No basta con que en una mesa ministerial, o en un Aló presidente de una orden y lo hagan; no es sencillo.
Ciertamente seria intenso, por decir lo menos, que esa afirmación de tirios y troyanos sobre la obediencia ciega hacia sus ordenes fuera cierta; intensa por sus implicaciones de subordinación a una figura administrativa, y no a la forma legal planificada y estratégica de un Estado soberano. Intenso también porque inevitablemente habría que preguntarse que si en efecto, la orden del presidente fuera palabra ejecutada al instante, por qué entonces…:
1.-No dijo desde un principio: “todo delito será castigado oportuna y rápidamente, con cada poder del Estado actuando independientemente en su acción y unidos en su misión”;
2.-No dijo: “ni una invasión de tierras o inmuebles más en esta patria; todo ha de hacerse siguiendo el orden sagrado de la ley”; “nadie puede cimentar su hogar sobre un delito, como tampoco puede haber venezolanos sin hogar, a los cuales atenderemos”;
3.-No dijo: “ni un bolívar más gastado, si no se tiene un plan estratégico apoyado por la mayoría nacional”;
4.-No dijo: “si en el referéndum se negó cualquier cambio constitucional, el tema queda muerto hasta un próximo período de gobierno”;
5.-No dijo: “Ni un secuestro más; ni un guerrillero más, ni un paramilitar extranjero más en nuestra patria atentando contra nuestro pueblo”;
6.-No dijo: “ni un rancho más; ni una adolescente embarazada más”;
7.-No dijo: “ni un empresario abusador más, pero ni un emprendedor empresarial abandonado a su suerte más”
8.-No dijo: “Después de Dios, sólo la justicia y el pueblo”.
9.-No dijo: "El descontrol en la natalidad es germen de la miseria; la cotrolaremos"
Supongo que la lista de cosas que pudo decir y no son mencionadas sería enorme. Estos son sólo algunas de las preguntas que más ruido hacen en el horizonte de nuestras inquietudes. Habrá más.
El punto es que, ante la evidencia de que estas cosas no se han hecho o corregido, vale en buena lógica hacerse la contra pregunta:
¿Realmente el presidente ordena y se le obedece?
¿Será acaso que no todo el poder que se aparenta, se detenta en las manos que creemos?
¿Qué tanto es conveniencia de los que les rodean y detentan también el poder?
Bueno, y a todas estas: ¿A quien obedece el presidente?
Sólo un escenario como este permitiría justificar tantos tropiezos, y episodio truculentos e inútiles como los del 2002, incluyendo allí al golpe ridículo intentado en esa oportunidad, y al paro petro-empresarial torpe y absurdo ejecutado también en ese entonces, sin que el presidente diera muestra clara y contundente de liderazgo, corrección y optimización. Sólo esto me explicaría el por qué de tantos saltos mótales e inútiles en lo económico, con inflaciones enfermizas y devaluaciones que no benefician a ninguna industria local, o a ningún plan especifico y exitoso.
Nada se dio o se ha dado hasta el sol de hoy, y lo afirmo a sabiendas que si el ciudadano presidente me leyera, probablemente me destruiría sin misericordia en alguno de sus programas de comunicación. Pido excusas anticipadas humildemente si no es ese el caso, Sr. Presidente. La política de estado ha sido desde hace décadas, y lo hemos mencionado ya, como el oscilar de un bastón de ciego al andar por la calle, con la diferencia de que el que lo lleva no es ciego, y que un ciego no se la pasa cayéndose y culpando a los obstáculos por sus penurias.
A mí me resulta triste observar que las cosas han degenerado hasta un punto tal, que el simple y humilde análisis lógico y de sentido común de un ciudadano normal como yo, puede deshacer cualquier teoría, dogma o formula elaborada a su vez por cualquier político venezolano que pretenda defender lo indefendible: Estos últimos 70 años de vida nacional, incluidos los del actual gobierno.
Tengo la convicción que ante un ciudadano común, el presidente en un hipotético “tu a tu”, no tendría palabras para refutar nada luego de 30 segundos de discusión honesta.
Insisto: Honesta.
Y al fin: ¿Dónde está el poder?
Recuérdenlo; estamos lejos aún del verdadero poder popular: El poder de uno: uno como ciudadano; uno como venezolano capaz de mover la administración del Estado, porque resolver los problemas de los “unos”, -es decir, de cada uno de nosotros-, es resolver el problema del colectivo.
