jueves, 24 de marzo de 2011

La trampa de lo novedoso.

En Venezuela lo que es nuevo siempre ha llamado la atención, y eso en general ha constituido, (en la medida aspirada de que no haya alterado la base de nuestra republica), los pilares de nuestra sociedad, o la esencia de la venezolanidad misma.

Sin embargo, esto es lo que precisamente ocurre: Este mismo blog se arriesga a ser más de lo mismo en esa corriente de lo novedoso, en lo que yo me empeñe en sacar cosas nuevas cada día o cada semana. Como les decía hace tiempo, hay cosas fundamentales que deben mantenerse estables, como referencias que permitan ir desarrollando las estrategias planteadas, siempre como un faro que pese a la distancia, marca la ubicación de la costa y de sus riesgosos riscos.

Más de una vez me he sorprendido a mí mismo, y lo saben, repasando aquello que considero básico, y quizás esto mismo que escribo sea reminiscencia de lo mismo. ¿Por qué?: Pues porque el problema sigue latente en nuestra nación, como herida abierta que mientras exista un corazón latiendo, permitirá que siga saliendo sangre como hemorragia mortal.

No podemos mirar hacia atrás sin detenernos en la conciencia del presente, como única manera de sondear y diseñar el futuro.

La novedad la hemos visto en el país con mil caras: gadget tecnológicos, moda, celulares BlackBerrys, gobernantes, así como métodos e ideologías de gobierno que pretenden sustituir a aquellas que no hemos sabido en verdad, ni siquiera aplicar cabalmente, pero que abrazamos con entusiasmo por ser novedoso…

En su momento, el ahora presidente, el ciudadano Hugo Chávez, fue una novedad en medio de aquel desierto que atravesábamos. Luego lo fue la aparición de figuras como Leopoldo López o Capriles Radonski, etc, que representaban el poder joven detrás de algún que otro interés económico o político ya establecido. Muchos más recientemente, la aparición de figuras de “ensayo electoral” como el presidente de las industrias Mendoza, coqueteando con la posibilidad de ser candidato presidencial, emergen en definitiva como un novedad en la Venezuela que solo recuerda un episodio similar, (aunque guarde inmensa distancia entre ambos personajes): el de Renny Ottolina, quien en medio de teorías de asesinato y conspiración, desapareció de la faz política del país ya hace unos 30 años, dejando a muchos con la amargura de lo que pudo ser y nunca llegó.

Decía que hay una inmensa distancia entre ambos, porque en el caso de Mendoza, priva la tendencia impuesta por más de uno, apuntando en Latinoamérica a la insurgencia de empresarios “exitosos” en el mundo político público (y digo la nueva insurgencia, ya que en privado, hace rato que están montados en las intríngulis del mismo), con la creencia de que podrían sacar a sus respectivos países de la vorágine “corrupta y negligente” que supuestamente los cubre y envuelve.

Yo creo que eso no es cierto. Se olvidan de los emblemáticos ejemplos que en Brasil tuvimos con un presidente que era hombre de negocios; o en Perú con un hombre preparado en las lides del comercio mundial en USA; el caso en pleno desarrollo de Piñera en Chile, o de los Kirchner en Argentina. Panamá o la misma Colombia caminan esos senderos con timidez pero resolución, en pos de la burbuja económica mundial, esa que da dividendo a quienes detentan el poder y miserias a los que trabajan para ellos.

El problema vuelve a retumbar entre nosotros cuando volcamos la atención hacia las masas del colectivo que es asalariada, tercerizada o simplemente ocupada en el mercado laboral informal, fundamentalmente dirigida al comercio de productos terminados, comprados en mercados dudosos, con mercancía que nos inunda desde países como China o la India, donde igualmente, los grandes beneficiarios de dichas ventas, no son los trabajadores, sino los dueños que, inescrupulosos como los de este lado del planeta, calculan la ganancia de ellos y no la ganancia a repartir entre todos lo que hicieron posible la fortuna obtenida. Este dinero, distribuido con ética y valores de justicia de acuerdo a las leyes y a la constitución de nuestra nación, deberían ofrecer cada vez más oportunidades de crecimiento.

Esto es teoría ciertamente, pero es lo mejor que tenemos, y no resulta nada fácil contraponerlo al hecho de que una vez erguidos nosotros como potencia productora, otros mercados se abrirán a nuestros productos, dejando a sus respectivas masas de trabajadores desamparados a similares injusticias vividas por nosotros en ese supuesto pasado que habríamos dejado atrás.

¿Un nuevo orden mundial es necesario?; quizás sí, pero les aseguro que no llegará pronto. Entiendo que las teorías puramente socialistas anhelan eso, allí donde las teorías democráticas terminan cediendo deshonrosamente a la presión del capitalismo en pos de un escenario “autoregulado en su búsqueda de justicia y equidad”, que nunca termina de llegar.

