domingo, 10 de agosto de 2014

Los "No hay apuro" de Maduro

EL UNIVERSAL
viernes 8 de agosto de 2014  06:41 AM
Caracas.- El presidente de la República, Nicolás Maduro, afirmó que "no hay apuro" para acordar un incremento en el precio de los combustibles.

No hay apuro para subir la gasolina, porque cualquier argumento a su favor, implicaría tácitamente admitir que se había errado en la política de mantenerla congelada por los gobiernos de Chávez y de Maduro. No hay apuro en aumentar la gasolina bajo el pretexto de disminuir el contrabando, porque también seria admitir que el gobierno-estado, es incapaz de controlar la frontera.

No hay apuro en cambiar nada, porque ese acto sería reconocer frente a todo el país, el estar cabalgando hoy en día sobre un error estratégico y fundamental en lo político, en lo económico, en lo social, en lo militar, en lo territorial, en lo sanitario o en cuanto tema elijan abordar, donde el pretexto de la llegada de la revolución bonita, haya sido pretexto para "prender" la fiesta y emborracharse en medio del espejismo de la justicia popular. 

No hay apuro en cambiar nada, porque eso lo cambiaría todo.

El juego político actual en el que está sumido el país todo, no obedece a un capricho aislado; está más bien regido por una poderosa limitante social que permea todo al que habita en este país, y que hace difícil evaluar la realidad que nos está asfixiando de apoco, y donde el ceder ante las circunstancias se hace mas fácil para el ciudadano de a pie, acostumbrado a vivir sin admitirlo/reconocerlo o entenderlo, en una nación donde se percibe a sí mismo como incapaz de hacer algo para cambiar las cosas. (Esto último reforzado por la opresión  vivida durante las manifestaciones del primer semestre de este año).

Hay que entender que el aumento de la gasolina no seria necesario en la magnitud que ahora enfrentamos realizar, como tampoco reajustar los precios de los servicios o de los alimentos, siguiendo el mismo razonamiento, -y solo por citar algunas cosas emblemáticas-, si el gobierno eternizado ya en más de tres quinquenios, hubiese tenido éxito en controlar la inflación, mediante el adecuado manejo de las políticas y parámetros económicos claves; en esas circunstancias, la renta petrolera estaría siendo manantial que mantendría llena las reservas estratégicas monetarias del país, posibilitando incluso, estar siendo de hecho, prestamistas para financiar obras importantes en la región.

(¿Se han preguntado... ¿Qué habrían hecho tres gobiernos distintos en este tiempo que Chávez y Maduro han gobernado sin posibilidad de cambio político distinto a ellos y a los oposicionistas inútiles que le han allanado el camino para el dominio total de estado?)

Nada de esto va mas allá de sueños momentáneos, en un país donde dormir y soñar con un futuro planificado, no es posible aún. La necesidad de atravesar por el desierto que la ceguera de los hombres produce, se mantiene como una espada de Damocles que ya no solo amenaza con caer sobre todos nosotros, sino que de hecho, caerá irremediablemente sobre un país que ha demostrado ante el mundo que tenerlo todo en lo económico, no basta para progresar, al carecer la sociedad bendecida por los recursos, de un criterio, de una decisión nacional, de un valor que estando por encima de todos, los unifique. 

Eso queridos compatriotas, es lo que nos mata. No es el "No hay apuro" de Maduro, en medio de su incapacidad para entender la realidad: Es el ¿Para qué el apuro, si no sabemos a donde ir y por dónde?

Todos, inocentes y culpables, probaremos juntos la amargura de tanto error acumulado. La sabiduría está en prever que vamos a hacer con las lecciones que aprendemos de ello, pues de ello dependerá la "dulzura" o la "amargura" que le dejaremos a nuestros hijos y nietos...

Nota: El articulo al que hago referencia lo saqué de el diario El Universal, que con nuevos dueños ahora, pretende resguardarse de decir verdades incómodas para las partes políticas dominantes en Venezuela, mediante el subterfugio de un supuesto código de ética profesional, que aparentemente, enaltece el equilibrio de la noticia, antes que el equilibro de la justicia.

No confíen en medio alguno para sacar sus conclusiones. Forzosamente deberán buscar varias fuentes entre los "extremos", para entender la realidad allende a todos ellos y a los hilos que desde adentro y afuera, mueven todo tipo de interés mezquino.

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