martes, 17 de mayo de 2022

EEUU y su errático proceder con el caso Venezuela.

 

!Cuando el rio suena, es porque piedras trae!”

La persistente información que circula sobre múltiples contactos entre funcionarios del gobierno de EEUU y el régimen liderado por Nicolas Maduro, que viene siendo reconocido a regañadientes y tras eufemismos diplomáticos por uno y otro bando, solo dejan ver las inconsistencias que el vivir a través de la política de los políticos, nos trae como consecuencia.

Lo digo por ambos protagonistas, pero particularmente por los Estados Unidos, pues es claramente un contrasentido que su DEA tenga recompensa sobre la cabeza de Maduro, y aún así envíen representantes a hablar con el, -y peor-, acordar ciertas concesiones a favor de destrabar ese juego político, hecho por los políticos.

La consecuencia es clara: Una poderosa erosión de la credibilidad del gobierno de EEUU, y una ya imposible de hundir más, imagen de la oposición venezolana.

El poder es tan firme en el régimen, que Estados Unidos con cada movimiento de acercamiento que tiene hacía éste, solo demuestra quien es el que tiene el “sartén por el mango” en esto del control sobre Venezuela.

La posición que adopta el gobierno del norte, es cuando menos odiosa, aún cuando se entiendan los hilos a los que obedece en el contexto de sus intereses a la vista de una inflación descontrolada en su territorio, y una invasión militar que a medio mundo de distancia, les recuerda que no todo se hace como ellos quieran.

Nos toca ser testigos voluntariamente impotentes de esta situación, al haber dejado toda opción de resolución al asunto de la tiranía que nos oprime en manos de unas tibias sanciones blandengues, y una oposición totalmente inoperante en cualquier cosa que no sea administrar y usar para su día a día, cualquier recurso monetario que caiga en sus manos, tras embaucar a algún político extranjero desprevenido de la “viveza” criolla.

Negociar es el pretexto de USA (y la excusa de la oposición para seguir “respirando” dinero) que le permite cambiar de políticas respecto al régimen de Maduro, reconociéndolo tácitamente con sus acercamientos, y de paso tomándonos el pelo al mismo tiempo, al obviar escandalosamente el hecho de que teniendo todas las cartas en la mano el oficialismo, nada tiene la oposición para exigir cambios importantes o medulares en el país, más sabiendo estos que cualquier cambio, supondría su probable remoción del poder y el más que posible enjuiciamiento de sus protagonistas.

Les digo que el panorama no es alentador en manos de los políticos de la política reinante: Quieren negociar la transición del poder a largo plazo, tan suavemente, que en realidad ninguno de ellos pierda la impunidad con que han reinado sobre nosotros, a expensas de nuestra aún omnipresente y parasitaria incapacidad para ser una sociedad, un pueblo, y arrebatarles la risa del rostro a punta de justicia bien administrada.


Aunque no lo crean, la decisión está en nuestras manos, y en la de un unos pocos lideres aún por salir del relativo anonimato.

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