domingo, 30 de mayo de 2010

"Hemos cedulado y reconocido la identidad a millones de indocumentados colombianos" 08/04/2010; Presidente Hugo Chávez.

(Información publicada en un diario venezolano)

El tema lo hemos tocado anteriormente por las implicaciones tan serias que para el accionar de la venezolanidad, tienen la permanencia masiva de ciudadanos de otros países, que en ningún momento, han renunciado a su origen o nacionalidad para hacerse uno como ciudadanos venezolanos; ahora, con la admitida, -que ya harta conocida- cedulación igualmente masiva, grosera y apatrida de cuanto ciudadano extranjero presentara cualquier documento para procesarlo.

La debilidad creada en nuestra soberanía tendrá consecuencias grandes y penosas.

Una nación como la nuestra no se puede autodefinir como tal cuando camina con los pantalones abajo por el vecindario latinoamericano de esa manera.

Todo ciudadano extranjero deseoso de hacer vida honesta y en hermandad con nosotros, es bienvenido y protegido por las leyes, pero no puede aceptarse que la mayoría de ellos adquieran dicha ciudadanía en una orgía de despilfarro e irresponsabilidad, perfectamente premeditada por el gobierno. Eso Sr. Presidente, con el respeto adecuado hacia su investidura, es un importante error de su parte.

Aún hay tiempo sin embargo, para enmendar y corregir esta situación; se que la mayoría de los que ahora tienen cédula de identidad venezolana por esa vía, estarían dispuestos a que les fuera reconsiderada en justa ley esa condición. Se que muchos desearían volver a sus países de origen, y muchos otros estarían dispuestos a denunciar a quienes corruptamente les cobraron dinero a cambio de una cedula o un pasaporte venezolano. No podemos ser tan “baratos” de adquirir. El círculo vicioso tiene que romperse.

Hablando de burguesías y pueblo.

El tema es de esos que parecen difíciles de tratar cuando de Venezuela y los eventos de los últimos 30 años se trata. No podemos pese a eso, caer en una trampa al pensar que los términos están en uso sólo ahora, en la última década de gobierno, con un lenguaje por cierto que busca conectarse no con la masa humilde, sino con los sectores más afectados de ésta por la falta de tino de los mismos gobiernos a la hora de educar y ejemplarizar con la decencia. Lo que pasa ahora es que nunca habían estado tan presentes en la lengua de un presidente dichas expresiones.

Lo mas profundo en todo esto, sin embargo, no son las palabras usadas; ni siquiera el tono o contexto en el cual se utilizan, sino amigos míos, el hecho de que pareciéramos vivir de la palabra del momento; no de la palabra empeñada, o de la palabra ofrecida, cumplida o no: En otros términos, quiere decir que vivimos de lo que oímos, y no de los actos que hacemos.

Nos sentimos agredidos o amenazados según las palabras escupidas por alguien, como si de mortíferas balas de plomo se tratara. Por lo tanto, creemos casi ciegamente que igualmente las que digamos, causarán en su receptor el mismo mortífero efecto, olvidando que muchas veces sólo haremos el ridículo, cuando no se trata ni siquiera de cosas entre nosotros, en Venezuela, sino de cosas entre nosotros y otras naciones, por ejemplo.

No importa si el que las dice ha dado muestras de ser un incapaz en el pasado, o si sus acciones no han guardado relación con lo pronunciado. Lo importante es lo que dice. Nunca tan poco había alborotado a tantos.

A Bolívar se le admira con razón porque detrás de sus palabras, un continente entero de éxitos y logros aguarda por nosotros para vivirlo y estudiarlo. No admiremos pues a quien habla primero y quizás luego haga, en medio de improvisaciones y falta de objetivos.

¡Ups!, ¡pero así son muchos políticos y aprendices de estos!

Les venia comentando el como, por ejemplo, palabras tales como pueblo o burguesía, son utilizadas alegremente para intentar diferenciar a los buenos de los malos, ¡como si acaso del mismo pueblo no se tratara en realidad!

¡Pero de eso se trata justamente!: es el mismo pueblo, ni más ni menos; ¡no me van a decir que los dueños de las empresas son marcianos, o gringos o cubanos que vinieron a explotar nuestros recursos y a violar nuestra soberanía!

Pueblo es todo el colectivo humano que vive en Venezuela: Empresarios y políticos (así como la mezcla de ellos), militares y civiles, trabajadores y vagos, malandros y santos. Nosotros y ellos, pues. Todos asumiendo distintos roles dentro de una misma frontera, en distintos tiempos. Las divisiones son sólo en general dogmáticas, propias de las mentes calenturientas que he citado en el pasado, y que buscan en sus argumentos, justificación para sus actos y procederes, independientemente de sus intenciones.

Parte de la explicación para esto estriba en que arrastramos conceptos muy antiguos, desde la colonia, y sorprendentemente, han sobrevivido hasta nuestros días.

Las clases actuales, no obstante, viven diferenciadas únicamente por los que tiene poder y se aprovechan de ello sin importar las consecuencias sociales, y los que no tienen poder, bien porque lo consideran incorrecto y buscar los altos valores éticos de la vida, bien porque no tuvieron oportunidad de: A.- Entender o exponerse a dichos valores éticos; B.- No pudieron o supieron, “encaramarse” en los que tienen poder por cualquier vía ilegal o no ética.

No; grave no es entonces que existan empresarios exitosos; ¡lo grave es que el estado supuestamente cimentado en la constitución y sus leyes, permita la existencia de empresarios inescrupulosos!; estos últimos, amparado por un gobierno y un estado indulgente, con una aplicación de justicia negligente, son los elementos que permiten la existencia de sectores poblacionales mal empleados, tercerizados o informales, con los pírricos sueldos o pagos resultantes, y la casi inexistente seguridad social presente. Por cierto, ¿Dónde esta la tan “cacareada” ley de seguridad social?; ¡Rapidez si tuvieron para enmendar lo inenmendable!

Peor aún es entonces meterlos a todos (los llamados empresarios y hasta al pobre que tenga 20 hectáreas de tierras “ociosas” porque no ha conseguido un crédito o la asesoria de alguno de tantos ingenieros agrónomos desempleados), en el mismo pozo, y acabarlos de un tiro en la cabeza, como si el gran culpable del libertinaje no fuera el mismo estado, y los gobiernos que uno tras otro, cayeron seducidos por el poder y el dinero. Diferenciarlos es de sabios; segregacionarlos, es de fanáticos.

Los humanos somos ambiciosos por naturaleza; lo hemos mencionado ya; es lo biológico e instintivo llevado a lo social; el punto es que la ambición sea encausada hacia un anhelo de bienestar justo y ético, garantizado por el estado, y no represada en un inmenso y angustioso embalse de aguas estancadas.

No se caigan a mentiras: Un estado empresario, constructor y dueño de todo, sobre el pobre argumento de hacerlo por el pueblo y en contra de la burguesía y las oligarquías, termina siendo el mayor caldo de cultivo de corrupción generalizada. ¡Sería un poco como vivir en una empresa! Ya lo vivimos y nos hartamos de eso hasta principios de los años 90, cuando el estado, de la mano de un gobierno inepto como el del ciudadano Rafael Caldera, que se limitó a entregar todo cuanto pudo a corporaciones extranjeras o, a sectores del ya dañado y contaminado sector privado nacional nacido de la escuela de las tercerizaciones engendradas en la misma PDVSA y en SIDOR, en vez de buscar un mecanismo ético y anticorrupto (valga decir, con un aparato de justicia inmaculado), para así demostrar que los venezolanos podíamos efectiva y honestamente manejar el aparato productivo.

