jueves, 11 de abril de 2013

Termina la campaña electoral en Venezuela, -otra vez-, y no hay más opción.


Lo bueno de los extremismos y los bandos que se aborrecen entre sí, es que llegado a ese punto en la vida de una nación, no queda más alternativa que tragar grueso, buscar un consenso y construir  una tercera vía, democrática, justa y socialmente equilibrada.
Mientras, los venezolanos debemos prepararnos mentalmente para tiempos duros, propios de los momentos imprudentes que nos hemos permitido vivir: Devaluación, incrementos de precios, y disparo de la electricidad y la gasolina.
Con tantas bondades en esta tierra que llamamos Venezuela, podríamos estar tocando el cielo, pero en vez de eso, tocamos insistentemente las puertas de un purgatorio.
Eso se llama falta de voluntad y miedo al sacrificio justo.

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