Aunque resulta siempre terrible observar las penurias que los eventos naturales hacen pasar a comunidades humanas en distintos lugares del planeta, y pese a no ser este tema, centro de reflexión para este blog, no puedo dejar pasar lo que aparentemente, -como siempre ocurre-, es un error periodístico por falta de investigación, mientras la masa de lectores se “come” la expresión y la noticia: El universal dice que existe riesgo de fusión en un reactor nuclear japonés afectado por el terremoto.
Permítanme corregirlos si están hablando de fusión nuclear, y con esto instarlos a pedir disculpas públicas por el error:
“Los reactores de fisión nuclear, no pueden sucumbir por una fusión”
Como no quiero atentar contra el intelecto de nadie, (fuera del de aquel que redactó la noticia), y sabiendo que ustedes sabrán bien buscar información adecuada en la web en sitios como Wikipedia y otros, aclaremos básicamente lo que es una fisión, y el universo de cosas que la separar de una fusión, en términos atómicos. (Que el núcleo de un reactor se funda por el intenso calor, es otra cosa; un fenómeno físico-químico, más bien)
Ante todo, la fisión nuclear se trata de un proceso donde ciertos átomos en la naturaleza, por su constitución, peso y energía, pueden ser “rotos”, o “divididos”, por otras partículas energéticas que colisionasen contra ellos, producción en el proceso, una liberación masiva pero determinada de energía y partículas subatómicas, que a su vez incidirán sobre otra cantidad de iguales átomos para así, en un instante finito de tiempo, y en tanto exista masa para ello, general una reacción en cadena violentísima, con la consiguiente explosión nuclear (si no es controlada como en el caso de las bombas atómicas), o la subsiguiente generación masiva de energía térmica y radiación debidamente controlada en el interior de un reactor nuclear, que puede ser entonces usada para producir energía eléctrica, por ejemplo.
La fusión nuclear, es un proceso radicalmente distinto, pues mientras el primero “rompe” átomos, el segundo, los “une”, liberando igualmente en el proceso, energía, solo que en mayor cantidad. Este es el fenómeno que origina la energía que libera el sol desde hace 4500 millones de años, y lo seguirá haciendo quizás por el mismo periodo de tiempo en el futuro (!).
Para que esto ocurra, se requiere un entorno de altísima presión y temperatura, con densidades de materia enormes, y átomos adecuados para ser fusionados a las características presentes. Estos materiales comienzan generalmente por los más ligeros, como son algunos isotopos del hidrogeno, (para los experimentos que actualmente se realizan que no reflejan ni de lejos, las condiciones reinantes en los núcleos de las estrellas), y tan solo con hidrogeno, para el caso de las estrellas que nacen.
Sin ánimo de hacer de este tema un vertiginoso carrusel de cosas complicadas, les insisto en el error que en este caso el periódico ha incurrido y que ocupa esta reflexión. Recordemos que lo que leemos, -incluidas estas palabras-, deben pasar primero por el filo de vuestro análisis crítico, y de una revisión en por lo menos dos sentidos, como aquella autopista de dos vías que les comentaba antes, donde una misma vía entonces, puede llevarnos a dos destinos radicalmente opuestos.
Nuestra humilde solidaridad como humanos, a un pueblo que está muy lejos de aquí. No se preocupen, que una fusión no tendrán, aunque penda sobre ellos en realidad, las consecuencias de una fisión nuclear mal controlada por accidentes relacionados con la contención de la radicación que guarda cada reactor.
Confiemos en su previsión y buen diseño.
Pensemos en esto cuando recordemos la pretensión de instalar una planta nuclear en Venezuela...
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