El presidente esta postulando e intentando llevar a cabo eso, pero edulcorado en exceso con las ideas socialistas a falta de una ocurrencia mejor, que nos guste o no, por cierto los chinos y rusos han dejado a un lado, por ser ineficaces para producir bienestar colectivo y competitivo en sus respectivas naciones. Insisto: ¿Por qué tomar lo que los rusos, padres de la necesaria criatura comunista en su momento, dejaron ya a un lado? Los rusos al igual que los chinos, se han limitado actualmente a financiarnos y vendernos inteligentemente lo que hemos necesitado materialmente, pero jamás han pronunciado apoyo explícito a algún esquema dogmático socialista. ¿Por qué?

¿Necesitan más?; bueno, volviendo al tema de las empresas, les pregunto yo: ¿Si no pudimos manejar con honestidad a VIASA, o a SIDOR, como pretenden que lo hagamos ahora con esa misma receta que aplicamos en los 70 y 80, pero ahora matizada con lo que los amigos rusos y chinos desecharon, dando origen con ello a un manejo aún más sectario?

La nacionalización es un tema de soberanía y estrategia, no de expropiación y subsiguiente subexplotacion desordenada. Lo peor es que estamos preparando el escenario para que llegado constitucionalmente otro gobierno, si no actuamos con inteligencia constitucionalista, surja un Caldera II, “reprivatizando en nombre de la sagrada patria” todo como en los mismos viejos tiempos, enriqueciendo en el proceso de manera sórdida y asquerosa a muchos aprovechados y oportunistas (esos si, apatridas), y haciendo de éste periodo de reflexión y aprendizaje, uno más perdido en nuestra historia y en nuestro bienestar colectivo.

De acuerdo estamos en que existen muchos empresarios que tienen demasiado poder en Venezuela, y que con sus acciones facilitan la manipulación mediática, tanto gubernamental como oposicionista, con términos al final ambiguos como oligarquías, burguesías y pueblos, pero esos mismos poderes económicos excesivos y abusivos los tienen todos esos empresarios sobre las prebendas obtenidas de los gobiernos y de muchos funcionarios de turno, uno tras otro. Muchos empresarios han obtenido tanto, que aún confiscándoles sus empresas, tendrían suficiente dinero para vivir como potentados toda la vida que les queda, mientras que compran todas las conciencias necesarias. Casi siempre incluso, como otra cruel ironía de las circunstancias, son ellos mismos los que mencionan los errores de los gobiernos, en sus sofisticadas ruedas de prensa, sin darse cuenta que por ser lo que son, desvirtúan cualquier verdad que por accidente, pudieran estar diciendo. No es fácil luchar contra la corriente excesivamente materialista, cuya regla de medida es el dólar predominante actualmente en el mundo; el daño esta hecho; lo importante sin embargo, es no permitir esas tendencias por mucho más tiempo, sólo con la aplicación irrestricta de la constitución y las leyes tanto mencionadas. Lo elemental en definitiva es comenzar en Venezuela; luego seremos ejemplo para otros, sin pretenderlo.

Como humano, entiendo la angustia del hombre y ciudadano que es presidente de la Republica. Hasta comprendo su uso del recurso verbal soberbio y grosero cada vez más común en él. En muchos sentidos lo hemos dejado solo, y la resultante es el rumbo tomado, independientemente de cómo lo califiquen.

Elegimos a un hombre para hacer el trabajo que urgíamos ejecutar, pero dejamos que fuera rodeado de individuos vividores, amantes del poder y del éxtasis que este produce. Los errores y tragedias, se sucederían luego por si mismas, y su incapacidad para reconocer oportunamente las desviaciones, pese a su alta investidura como presidente, se convirtió en su firma y limitación mas grande.

Fuimos tan lentos en reaccionar, que les dimos tiempo a los viejos y fracasados cuadros políticos cuartorepublicanos, es decir, a los políticos que nunca se insertaron en la quintarepublica por decisión o menos suerte que los que si lo lograron, para armarse nuevamente incluso sobre sus propios fracasos en los gobiernos anteriores. Hoy son los líderes del oposicionismo.

Recuerden que nos le habla aquí un sociólogo; tampoco un economista, y mucho menos un político. Les escribe un hombre común, que ve las cosas y las interpreta sólo con el lenguaje que los años de educación pública y una carrera de ingeniería no concluida, pudieron darle. Les pido, como en oportunidades anteriores, condescendencia para con este ser que sólo busca identificar con sencillez y humildad, lo que décadas de abusos, negligencias, injusticias y derroche, han hecho en nuestra nación.

Soy tan “producto” de las circunstancias vividas en Venezuela, como lo fue Hugo Chávez unos años antes. La diferencia es que él es Presidente y plantea un modelo externo para Venezuela, y yo soy un desconocido defendiendo una venezolanidad y una constitución, en un plano que aspiro sea, de más logros para todos.

No nos dejemos pues, asustar con el ruido que como petardos explotando, hacen palabras tales como pueblo y burguesía, revolución y partido, popular y elite, traidores o apatridas, cuando algunos manipuladores sólo buscan dividir supuestamente entre buenos y malos, identificándose ellos mismos siempre como los buenos e incuestionables. Nadie está libre de pecado en este país, como para lanzar la primera piedra y lo hemos dicho.

Mejor es entonces buscar equilibradamente, sin sobresaltos ni dudas, el aplicar la constitución, -nuestra alma escrita- y las leyes, para reconocer exaltadamente a los justos, y dejar a un lado con eficaz y oportuno castigo, a los que con sus malas acciones nos han distraído hacia una subcultura de desprecio y segregación, que nos aleja minuto a minuto de lo que somos: venezolanos y venezolanas con más nobleza de lo que creemos tener.

miércoles, 26 de mayo de 2010

El presidente da una orden y se cumple, ¿En verdad?

Los oposicionistas dirían sin dudarlo que si; los oficialistas afirmarían lo mismo. Yo sin embargo, me planteo la interrogante, y la contesto con un no.

No basta con que en una mesa ministerial, o en un Aló presidente de una orden y lo hagan; no es sencillo.

Ciertamente seria intenso, por decir lo menos, que esa afirmación de tirios y troyanos sobre la obediencia ciega hacia sus ordenes fuera cierta; intensa por sus implicaciones de subordinación a una figura administrativa, y no a la forma legal planificada y estratégica de un Estado soberano. Intenso también porque inevitablemente habría que preguntarse que si en efecto, la orden del presidente fuera palabra ejecutada al instante, por qué entonces…:

1.-No dijo desde un principio: “todo delito será castigado oportuna y rápidamente, con cada poder del Estado actuando independientemente en su acción y unidos en su misión”;

2.-No dijo: “ni una invasión de tierras o inmuebles más en esta patria; todo ha de hacerse siguiendo el orden sagrado de la ley”; “nadie puede cimentar su hogar sobre un delito, como tampoco puede haber venezolanos sin hogar, a los cuales atenderemos”;

3.-No dijo: “ni un bolívar más gastado, si no se tiene un plan estratégico apoyado por la mayoría nacional”;

4.-No dijo: “si en el referéndum se negó cualquier cambio constitucional, el tema queda muerto hasta un próximo período de gobierno”;

5.-No dijo: “Ni un secuestro más; ni un guerrillero más, ni un paramilitar extranjero más en nuestra patria atentando contra nuestro pueblo”;

6.-No dijo: “ni un rancho más; ni una adolescente embarazada más”;

7.-No dijo: “ni un empresario abusador más, pero ni un emprendedor empresarial abandonado a su suerte más

8.-No dijo: “Después de Dios, sólo la justicia y el pueblo”.

