"Ni negro ni blanco; solo estadounidense".
Si, es cierto que EEUU es la nación de la libertad, incluida la libertad para segregar y odiar por asuntos de color de piel. También es, y lo decíamos, la nación que nunca quiere olvidar sus principios constituyentes y fundacionales, los que en medio de errores y aciertos, les ha levantado como el motor del mundo en muchos sentidos.
Hoy, son nación en transición y adaptación; simplemente, no pueden mantener la hegemonía, y entenderlo les llevará más tiempo del que quisiéramos.
Su actual presidente, fruto de ese mirar hacia delante, se maneja en un entorno inestable, de rigidez estructural por algunos lados, y debilidades por otros, que sin embargo, ante la enorme extensión de aquella nación, no logran esas fallas más que resquebrajarla sin destruirla, afortunadamente.
Como decíamos, viven entre el irrefrenable impulso de los altos valores que la fundaron, y las corrientes que sus errores y descuidos han generado.
Por eso observamos como el mundo se alegró al ver a un hombre como Obama en el poder, y luego como ese mismo mundo, volvió a sus asuntos al ver que el momento de los cambios, aún no llegaban, más si avanzaba.
El golpe y cuida del presidente Obama demuestra que tan difícil resulta cambiar el statu quo en el país de la revolución americana.
Mientras, la política internacional, la están aplicando como el que no quiere despertar a alguien por hacer ruido, haciéndose con ello, casi entes inútiles antes los excesos de fuerza y las debilidades jurídicas que generan múltiples conflictos en el entorno mundial.
El mantenimiento a lo interno, de políticas de anteriores gobiernos, sin evaluar sus aspectos negativos, que siempre suman más que los positivos, demuestra el poder del stableshment, lo cual genera asistencias e incluso ingerencias del tipo “Plan Colombia”, que al mantenerse incólumes en el tiempo, satisfacen la sensación de control que sobre otros agentes mundiales, pueden de alguna manera, afectarlos a lo interno, y no necesariamente a raíz del 11 de Septiembre.
Por esta razón, nos encontramos con la paradoja que nos muestra a un presidente negro, comportándose como un blanco, aunque en el fondo, se trate sólo de un estadounidense más, tratando de hacer lo que se supone, debe hacer un ciudadano “americano”. El país donde el mundo se ve como un arco iris, pero se juzga en términos de blanco o negro.
Aún en este tiempo que vivimos, los Estados Unidos son la nación forjada por los inmigrantes europeos que vieron en tierras fácilmente conquistables, el campo donde hacer realidad algunos de los ideales que la rigidez de los siglos de historia europea, no hicieron posible allá de donde venían.
Las migraciones de todos los rincones del mundo hacia los EEUU, apenas han hecho mella sobre esta realidad. El cambio vendrá, empero.
Es un hecho innegable que si los EEUU decidieran democratizar la ONU, desmantelando los puestos permanentes, así como sus poderes de veto y privilegios en la misma, esto se daría. Si ellos decidieran marcar la pauta para llevar la paz al medio oriente, esta se daría. Israel no atacaría ni invadiría a nadie si no se supiera apoyada y alcahueteada por los estadounidenses, habiendo buscado entonces desde su nacimiento, un modo pacifico de coexistir, con los vecinos árabes, en vez de desarrollar su actual poderío nuclear, sin que un solo gobierno u organización internacional, le impusiera veto o prohibición alguna. Ironías de la diplomacia, y de los hombres. (Seguramente si los judíos fueran todos negros, otro sería el cantar del gallo, y la nación israelita, difícilmente existiría).
Si el buscar recursos minerales y energéticos, “sin mirar mucho al cómo y a sus consecuencias in situ”, no hubiera sido el método preferido para lograr sus metas, seguramente muchas naciones hoy no fueran subdesarrolladas, gobernadas por alguno que otro dictador, ni mucho menos, se dedicaran en medio de la miseria, a la siembra de una planta que una vez procesada, sirve de droga, mal pagada por quienes se las compran, y muy bien pagada por quienes la consumen con avidez y sin final aparente.
Ante si, los EEUU tienen la tarea de controlar la ambición de muchas potencias emergentes, quienes ni siquiera se detendrán en los “valores” de explotación de los estadounidenses, dejando entrever, una aún peor explotación de los pueblos débiles, sin capacidad de defenderse de sus propias ambiciones materiales.
Entre sus grandes retos estará el pasar de ser el motor consumista del mundo, a ser el motor moral y de ejemplo del mismo. Tienen el potencial para ello, igual que nosotros el potencial de darles ejemplos claros de Democracia.
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