Aunque estamos a la búsqueda casi inconsciente de lo novedoso, no podemos seguir permitiéndonos esto, obviando con ello a cada instante que lo probado, con la “extirpación” de lo erróneo, ha de encaminarnos correctamente en la estrategia que deseamos de común bienestar.

Insisto: No podemos seguir pensando que el ciudadano presidente es un paria, un agente cubano a execrar de la nación o alguna exageración ridícula y sin sentido por el estilo. Es el presidente legal y constitucionalmente elegido, y el hombre que ha marcado un hito en la historia con una abierta intención de mejorar la vida del colectivo hecho nación. Es más bien momento de tomar todas las cosas estupendas y buenas hechas por el presente gobierno, para luego señalarle las malas, retrogradas o inmutadas en el tiempo, exigiendo su inmediato actuar sobre ellas. Si en el 2012 gana otro distinto al presidente, habría que exigirle exactamente lo mismo, porque de lo contrario, el tiempo perdido estará virtualmente garantizado.

En otras palabras (a propósito de las elecciones): Si los candidatos con oportunidad real de ganar las elecciones presidenciales, no proponen un plan de gobierno que gire en torno a estas cosas fundamentales, -medulares-, que requerimos con extrema urgencia atacar y corregir, nada mas estaremos, –y perdonen la expresión-, cambiando al borracho que nos orina los zapatos.

Si no ofrecen con el corazón en la mano, cosas como:

-Aplicar la constitución y las leyes irrestrictamente

-Hacer del sistema de salud, algo humano, sin colas ni corrupción

-Usar nuestros ingresos solo para establecer un imperio de justicia e igualdad primeramente en nuestro país

-Controlar y resguardar la frontera contra la migración ilegal, con el celo que se cuida al niño recién nacido

-Exclamar al mundo que la hipocresía no puede seguir siendo la guía de los pueblos con poder y de los que desean tener dicho poder

-Impedir la injusticia de los embarazos precoces y el descontrol natal

-Hacer de la educación gratuita la mejor inversión a realizar

-Que todo niño debe saber y comprender la constitución al final de la primaria

-Atacar los crímenes, el abuso sexual de menores y la corrupción con la misma decisión y fuerza

-Exaltar la consagración para cada ciudadano de las garantías fundamentales de salud, educación, seguridad y trabajo

-Hacer de los funcionarios públicos los mas abnegados servidores públicos

-Hacer de la economía el motor de prosperidad de todos y jamás de pocos

-Luchar porque los viejos paradigmas derechistas e izquierdistas sean cosas del pasado por su inoperancia relativa a lo logrado hoy

-Jamás hacer de los subsidios, instrumentos de ganancia política y si económica para todos.

-Hacer de la Fuerza armada, un garante del estado y no del gobierno

-Trabajar en función de lo planificado y no de las ocurrencias del momento

-Hacer de la venezolanidad, el único camino a seguir en el desarrollo

-Recordarle a todos, que por haber sido en una asamblea popular, donde se escogió al criminal Barrabas, condenando con ello al inocente Jesús, es que solo el poder original lo detenta el soberano todo, articulado en las pautas prudentes y calmadas de la constitución nacional

-Hacer del sistema penal nacional, una estructura social justa donde los más sean reinsertados con éxito al colectivo al pagar su condena, y los menos, sean retenidos permanentemente (pendiente esto de ser consultado en referendo), como pena a sus ofensas criminales.

-Hacer de la aplicación de la justicia, el eje de todo lo demás; dejando en claro que por encima de esta, no puede estar ningún hombre, ni ningún pueblo.

Tanto escribirles, queridos compatriotas, no tiene mas propósito en esta oportunidad que el recordarles lo vital que es centrarse en lo que está por hacerse todavía en la médula de la nación misma y de su sociedad, y no en lo novedoso y distinto, que tantas veces nos ha mostrado, resulta ser inútil, cuando de lo que se trata en realidad, es de aplicar la sabiduría que la experiencia y la historia de nuestro país, nos ofrece.

En términos sencillos y crudos, a la altura que el desespero de tanta dilación produce, se me antoja decirles que:

Necesitamos que hagan lo que está pendiente, y no que ofrezcan pendejeras nuevas

Nuestros políticos se han resbalado con esa “concha de plátano” desde hace años, y no se han sabido levantar desde entonces.

Es hora de que lo hagan, y dejen de jugar a hacer “bolitas de concha de plátano”. Alguien tiene que decirles que hablan de pulcritud, sin verse en el rostro los restos del plátano que pisaron y desparramaron. Culparán al plátano por tener concha, a la naturaleza por crear al plátano, y Dios por ponernos en tierras tropicales aptas para la prosperidad del plátano, pero jamás mencionarán a los que sin rubor alguno, siguen tirando plátanos por doquier.

Si siguen si, ellos quedarán, como las conchas de los plátanos, solo para hacer abono. Que se decidan a hacer, o dejen el camino libre, no a los jóvenes que desde ya conspiran contra lo que no terminan de entender, sino a las generaciones que silenciosamente, saben lo que hay que hacer en sana justicia temerosa de Dios.

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