9.-No dijo: "El descontrol en la natalidad es germen de la miseria; la cotrolaremos"

Supongo que la lista de cosas que pudo decir y no son mencionadas sería enorme. Estos son sólo algunas de las preguntas que más ruido hacen en el horizonte de nuestras inquietudes. Habrá más.

El punto es que, ante la evidencia de que estas cosas no se han hecho o corregido, vale en buena lógica hacerse la contra pregunta:

¿Realmente el presidente ordena y se le obedece?

¿Será acaso que no todo el poder que se aparenta, se detenta en las manos que creemos?

¿Qué tanto es conveniencia de los que les rodean y detentan también el poder?

Bueno, y a todas estas: ¿A quien obedece el presidente?

Sólo un escenario como este permitiría justificar tantos tropiezos, y episodio truculentos e inútiles como los del 2002, incluyendo allí al golpe ridículo intentado en esa oportunidad, y al paro petro-empresarial torpe y absurdo ejecutado también en ese entonces, sin que el presidente diera muestra clara y contundente de liderazgo, corrección y optimización. Sólo esto me explicaría el por qué de tantos saltos mótales e inútiles en lo económico, con inflaciones enfermizas y devaluaciones que no benefician a ninguna industria local, o a ningún plan especifico y exitoso.

Nada se dio o se ha dado hasta el sol de hoy, y lo afirmo a sabiendas que si el ciudadano presidente me leyera, probablemente me destruiría sin misericordia en alguno de sus programas de comunicación. Pido excusas anticipadas humildemente si no es ese el caso, Sr. Presidente. La política de estado ha sido desde hace décadas, y lo hemos mencionado ya, como el oscilar de un bastón de ciego al andar por la calle, con la diferencia de que el que lo lleva no es ciego, y que un ciego no se la pasa cayéndose y culpando a los obstáculos por sus penurias.

A mí me resulta triste observar que las cosas han degenerado hasta un punto tal, que el simple y humilde análisis lógico y de sentido común de un ciudadano normal como yo, puede deshacer cualquier teoría, dogma o formula elaborada a su vez por cualquier político venezolano que pretenda defender lo indefendible: Estos últimos 70 años de vida nacional, incluidos los del actual gobierno.

Tengo la convicción que ante un ciudadano común, el presidente en un hipotético “tu a tu”, no tendría palabras para refutar nada luego de 30 segundos de discusión honesta.

Insisto: Honesta.

Y al fin: ¿Dónde está el poder?

Recuérdenlo; estamos lejos aún del verdadero poder popular: El poder de uno: uno como ciudadano; uno como venezolano capaz de mover la administración del Estado, porque resolver los problemas de los “unos”, -es decir, de cada uno de nosotros-, es resolver el problema del colectivo.

Los políticos gustan de jugar con los términos de población, muestra y universo, como si de simples estadísticas de mercadeo político se tratara y esconderse así en los recovecos de la ambigüedad: masas, pueblo, colectivo, son peligrosos en manos de ellos; es una forma de referirse a todos, sin referirse a nadie en particular. No se dejen engañar cuando un político habla y le “tutea” por TV o radio: igual no se está dirigiendo a alguien en particular, aunque nos pareciera que si. ¿Crees que miento?; bueno, trata de sentar un político para que te escuche y veras. ¿Que eso es normal y que así funciona las cosas?

En este mundo de tecnología de comunicaciones como las actuales, ¿Vas a escudar y/o excusar a los políticos con eso?

Les diré algo: Si el estado pierde el contacto con los individuos, es incapaz de trabajar los requerimientos que como colectivo puedan tener.

Recuerden lo que hemos reflexionado en el pasado: Si tu como persona no eres atendida a la hora de reclamar por ejemplo, un tubo de aguas blancas roto en la calle frente tu casa, ¿Cómo esperas que atiendan el problema que de hecho afecta a toda la cuadra donde vives?; es decir: ¿Sólo tienes “derechos” cuando haces masas o tumultos con los demás individuos? Ah!, ¿que hay que esperar que el consejo comunal o la junta de vecinos, o un funcionario publico viva allí para que arreglen eso?; entonces queridos compatriotas, déjenme decirles que si es así, vivimos en un país sordo a las peticiones del individuo, y a la suma de individuos que conforman dicho colectivo, y por eso, la esencia de nación esta mortalmente herida.

Yo mantengo que el presidente da una orden y no se cumple, sencillamente porque las esferas de poder trabajan para sus propios “Individuos” y “colectivos”, vale decir: políticos en el poder, empresarios conectados a ese poder y las burguesías tecno-administrativas y familiares de políticos en ese mismo poder; todos ellos están divorciados de nosotros, y eso evita que la administración sea efectiva, sólo logrando con ello que nos deslumbremos con dadivas y peor, con la sensación de que el hombre con poder, es nuestro amigo, estimulando con eso nuestro distorsionado sentido de democracia, y estimulando al mismo tiempo el concepto de viveza y aprovechamiento no ético de las oportunidades.

¿Creen que alguno de esos políticos, empresarios y familiares serán castigados?: Mi respuesta es NO. Seguro que muchos de esos políticos funcionarios y empresarios, lograran filtrarse exitosamente en los próximos periodos de gobiernos, manteniendo, pese a nuestra indignación, sus cuotas de poder. Romper esta pútrida cadena de eventos empero, está en nuestras manos a futuro, con cada decisión sabia que logremos tomar.

Bueno, el presidente da una orden y se cumple, ¿Es Verdad?: o ¿Será que la estructura toda del estado perdió la capacidad también de dar ordenes en sus propias jurisdicciones de atención de las necesidades de la población?

¿Oídos sordos en la administración publica?

¿Qué más explica, -por citar sólo un ejemplo-, la marea indetenible de peticiones angustiadas en el Twitter del presidente? Ahora necesita una página Web propia para atender al pueblo. (De paso, se evita la incomodidad de que el mundo entero acceda a dichas peticiones tan personales y ahora públicas)

¿No está en realidad para esa función de atención TODA LA ESTRUCTURA DEL ESTADO Y SUS FUNCIONARIOS DESDE EL PRINCIPIO?

Hay una falla estructural básica; este blog, -como otros-, se ha dedicado a identificarla, si me permiten reconocer este hecho. Bajo ningún concepto, sin embargo, busco denigrar la majestad de la presidencia de la república. En mi opinión, ese poder solo lo tiene quien detenta ese cargo.

Entiendo que el presidente aprovecha todos esos recursos tecnológicos para hacerse más imprescindible, y no más eficiente, y esto Sr. Presidente, es la verdad.

Mantengo la pregunta: ¿El presidente en verdad da una orden y se cumple?; ¿Acaso eso lo exime de culpas antes las fallas manifiestas?

Asumo que podemos ya afirmar entonces que ambas preguntas tienen respuestas negativas, lo cual no evitará que todo el aparataje oficialista y el partido formado para servirle, estén prestos a desmentir.

domingo, 23 de mayo de 2010

Cosas de sentido común.

