Lo bueno de los extremismos y los bandos que se aborrecen entre sí, es que
llegado a ese punto en la vida de una nación, no queda más alternativa que tragar
grueso, buscar un consenso y construir una tercera vía, democrática, justa y
socialmente equilibrada.
Mientras, los venezolanos debemos prepararnos mentalmente para tiempos
duros, propios de los momentos imprudentes que nos hemos permitido vivir:
Devaluación, incrementos de precios, y disparo de la electricidad y la gasolina.
Con tantas bondades en esta tierra que llamamos Venezuela, podríamos estar
tocando el cielo, pero en vez de eso, tocamos insistentemente las puertas de un
purgatorio.
Eso se llama falta de voluntad y miedo al sacrificio justo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario