domingo, 14 de agosto de 2011

El turno del presidente.

Si me he dado cuenta de algo, es que no puedo mantener el ritmo con el que los políticos en Venezuela, -sean de un bando u otro-, hacen declaraciones que se pierden en el vertedero de la inutilidad. Hace poco fue el presidente; luego Cilia Flores y el respectivo y aburrido combo de la asamblea, asombrados con la propuesta de una tarjeta unitaria de oposición; un instante después, fue Ledezma, para pasar inmediatamente por Capriles y así,…hasta el infinito.

Recientemente el ciudadano presidente hacia unas declaraciones, y hoy es “su turno al bate para recibir su respectivo ponche”; he aquí sus palabras plasmadas en el artículo de AVN, con los respectivos numerales que inserto, para intercalar apropiadamente mis observaciones:

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Cuando la oposición gobernaba “votaban los muertos… ahora que hay un sistema transparente, atacan”

El presidente Hugo Chávez se refirió este viernes a las críticas ofrecidas por diputados opositores sobre el contrato con una empresa cubana para la realización de cédulas electrónicas. Chávez consideró que esto se debe al “miedo” de los adversos al gobierno y que indica que cantarán fraude en las próximas elecciones.

“Cuando ellos aquí gobernaban, votaban los muertos, había personas con 20 cédulas. AD y Copei tenía máquinas de hacer cédulas… ahora que tienen un sistema transparente, atacan (1). ¿Por qué atacan? Por miedo porque saben que van rumbo a otra gran derrota y están listos para cantar fraude y decir: ‘ganamos y el tirano no quiere entregar’; y así buscar violencia y luego Estados Unidos, y sus chantajes… ese es el escenario que ellos están preparando”, sentenció el Mandatario nacional.

Chávez insistió en que es el “miedo” lo que impulsa a los opositores a preparar un escenario distinto al democrático para las elecciones de 2012. (2).

Expresó que el sector oposicionista “ahora dice que Fidel Castro es el que maneja las cédulas de los venezolanos y que allá (en Cuba) se están haciendo cédulas. (3). Que ya estamos haciendo el fraude”.

Destacó que en Venezuela ya existe un sistema electoral transparente que se está perfeccionando. (4) “Ya vendrán (los de la oposición) contra las máquinas, arremeterán contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) y los captahuellas”, apuntó.

“Ya eso indicia el miedo que tienen a la derrota que les vamos a dar y los planes macabros que están elaborando”, acotó.

Con información de AVN

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Considero que no pocas de sus afirmaciones son correctas, pero él sabe que son finalmente verdades a medias, donde no se dice de donde vino eso, ni mucho menos, hasta donde llegó, pues ello implicaría dejar al desnudo, debilidades vigentes y propias, producto de una apuesta que se centro en la visión de muy pocos.

Por eso anteriormente les decía que al ver el pasado y el presente juntos, lado a lado, podemos contemplar cosas que no resultan gratas ni mucho menos convenientes para algunos políticos, empresarios y gentes cercanas al poder:

(1).- Bien dice el presidente que ya no votan en cada elección “tantos” muertos como antes, (Si no contamos los miles de “centenarios” que seguro están “vivos” según el CNE, dado que seguramente son descendencia “directa” de algún Matusalén venezolano…), pero: ¿Donde situamos a los miles de extranjeros cedulados de manera irregular como venezolanos y que pueden votar?

Por esto puedo afirmar que el sistema electoral venezolano dista mucho de ser transparente y confiable. Quizás incluso como lo menciona, no existan personas con 20 cedulas (aunque seguro que si muchísimas con dos), y ciertamente los adecos y copeyanos no tienen, -que yo sepa-, maquinas de cedulación, pero, ¿Les hacen falta estas cuando existen vehículos oficiales “como arroz” en las calles, con esas maquinas, dando cedulas, casi como si de condones gratuitos se tratara?

Ya no hay afortunadamente la tristemente célebre “acta mata voto” de antes, donde el partido predominante manejaba a los representantes de las mesas de votación y cambiaban los resultados finales de la mesa, a sabiendas de que no se contrastarían los votos con las boletas utilizadas, pero: ¿No hay acaso el “software mata voto” del siglo XXI?; antes como decíamos, se botaban las papeletas de votación terminado el proceso, garantizando el fraude que se quisiera hacer; ahora se guardan los papelitos con esa débil impresión térmica que dan las maquinas para un posible “muestreo” posterior que define el mismo sistema electoral. ¿No es eso pagarse y darse el vuelto?; ¿Cómo se puede tener certeza así de que lo escrutado es lo que finalmente se transmite y contabiliza en la última maquina escrutadora, en el “bunker” del CNE?; ¿Acaso no es ridículamente fácil asignarle los votos de la variable “A” a la variable “B”, si esta ultima va perdiendo?. Respetuosamente le digo, que estamos muy lejos de un registro electoral transparente, y por ello hay que hacerlo desde cero. No es cuestión de dinero, sino de conveniencia política, para tener esta iniciativa pudriéndose en el cuarto de las miserias venezolanas.