En estos tiempos en los que se cuestiona tanto los principios que llevamos en nuestras vidas, y los que deben unirnos como nación, y frente a los cuales se menciona con tanta insistencia la incorporación de valores socialistas, revolucionarios, democráticos, capitalistas y sabe Dios cuantos más como si de un inmenso batido con leche e insípido se tratara, ya que incluso en algunas naciones originarias de ellas, como Rusia y China, los han dejado de lado en la búsqueda de estructura sociales y económicas mas eficientes para ellos, dejándonos a nosotros cuales chatarreros ideológicos, recogiendo lo viejo y abandonado a ver que hacemos con ello, y ante lo cual no se me ocurre otra manera de cuestionar lo que se nos pide aceptar, y lo que llevamos ya con nosotros, de cara a definir con qué seguiremos.

Obviamente, si me preguntan, les digo ya que por delante de todo, por encima de todo, y antes de que exista oportunidad de pensarlo y mucho menos de cuestionarlo, Dios es lo primero, siendo el principio y el fin del camino, y la expresión máxima del amor a conseguir y experimentar.

Luego, sin embargo, la lista de cosas a escribir en nuestro decálogo de acción, o menú chatarrero, según la dirección que tomen, puede tender a complicarse.

Ante esto, elijo una vía de selección simple, cargada únicamente de sentido común.

Primero, reconozcamos que tenemos una larga lista de nombres que considerar, a la hora de ponerle titulo, por llamarlo de alguna manera, a las ideas, dogmas y doctrinas a confrontar y elegir como inspiración de la que contemporáneamente queremos aplicar, y que no olvidemos, existe ya en su raíz básica aunque no la enarbolemos como bandera fundamental, a la cual hemos estado definiendo como venezolanidad.

Vayamos con los nombres: Dios, Jesús el Cristo. Simón Bolívar, Carlos Marx, Fidel Castro, Jorge Washington, El camarada Lenin, el Che Guevara, o el argentino Perón.

Hagamos las respectivas preguntas, y parafraseando al ciudadano presidente: “¡no se confunda compadre!”:

¿A quien escogerían para inspirarnos entre Dios, Carlos Marx, y el camarada Lenin?

Luego:

¿A quien escogerían para guiarnos por su ejemplo del pasado: A Jesús el cristo, al Che Guevara, a Jorge Washington, o al argentino Perón?

Por último, pero no menos importante, claro:

¿Por el esfuerzo mostrado y sus frutos, a quien escogerían como inspiración de liderazgo para nuestro país: A Fidel Castro o a Simón Bolívar?

Bien, asumo humildemente que su selección para las tres preguntas sería esta. (Recuerden que no estamos hablamos en términos necesariamente religiosos; sólo de hechos y valores):

1.- Dios.

2.- Jesús el Cristo

3.- Simón Bolívar.

“¡No se confunda compadre!”; ¡no se me vaya por la tangente del asunto! Esto es sencillo; cuestión de selección simple. Algún día tenía que hacer una selección así, sin condiciones ni supuestos más allá de las de su propio corazón. Como cuando eligió algo muy importante en su vida. Así es esta selección para el país que queremos.

Asumo que si no respondió así es porque naturalmente no es venezolano; no hay problema. Después de todo, ¡Dios y Bolívar salen en la constitución de Venezuela! Entonces, si en general estamos claros con las respuestas… ¡Entonces por qué carajo insistimos en algo distinto!

¿Cual es el empeño de traer héroes y consignas externas como si de un programa de variedades del sábado se tratase, trayendo estrellas de la farándula para entretenernos?

¡No es lo mismo ser Presidente de Venezuela que animador de un programa de farándulas!; “¡No se confunda compadre!”

Si me dicen que somos un país vacío, incapaz de optimizarnos a nosotros mismos, sin capacidad para soñar e innovar, pues entonces les doy la razón, y yo no hablaré más de este tema, para no ser enjuiciado por ir contra las decisiones de alguien en particular, con más derecho que yo a decir por donde debemos ir.

Allí se los dejo; cosas del sentido común, pues.

Ni el ciudadano presidente ni alguno de sus colaboradores cercanos lavan dólares. Pero por otro lado: ¿Qué se ha hecho con tanto dinero en este país?

(Esto a raíz de las declaraciones presidenciales del día viernes 21-5-10)

Reconozco como una profunda y necia acción de cualquier gobierno extranjero o institución exterior (no mencionaré a ningún autonombrado grupo exiliado; esos no cuentan para esta reflexión), el tan siquiera insinuar esa hipotética acción delictiva por parte del presidente de la republica. Distinto escenario podría encontrarse en otros funcionarios inferiores, sin embargo.

Y es que pese a haber tocado el tema de los recursos del estado y su administración varias veces ya, no puedo olvidar que nadie en este país pues decir con certeza, y sin mentir de manera descarada si lo intenta, cuantos recursos se han gastado efectivamente, y cuantos se han perdido en el proceso, haciendo incluso multimillonario en dólares, a incontables individuos en las últimas décadas.

Es espantoso; es terrible.

Cuando sé de algún niño fallecido en un hospital, por la ignorancia acumulada en la sociedad, o por la decidía de los mismos centros de atención, debido a la falta de recursos, siento asco y visualizo las manos ensangrentadas de más de un político, por no hacer su trabajo de manera efectiva y honesta.

Millones, miles de millones de dólares se han perdido, en los 70, en los 80, en los 90 y en esta última década. Ninguna se escapa. Nadie es libre de pecado en la administración pública. Nadie.

Es como si el dinero en forma de petróleo, fuera una fuente inagotable, saliendo por un tubo de gran diámetro desde el suelo, a presión continua, pero justo al lado de un inmenso drenaje por donde se pierde sin remedio ese oro negro, y nosotros simplemente, -como la mayoría de las naciones monoproductoras y tercermundistas-, en tantos años, solo hemos aprendido a usar los pies, con mas apuro unas veces que otras, para patear algo de ese petróleo hacia un lado y recogerlo torpemente y con eso, apenas haber levantado, construido y permitido robar lo que tenemos por “país”, por “amigos” y por “aliados” a nuestro alrededor.

Es que ha sido tanto, pero tanto dinero, que hemos perdido hace rato hasta la decencia de la que Bolívar nos hablaba; igual hemos perdido la capacidad de asombro, y ni un anciano Rafael caldera estrenando el termino “millardo” justo cuando aumentaba el precio de la gasolina para captar aún más dinero, o un Hugo Chávez asignándolo a dedo de acuerdo a su juicio, sin que se observe limites a la cantidad existente, nos inmuta.

Sin que nos tiemble el pulso para afirmarlo, ha habido dinero para asignar una casa, becas de estudio y créditos de negocios a cada familia en este país, incluso sin esperar que las pagaran. Si el dinero fuera la marca del paraíso, Venezuela es la nación que mas cerca ha estado entonces de Dios. Afortunadamente, Dios no trabaja con petrodólares, y nuestra nación, no es el paraíso; al menos para nosotros los de a pie, porque para los que abusan, roban, y calumnian, si lo es. ¿Por qué no lo vemos?

¡Dios mío! No tienen idea de cuánto petróleo/dinero se ha ido por ese drenaje; no tienen idea de cuánto se han robado, de cuanto se ha malgastado; de cuanto se ha construido y vuelto a romper para hacer de nuevo otra vez. Es como si el Mesías cristiano o de los judíos hubiera nacido en Venezuela, y en una de las plazas de Caracas lo hubiéramos crucificado, acusado de malandro, enterrado y sus restos robados para los estudiantes de medicina, así como su madre atracada cuando salía del cementerio, y todo esto para que después del fin de semana de cervezas y juerga, nos diéramos cuenta de que…es lunes y hay que seguir criticando al gobierno, ¡como si no hubiéramos crucificado a nadie!

