martes, 8 de enero de 2013

No es que el chavismo o la oposición le tengan miedo a Diosdado.


Toda esta pelea estéril se veía venir, y muchos parecieran no ver las posibles razones para lo que está pasando, apartando el hecho muy puntual de que la constitución no es clara en este asunto de presidentes reelegidos por tercera vez y hasta el infinito, porque semejante payasada, -atizada por quien ya estaba en el poder por segunda vez-, nunca fue considerada durante la constituyente.
sin duda que debe haber una lucha de poderes e intereses a lo interno del oficialismo; ellos, -los más encumbrados-, conocen la verdadera situación del presidente, y se manejan con un sigilo y una apariencia casi que traidora, mientras que se resisten a declarar la falta temporal de Hugo Chávez, para no verse con ello en la obligación de nombrar a Diosdado como presidente temporal, y mostrar con ese acto, -por primera vez en 14 años-, que se pude vivir sin Chávez de presidente. Ese mensaje directo aunque quizás silencioso, es mortal para ciertos intereses arropados a los pies del comandante, y es lo último que desean evidenciar.

Parece que lo más correcto y apegado al espíritu constitucional, es justo que asuma el presidente de la Asamblea Nacional, una vez declarada la ausencia temporal del presidente elegido. Cuando este se recupere, seria juramentado.

Mientras, hasta el venidero 9 de enero, a las 11:59pm, su gobierno y sus ministros, correspondientes al periodo 2006-2012, tienen validez constitucional.

Si somos serios, con algún atisbo de republicanismo aún en el corazón nacional, esa será la senda a tomar. Caso contrario, se inventará lo injustificable, para seguir, por parte de los poderes establecidos y ya en ese momento declaradamente sumisos, jalando y mimando los testículos presidenciales de Hugo Chávez.
Elijan pues, entre jalar y cumplir.

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