sábado, 11 de diciembre de 2010

Giordani firmó acuerdo agrícola con China. (EL UNIVERSAL, 4 de diciembre de 2010)

Reflexiones varias.

El artículo de prensa, que refleja escuetamente lo realizado por el gobierno a través de la comisión que encabezaba este funcionario en la última visita a China, comienza con lo siguiente:

“El viceprimer ministro chino anunció una ayuda de emergencia por las inundaciones en Venezuela, durante la visita del ministro de Planificación y Finanzas al país asiático”

(Entiéndase algo: “ayuda”, puede ser igual a “préstamo”)

De inmediato prosigue el artículo:

“El ministro de Planificación y Finanzas de Venezuela, Jorge Giordani, finalizó hoy una visita de tres días a China en la que firmó acuerdos agrícolas y de cooperación al desarrollo”

Recuerden, “Casi con seguridad, ninguna nación regala dinero ni esfuerzo alguno, si no sabe que se verá retribuido más adelante, en forma de influencia política, negocios concretados o prestigio”.

Una vez más, nos lanzamos sin medir consecuencias, a la caza de recursos monetarios externos, con el pretexto de mejorar la actividad agrícola y pecuaria del país, entre otras cosas. Con este modo de accionar persistimos en lanzar de facto al comedero de los cerdos, toda la real capacidad productiva autóctona, todo el recurso humano excelentemente preparado que insistimos casi en desprestigiar y marginar en nuestro país, y con la misma actitud le damos la espalda igualmente a los millones y millones de dólares que por concepto petrolero entran a las arcas de la nación anualmente, y que sabemos, con un correcto manejo podrían financiar cualquier desarrollo en el país, proyectado mas allá de quinquenios. Incluso hacerlo en base a una nueva ideología, -teniendo pendiente la aplicación de la venezolanidad-, no se justifica nunca.

La palabra contradicción pareciera tener su máximo significado en Venezuela: La que se da entre nosotros y nuestros gobiernos. Tengan por seguro, queridos compatriotas, que ningún desarrollo duradero o sustentable vendrá desde el exterior, en términos materiales o ideológicos. Recuerden que cada dólar invertido por una nación extranjera en nuestro territorio, pretende llevarse por lo menos 10 o más dólares como retribución y cuidado sino otras cosas también. Lo hemos mencionado anteriormente: Seguimos abonando el terreno para algo futuro, que necesariamente surgirá de los errores presentes. Tengamos cuidado entonces en planificar cada uno de los siguientes pasos nacionales durante esta delicada siembra por comenzar.

Todo pasa por el filo del sacrificio y la perseverancia”.

Simplemente seguimos caminando en la misma dirección, con la misma cadencia de pasos, sin parecer mediar en alguna reflexión seria. La perdida de recursos, petrodólares y vidas, ha sido espantosa, y pareciera que no por ellas en sí mismas, sino por la indolencia con la que lo permitimos aún hoy, con estilos de gobiernos mas bien aficionados.

¿Cuándo lo “necesario para la nación”, en términos de experiencias requeridas para crecer, pasa a lo que denominaríamos “innecesario para la nación” y consecuentemente, a la pérdida de tiempo nacional?

Creo que el umbral que responde a esta cuestión no es claro en este momento para la mayoría, y menos aun su delimitación exacta, la que resulta necesaria para que podamos establecer hitos demarcadores entre lo que se hacía mal, y lo que debemos hacer bien.

Comencé hablando de los negocios que establecemos con la voraz China, pero no puedo tardar mucho en recalcar nuestra debilidad e incoherencia como colectivo, generadora esta a su vez de todos nuestros males.

Me impresiona como funcionarios de gobierno pueden firmar acuerdos que saben, no eran necesarios en esas dimensiones. Es impresionante como nosotros vemos lo “monumental” de lo obvio y con sentido común, mientras que los políticos parecieran que lo único “monumental” que son capaces de “ver” es cuan rimbombante y estrafalarias logran ser sus acciones y decisiones.

¿Qué hace que un humano normal, se pueda convertir en un fantasma de sí mismo en cuanto abre el cofre de la política?

¿Si un funcionario se desempeña bien durante una emergencia nacional o regional, pretenderá vivir en una emergencia permanente para poder destacar?

¿Qué hace en un funcionario con liderazgo, que de un momento brillante en su desempeño político quiera hacer un orgasmo perpetuo y aburrido?

De las naciones que hacen -o pretenden-, hacer convenios, asociaciones estratégicas o acuerdos de toda índole con nosotros, lo que debemos aprender es precisamente esa habilidad y claridad que tienen para saber que buscan para sí mismos, quitarle a eso lo morboso en cuanto a las ganancias que apetecen obtener, y aplicárnoslo en toda nuestra extensión como nación.

Un sensación ambivalente aspira invadirme al pensar en mi amada Venezuela: tristeza al ver lo que hemos tenido que pasar por la suma de nuestros errores, desde hace tantas décadas, y esperanza por las lecciones que poco a poco se han ido acumulando, en igual suma, pero esta vez de conocimientos que una vez llegado el momento de decidir, solidificarán las poderosas bases de la nación levantada sobre la venezolanidad soberana, justa y libre, -jamás libertinaria-, que solo busca la igualdad, pero no entre los hombres, sino entre los venezolanos, y aquellos extranjeros que desean ser venezolanos.

Firmemos todos un gran acuerdo. Con nuestras rubricas, hagamos una nueva acta, pero no tanto de independencia, sino de venezolanidad.

El éxito aguarda impaciente por nosotros.

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