Una cosa así de bizarra; no se me ocurre otro ejemplito más patético.

Lo peor, es que existen políticos con poder para acusarme, sin ningún tipo de prueba o justificación moral en ellos mismos, de “apatrida”, de “traidor”, de “pitiyanqui” o cualquier peyorativo que se les ocurra, por lo que aquí digo, mientras que las verdades que pudren la carne muerta de nuestros errores, sigue en nuestras narices, ya acostumbradas a la fetidez del entorno.

Lamento profundamente que el presidente no encontrara colaboradores serios, honorables, profesionales y venezolanos que le permitieran crear una etapa de crecimiento transparente y nítido en nuestra nación.

Yo aún recuerdo sus primeras cadenas televisivas, hechas por voluntad propia de los grandes canales de televisión, ante la visión fascinante de un hombre que hablaba y reaccionaba como cualquiera de nosotros frente a esa estructura de poder: Con cuidado pero con seguridad; en ellas yo me sonreía de alegría.

Las cosas no siguieron el camino que esperaba, y eso Uds. saben que es en parte la inspiración de este blog. La del sueño de una visión que es mayor que todos nosotros, pero no posible de poner en practica si no lleva la firma característica de la humildad y el anonimato de quienes sólo quieren una nación grande, para ser ellos mismos grandes también, juntos.

Recuerdo en los 90 al presidente de EEUU en su visita, junto al ya anciano Caldera diciendo que todo estaba “chévere” en Venezuela; me causó tanto desagrado como ver al entonces celebre pero ni siquiera candidato Chávez, llegando a su salida de la cárcel en los mismos años 90, a la Habana y ser recibido por un Fidel oportunista, claro de las posibilidades en juego.

¿Cuándo comprenderemos el verdadero significado de la independencia?

Muchos miles de millones de dólares han corrido por debajo del puente hacia aquel drenaje sin que la mayoría de nosotros hiciera algo; algunos reacomodos han habido: unos tienen dinero ahora, y otros que lo tenían, ya no. Sin embargo, mis amigos en aquel barrio miserable que conocí en los 90, siguen allá, hundidos en sus propias ásperas realidades. Sus hijos ahora viven en un barrio más miserable, que se fundó con una invasión unos años después, unos kilómetros más allá, más lejos de todo, menos de la desesperanza.

Sin duda hay cosas buenas, y cosas malas. Nunca negaré los logros contundentes que puedo ver; tampoco las cosas que se impidieron seguir como estaban; sin embargo: ¿Qué paso?; ¿No hemos hablado de esto muchas veces?; ¿Y las terribles malas cosas y vicios que aún siguen intactos e incluso fortalecidos?

La pregunta ingrata es: ¿Por qué si podíamos hacer cosas en una escala del uno al diez; nos quedamos en tres?

Se que construir es la consigna: mirar hacia atrás sólo para resumir los errores y enumerar las soluciones; caminar hacia delante juntos; sin embargo, porque la justicia es un equilibrio en todas las direcciones del entendimiento humano, es que debemos equilibrar las malas acciones del pasado, con los castigos justos del futuro, y no dejar que el odio o la frustración respiren por nuestras heridas al momento de estudiar nuestra historia, que no debe ser para siempre, una historia ultrajada y sin culpables.

¿Hace falta rememorar a Bolívar para comprenderlo?:

“La libertad, esa preciosa planta, no nace ni en los páramos helados ni en los ardientes arenales, sino en aquellos terrenos donde la naturaleza ha combinado sabiamente los principios del calor y del frío.”

Termino pues diciendo que el presidente no es culpable de lavado de dinero e insisto que torpe sería cualquier acusación foránea o interna al respecto; sin embargo, tampoco es “culpable” de haber “lavado” nuestra dignidad, nuestras leyes, nuestra soberanía, ni nuestra venezolanidad. Todas ellas esperan por una equilibrada limpieza, que no puede venir de un solo hombre o mujer. El río de nuestras riquezas seguirá fluyendo, pero no se si servirá para algo. Decidan Uds.

viernes, 21 de mayo de 2010

“Plan Venezuela”, o “Doctrina venezolana”; ¿Qué nombre le damos a la estrategia de aplicación de la venezolanidad y del desarrollo nacional?

Para serles francos, me parece mas profundo y relacionado con nosotros la denominación de doctrina venezolana; no queremos tener que recordar las nefastas consecuencias de un llamado plan Colombia.

Esta doctrina de la que les hablo, implica un compromiso profundo, sin mas postergaciones ni excusas, y que no vaya mas allá por cierto, de la constitución venezolana y sus leyes, sólo pretendiendo definir en forma y duración, la estrategia nacional de desarrollo integral. Perdonen que aproveche este momento para recordarles nuevamente aquello que el desarrollo endógeno no existe, -pues estaría estableciendo la existencia de un desarrollo “exógeno”- (lo contrario), y sabemos que eso sería justamente hablar del desarrollo de otros países, que a su vez tampoco podrían haberse desarrollado de manera exógena. Un circulo vicioso inútil como ven, y una manera peligrosa de cambiarle el sentido a lo que mal venia siendo, con lo cual se asume el riesgo de mantener las fallas ahora “maquilladas” con otros nombres; en otras palabras, el desarrollo endógeno en un sin sentido, refiriéndose meramente a un sinónimo del desarrollo interno y nacional, que por cierto, sólo puede depender de nuestra propia inversión, de nuestra propia inventiva y de nuestra propio control y planificación.

Olvídense de que algún país va a invertir un sólo dólar en nuestra nación si no esta suficientemente convencido o seguro de que por lo menos, se llevará 50 o 100 dólares de ganancia por cada uno traído. Sólo nuestras dadivas al exterior son hechas sin esperar más que retribuciones políticas. ¡Buenos negociantes que somos!

Volvamos a la estrategia: esta sin duda debe tener un buen nombre y un “decálogo” de acciones y motivaciones sumamente claro y sencillo, comprensible por todos. Solo así puede inmiscuirse a la población completa. Los niños deberán entenderla con claridad, llegados a la culminación de sus estudios primarios; ello se asegura sin dogmatizaciones, simplemente enseñándoles la carta básica de la venezolanidad: la constitución. Ya lo hemos comentado. Una clara exposición a los conceptos de honor, ética, Dios y justicia, hará de ellos seres capaces de decidir por si mismos, ofreciéndoles a la mayoría de ellos la posibilidad de ir rompiendo en etapas mas breves y seguidas, las cadenas de los vicios presentes.

¿Que debe incluir ese decálogo, independientemente de como lo llevemos a la practica?; cosas obvias algunas, repetidas otras (recuerden varias entradas anteriores en el blog), pero impostergables todas. Sirva lo siguiente como guía ilustrativa de lo que creo, debe suscribir (el orden numérico es irrelevante):

1.-Que no podemos hacer nada fuera de la constitución y la venezolanidad manifiesta en ella, y que por tanto, nuestra máxima meta es el bienestar colectivo mediante los mas altos valores individuales del hombre/mujer de Venezuela: Dios, amor, honor bolivariano, verdad libertaria y justicia nacional.