Los políticos gustan de jugar con los términos de población, muestra y universo, como si de simples estadísticas de mercadeo político se tratara y esconderse así en los recovecos de la ambigüedad: masas, pueblo, colectivo, son peligrosos en manos de ellos; es una forma de referirse a todos, sin referirse a nadie en particular. No se dejen engañar cuando un político habla y le “tutea” por TV o radio: igual no se está dirigiendo a alguien en particular, aunque nos pareciera que si. ¿Crees que miento?; bueno, trata de sentar un político para que te escuche y veras. ¿Que eso es normal y que así funciona las cosas?
En este mundo de tecnología de comunicaciones como las actuales, ¿Vas a escudar y/o excusar a los políticos con eso?
Les diré algo: Si el estado pierde el contacto con los individuos, es incapaz de trabajar los requerimientos que como colectivo puedan tener.
Recuerden lo que hemos reflexionado en el pasado: Si tu como persona no eres atendida a la hora de reclamar por ejemplo, un tubo de aguas blancas roto en la calle frente tu casa, ¿Cómo esperas que atiendan el problema que de hecho afecta a toda la cuadra donde vives?; es decir: ¿Sólo tienes “derechos” cuando haces masas o tumultos con los demás individuos? Ah!, ¿que hay que esperar que el consejo comunal o la junta de vecinos, o un funcionario publico viva allí para que arreglen eso?; entonces queridos compatriotas, déjenme decirles que si es así, vivimos en un país sordo a las peticiones del individuo, y a la suma de individuos que conforman dicho colectivo, y por eso, la esencia de nación esta mortalmente herida.
Yo mantengo que el presidente da una orden y no se cumple, sencillamente porque las esferas de poder trabajan para sus propios “Individuos” y “colectivos”, vale decir: políticos en el poder, empresarios conectados a ese poder y las burguesías tecno-administrativas y familiares de políticos en ese mismo poder; todos ellos están divorciados de nosotros, y eso evita que la administración sea efectiva, sólo logrando con ello que nos deslumbremos con dadivas y peor, con la sensación de que el hombre con poder, es nuestro amigo, estimulando con eso nuestro distorsionado sentido de democracia, y estimulando al mismo tiempo el concepto de viveza y aprovechamiento no ético de las oportunidades.
¿Creen que alguno de esos políticos, empresarios y familiares serán castigados?: Mi respuesta es NO. Seguro que muchos de esos políticos funcionarios y empresarios, lograran filtrarse exitosamente en los próximos periodos de gobiernos, manteniendo, pese a nuestra indignación, sus cuotas de poder. Romper esta pútrida cadena de eventos empero, está en nuestras manos a futuro, con cada decisión sabia que logremos tomar.
Bueno, el presidente da una orden y se cumple, ¿Es Verdad?: o ¿Será que la estructura toda del estado perdió la capacidad también de dar ordenes en sus propias jurisdicciones de atención de las necesidades de la población?
¿Oídos sordos en la administración publica?
¿Qué más explica, -por citar sólo un ejemplo-, la marea indetenible de peticiones angustiadas en el Twitter del presidente? Ahora necesita una página Web propia para atender al pueblo. (De paso, se evita la incomodidad de que el mundo entero acceda a dichas peticiones tan personales y ahora públicas)
¿No está en realidad para esa función de atención TODA LA ESTRUCTURA DEL ESTADO Y SUS FUNCIONARIOS DESDE EL PRINCIPIO?
Hay una falla estructural básica; este blog, -como otros-, se ha dedicado a identificarla, si me permiten reconocer este hecho. Bajo ningún concepto, sin embargo, busco denigrar la majestad de la presidencia de la república. En mi opinión, ese poder solo lo tiene quien detenta ese cargo.
Entiendo que el presidente aprovecha todos esos recursos tecnológicos para hacerse más imprescindible, y no más eficiente, y esto Sr. Presidente, es la verdad.
Mantengo la pregunta: ¿El presidente en verdad da una orden y se cumple?; ¿Acaso eso lo exime de culpas antes las fallas manifiestas?
Asumo que podemos ya afirmar entonces que ambas preguntas tienen respuestas negativas, lo cual no evitará que todo el aparataje oficialista y el partido formado para servirle, estén prestos a desmentir.
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