EL UNIVERSAL, Lunes 1 de abril de 2013 08:30 PM
Caracas.- “El
presidente encargado, Nicolás Maduro, asistió al Museo Histórico Militar,
ubicado en la parroquia 23 de Enero de Caracas, para sostener una reunión con
el Comité Ejecutivo del Foro de Sao Paulo. La organización manifestó su apoyo a
la candidatura de Maduro para las elecciones presidenciales del 14 de abril.”
¿En qué quedamos entonces?; ¿Cómo se le llama a la emisión de opiniones por
parte de entes extranjeros, en apoyo a uno o a otro candidato presidencial en
Venezuela?
Para mí eso no tiene otro nombre que injerencia en asuntos internos nacionales.
Tanto los mercados totalmente abiertos, inhumanos y sin control, -como
algunos desearían para nuestro país, en aras de una hipotética recuperación de
la economía-, como los escenarios de controles asfixiantes e incompetentes, -con
“convenientes” cuellos de botellas controlados por pocos-, y aspirados siempre
por las mentes calenturientas de muchos que se llaman a sí mismos
revolucionarios, constituyen en realidad, solo las dos caras de la misma llave
que al final de cuentas, abre la puerta a la intromisión desmedida, en los términos
políticos y económicos, llegando a veces hasta los íntimos hilos sociales de la
nación (caso de la inmigración incontrolada
y no monitoreada de millones de amigos venidos de otras tierras allende a la
nuestra).
Tengo que decir que independientemente del barrabás que gane las elecciones
presidenciales venideras, aún hay tiempo para enmendar y cerrar definitivamente
esa puerta por la cual se escapa nuestra identidad, nuestra conciencia de
venezolanos. Una tercera opción, -una que
vaya por el medio de la calle-, y que aproveche lo aprendido en todas estas
décadas, siendo capaz de liberarse, -sin ofender a las partes ahora en pugna-, de los lastres que tanto error ha puesto
sobre nuestros hombros nacionales, deberá surgir eventualmente, y ello, sin embargo, no se logrará con
elecciones auspiciadas por gobiernos inconsistentes juridicamente y candidatos que como gallos, son echados a pelear salvajemente,
mientras ocultos apostadores internacionales, se restean por el animal que
mayores ganancias ofrezca al final de la pelea.
...y para completar, al final de cuentas, ninguno de los candidatos logra "picotear" el verdadero fruto podrido que de a poco, daña la cosecha completa.
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