miércoles, 5 de julio de 2017

Más muertes y menos justicia; la receta de Nicolas Maduro para Venezuela.

"¡Lo que no se pueda con los votos, lo obtendriámos con las armas!"


                     Nicolas Maduro, en el marco de una proclama anti EEUU y la oposición venezolana

Dictador de venezuela (2013-2017)

De forma sistemática desde el despertar de los años 80, los elementos que se hacían pasar por independientes en la estructura republicana de Venezuela, fueron perdiendo la racional y prudente separación que las constituciones en vigencia exigían, para dar paso al conjunto de aberraciones auto-sustentadas que hoy padecemos en forma de dictadura, frente a la inoperancia que como sociedad hemos mostrado a la hora de afrontar nuestros propios desaciertos, llevando siempre a la arrogancia como mal consejera, acompañandonos.
Hoy, Maduro y Cilia, cual pareja imperial de la antigua Roma, reparten sin escrupulos sus propios cuerpos y el de todo habitante en este pais, en una inmensa orgia politica donde la droga es el poder, y la moneda para pagarla es nuestro propio presente.

Esto lo sabemos todos.

Menos conocido, -por no admitido-, es el paroxismo en el que ahora nos hemos permitido vivir y que nos ha llevado a una condición cuasi-paranoica que permite dudar absolutamente de todos y de todo, no resultando de ello más que una incómoda y desagradable sensación de vértigo consecuencia del vacío frente a nosotros que se hace asidero imposible para tanta expectativa republicana insatisfecha.

Estamos claros en que se está dando un movimiento social que ha ido tanteando progresivamente el camino del reclamo, pese a que esto conlleva inevitablemente a un choque cada vez más violento con el gobierno y sus brazos armados, que se muestran resueltos aunque torpes ante cualquier opción que no sea la de su propia conveniencia de mantenerse en el poder. 
Así, lo que comenzó como iniciativa de una MUD que ahora se mostraba más reflexiva sobre sus errores previos, exhibiendo una disposición al cambio y a la coordinación de más largo aliento, poco a poco (aún en contra de sus ambiciones o deseos), ha llegado al tope de su capacidad real, estando limitada (la MUD), por  una crudísima realidad: No representa políticamente ni a la mayoría social del país, ni mucho menos a quienes hasta hace poco apoyaron (y ahora adversan), la causa revolucionaria, ahora en manos de esta pareja presidencial y el resto de los operadores/herederos políticos encumbrados en el poder.

Allí estriba la siguiente gran muralla para todos los que se oponen constitucionalmente al actual gobierno: La carencia de una capacidad para materializar no una MUD apoyada por todossino una ALIANZA (nuevo nombre, nuevo logo y nueva directiva con rotación de autoridades entre todos los movimientos políticos anexos), que refleje al balance resultante entre los antiguos movimientos (cuarta república), y los nuevos (quinta república).

De allí que la conclusión ante esto sea lapidaria: En la medida en que los viejos movimientos e individuos políticos, no quieran ceder poder y protagonismo, en esa medida estaremos lejos de una solución civil y republicana a la coyuntura existencial que vivimos.

Ver en una sola alianza a derechistas, a los de centro y a los izquierdistas, todos bajo la misma idea de defender la visión de una Venezuela constitucional capaz de valorar la historia escrita por nuestros aciertos y errores, aún aunque ello suponga compartir el poder y hacerlo de manera alternada, sin interpretaciones fraudulentas de última hora según la conveniencia de un grupo u otro, sería una buena razón para afirmar que probablemente ahora sí, estaríamos contemplando la prueba tan esperada de que hemos como sociedad, aprendido a poner en práctica algo realmente bueno de toda esta debacle en la que nosotros mismos nos hemos metido.

Lo más duro de entender será el asimilar que debemos gobernar en esta inmediata etapa de transición hacia un nuevo patrón de democracia social y de justicia, mediante "juntas de gobierno", y no por "individuos"; lo otro durísimo de aceptar será que todo hombre o mujer con trayectoria en la cuarta o en la quinta republica, también arrastra consigo la culpa del estado actual de las cosas, ya que nunca han sido capaces (ni lo demuestran ahora), la habilidad de corregir con honestidad total que: A).- Estamos ante una gran tragedia, pero también ante una gran oportunidad de dejar atrás lo malo y a sus protagonistas, y B).- Que la mejor opción inmediata es el nombramiento de una junta de gobierno, porque llegado el momento, se necesitará de franqueza por consenso para explicar a la masa social el por qué de que una vez instalados en el poder, (y siempre bajo el filo de justo y ético), sencillamente no se podrá complacer a todos, si queremos enrumbar al país por una ruta distinta, lo cual hace presagiar tormentas de intereses que amenazarán a todos con el arraso del barco social donde navegamos juntos, a menos que haya cohesión y resolución a estar hombros con hombros en el trayecto donde toque sacrificar comodidades individuales y colectivas en favor del bien común de nuestros hijos.

Las opciones reales y prometedoras que pasan por la intolerancia a la impunidad y a las malas costumbres, se están cocinando, aunque corren el riesgo de pasarse y quemarse, ante la resistencia feroz al cambio, a manos de las fuerzas políticas "conservadoramente corruptas" enquistadas hasta el momento en las cúpulas principalmente del PSUV y de los partidos hasta ahora convenientemente  cobijados en la MUD, aunque podamos ver igual "conservadurismo" en el resto de los movimientos políticos y sindicatos que a todo nivel hacen vida en el país, porque si me permiten la licencia, les recuerdo que -y parafraseando a Dios- : "allí donde se reúnan tres, estaré yo con ellos (la corrupción)"

El paroxismo al que hacía referencia al principio, es al que domina la escena política en Venezuela de la mano  de la toxica pareja presidencial y de quienes ellos han permitido dormir bajo su techo de dominio heredado de Chávez; esta sistemática búsqueda de la destrucción, para luego poder construir a su conveniencia, solo representa un episodio dictatorial más por desmantelar por parte del soberano, en la medida en que sepamos reconocer las piezas que la componen y el origen de cada una de ellas en lo intimo de nuestra sociedad.

Al final, -siempre al final-, grandes lecciones nos quedan por delante para explicar el momento tan particular que vivimos en el contexto de nuestra sociedad y de la humanidad que nos rodea: trascender a lo humano y contextualizar la vida en función de los valores que hemos hecho nuestros a partir de lo Divino; desprendernos de lo que nos lastra, y superarnos a nosotros mismos, para reconocer al final que la terrible realidad que aún en su benevolencia no nos ahoga en nuestra sangre, nos brinda la oportunidad de hacer una introspección con la cual superar los paradigmas bajo los cuales hemos aceptado como esclavos, vivir.

No nos conformemos con hacer de nuestros muertos solo los "clavos" que sellen el ataúd tras la muerte política del negligente presidente en ejercicio de una dictadura. Ellos (los que no logremos salvar), deben ser la suprema razón para exigirnos al máximo el vivir con moral y con ética, como sociedad justa y democrática.
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NOTA: La imagen usada en esta entrada al blog, es propiedad del gran dibujante Edo.

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