sábado, 27 de diciembre de 2014

Estoy Harto de que la patria pase por ser chavista o de oposición.

Aunque me aferro a la visión amplia de las cosas, buscando comprender aquellos pasos que aún están por delante del que hoy doy, no quiero ocultar lo que como venezolano de a pie, debo enfrentar a diario, ante el escenario que me rodea, y del que no quiero escapar, por convicción de que ello no sería correcto, y por lo cual me planto en este blog a decirlo, sin miedo a los esbirros de la injusto y tiránico.
Soy como cualquier otro: Quería un año 2015 mejor, donde pudiera mirar con orgullo a mis hijos y decirles que aquí estaba su futuro; deseaba poder hablar con mis amigos sobre las grandes estrategias que como venezolanos estábamos implementando para conseguir metas sociales dignificantes para todo aquel que quisiese ponerle corazón al trabajo y al estudio, al tiempo que apoyábamos al desvalido. Deseaba hablar de metas logradas; consideraba con emoción el  conversar libremente sobre situaciones adversas generadas por nosotros mismos que debían ser corregidas, y no sobre “guerras económicas” que casualmente siempre son “por culpa de otros”, pero al final del 2014, veo que nada de esto es posible.
Sigo hundido en un país que no es la Venezuela que puede ser en realidad, pues en esta, contra todo pronóstico (salvo el que yo mismo hice para estas fechas el año pasado), Chávez  sigue siendo la maravilla bajo la cual poner como sacrificio nuestros propios criterios, y los que piensen distinto son despreciables y apátridas.
Sigo en una nación cuyo gobierno se cree, de acuerdo a la propaganda ellos mismos inventan, “ungidos” por el mismísimo Simón Bolívar, para liderar a toda la América, mientras que en realidad,  no logran ni siquiera atarse los zapatos de su propia dignidad social.
Aún hoy tengo que seguir contemplando como amenazan con quemar sus visas americanas, ante la “afrenta imperialista gringa” (mientras Cuba y Washington curan viejas heridas y restablecen relaciones), pero en el ínterin, veo que a las plazas Bolívar del país, no acuden los políticos y funcionarios ante los tímidos llamados, porque todos están pasando sus vacaciones en Disney-Orlando.
Aquí sigo, viendo con impotencia, como Maduro se confunde más en su accionar, al estar enroscando piezas de su negligente gobierno, tratando de mantener las cuotas de poder que lo preserven en la presidencia, mientras es custodiado por una golosa FAN, que degusta plácidamente en apariencia, las mieles que da la sumisión, primero al Sr del feudo, y luego al hijo de éste.
De nada sirve ni siquiera indagar en los medios buscando enterarme sobre las decisiones de quienes elegirán para los cargos de los poderes públicos del país en la Asamblea Nacional o en el Tribunal Supremo de Justicia, pues tengo la certeza de que siguiendo cualquier interés inconfesable, (los menos apropiados para lo justo y lo moral), serán precisamente los elegidos allí, con el único fin de mantener el pérfido statu quo de aquello que se ha erigido como régimen dictatorial idóneo, -para quienes llegaron a la cúspide y mas nunca se bajaron-, lubricado por el petróleo introducido por cuanto orificio han podido encontrarle al país.
¿No ha demostrado el gobierno que con manejar todos los poderes mediante autoridades laxas y permisivas frente a sus objetivos y acciones, es lo mismo que tener una dictadura clásica, pero sin forzar la legalidad que ellos mismos por cierto, interpretan y manejan al tener entonces la pleitesía de todos los poderes constitucionales contemplados?
Por estas cosas es que el ver como nombran a Ramírez embajador ante la ONU, o a la hermana del cínico alcalde de Caracas, como Canciller de la Republica, no debe generar extrañeza, dado el actual estado de las cosas.

Y ya que estoy planteando preguntas, acá están otras dos:
¿De qué sirve la “participación política del pueblo”, si un gran sector de este mismo mantiene incólume su actitud de aceptar todo lo que se le imponga, so pretexto de disfrutar cuanta dadiva social se establece, en el paralelo aparataje burocrático del poco determinante “poder popular”?
¿Y no es cierto que por lo menos, el 25% de todas las misiones y ayudas, incluyendo casas y vehículos, construidos con capital y personal de otros países, terminan en manos de ciudadanos que ni siquiera son venezolanos?; ¿Es eso eficiencia, o solo el producto de la desfachatez de aquellos políticos quiénes teniendo el poder, buscan los votos de quien sea con tal de mantener la farsa electoral vigente?

