...o de como se vanaliza el ideal de pueblo.
Este es otro tema de esos incómodos que hemos visto en acción cientos de veces, en cualquier parte del mundo.
Saben que no es extraño escuchar en voz de un político, de un gobernante, o incluso, del que acaba de invadir una parcela de tierra ajena, que tal o cual acción se hace en nombre del "bravo y soberano pueblo" .
¿Como se discute con quien quizás empuña el poder y te dice que solo su palabra es cierta porque es la "única" voz que habla en nombre del pueblo, o peor: "...del verdadero pueblo rojo rojito, o verde verdecito o color cambúr camburcito", discriminando con eso a cualquiera que no responda a ese conveniente concepto?)
Muy odioso resulta cuando sabemos, por simple sentido común, que uno o más están detrás de ese acto "desinteresado por el pueblo", justamente haciendo lo contrario: sacando alguna clase de beneficio personal e ilegal.
Responder a la anterior pregunta entonces, no es nada sencillo.
Recordemos, para empezar, lo que hemos dicho ya: Los gobiernos sólo deben administrar. La relación Pueblo-gobierno, es del tipo inversamente proporcional: Mientras menos asuma el pueblo, más asume el gobierno, trasformando al estado en servidor de este último. Si los poderes no están diferenciados, y sólo cumplen lo que un presidente en cualquier turno de gobierno "sugiere", debemos concluir que estamos ante un gobierno fuera de lo constitucional, pues al final, se hace lo que un solo hombre dicte como justo y correcto para la patria, constituyendose el mismo en pilar del funcionamiento de esa nación. Entonces: ¿Estamos en esa situación ante una inversión de los valores de lo que ya hemos hablado sobre pueblo, estado y gobiernos?
Bolivar decía:
"Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir; y al fin no existiría."
Nuestras imprecisiones conceptuales y de base sobre la constitución, están posibilitando el nacimiento y la sobrevivencia de estructuras de gobierno deformes, "contranatura" (sin alusiones a alguno en particular), inviables en el tiempo de Dios, de la justicia y del mismo pueblo.
Recuerdan igualmente cuando hablabamos de la tendencia que tienen las revoluciones a eternizarse, convirtiéndose en extrañas amalgamas (como las mezclas de metales que aplican los odontólogos...) "autojustificantes para siempre". No es que las revoluciones sean malas de por si; es que mas bien son como tornillos sin fin, que no van a ninguna parte, y como esos tornillos, terminan moliendo todo lo que caigan en ellos, dejando sólo fragmentos de los ideales y esperanzas de lo que pudo ser y no fue.
Nunca pude hablar con el ciudadano presidente para explicarle esto...
¿Quieren verlo de otra manera?: Es como estar jugando ajedrez con alguien, e independientemente de que ambos quieran aprender del otro, o solo confrontarse, sin previo aviso, llega un tercero a patear la mesa, tumbando el juego, y queriendo jugar allí, solo con sus amigos, a las barajas. Bueno, es algo así.
Las revoluciones llegan en momentos de coyunturas, donde o se elige el camino de las cabezas frias (si es que hay alguna), o el de las cabezas calientes (el mas atractivo, aunque siempre es el peor).
Yo insisto: "Lo que no resiste un análisis simple, no vale la pena ningún esfuerzo nacional".
Bolívar lograba concentrar en pocas palabras, verdades contundentes por su sencillez, y eso es lo que nos permite, tantos años después, extraer sabiduría solo con leer sus citas.
El Jesús del nuevo testamento cristiano, es quizás el mejor maestro en el arte de concretar la sabiduría y el amor en pocas palabras.
Otros grandes e insignes maestros han existido, incluso en nuestras tierras, como nuestro S. Bolívar, pero ellos no han sido razón suficiente para que nosotros decidamos abrazar con pasión ideas simples como las reflejadas en la constitución, en vez de extrañas, extranjeras y rimbombantes tesis de modas, cuyos diseñadores terminan muchas veces siendo calenturientas mentes atormentadas por la necesidad de reconocimientos...
Insistamos hasta lo último: Sólo lo básico planteado ya en la constitución aprobada, y las leyes legalmente establecidas, como piso firme donde apoyar nuestros pies, permitirá que hombro con hombro, hagamos respetar lo que como pueblo somos, y no lo que los que por encima se han querido instalar, pretenden que sea, justificando con ello sus mas viles acciones.
En un mundo donde el pecado pareciera la norma, las buenas intensiones no exoneran de los errores cometidos, y del correspondiente castigo.
No podemos permitir que se sigan haciendo cosas en nombre de nosotros, como si de un favor se tratara, porque todo lo que necesitamos, plasmado esta ya, en el alma escrita de la nación.
Estamos jugando, ya de adultos, a los héroes libertadores, y mientras, postergamos la Venezuela que nuestros hijos necesitan para enfrentar el futuro.
"Nada, sino las malas acciones, debe molestar a los hombres."
Carta al Gral. español Pedro Morillo. 30 Nov 1820.
"Quiero salir ciertamente, del abismo en que nos hallamos, pero por la senda del deber y no de otro modo"
Carta al gral. Páez. 23 Dic 1826.
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