No hay pretexto valido para justificar semejante parapeto fungiendo como registro de las personas supuestamente capacitadas constitucionalmente para votar, donde siguen vivos muchos ya muertos, donde se matan muchos aun vivos, donde se vive en direcciones irreales y donde millones de extranjeros tienen de facto, poder de decisión presidencial.

(No me llamen ultranacionalista o xenófobo, pues sería un error: Vayan a ver si el excelentísimo gobierno colombiano, permitiría imprudentemente el registro de identificación electoral y la votación, a 2, 3, o 4 millones de ciudadanos venezolanos que hubieses llegado de manera irregular a su territorio). No se trata de execrar a quienes no fueron debidamente recibidos en nuestro suelo; se trata de admitir una serie de errores e implantar soluciones integradas y cónsonas con nuestra constitución.

Se lo dije hace tiempo, Sr. presidente: No se puede, enarbolando banderas de integracionismo y panamericanismo, ultrajar la ya de por sí maltrecha soberanía e identidad de esta nación. Eso se ha hecho, -y de manera imperdonable en mi opinión-, sin que medie en ello el más mínimo sentido de prudencia, planificación y autocritica. Insisto: Una cosa es integrar a todo hombre mujer y niño que desee ser ciudadano de nuestra república, siguiendo los pasos constitucionales establecidos para ello, con una inducción y educación sobre lo que es ser venezolano que no deje lugar a dudas sobre su futuro accionar en nuestro territorio, y otra es resolver el problema de la increíble cantidad de población proporcionalmente no legalizada ni controlada que ha llegado, de la manera tan soez en que se ha hecho, y cuyo colmo es ver cómo se erige en molde despreciable de proceder, que ahora copian otras autoridades, como por ejemplo, el ministerio de asuntos penitenciarios para pretender acabar con el desastre que tenemos -y secundamos con nuestra laxa actitud-, como sistema de justicia y de cárceles en Venezuela: ¿Mucha gente en los penales?; respuesta gubernamental: ¡Libérenlos y sobrará espacio!

(2).- Decir que la oposición tiene miedo, sin duda que es cierto como un hecho puntual, pero que resulta falso como razón para afirmar que solo la oposición planifica fuera de la constitución cada vez que le convenga hacerlo. Si analizamos la historia en otros países, nos damos cuenta que ante la parálisis del gobierno para dar respuestas democráticas a problemas y situaciones sumamente difíciles, a la gente no le queda otra opción que revelarse y proceder fuera de la ley, aunque debe resaltarse que el artículo 350 de la constitución venezolana, ofrece esa posibilidad. Así pues, el que un gobierno diga “A”, mientras se burla y descalifica sistemáticamente a “B”, no quiere decir de por sí, que “B” no sea lo correcto en realidad. Es tema delicado, porque el extremismo reinante en Venezuela, (Como el que podemos ver también en EEUU), me calificaría por estas afirmaciones, como traidor a la patria, cuando los traidores son otros.

Cosas siempre vistas en los que tienen poder, cuando se enfrentan a los que tienen la razón.

(3).- En realidad, no importa si la licitación para hacer las nuevas cedulas de identidad la ganan y administran los cubanos o los marcianos, (asumiendo que no sean ninguno de ellos inútiles intermediarios, cosa que si sería grave por el probable despilfarro de parte de los recursos asignados a tal proceso), porque el caso es que se requiere, contra toda duda: I.- Que haya una licitación clara y verificable; II.- Que se maneje todo el proceso informático de identificación desde aquí, sin posibilidad de alteración foránea; III.- Que primero se purifique el registro de identificación nacional y se redefina estratégicamente a los extranjeros como tales, si no han pasado por un proceso formal y constitucional de naturalización, y luego de depurado el actual y corrompido sistema, se contraste con el nuevo y definitivo sistema. En realidad, constitucionalmente son muy pocas las cosas que diferencian a un extranjero viviendo entre nosotros, de un nacional, en términos de derechos y deberes. Todo lo demás argumentado para marcar abismos entre unos y otros, son simples artimañas que buscan victimizar injustamente a esos unos, y satanizar a esos otros.