2.-Que no puede gastarse dos Bolívares y prestar otro adicional, si no se tiene mas que un Bolívar disponible para pagar. Debido a nuestros abundantes ingresos petroleros, será este el único proveedor de “crédito” para nuestros planes nacionales de desarrollo, sin que ello signifique bajo ningún termino convencional, gastar más de la mitad de dicho ingreso en ello, guardando el resto para posibles etapas sucesivas o extraordinarias.

3.-Que sólo el gasto social racionalmente necesario y el de desarrollo técnico industrial nacional, puede justificar inversión sin ganancia monetaria neta, a condición de que no viole el segundo postulado. Con ello se ejercerá la verdadera soberanía alimentaría, medica, electrónica y metalmecánica básica, estimulando y propiciando el diseño y la producción nacional autóctona, con el consecuente fortalecimiento de la autoestima como nación.

4.-Que únicamente al satisfacerse los cuatro pilares básicos de la estabilidad socio familiar (salud, educación, seguridad laboral y jurídica) , se podrá pensar en invertir u obsequiar recursos en el extranjero, fuera de los acuerdos legalmente ya suscritos por la nación, y tomados en cuenta por la misma constitución.

5.-Que cada hombre o mujer relacionado con la administración pública, responsable de una o más penurias colectivas o individuales en nuestro territorio, una vez debidamente juzgado, se le registrará públicamente su acción e identidad, para nunca ser olvidada, , y ello en memoria de cada desposeído que por culpa de estos infractores, no pudo prosperar en su momento, o por cada niño, adulto o anciano afectado o muerto debido a los recursos faltantes, robados o dilapidados por el infractor(es) mencionado(os), a la hora que necesitó de atención. El perfil de vida durante el trabajo en la administración del estado, de cada funcionario electo o contratado para ello, también será de dominio y consulta publica, sin fecha de caducidad para su disponibilidad. Nadie puede excusar su culpa tras el velo del olvido nacional.

6.-Nadie podrá pasar necesidad en los cuatro pilares básicos, al estar amparada ésta por los derechos humanos suscritos por la nación, para lo cual también el estado asistirá y garantizará la manera en que esa persona asistida pueda compensar al colectivo, mediante su voluntario y valioso aporte laboral.

7.- Que ante la injusticia y culpabilidad del colectivo en el manejo de la nación durante las últimas 7 décadas, una gran etapa de amnistía nacional será aplicada, exceptuando a aquellos cuyas acciones implicaran la muerte comprobada y premeditada de otros, o la dilapidación de extraordinarios recursos económicos. En ningún caso implicará el no registro y/o publicación de las consecuencias de cada acto en el que estuviesen involucrados, así como su identidad, como parte de la necesaria historia a divulgar y mantener.

8.-Todo menor de 18 estudiará así trabaje, y todo mayor de 18 trabajará así estudie, salvo los casos excepcionales establecidos por las leyes.

9.-Los trabajos relacionados a las labores de Medicina, policía/defensa, educación y judiciales, relacionados a su vez estratégicamente con los cuatro pilares mencionados, serán los mejores remunerados, fiscalizados y reconocidos, mientras dure el proceso de estabilización nacional.

Todo individuo tomado prestado para la administración publica, se le garantizará su reinserción exitosa al campo no político nacional, una vez terminada su función, a fin de evitarle “tentaciones de hurto y corrupción” durante su labor publica. Su disponibilidad a la orden de los consejos nacionales de asesoramiento a crear en el futuro, será una de las recompensas para algunos de los mas destacados individuos observados en estas y otras disciplinas fundamentales de la sociedad venezolana.

10.-Ningún cambio constitucional tendrá efecto hasta el siguiente periodo de gobierno, donde su influencia sobre los proponentes no sea mayor que para el resto de la población.

No creo que sea demasiado por hacer; tampoco creo necesario buscar a un experto en leyes o en dogmas para que sólo lo haga más complicado, rebuscado y difícil de aplicar. Me parece que nunca prosperaremos ni arrancaremos si no nos imponemos un mínimo de guías básicas capaces de ser asimiladas y ejecutadas por todos, pues benefician a todos por igual. No deben ser más de 10 directrices por cada paso nacional dado. Simple y crudo; sencillo e inevitable, sin atajos posibles. Si no lo creen, sigan esperando por el necio y soñador que en verdad se crea el paladín de la justicia, ungido por los mismísimos cielos para levantar al país de la torpe inocencia.

Los tiempos e ideas de ver a un hijo de Dios, redentor y guía de los pueblos políticos quedaron atrás hace mas de 2000 años (exceptuando a los israelíes, claro); todo lo demás, solo han sido gritos histéricos de egocéntricos que han llevado casi siempre a los pueblos a los precipicios de la locura o del tiempo mal invertido, pues al final, deben comenzar otra vez. Revisen la historia por favor. No seamos como aquel que se divorcia y luego espera en su próxima relación sentimental, -ahora si-, a la “pareja idílica”; a su “alma gemela”. Mucha gente necesita aún de un Pérez Jiménez, o de un Carlos Andrés Pérez, y aún de otro Hugo Chávez Frías. Decidan en que grupo estarán ustedes.

Si persisten en hacer eso, nos alejaremos indefectiblemente de llevar en el espíritu un solo principio doctrinario colectivo, de crecimiento libre, y no tendremos en cambio, nada de valor que contarles a nuestros hijos, aunque eso si, mucho que justificarles.

Venezuela es grande...

...Chiquitos son sólo algunos de los que viven aquí, y microscopios algunos que desdicen desde el exterior.

Una pequeña entrada, para recordarles que todo lo grande está por hacerse en Venezuela, y eso fundamentalmente, lo harán quienes viven aquí. Es emocionante ver la enorme tarea por delante de todos nosotros; es fascinante cuanto por descubrir tenemos ante cada alma viviendo en estas tierras.
A mis queridos compatriotas viviendo lejos de esta nación, les digo que siempre tendrán nuestro corazón abierto para recibirlos. Siempre serán hombres y mujeres con experiencias valiosas para incorporarse al desarrollo del país.
No tengo que referirme demasiado a quienes no son mis compatriotas, pues aún habiendo nacido aquí, se auto excluyen sin reparo, cada vez que hablan mal de Venezuela. Nunca he considerado sano ir a la casa del vecino, sentarse en su sala y hablar mal de la propia familia que dejaste en tu casa. Eso hacen algunos. Esa mala maña la tenemos, y no dudamos en disparar y torpedear nuestro propio barco, con tal de diferenciarnos de los que en esa familia, o en ese barco, se quedaron.
¿Ganamos algo con eso para el país?
Si hablas mal de Venezuela, estando en ultramar, mírate al espejo y veras a tu único enemigo. Rara vez escucharas a un extranjero hablar mal de su tierra de origen. ¿Por que tu viviendo tan lejos, lo harías?
Reflexiona.

domingo, 16 de mayo de 2010

“Aquí hay muchos hombres (y no tengo prurito en incluirme) que serían infinitamente mejores presidentes que Hugo Chávez”. Oswaldo Álvarez Paz

Las palabras ofrecidas por este viejo político venezolano, que en su momento no dudó en abandonar el mandato gubernamental que el Edo. Zulia le había dado como gobernador para lanzarse a la escucha de los cantos de sirenas políticas como ungido para la presidencia de la republica, estimuló la abstención en las pasadas elecciones legislativas y que recientemente fue puesto en libertad luego de un rocambolesco proceso de ejercicio de “justicia” convenientemente torpe y cuestionable, no visto por lo general cuando de asuntos injustos se trata con gente “común y corriente”, me inspiran a reflexionar sobre su pertinencia o no, a la hora de afirmar él que Hugo Chávez puede ser sustituido por cualquiera, y hacerlo inmensurablemente mejor.

