Imposible llegar a estas fechas y no desearles lo mejor en las experiencias que el próximo años vivan. ¡Dios los guíe!
Venezuela, por enésima vez, está viviendo una navidad politizada.
A los que le celebran al ciudadano presidente todo lo que ha hecho en 12 años, mis felicitaciones por este ambiente logrado.
A los que adversan hasta morir al ciudadano presidente, llegue una mano en el hombro para ellos, y mis deseos de que no mueran de la calentura.
A los que aspiran más que los dos bandos anteriores, mis sinceros votos para que logren la calma y comprensión tan necesarias para aguardar en paz por los siguientes pasos constitucionales que en nuestro crecimiento como nación cohesionada en espíritu y personalidad necesitamos dar.
Los tiempos donde los lideres-“muletas” no serán necesarios, llegarán.
Les digo que vivir en Venezuela es un privilegio; aún en nuestras vidas llegará el momento en que podremos rememorar y enorgullecernos por el país que construiremos. Todo lo ocurrido hasta ahora, saben ustedes que eran los necesarios pasos previos. Lo grande por ocurrir, y los grandes por llevarlo a cabo, indistinguibles entre todos los venezolanos decididos trabajar y superarse, tendrán su turno para enaltecer nuestros sueños, el ideal bolivariano y nuestra venezolanidad. Solo dejen que los “sin rumbo” se estrellen, y en su reflexión, se unan con humildad a nuestra meta nacional, o se aparten para siempre.
Para todos amigos, mis mejores deseos. Independientemente de sus creencias, el buen ánimo es “excusa” maravillosa para acercarnos y ser mas humanos y sinceros. ¡Dios es grande!
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