Parece una pregunta trillada, pero no lo es ni de lejos, porque en realidad, poca gente aborda con seriedad, como planteamiento inicial de un análisis, esta cuestión, y muchísimo menos, se detienen a aceptar las causas y las consecuencias de su estadía en la primera magistratura del país.
Ya hemos mencionado en mas de una ocasión, algunos de los motivos para que un hombre/mujer, se levante como líder y presidente. Hablábamos de la pequeñez de un pueblo que se ve suplida, de esta manera, por el necesario “gran tamaño” del hombre/mujer que lidera, como si de una relación inversamente proporcional se tratase.
Comentábamos también la condición degradada en la que vivimos, donde el yo como nación se desfigura en cuanta imagen reflejada vemos en cualquier espejo distorsionado…
Y lo más obvio, pero menos aceptado: la absoluta, triste y patética situación en la que no existe un hombre/mujer capaz de levantarse aún, como alternativa elegible, con posibilidad de éxito, al actual ciudadano presidente, en este país.
¡Vamos!, ¡no sean duros conmigo!; seguramente algunos nombres les han saltado ya a la cabeza, -al mismo tiempo que quizás me llaman exagerado por decirles semejante "barbaridad"-, que con certeza para muchos, si son elegibles para la primera magistratura.
Bueno, déjenme decirles respetuosamente que quizás se equivocan.
Si dejan a un lado el apasionamiento, y analizan con cuidado los múltiples discursos que cada uno de esos candidatos han mantenido en el tiempo, verán que todos guardan en común, primero que nada, el terror a aceptar que este gobierno pueda haber hecho alguna cosa buena, limitándose ellos siempre a señalar cuantos "pecados y decisiones inadecuadas” identifican "hábilmente" hechas por el gobierno; segundo, ninguno ha sido capaz de establecer un discurso independiente al accionar diario del presidente, planteando de esa manera, ideas y visiones integrales de nación claras y unificadoras, dejando todos ellos siempre una sensación de imagen incompleta, e impersistente en el tiempo; tercero: TODOS tienen pies de barro, y no son capaces de afirmar -sin mentir-, que alguna vez, como buenos políticos, no han sido cómplices, participes o testigos de alguna "injusticia" (por decir lo menos), quedándose callados…
Por eso no dudo en afirmar, por lo que decía en las pasadas entradas del blog, que la oposición venezolana, mas oposicionista a ultranza que otra cosa en la actualidad, con su división, falta de claridad y de cohesión nacional, perderá cuanta elección se haga en los próximos tres años.
¿Me agrada que ocurra eso?: por supuesto que no. Considero que la diversidad de ideas es necesaria y vital en una democracia con rumbo firme(…). Sin embargo, el reconocer lo que puede pasar no significa ser traidor a un movimiento, de la misma forma que objetar al presidente cuando se lo merezca, no significa ser traidor a la patria.
Considero adecuado recordar, para quienes se sienten desanimados, que en Democracia, las buenas ideas nunca pierden; solo se postergan, cuando los hombres no indicados son los que gana. En algún momento aparecerá uno o mas líderes, capaces de haber aprendido de los errores que justamente has desdibujado cualquier alternativa seria de progreso nacional, mas allá incluso, de lo planteado por el Presidente en ejercicio constitucional.
Es por eso que en medio de algunas estridencias, y no pocas veces equivocado en sus decisiones fuera de contexto y de una estrategia, podemos aceptar que en el actual periodo de gobierno, muchas han sido políticas adecuadas en su esencia, únicamente distorsionadas por quienes con negligencia o incapacidad las implementan, debido sobretodo a la carencia en estos de una visión clara de país y de una venezolanidad idealizada pero necesaria.
Solo les doy un ejemplo de cosas que comienzan bien y terminan mal: ¿Había que cedular a los venezolanos aun sin documento de identidad?: Por supuesto que si; lo que no había que hacer, era regalar la cedula o el pasaporte a cuanto extranjero (a sabiendas esos mismos extranjeros de que cometían una ilegalidad...), que buscaron y aún buscan la manera de conseguir la mencionada cedula de identidad venezolana. No puede ser posible que con dinero, o con documentos de dudosa autenticidad, sea suficiente para dar la nacionalidad a un no nacido en estas tierras.