Me veo tentado a tocar nuevamente el tema a raíz de esta reciente excarcelación, porque lo considero importante de cara a las elecciones que en dos años se darán; concatenemos éste con la entrada anterior sobre la sucesión del proceso, y veamos los resultados:

Recordarán que el asunto debemos verlo desde tres perspectivas como mínimo: primero desde el ángulo histórico; segundo, desde el ángulo de la venezolanidad, y tercero, desde el ángulo de los resultados obtenidos en el presente periodo de gobierno chavista (denominémoslo así para facilitar su análisis).

Cómo lo hemos tocado anteriormente, resumámoslo así:

1.- Histórico: Los mismos políticos que ahora dicen que cualquiera lo haría mejor que Chávez, son exactamente los mismos que estuvieron durante décadas en la escena política, liderando el proceso o llegando incluso a ser candidatos cuartorepublicanos a la presidencia. Fueron diputados, senadores, gobernadores, alcaldes, y con todo ese poder, no lograron, -por no decir quizás que no quisieron o no se interesaron-, enmendar la terrible injusticia y desorden esencialmente nacional que se tragaba al país.

¿Ahora si pueden hacerlo mejor?

¿No será que esta experiencia chavista les abrió los ojos en algún sentido aleccionador?

¿Se les podrá creer?; ¿Podremos arriesgarnos a que los mismos del pasado vuelvan?

…Ciertamente no es fácil, ¿No?

2.- Venezolanidad: Esa es en mi opinión, -y lo saben-, el fundamento de nuestros problemas; la falta de cohesión como nación, fundada sobre los valores comunes que necesariamente deben estar por encima de nosotros mismos, pues deben proyectarse hacia nuestra descendencia.

Con la nación dejándose llevar por los remeros antagonistas que reman en sentido contrario en el mismo bote, la dirigencia política, y los aspirantes a ésta, se lanzan sin cesar los mortales cuchillos que solo dejan al desnudo, sus limitaciones para efectivamente, gobernar como administradores de nuestras riquezas, y garantes de nuestra prosperidad.

El establecimiento de la “doctrina venezolana” es elemental. Cualquier viso extranjero, importado, fuera de contexto e ideologizante, supondrá dar al traste con cualquier esfuerzo en este sentido. Nuestra constitución ya contempla los preceptos básicos de la carta de la ONU; los elementos bolivarianos han de inspirar la honestidad por encima de todo, y la creencia en un Dios, la garantía final de buen camino.

3.- Resultados del gobierno de Chávez: Esto es lo más difícil de analizar, manteniéndose ecuánime y por encima de todo, venezolano.

Quiero iniciar esto haciendo unas preguntas:

¿6 años después de un intento de golpe de estado (1992), sin que nadie lograra rectificar el camino que lo propició, existía realmente una opción al triunfo de Hugo Chávez (1998)?

¿Durante los 12 años que lleva ya en el poder (1998-2010), ha existido alguna alternativa democrática capaz de mostrar y ejecutar con contundencia o éxito un plan de gobierno superior, en algún nivel?

Es un hecho histórico que toda empresa humana puede ser mejorada; no hay dudas. La gobernabilidad (*), la nacionalidad (*) y la venezolanidad (*) como tal, todas ellas están abiertas a una profundización y a una aplicación-accionar total, que no pasa únicamente por el simple gesto de manifestarlo verbalmente, aunque ciertamente se comienza por allí.

El siguiente paso a dar en nuestro país constituye esa triada (*). Solo con ella podremos fundamentar las cuatro bases sociales de las que hemos hablado. El impulso de la economía será consecuencia directa de esto, y no al revés: (Del griego oikonomos, que significa administración del hogar: oikos significa "hogar" y nemein, "administración") La próxima entrada del blog si será en donde profundice sobre una opción para desarrollar el país en términos económicos y tecnoindustriales.

Volviendo a las preguntas que formulaba, ¿Tienen la respuesta ya?

Bueno, la primera pregunta quizás la respondieron con un… “no existía opción clara; las peleas políticas de los reductos de la vieja democracia no atinaban a unificarse y sacrificar sus prebendas”

También podrían decir: “los candidatos de la época fueron todos divididos, uniéndose por conveniencia patéticamente solo al final, cuando todo estaba perdido”

El hecho irreducible fue la perdida de seis años enteros donde mucho se pudo hacer, y poco se materializo; las palabras sensatas cayeron en oídos sordos, y las acciones inmediatas a tomar, quedaron archivadas por el riesgo a la nueva Venezuela que suponían. Nadie atino; nadie lo logró. Las cartas estaban echadas: un cambio, aunque fuera aparentemente radical, era necesario.

La segunda pregunta, podrían responderla así: “¡claro que se ha logrado!; el problema es que no han dejado que los opositores lleguen al poder”. Si es así la respuesta, mejor siguen aguardando.

Mientras, escuchemos otra posible respuesta: “…No; no se ha logrado concretar una alternativa democrática, pues los elementos estructurales básicos, la constitución y la venezolanidad, han sido selectivamente manipulados a conveniencia del alcance de la visión de los actores politiqueros del momento”

Ante este escenario, las realidades se hacen patentes: miles de esperanzas sin escuchar; herramientas de crecimiento sin utilizar; dogmas en desuso y engavetados, vueltos a sacar buscando en ellos lo que nunca dieron, y lo mas perturbador: una nación que esta detenida en su venezolanidad, a la espera no de un cambio, sino de un despertar colectivo.

Entonces, y parafraseando a Álvarez Paz: “¿Aquí hay muchos hombres (y no tengo prurito en incluirme, -dice Álvarez-) que serían infinitamente mejores presidentes que Hugo Chávez?”.

Como el tiempo no puede retrocederse, tengo que decir que no importa si algún hombre lo pudo hacer mejor. Si alguno dice que lo puede hacer mejor, tendrá que demostrarlo de alguna manera constitucional, ética, venezolana y muy elocuente de aquí al 2012, insisto, sin caer en ilegalidades o estupideces propias de aquellos que se saben ajenos a la razón. Todo lo demás será únicamente un pavoneo, una alharaca de quien se sabe perdido o sin oportunidad. Lo relevante hoy es establecer que se hizo bien, y que se hizo mal, para con mucho sentido común, humildad y noción intensa de país, aplicar únicamente los correctivos necesarios, para no hacer borrón y cuenta nueva o refundar épicamente algo; únicamente para mejorar aquello que nos aproxime a esa venezolanidad que sentimos dentro de nosotros; que nos aproxime a esa verdad divina donde el amor y la justicia sean quienes preponderen sobre el todo, iluminando no a un líder, ni aun sector, sino a la constitución, y sus leyes, funcionando estas cabalmente en pos de un colectivo exitoso, enmarcados por voluntad propia en una nación llamada Venezuela.

Selección de candidatos a diputados: ¿Un abismo entre dos tendencias o abismo entre razón y error?