(4).- Lo vuelvo a decir: El sistema electoral venezolano no es transparente, pese a lo que pueda argumentar a favor de esa idea, el presidente de la republica, y claro, todos lo que detentan cargos de importancia en el CNE, y que hasta el sol de hoy, no le han puesto el cascabel al gato.

Sofisticado y complejo sí es, pero no transparente. Su raíz está podrida (el registro electoral permanente), y por ello no dudo en afirmar que todo el árbol está condenado a morir, no sin antes ofrecer frutos descompuestos y sombras escasas.

Rehacer el sistema de registro electoral es definitivamente, menos difícil que instaurar un nuevo sistema de cedulación como el que se pretende actualmente, si a comparaciones vamos. Quizás no sea tan “interesante” desde el punto de vista de corrupción, (por la menor cantidad de contratos jugosos que firmar y manipular), pero definitivamente es más fácil, y de consecuencias muchísimo más solidas y duraderas en el tiempo republicano.

Si somos capaces al día de hoy de no dudarlo y con ello nos lanzamos de cabeza a hacer un censo durante más de un mes, (dando chance de que delincuentes disfrazados de empadronadores, atraquen a más de una familia desprevenida), e igualmente nos tiramos de cabeza a hacer registros de familias sin vivienda, con disposición de recursos sin medida, cuesta creer que no nos lanzamos a hacer un decente y limpio registro electoral.

Así de simple. Sin pretextos válidos de parte de los entes gubernamentales. Sin pretextos válidos para nosotros que no hacemos nada por corregir esto.

“Ya eso indicia el miedo que tienen a la derrota que les vamos a dar y los planes macabros que están elaborando”, acotó el presidente.

Si no tuviera más de 10 años diciendo lo mismo el presidente, quizás le creería, pero ya resulta cuando menos, imposible dejar de hacer una mueca al escucharlo. Como aquel cuento del chico que decía que allí venia el lobo por solo divertirse a costillas de los pueblerinos, así el presidente ha perdido credibilidad, con el retorcido resultado que en realidad, a los pueblerinos no les interesa si los lobos están allí o no, si se reprodujeron o se metieron a intermediarios en el negocio de la carne de oveja; la gente ya lo que hace es centrarse en lo que dice aquel pastor que perdió la perspectiva que su mundo ovejero le exigía. Cosa por el estilo.

Por eso es difícil no preguntarse como un gobierno que se supone, lo controla todo, que tiene a la fuerza armada en la mano, y en la otro al poder judicial, con un pie sobre la asamblea nacional y el otro sobre la fiscalía de la republica, cómo es posible entonces que una antes de tiempo anciana MUD de oposición, puede ser tan peligrosa como él dice. Ahora mandar a investigarla, comenzar la persecución, solo logra en las masas la sensación de que son perseguidos injustamente, y como a el se le asigno la protección que el débil (por enfermo) es apoyado, puede justamente lograr ese fenómeno para la ahora tentativamente (pero sin duda circunstancialmente) unida oposición. ¿Qué sentido tiene atacarla?; Si lo que da votos es el trabajo efectivo para la sociedad, ¿Por qué atacar al “enemigo” que se dice siempre es débil, disperso y sin proyecto nacional?; ¿Será que el tal enemigo débil y apátrida puede en realidad darle una revolcada a la revolución?; Si es así, ¿Qué es lo que está fallando entonces en el presente gobierno?

En definitiva, veo que existen muchas personas que están más allá de los extremos políticos nacionales vigentes, -quizás hasta con más revolución y republicanismo por dentro que muchos de los que se confiesan soldados de la causa-, que no pueden llegan a los centros de poder para entregar sus visiones y sugerencias estratégicas, por falta de esos canales de contacto reales y soberanos con los ejes de poder, (desde los derechos individuales y comunales, hasta Miraflores, y los demás poderes establecidos), y por lo que las oportunidades siguen yéndose entre los dedos de nuestras manos, como arenas que nunca fueron usadas para algo constructivo.

Podría concluir esta reflexión diciendo que el presidente tiene la última palabra, pero sería desacertado; el no puede ser el tipo al que suplicarle, el tipo a quien jalarle para estar con el poder, o el tipo al que temerle. No debe ser él quien tenga esa última palabra, pues solo debe ser el ejecutor de la constitución. Deben ser ustedes lo que hablen, en tiempos de cabezas frías, apelando a nuestra alma escrita, y no a las improvisaciones de uno u otro bando donde muchos solo buscan enroscarse en contratos e influencias. Debemos ser todos contra eso. No hay opción.

¿Por qué creen que bolívar murió solo?

Por ser político y mentiroso no fue…

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