sábado, 27 de noviembre de 2010

BBC mundo: 26/11/2010: Desde hoy Unasur habla en inglés

El artículo comienza de esta manera:

“Este viernes, la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) celebra en Georgetown, la capital de Guyana, una cumbre diferente.”

“La ex colonia británica asumirá por primera vez la presidencia pro témpore del organismo, puesto que rota en orden alfabético entre sus miembros: todos los países de Sudamérica con excepción de la Guayana Francesa.”

Más adelante se dice:

“Queda por ver, sin embargo, si su pertenencia a Unasur le permitirá a Guyana y Venezuela solucionar una disputa territorial que se remonta a 1824”

Finalmente, entre otras cosas. Se menciona lo siguiente, relacionado a nosotros los venezolanos:

“Efectivamente, desde su independencia Venezuela reclama como propia una extensa zona conocida como Guayana Esequiba. Este territorio aparece en los mapas oficiales venezolanos bajo el nombre de Zona de Reclamación".

Este último párrafo hay que aclararlo de una vez, para que a la BBC y sus lectores que puedan pasar por este blog, no queden mal informados:

El territorio con el que Gran Bretaña formó la colonia y luego “fundó” la nación llamada Guyana, es en su mayor parte, el resultado de la usurpación, -en lenguaje común: robo abierto e impune-, del territorio venezolano claramente delimitado mucho antes de ese momento, y localizado al oeste del río Esequibo (de allí el nombre que nosotros le damos), llegando hasta el delta del río Orinoco, deteniéndose en sus intenciones sólo al llegar sur abajo, a la frontera con Brasil, utilizando como herramienta para ello la exploración ilegal y el mapeo “conveniente”, de dicha zona de nuestro territorio, aprovechando la debilidad que la reciente guerra de independencia dejó entre nosotros. Nuestra casi nula capacidad diplomática, y el abierto colonialismo de los imperios del momento, hicieron el resto.

Es harto conocido que nuestra única representación en el litigio subsiguiente donde “Logramos detener” sus ambiciones, fue la de un abogado estadounidense, y un más que gris funcionario ruso de por medio. El plato estaba servido para que Gran Bretaña hiciera casi lo que le viniera en gana.

La Guyana de hoy está formada con territorio vulgarmente robado por Gran Bretaña. No hay más que decir. Ni siquiera el proceso que llevo a la fundación de Panamá, de manos de los EUA, fue tan sucio, descarado e impunemente logrado.

Pasadas tantas décadas, con el daño ya hecho y cicatrizado, por decirlo de alguna manera, ahora nos sigue quedando como tarea, el ver que tanto de ese país podemos recuperar, que tanto podemos desarrollar en mancomunidad, y que tanto debe dejársele para que siga funcionando como territorio soberano (soberanía regalada por Gran Bretaña; nunca luchada como el resto de las gestas independentistas del continente).

Ahora estaremos ojo atento a lo que el presidente Hugo Chávez diga; (esta vez si): sus palabras pueden garantizar o condenar cualquier intento de recuperar por lo menos parte de lo que fue nuestro.

Desde principio de los años ochentas, con el fin del Protocolo de Puerto España, este asunto limítrofe ha quedado suspendido en el éter de la ONU, a la espera de que alguien ponga la presión que se requiere por fin.

Reconozcamos el derecho de los Guyaneses a vivir en paz, pero invitémosles a reconocer nuestro derecho a recuperar parte de lo que nos fue hurtado por Gran Bretaña.

Una solicitud de perdón de parte de esa nación europea hacia nosotros, también está pendiente. Alguien tiene que recordarle a esas naciones que las atrocidades cometidas, no pueden quedar olvidadas en aras de una hipócrita diplomacia que fue creada a fin de cuentas por ellos mismos.

El presidente tiene que actuar con decisión pero con el humanismo que deseamos nos caracterice. Como con Colombia, UNASUR no puede ser otro escenario más donde hacernos los pendejos y olvidarnos de las ofensas que en materia territorial, ambos países, en maneras distintas, nos han hecho.

Hay razón en el proceder político del presidente Carlos Andrés Pérez cuando en su momento, decidió que las relaciones comerciales fueran quienes marcaran la pauta con Colombia, y no el diferendo limítrofe por el Golfo que insisten en apropiarse y que debemos aclararles de su error permanentemente. Sin embargo, existen límites, y no precisamente fronterizos, sino morales, que no pueden ser violados, y para ambos casos, están justamente en vigencia.

Buenas relaciones con nuestro vecino guyanés son necesarias, pero no sin mostrar nuestra firmeza de carácter en cuanto al asunto pendiente. Un padre no deja de amar a su hijo por una ofensa cometida, ni mucho menos por tener que castigarlo. Así nosotros, debemos llevar la actitud sana de la solidaridad y el interés por el crecimiento de amabas naciones, mas no la sumisión y el perdón permanente para cuanto ofensor venga a abofetearnos.

Equilibrio pues, de parte de nosotros, y de parte del presidente que nos representa y no es dueño de nada mas que no sea su propia vida y destino.

Sus palabras, y las firmas que rubrique en ese encuentro sean entonces de paz y desarrollo para todos en Suramérica; no de entrega y sumisión conveniente a intereses particulares, ajenos a los de nuestra patria.

No quiero morir sin antes ir nuevamente a Roraima y sobre su cúspide, no ver la frontera de tres países, sino únicamente la de dos: Venezuela y Brasil. Guyana quedaría muy lejos, hacia el Este.

Estaremos escuchando, y juzgando.

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