Pero no perdamos la perspectiva: no todo lo criticable recae solo en el gobierno. La oposición es la gestora de este gobierno sin control, como extensión de ella misma que es, (¿recuerdan la moneda y sus dos caras cuarta y quinta republicana?), y si no, contesten estas preguntas:
¿Realmente alguien cree que después de que el oposicionismo despotrica de continuo contra el CNE, tenga algún sentido ahora ir a elecciones bajo la misma plataforma “dictatorial” que denuncian, teniendo incluso, a los mismos rectores, premiados con la reelección infinita por sus buenos servicios al gobierno?
Si la oposición va a elecciones legislativas y las gana, (cosa que no es seguro ni merecen), ¿Acaso no estaría demostrando con ello también ante el mundo que todos los procesos electorales que antes denunciaron como amañados, fueron en realidad “legales y honorables”?; ¿Dónde estuvo el error político de la oposición entonces?

Así están las cosas, y se entiende que nada impide que pasado 16 años, aún deba ver como Chávez es exaltado al “Olimpo de los dioses fantásticos”, mientras que la oposición no pasa de ser una efímera “quimera” inútil en su existencia, más allá de representar al opositor en esta obra teatral de segunda en la que nos hemos convertido.
¿Hay otro ejemplo más representativo de aquello que es patético?

Seria digno de impresión el ver como aún hay gente que pone su pensamiento y capacidad de crítica por debajo del mostrado por el ya fallecido Chávez, al tiempo que hay gente que prefiere someterse a la mentalidad mediocre de la cúpula opositora, con tal de no reconocerle a Hugo Chávez y a la época que representó, un valor especifico en el cumulo de consecuencias que tocaba socialmente experimentar como país (que no como nación integral y soberana en su propia conciencia venezolana, pues ello escapa, -incluso hoy en día-, a nuestra imaginación colectiva), hasta el presente, y quizás por unos años más…

No hay nada que indique que los venezolanos, -y los extranjeros que entre nosotros siguen viviendo como tales-, estén comprendiendo aún lo que ocurre en todo su contexto, y ello está dando pie a que engendremos entre nosotros, la imposibilidad de un cambio pacífico en Venezuela, en la medida en que las instituciones se hacen menos representativas de las mayorías, y esto ocurre porque fallas fundamentales siguen omnipresentes entre nosotros como sociedad, como especie de 7 pecados que resultan capitales, sin perdón de por medio que permita exonerarnos ya de las terribles consecuencias:
1.-Lujuria: Creyeron las mayorías que el dinero es el poder que sustenta todo concepto moral que quisiéramos imprimir en el entorno nacional e internacional donde decidiéramos presentarnos; aceptamos como medida de nuestra prosperidad, la capacidad de comprar lo que nuestras “necesidades” quisieran, aún incluso si pudiera ser fabricado en nuestro país, todo bajo la tutela y discrecionalidad de un solo hombre.
2.-Gula: Aunque los recursos económicos mermen producto de alguna variable económica o política de orden mundial, seguimos negándonos a cualquier cosa que suponga dejar de atragantarnos de los recursos que consideramos debemos consumir casi que con desespero, cual desahuciado con solo días de vida.
3.-Avaricia / codicia: Quienes tuvieron acceso al poder, fueron todos arrastrados por la tentación de tomar para sí, los frutos ennegrecidos del subsuelo venezolano, como si de un derecho adquirido fuera, solo por tener acceso a su manejo y administración. La discriminación y la estratificación de la sociedad venezolana entre quienes están conectados y aquellos que no lo están, predispusieron el escenario para la debacle que finalmente la impunidad traería en lo moral. 
4.-Pereza: ¿Para qué esforzarnos en buscar la propia prosperidad, en medio de tanta injusticia, si el gobierno ofrece resguardo mientras llegamos a un nuevo mundo de prosperidad ya prefabricado con petróleo? La aparición del estado como exacerbada y todopoderosa “muleta” donde apoyar cualquier limitación conceptual y existencial que exhibiera la sociedad, desató todos los demonios del subdesarrollo concesibles.
5.-Ira:Aplastaremos a quienes piensen distinto a nosotros, aunque sean nuestros hermanos; los haremos polvo cósmico”; la institucionalización de un importando apartheid político a lo interno de las fronteras del país, mimetizado en la falacia del cuarto republicanismo necesario de execrar, como herramienta eficaz para identificar a la némesis a quien atacar y culpar por todo lo que este mal, dejó a flor de piel la intolerancia y el odio del que el venezolano es capaz de exhibir.
6.-Envidia / celos: Nunca la intriga había sido el pan de cada día en la Venezuela de los últimos 40 años; la obsesión con el poder y los recursos económicos movidos tras de este, han propiciado una visceralidad en el trajín político, que no ha hecho más que exponer la vena ambiciosa de quienes sustentan el poder político en el oficialismo y la oposición.
7.-Soberbia: Arrogancia ha sido el común denominador en toda expresión política expuesta en el país desde los tiempos de academia de Chávez. Ambición política es lo que ha predominado en cada hombre o mujer llegado a un puesto político, con la proyección de su propia imagen como fin último en sí mismo. Mientras, los sumergidos en la polarización política, (chavistas y opositores), se niegan a admitir error alguno, construyendo con ello el infranqueable muro que ha impedido mirar el horizonte de nuestras propias posibilidades.

