Bueno, en realidad 203.
Espero que en este periodo, no haya escrito muchas inocentadas, sueños utópicos o simples necedades de un soñador de a pie, aunque confío, -pese a ese riesgo-, haber dejado algunas verdades útiles para los jóvenes de esta amada patria.
A veces quiero escribir frecuentemente para comentar cuanta cosa pasa, pero me freno al pensar que no se trata esto de un blog de novedades tecnológicas o de algo igualmente interesante por el estilo, y que al tratarse de las realidades del país, la seriedad del caso amerita un ritmo mucho más lento y reflexivo. Me resisto entonces a apurarme, pues eso en si mismo sería contraproducente para todos nosotros, porque demostraría cuan visibles siguen siendo nuestras costuras hasta a la hora de reflexionar con cordura.
No sé cuanto aguantaré escribiendo, -insisto en esto-; quizás hasta que vea que las cosas comienzan a cambiar, o quizás hasta que me dé cuenta que comienzo a repetir incesantemente las mismas ideas.
Veremos que ocurre. Mientras, uso el supuesto billete de 200 Bs fuertes que podría entrar en circulación para ilustrar en esta ocasión. Quizás cuando llegue a las 300 entradas al blog (¡Qué optimista!), el Banco Central de Venezuela me tenga listo el billete correspondiente. ¡Dios nos ampare de eso!: Eso sería signo inequívoco de inflación enfermiza pero aún galopante.
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