Este punto tiene su origen en varios de los puntos que hemos tocado en anteriores refléxiones. Es algo que quizás ya hemos escuchado o leído en conferencias y explicaciones de aquellos que se dedican al mundo empresarial (no todo es malo en ese mundillo; solo lo es tanto como nosotros como nación permitamos que sea, al no sobreponer la leyes a sus "aspiraciones" cuando estas se desenfrenan y pierden identidad...); la planificación tiene que ver con la manera en que comenzamos a evaluar progresos desde el mismo momento en que una idea nace; el seguimiento es crucial a la hora de evaluar.
Nadie en su sano juicio, se lanzaría en una aventura comercial, si no tuviera manera de evaluar si la inversión tiene resultados positivos en un lapso de tiempo razonable, en términos de dividendos.( los amigos economistas no me crucifiquen por favor; solo soy un hombre que se basa en aquello de que... "si solo tengo un bolívar, no puedo pedir prestado uno, fiar otro y gastar tres" ). Esto por cierto, debemos reconocer que es un mal colectivo, filtrado hasta en el último funcionario público de esta querida nación. ¡Gastamos como si no existiera un mañana!.
Sabemos que si invertimos un bolívar, desearíamos recibir por lo menos tres a cambio, más o menos para: ...uno con el cual recuperar lo invertido y quizás devolverlo a quien nos lo prestó; otro para reinvertirlo en "el negocio", en el pago de empleados (que son nuestros verdaderos socios estrategícos, así como en el crecimiento o sostén de la propia empresa, y el último que usaremos para pagar nuestros gastos, acumular bonificaciones a repartir entre esos socios estrategícos, y otros aportes importantes a la sociedad.
¿Suena eso muy ambicioso?; supongo que si, si vives en un país donde Dios no es la guía máxima, y por tanto, estaríamos hablando de alguna nación lejana a lo que deseamos ser, y por la cual, justamente, estamos reflexionando en este blog.
La planificación es terriblemente difícil de aplicar en Venezuela; nos cuesta "un mundo" respetar los lineamientos acordados, primero porque nadie "los acuerda", y generalmente terminan siendo impuestos y politizados en función del gobierno de turno, lo cual los hace despreciables y fácilmente "desbaratables" en lo que otra administración llegue por la vía constitucional.
Pero la plantificación a corto, mediano y largo plazo, son elementales para progresar, y quizás el primer signo que podremos ver, como resultado de la aplicación sin desviación, de nuestra constitución y los valores que como pueblo, anhelamos expresar.
Me atrevería a sugerir, para que estemos claros sobre qué magnitud de tiempo estamos hablando, a delimitar cada una de estas planificaciones:
1.-Corto plazo: aquella que se sucede en un plazo no mayor a 2 años;
2.- Mediano plazo: la que es posible ejecutar en no mas de 5 años;
3.- Largo plazo: la que requiere no menos de casi tres periodos presidenciales (17 años) para ejecutarse.
Expliquemos el por qué de esto en cada uno:
A corto plazo requerimos 2 años, para evaluar resultados, y de existir fallas o desviaciones injustificables, porder corregirlas en el mismo período presidencial (...recuérdese que hablamos de proyectos nacionales, por lo que la escala de tiempo será esta, y que esta en vigencia: 6 años.), y/o poder revocar al funcionario elegido que no cumpliese.
A mediano plazo, necesitamos no mas de cinco años, para así decidir si el presidente en funciones, puede ser reelegido o sustituido,-nos quedaría un año para eso-, en caso de que fuese su primer período en funciones.
Por ultimo, el largo plazo, 17 años, porque eso lograría primero, obligar al mantenimiento de la estrategia/metas planificada, y segundo, permitiría involucrar en dicha planificación al siguiente presidente, minimizando de esta manera las influencias personales (¡borrón y cuenta nueva no deben existir!), en el que debe ser, el cargo más humilde de todos.
¿Que debemos planificar?; bueno, eso será un tema que tocaremos poco a poco mas adelante, y solo como introducción, porque requiere estrictamente, del aporte de todos.
El seguimiento, que tiene que ver con la evaluación de resultados, no sólo en esos plazos de tiempo, sino que incluso, en períodos mensuales, es vital, y requiere de la participación de los medios de comunicación, privados y públicos, por obligación de ley, para hacer llegar a la colectividad, los hechos crudos, y las interpretaciones abiertas a debate del colectivo. (como hacer eso ultimo, se los dejo a ustedes...).
¿Recuerdan el ejemplo de la falta de agua en una ciudad?; bien, aplicando esta filosofía de evaluación, quedaría mas o menos así:
Una vez declarado el problema, el gobierno tendría que aceptar su responsabilidad en la falla del análisis/manejo/prevención/corrección del proceso específico, con lo cual tendrá que salir alguien(algunos) de su(s) cargo(s): Sin la amenaza de la reprobación y el castigo justo, no hay esfuerzo por la rectitud. Luego, establecer un grupo de trabajo, que analice, corrija y ejecute la solución, seguido todo esto de cerca, en los medios y páginas de los periodicos y webs gubernamentales (la "sociedad civil" ya está organizada justamente en un colectivo y una administración pública idealmente transparente, asi que otras "asociaciones civiles", mas bien exóticas, no son necesarias; otra cosa quizás son las organizaciones voluntarias sin fines de lucro), de los tiempos utilizados, las soluciones, y los resultados, así como el estado final del problema original y su rectificación para evitarlo.
¿Suena complicado?; lo es, y por eso se necesita de la administración pública apegada a la ley, para buscar estrategias que hagan accesible y sin censura (a menos que de defensa de la nación se trate), la información al ciudadano interesado en validar el buen funcionamiento del país, o la denuncia en caso contrario.
Plantificación/seguimiento son un dúo inseparable, para evaluar los éxitos y fracasos, los avances y retrocesos, que nos permite establecer el status de salud del país y la nación como pueblo que es.
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