He visto, tras un incomodo silencio, como cada una de las mitades partidistas de Venezuela, se lanzaron a elegir candidatos: una aglutinada por conveniencia y oposicionista con todas sus aristas; la otra jerarquizada, reglamentada, ahogada ideológicamente y en el poder, y que representan poco mas o menos a la mitad de la población electoralmente activa,

Veamos a la oposición primero: comenzaron nombrando entre sus mas destacados “voceros” y “representantes” a una llamada “mesa de la unidad” que básicamente, se desgarró, destrozó y maldijo a lo interno, para seleccionar convenientemente, a unos por consenso, y a otros por elecciones primarias limitadas, a sus candidatos a las futuras elecciones legislativas, distribuyendo adecuadamente las cuotas de poder.

Perdónenme lo “grueso” de mis expresiones; no me inspiran nada menos quienes participaron y se prestaron para los resultados obtenidos ahora, y hace unos años al negarse a participar en las anteriores elecciones legislativas. Comprendo que todo esto deberíamos verlo desde una dimensión superior, favorable al análisis, con un carácter mas bien benévolo, pero no me pidan que en todo momento, sea algo más que un venezolano con frustraciones y dificultades que sortear a diario, entre el desorden de las calles y el tráfico, la delincuencia generalizada en todo nivel y las mentiras u omisiones de quienes gobiernan o aspiran a hacerlo.

Una miríada de personajes nacientes que quiso alinearse con la oposición convencional, fue arrasada por las viejas escuelas de intereses políticos; ancianos desnudos y sin vergüenza ante el colectivo, fueron escogidos como los supuestos representantes “verdaderamente dignos” (vomiten por favor, ¡no se envenenen!), de aquellos que no comulgan con el gobierno y el movimiento chavista. Craso error.

Increíblemente, la oportunidad de dejar como punta de lanza a quienes con su juventud o mejor, con su trayectoria intachable, podían mostrar un rostro esperanzador de cambios, fue lanzada al comedero de los puercos, a favor de los políticos de oficio de la cuarta y quinta republica, secundados todos por los medios de comunicación oportunistas y los personajes oposicionistas con poder, más recalcitrantes aún y prestos a cobrar sus cuotas.

En este momento, sigo previendo la derrota de la oposición en esas elecciones, en términos de lograr solo minorías, si persisten en ir divididos, pues ello será su perdición anticipada, quizás afortunadamente.

No se extrañen ante mi aspereza y casi deseo de que pierdan: mejor es aguantar un poco más la respiración, que tragar el excremento en el cual seguiríamos sumergidos. Llegará gente valiente, que con el honor de ser correctos como carta de presentación, marcarán la diferencia. Esos días irán llegando. Mientras, los animales carroñeros que revolotearon en abril del 2002, durante aquellos confusos e inútiles días, seguirán en lo alto, en todo sentido y en todo estrato político y administrativo, esperando una nueva oportunidad para reestablecer viejas estructuras de poder.

Si no le dan oportunidad a la gente honesta, a los que quieren hacer y no cuentan con los recursos de los oscuros intereses personales en venta al mejor postor, la oposición deberá seguir en el corral de los animales enfermos, separados del resto, para evitar la propagación de sus enfermedades altamente contagiosas.

Hay una diferencia ENORME entre el oposicionismo y oficialismo; sirva esta para pasar a la segunda parte: La oposición trabaja con intereses difíciles de separar en sus partes; siempre tienen sobre sus humanidades, el característico olor del pasado; no hay transparencia medible, cuantificable. El oficialismo aparentemente militarizado por su tipo de organización trabaja con poca claridad ideológica, -aunque parezca contradictorio-, pero con enorme convicción por parte de las bases, y conveniencia soterrada por parte de las clases burguesas que la lideran y que conforman su politburó: sólo siguen a su jefe y punto. “Patria socialista o muerte, ¡venceremos!”; Dios no era socialista; tampoco Jesús o el mismo Bolívar; ponerle esos conceptos a ellos es pura ficción, pero parece que eso no importa; sólo son detalles semánticos. No tienen problemas en decirlo; no importa si no se cumple cabalmente o no se entiende del todo; tampoco tienen limitaciones para vestirse de rojo, -como los de AD antes para vestir de blanco-, e ir a una concentración, a pie o en buses pagos que facilitan la marcha. La dirección a caminar es clara, porque el líder lo dice. No importa si él no esta claro, o errado. Seguirán a líder.

Ese es el oficialismo: La cúpula es una cosa, pero la base popular no te va a engañar; solo dirá lo que hallan entendido del libro recibido sin haberlo pedido, sazonado todo por la jerga coloquial del venezolano de a pie, y eso si: su activo cinismo frente a décadas de abusos y mentiras que en el fondo, solo se transforman pero no desaparecen. Para llegar a los niveles donde si percibirás cosas extrañas, mentiras e intereses económicos y de poderes particulares, deberás llegar a los cuadros medios y de elite como decíamos, pero como en el caso del oposicionismo, te será casi imposible, si no eres uno de ellos mismos, claro.

Sus elecciones, para aquellos candidatos que no van por lista “selectas”, fueron de bases amplias, y únicamente revisables y corregibles por el presidente del partido. Contaron con los recursos casi infinitos del estado, pero eso es solo un pequeño detalle. Seguramente el presidente, como decía, dispondrá algunos cambios, y decidirá la estructura final de las listas de candidatos, pero lo hará en “familia”, con la base escuchando, y ello lo hará inobjetable.

¡Por supuesto que existen los buitres que solo quieren poder!; comenzando con que muchos de ellos fueron ya los elegidos como candidatos por listas, aún antes de las elecciones internas.

No es esto por supuesto, lo que detendrá a las masas antes desesperanzadas que siguen al presidente: las sigue moviendo el deseo de adhesión a un ideal, y a un “solucionador de problemas”.

En fin, está en la mayoría de ustedes queridos compatriotas, la decisión. Evalúen con cuidado que quieren de la próxima asamblea nacional y de estos partidos con sus peculiares formas de seleccionar a sus candidatos; determinen que correlación de fuerzas será la mejor; imaginen –sólo imaginen-, escenarios totalmente opositores (con la sombra de un Pedro Carmona revoloteando por allí), y otro escenario absolutamente chavista (con mas de un líder extranjero como Fidel Castro frotándose las manos).

A veces pienso que debe haber una manera de “agarrar por el cuello” a los que resulten elegidos como diputados, para obligarles a hacer lo que el colectivo requiere, y no lo que ellos o sus “sponsors” quieran.

Voten con cabeza fría; voten pensando en nuestros hijos. Yo no podré hacerlo, porque el CNE me mató; soy uno de esos que ahora aparecen fallecidos, luego de votar en más de una ocasión en el pasado. Algún día dichas autoridades se dignarán a “revivirme”, con la documentación que les entregué. Algún día ese mismo CNE se dignará a realizar un TOTALMENTE NUEVO REGISTRO ELECTORAL PERMANENTE, que deje a un lado la terrible suspicacia que genera el actual lleno de errores, extranjeros con derecho a voto, doble registrados y demás aberraciones que no permiten nunca creer íntegramente en sus resultados. Dinero ha habido, y habrá, para hacerlo nuevo. Todo lo demás son excusas miserables para mantener la actual estructura cuarta republicana de manejo de poder y resultados, intacta. El presidente lo sabe.

Bien, quizás en términos civilizados, en términos de una sociedad que aspira a hacerse mejor, tomar por el cuello no sea la mejor opción. Piensen todo esto mientras meditan a quien eligen el día que se den esas elecciones, y como haremos que el imperio de la ley, el de la constitución, se cumpla, sin interpretaciones traídas de los pelos, y sólo favorables al colectivo.