La única consecuencia de ello es prostituirnos a nosotros mismos.
Este problema, como muchos, para completar el cuadro, se perpetúan en el tiempo, sin que los correctivos se apliquen.
Un hombre verdadero, reconoce sus errores con humildad y arrepentimiento. Eso parece no existir en la política venezolana, por lo menos.
Volviendo al punto, cada uno de los candidateables a la primera magistratura del país, tiene ya alrededor de si, una amalgama de intereses forjados al calor de reuniones con la variopinta fauna empresarial, socios estratégicos y los hombres y mujeres de partido, que se convertirán algunos, en los nuevos burgueses del gobierno de turno, mientras otros, en peones no reconocidos en la lucha por un mejor país…
No se resistan; sólo acéptenlo. Pasó con los gobiernos anteriores, pasó con el de Hugo Chávez y pasará con el que venga, si no hacemos nada.
Tendríamos que releer todo lo escrito en el blog para volver a lo siguiente: El problema medular está en nosotros como individuos y como sociedad viviendo como una nación.
No hemos sido capaces de extender los valores y los mecanismos de la ley, hasta igualar y superar la escala de la sociedad misma. De esa manera, las lagunas que van quedando han propiciado especie de mutaciones, que algunas de ellas, como en la naturaleza, terminan siendo exitosas, y se transmiten a las generaciones siguientes. El problema es que muchas mutaciones terminan siendo muy malas, y aceleran la aparición del cáncer que se come a la sociedad misma.
Detengámonos un momento para recordar una verdad sobre un líder: Un hombre/mujer líder, debe ser sincero(a), y reconocer que debe haber un principio, unas metas y un final. Un líder es capaz de hacer eso; un político, no.
¿Van viendo el problema?; ¿captamos el por qué el respetable ciudadano Lic. Hugo Chávez es el actual presidente de la República?: Fue el que identificamos como el hombre fuerte que nos ofreció una visión. La mayoría de la gente que votó en ese momento, vio que los demás candidatos, eran "...más de lo mismo" de lo que hasta entonces ya aborrecíamos.
Esa decisión electoral comenzó con la injusticia reinante e intolerable ya a principio de los años 90, y nuestra mayoritariamente aceptada visión de que “un hombre con pantalones” era lo que hacia falta. Llegó el levantamiento del 92, y lo demás es historia...
Ahora, en nuestros corazones, en lo mas profundo de ellos, aún sin que nos demos cuenta, quizás sabemos que lo que en verdad hace falta, son hombre y mujeres con pantalones, pero millones de ellos; a decir verdad, por lo menos 25 millones de ellos. Es otras palabras, ¡a la mayoría en Venezuela!
¡Allí esta la solución, y la tranca!
Sencillamente, el tiempo de eso no ha llegado para Venezuela, aunque seguramente, Dios mediante, en sana paz, se acerca. Lo que nos toca es ir creciendo, evitando a toda costa seguir bailando una danza inútil, dando pasos hacia atrás, y otros hacia adelante, y ello significa conseguir y dejar que destaquen, hombres y mujeres comunes, capaces de sobresalir y guiar en momentos poco comunes.
Ningún edificio se construye de la azotea hacia abajo; ninguno se construye tampoco con todos sus pisos al mismo tiempo. Se debe forzosamente construir de piso en piso a la vez, comenzando muy abajo, en el mismo fondo. El secreto para no dejar la obra a medio camino es planificar los recursos necesarios, tener todos los planos de construcción al detalle, y mantener la constancia hasta lograrlo.
Es por todo esto que el ciudadano Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, fue electo y reelecto, sobreviviendo a un golpe incluso, y es por los años de gobierno constitucional que aún le resten, que también tiene mucho por hacer, siendo nuestro deber buscar los aciertos para optimizarlos, y los errores para corregirlos. Así de sencillo, sin más sobresaltos que los generados por las injusticias que no toleraremos, y las salidas del camino hacia cualquier cosa que no este en nuestra alma escrita de la nación.
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