domingo, 25 de enero de 2015

Un comentario sobre la escases en Venezuela

Mucho se ha dicho sobre las enormes colas de personas tratando de comprar cosas de primera necesidad en muchas ciudades del pais; ha sido tema recurrente en los periodicos y en todo medio masivo.
Mas o menos todos coinciden en que faltan los productos, ofreciendo para ellos varias explicaciones. No ha faltado el comentario oficialista culpando a la oposicion, a los empresarios, a los distribuidores, y cualquier otra persona, para explicar esto como una situación agena al gobierno mismo. La respuesta en general ha sido la de traer mas alimentos,  o esperar en todo caso a que las empresas que aún producen alimentos e insumos en el pais, se reintegren a sus labores, luego de las vacaciones colectivas, alargadas por la escases de dolares legales, o por las presiones que sobre el sistema productivo, pone el mas reciente paquete de reformas hecho sobre la ley del trabajo.

Pese a todo esto, tengo que decirles, -o quizás recordarles-, que si aquí no hay comida, o su precio se ha ido elevando conforme ha ido desapareciendo, no es solo porque haya una acusada deficiencia en la producción o en la distribución de lo importado, sino más bien fundamentalmente porque los precios relativamente congelados en los mercados formales, hacen que el negocio de llevarselos todo a Colombia y venderlos con ganancias netas superiores al 200%, sea una tentacion imposible de evitar para miles de personas que diariamente, desempleadas por no tener oportunidad en el mercado formal laboral, se dedican sin ningún rubor a la compra detallada de los productos regulados, para acumularlos y luego mediante una flota de cientos de camiones diseminados por toda la región, pero obedeciendo a un sistema de mafias contrabandistas, llevarsela diariamente y en su grueso, a Colombia.

Asi como se los digo. Por eso no importa cuantas toneladas de comida se inyecten al mercado; todas serán finalmente insumo para el contrabando. Esa es la explicación del por qué en ciudades como Maracaibo, Merida, Valera o San cristobal, las colas en los mercados, supermercados, hipermercados farmacias y abastos, comienzan desde temprano, y no terminan hasta que los productos regulados se acaban en esa jornada. Sin ningún tipo de restricción etica luego pueden ver a los "bachaqueros" sosteniendose las bolsas con productos los unos  a otros, mientras terminan de hacer sus compras en otras tiendas, o finalmente reunidos debajo de cualquier arbol, cerca del último mercado donde lograron completar las adquisiciones del día, revisando hasta con curiosidad lo que compraron (siempre en efectivo y en billetes de 100 Bs), esperando a que el camion tipo Ford 350, recoja lo comprado para desaparecer acto seguido, en los laberintos de las calles mal atendidas de los barrios siempre en los perimetros de la ciudad, desde donde nada mas llegar la madrugada, salen sin mediar ninguna ley o reglamento de transito, para formar largos convoyes rumbo a Colombia.

De nada o poco han servido los sistemas de capta huellas y controles por cédula de identidad; la facilidad con que el documento emitido por el gobierno desde hace años, puede ser fraudulentamente alterado y clonado, ha propiciado el terreno para este arraso sistematico y cuyo origen está exclusivamente en la oportunidad de negociar y lucrar, que vemos ahora en los mercados, y donde quien trabaja dia a dia., no puede más que llegar en la tarde, -al salir del trabajo-, y encontrar el supermercado o la farmacia a la que logró llegar, con los estantes vacios y las mercancias restantes a veces rotas, en medio de la suciedad que van dejando los desculturizados jornaleros del bachaqueo, propiciando con ello la estigmatización de razas como la guajira (prestada a estas labores contrabandistas desde hace años, ante la falta de oportunidades en su región), y al clasismo excerbado en la sociedad cada vez más materialista e individualista.

Mientras no se liberen los precios (junto con un control inflacionario efectivo que haga de esa medida algo realista y no repetible cada cierto tiempo), al tiempo que no se controle de verdad la frontera venezolana, les digo que la huida de productos, y las ganancias millonarias, seguirán impunes en nuestro país, como lo spoliticos que han ido y venido en los sucesivos gobiernos.

Por cierto, Maduro lo sabe, pero se hace el pendejo,...o Cilia le dice que se haga el pendejo. En verdad no se quien es el que manda.

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