, etc.
Todo simulacro se ha vuelto entonces una oportunidad para medir influencias, compra de votos, capacidad de transportar votantes, viáticos para los testigos, motorizados, vigilantes, sondeos, y cuanta cosa sea necesaria para forzar un resultado electoral, llegado el momento.

Cuando el CNE hace simulacros, solo está preparando junto con el partido de gobierno y el gobierno mismo, el terreno para procurar el triunfo, con la certeza de quien no admite confiar únicamente en el voto conciencia.
Pero no se confundan: La oposición hace lo mismo, solo que a menor escala, dada la menor disponibilidad de recursos. De estar en la posición de gobierno, lo harían exactamente igual.

La situación sigue enredándonos la existencia nacional, mientras que rueda precipicio abajo en esta loca carrera hacia lo que parece ser una seria coyuntura anunciada.


Por ahora, sigamos contemplando en el silencio al que la impunidad, la persecución  y la indolencia nos obligan, como nuestra vida nacional se vuelve toda ella un triste simulacro de resultados conocidos.

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