domingo, 16 de diciembre de 2012

Nada nuevo bajo el sol...,aún.


Ciertamente es una frase trillada para tomarla como titulo a esta entrada, pero no encuentro un conjunto de palabras que describan mejor la actual situación del país, donde se insiste en no variar para nada, -y en nada-, desde hace semanas, en algún aspecto fundamental nacional, incluso si consideramos en ello la enfermedad de Hugo Chávez, -de la hemos habíamos en el pasado-,  y todo esto en medio de unas elecciones regionales que quizás ante la mirada de la sociedad venezolana, se realizan cargadas de esas mismas fallas que vimos en  los comicios presidenciales del pasado octubre, en medio de esa marcada ausencia del eje absoluto de una “revolución” que no ha aprendido a ir más allá del propio líder devenido con el tiempo en especie de Atlas que soporta al mundo, sumado todo esto a  una total carencia de liderazgos alternos al del ciudadano presidente, lo que permite a nuestra destartalada comprensión nacional, ir  así cerrando un cuadro al fin de cuentas  no nos aleja de todo lo dicho antes en este blog.

Lo aceptemos de buena manera o no, ante nosotros tenemos que la mayor paradoja de nuestro país sigue siendo la misma:
“EXISTIENDO LOS RECURSOS  PARA SER UN PAÍS DESARROLLADO, AÚN NO LO SOMOS”

Debajo de tal afirmación subyace una dura realidad:
No hemos logrado el entendimiento colectivo del cómo hacerlo, ni hemos sido capaces, -a propósito de ello-, de decidirnos a hacerlo.
Por razones que muchos no terminan de entender, seguimos enfrascados en seguir caminando por los atajos de la indolencia, la inmoralidad y la impunidad, pese a los brillantes logros que puntualmente podemos denotar de los últimos gobiernos en nuestro país, (incluido este), que más bien terminan siendo ante esos caminos elegidos al calor de una mentalidad tercermundista,  pequeños brillos de luciérnagas en medio de una oscuridad que no termina aún.
No consigo motivos para dejar de afirmar aún hoy, que Barrabas actuó sin remordimientos a la hora de mentir sobre su estado de salud antes de las elecciones, (adelantándolas inclusive), bajo el pretexto de que todo “se puede hacer por la patria”. Barrabás Junior una vez perdido en su tarea presidencialista, arrastrando según él, “su guayabo”, cayó en la tentación de agarrarse del poder, aunque ya no fuera el de Miraflores, como método efectivo a la vista de su entendimiento y el de sus interesados y zalameros allegados, para mantenerse finalmente en las altas esferas políticas de la actualidad venezolana, pero demostrando con ello finalmente su inexistente disposición real a ser líder nacional, capaz de sembrar entusiasmo por sus propias propuestas, casadas de verdad con la nueva visión que necesariamente se imponía aparecer como paso previo a la acción de dar aquel tan ansiado siguiente paso en el entendimiento nacional..
Por esto es que Barrabás Jr. intenta volver a casa; si lo logra o fracasa será irrelevante; el hecho irreductible es que nadie, -como él mismo-, quieren asumir el liderato nacional. Nadie quiere o nadie aguanta una lucha frontal contra un estado “Chávez-céntrico” (…que gira en torno a Chávez).
Nadie ha entendido las premisas básicas de la lucha inteligente, de la lucha de resistencia: Hablar con la verdad en la mano, y el honor en el corazón. Sin violencia, sin arrogancia.
Tenemos que estar claros: No es lo mismo precisar lo que se debía hacer en Venezuela para salir del subdesarrollo, que la manera en que finalmente se optó para intentar sin mucha claridad hacerlo, y de la mano de quien se hizo. Las ultimas dos cosas, tomaron más protagonismo que el hecho mismo sobre el correcto proceder que se concebía adecuado para el país  en términos de verdadera justicia social, pues todo ello se sucedió ante la interpretación inocente de que siempre es mejor “agarrar, aunque sea fallo”, que ante el peso de una sabiduría nacional optando por un camino de constitución y leyes, siempre más difícil de cumplir, cuando estas se perciben como externas a nuestra propia identidad.

De allí nuestra segunda gran paradoja:
“TENIENDO UNA HISTORIA MARCADA POR EXTRAORDINARIOS Y PRECLAROS HOMBRES Y MUJERES, CONTINUAMOS MOSTRÁNDONOS CARENTES DE UN CONCEPTO REAL DE IDENTIDAD NACIONAL”

Ahora por ello hemos caído en la incomodísima situación en la que creemos estar ante un pueblo épico, soberano e independiente,  cuando en realidad, ningún sector social, se ha enfrentado a esta realidad “pendular” que vivimos, donde solo somos capaces de actual lanzándonos de un extremo a otro, sin ser capaces de apaciguarnos, de hilar fino, y de pensar en frio, en base a nuestros pasados aciertos y errores.
Ante unas aburridas e insípidas elecciones para elegir “al resto de las cuotas de poder político que fuera de la sombra de Chávez quedan”, podemos apreciar como nuestra miopía, -y las apetencias individuales de todos aquellos que usurpan puestos políticos llamados a ser plataformas de justicia-, son las que mandan; cómo es que nuestra incapacidad para hacernos unos con un  sueño nacional unificado, dicta aún nuestro accionar a veces miserable, a veces inmaduro, pero siempre, para nuestra desgracia, subdesarrollado.

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