Mientras afuera de mi ventana el escándalo de lo que pareciera una lluvia
de cacerolas estrellándose contra el suelo, me hace pensar en algunas de las
palabras de Maduro al tomar posesión del cargo que anteriormente había
detentado ilegítimamente: “Solo el pueblo unido, solo la FANB unida, solo todas
las instituciones unidas (…) somos Chávez, somos patria, somos revolución”
Esa frase Sr presidente, es tan inútil como una bicicleta sin uno de sus
ruedas.
No puede gobernar para un sector, generalizándolo como si fuera todo el
pueblo, como si estuviera unido en armonía y en paz. Eso es mentira; eso es
falso. Ganaste porque la maquinaría pudo más que las ideas, que las propuestas,
que el deseo de destrancar esta máquina que se niega a moverse y producir algo
bueno y justo.
No endioses a Chávez, porque fue humano y cometió terribles errores. Tú
eres uno de esos errores.
La mitad de la población que votó y lo hizo a favor de otras opciones, te
pide que recuenten los votos, pero tú, junto con tus compañeros, -esos mismos a
los que muchos culpaban de ocultarle verdades a Hugo Chávez-, ahora con
arrogancia supina, se lanzar a renegar cualquier posibilidad que acalle la duda,
y levante la rectitud de instituciones públicas de la que solo los favorecidos
de siempre, guardan buenas opiniones.
Estas a tiempo de ser hombre de bien; un hombre que recuperando el legado
positivo de Chávez, se deslastre de sus fallas y de su mesianismo. En tus
propios hombros y en tus decisiones está que seas no solo el primer presidente
chavista, sino también el último.
¿Te has dado cuenta de que
la ilustración que más se aproxima a describir lo que tu ahora estás
gobernando, es la de un enorme país imaginario, formado por dos estados
(Venezuela y Colombia, por ejemplo), donde la capital desde donde gobiernas estaría
en Cúcuta, (a medio camino de ambas extensiones territoriales), y en el cual tú
te estás empeñando en gobernar para uno solo de esos “territorio”, ignorando y
despreciando al otro?
Así esta Venezuela: a ese grado han llegado las cosas. Guste o no, el
presidente Chávez utilizó a una parte de la población venezolana como objetivo
táctico en su estrategia simple pero efectiva de divide y vencerás, en aras de objetivos específicos de carácter político.
¿Te
das cuenta ahora del por qué bajo esta abismal división resulta tan traumático
que la diferencia de votos entre ambos candidatos sea tan pequeña?
¿Qué país crees que aguanta eso?
¿Cómo creerte ahora, si tú y
tu círculo en cierta forma secuestraron los últimos meses de vida del
Presidente Chávez? Como
en una película barata de conspiraciones, un enfermo presidente desapareció de
la vida pública, no sin antes elegirte, en medio de una cadena de TV
improvisada, a dedo, como su sucesor, para luego de dos meses, aparecer muerto
en declaración de tu propia boca. Enterrado el muerto, te lanzas a una campaña
con todos los abusos posibles, donde no pudiste sacar ni 2% de ventaja.
¿Cómo creerte chico, si
terminaste, a la luz de los resultados electorales, maldiciendo a más de 7
millones de venezolanos, de acuerdo a tus propias palabras de hace días?
Te guste o no, tu período presidencial y tu CNE, estarán signados por una
nueva frase, acuñada, esta vez por
Capriles: “Máquina mata boleta”. ¿Fueron
así las cosas, o te bastó con la maquinaría partidista?
Sé que las buenas ideas no te
fueron necesarias…
…y no las había.
No hay comentarios:
Publicar un comentario