De entrada se preguntarán a qué me refiero con esto. Quiero tocar este asunto porque he conocido a más de un ciudadano que trabajando duramente por una causa política, ha sido finalmente ignorado por quienes tenían la tarea de estimular y premiar, aunque fuera con el reconocimiento, a los que han luchado por un ideal, o por una comunidad, o por ambas cosas.
Gente que desea participar, pero que terminan siendo desplazados por aquellos que mueven “palancas” para atornillarse en los puestos remunerados disponibles o creados expresamente para atornillarlos. Estos son ciudadanos que comenzando en un trabajo político comunitario “inofensivo”, han escalado posiciones dentro del partido (club) político “x” o “z”, obteniendo de esa manera, importantes cuotas de influencia y de dinero.
Una vez más, algo que parece simple, resulta que interactúa bajo lo visible, con una cantidad de factores que permiten la aparición de estos comportamientos no éticos: la creación de nuevas herramientas de participación, llevadas de la mano ideológicamente, como las juntas comunales, desvirtuando con ello su importante labor; las diferencias sociales que se han creado entre sectores pobres y los de clases mas altas; los desempleados que encuentran en el “liderazgo comunitario”, un trabajo remunerado de más de una forma; los políticos y funcionarios que consiguen en los consejos comunales, y otras neo-agrupaciones, entes de poder altamente maleables y dirigibles; la extrema pobreza que por más medidas que se toman, no logran ponerle fecha de termino a la miseria; el crecimiento desordenado de los centros urbanos sin servicios básicos, con el consentimiento de las autoridades; la delincuencia producto de la falta de educación, valores familiares y nacionales; la falta de trabajo, y en fin, un largo etc.
Nuestros males comienzan allí, y finalmente nos lleva de regreso al mismo punto, no sin antes haber hecho del camino en círculo, un lodazal que incrementa la pena a cada paso, con cada lágrima derramada ante la injusticia reinante.
¿Cuándo entonces haremos una pausa de sabiduría, aunque sea breve, para dejar que el camino se “seque”, y con ello podamos caminar sobre suelo firme y no en círculos?
No culpemos al socialismo, ni al capitalismo, o a algún otro dogma exquisitamente elaborado, por las penurias que solo nosotros como hombres y mujeres con libre albedrío, hemos generado.
¡Basta de infantilismos, al querer culpar a algo o a alguien más por nuestras propias fallas!.
No culpen al presidente; muchos como él hay en Venezuela; era cuestión de tiempo para que llegara alguno de nosotros al poder. Todos somos producto de esta misma tierra.
Si vivimos mal por no tener dinero o por tenerlo y malgastarlo, es por nuestro consumista carácter como nación; si creemos que viviendo en comunas como hippies socialistas es mejor, es porque seguimos siendo inocentes…; nos cuesta una enormidad conseguir el equilibrio entre lo justo y el esfuerzo requerido para ello; entre el sacrificio necesario y el goce de la recompensa.
Nuestros más altos valores (altruismo incluido), no pueden seguir recibiendo las salpicaduras de barro de nuestras caídas.
Debemos ir más allá;¡Sólo siendo venezolanos podemos prosperar!
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