Imposibilitados estamos entonces para poder construir algo distinto, en tanto seguimos depositando nuestras esperanzas en lo que ya existe. La aparición de un conjunto de opciones de consenso, aguardan más allá a la distancia que alcancen los improperios que aún somos capaces de lanzarnos los unos a los otros.
Estamos ante un gobierno que se montó hace rato en lo cuestionable moralmente, y por ello criaturas acomodaticias como Nicolás Maduro pueden llegar al poder solo por ser el sucesor monárquico en un reinado ficticio; de nada importó que fuera un hemofílico político, débil a la hora de dirigir el feudo heredado, mortalmente sitiado por las intríngulis de sus propias ambiciones y de quienes le rodean
Mientras el esté en el poder, -rodeado de quienes meten su hombro para sostenerlo-, las cosas parecen inevitablemente encaminadas hacia un estéril territorio de donde sudor y sangre habrá que derramar para salir. Mientras estemos divididos tan medularmente como lo exhibimos al presente, donde solo puedes expresar que eres chavista, de oposición o elegir por el silencio de la incomprensión de esos ya viscerales dos bandos, nada nos evitará la debacle política y económica producto de la crisis moral.
Yo en lo personal, estoy harto de vivir en un país que elige ser bipolar, dominado por un gobierno que se exhibe como el paladín de una justicia que no llegó nunca, mientras las mayorías sin nombre, viven aferradas a su propio día a día, y bajo sus propias reglas, anónimos todos bajo el pseudónimo de PUEBLO
…Quiero el país que siempre hemos tenido delante de nosotros, jalándonos hacia adelante. Es posible alcanzarlo. Es cuestión de no poner más el futuro en las manos de un solo individuo, ungido por la infantil idea de ser un mesías.

Solo cuando la idea de una noción superior a todos nosotros, pero garante de la prosperidad individual, se establezca por consenso nacional, las cosas comenzarán a cambiar.
No estamos tan mal como muchos pueblos del mundo, pero tampoco estamos tan bien como nuestras verdaderas capacidades colectivas ocultas, nos lo permitirían, entre el concierto de las naciones.

Hay tiempo aun, pero no sin dolor ya, para  nuestros hijos y para nosotros mismos.

Quisiera desearles una feliz navidad y un prospero año 2015, pero siento que sería una hipocresía de mi parte; reflexionen en lo que hemos hecho mal, y piensen en cómo nos podemos poner de acuerdo para dejar de ser una nación inútil.

NOTA: Este mensaje es para los muchachos y muchachas que tomarán las riendas de este país; no para las mayorías adultas que desbarataron con los pies, lo que otros pocos trataron de hacer con las manos…
Nosotros los adultos, somos los únicos responsables de este despelote llamado Venezuela. No busquen culpables afuera.

Suerte en el 2015; que Dios les guie en la tarea de seguir cultivando sus valores.



Mi saludos y respeto a todos los presos políticos que primero Chávez, y luego Maduro, tienen dentro y fuera de Venezuela.
La disidencia política no debe ser excusa para el encierro de un hombre o una mujer.

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