Aceptamos de antemano, que la vida de una nación, como la de una persona, esta llena de etapas; conocemos con certeza que lo vivido por cada uno de nosotros, ha servido para marcar una diferencia en la siguiente etapa que nos toque vivir; sabemos que somos un compendio de sabiduría adquirida/construida, que es aplicada o derrochada, dándole un "sabor" a cada una de esas etapas mencionadas.
Igual para la nación. Hoy en día, millones de personas están con el proceso del honorable presidente en ejecicio constitucional. Otros millones, sin embargo, lo adversan, rechazan y reprueban. (ambas partes parecieran no estar dispuestas a reconocer cosas positivas en la otra, como si ello fuera a destruir los argumentos negativos que pudieran existir). Igualmente, otros tantos millones, -los más-, no dicen nada, y siguen el día a día de sus vidas, bien porque esperan algo superior a lo presente, o bien porque no han sido capaces de comprender si todo esta bien o mal como va. Tienen su derecho todos; la constitución da cabida a todas las posturas, siempre y cuando, eso si, no signifique renunciar a la venezolanidad plasmada en la constitución de común acuerdo.Estamos claros hasta el momento, seguro.
El único juicio final es el de Dios; los demás, -los humanos-, son relativos.
Por esta razón, es imperativo que comprendamos la íntima relación causa-efecto, y la manera en que esta repercute sobre lo que vemos hoy en día.
Lo siguiente sonará odioso para un sector; -agradable para el otro-; ¡luego quizás sea al revés!:
La llamada actualmente, revolución Bolivariana, es consecuencia directa de las décadas de malas decisiones que se tomaron durante el llamado período democrático "cuartorepublicano" (usemos el termino por ahora...). Cada una de las injusticias, arbitrariedades y excesos a los que como colectivo fuimos expuestos o nos vimos involucrados, fue acumulandose, en notas secretas y a veces publicas guardadas en los corazones de todos aquellos que tenían ojos para ver lo que ocurría con cada día. Cada desnutrido, cada iletrado, cada desempleado, cada niña embarazada, cada desaparecido, cada ajusticiado, cada punto en la inflación, cada corrupto, cada viernes negro, cada botella de whisky en la mesa de los políticos ajenos al pueblo, cada cola hecha desde la madrugada para pedir algo, y cientos de "cada" más que pudiéramos mencionar, fueron tronco seco arrojado en las hogueras que ardían en los corazones de los que sentían la injusticia y la burla por cada cosa fuera de control del colectivo, dejándose colar entre las conversaciones cotidianas de los venezolanos. Cuando el ahora honorable presidente, se levanto junto a sus compañeros de armas contra el orden establecido, mediante un mecanismo "históricamente establecido" ( el golpe militar), no hizo mas que aglutinar al otro día, todas estos llamados de justicia en torno a su figura, mitificada por sus ya celebres palabras. Justo esas palabras dejaron en un segundo plano a todos los demás que se levantaron en armas, independientemente de su rol menor o mayor en la plantificación y ejecución de la acción, y solo él tuvo la oportunidad de darle nombre al proceso catalizador que caracterizó esa etapa republicana, donde la gente ya sabia que había que cambiar, pese a que, -ahora lo sabemos-, no contábamos, y no contamos, con la claridad para entender como construir lo que deseamos dejar a los hijos que tanto hemos mencionado.
Volviendo al punto de las consecuencias, a su vez, la suma a las décadas anteriores, de los eventos vividos desde el 92, convergerán para el nacimiento de una nueva etapa mas adelante.
(no negaran que estamos en la coyuntura producto del "quitarnos caretas" y ver como podemos llegar a ser los venezolanos y no venezolanos en este querido territorio...)
Humildemente, hemos hablado de que el modo de construir, fue justamente lo que planteamos en el 98-99 con la constituyente y la constitución nacida de ella y aprobada por mayoría nacional, independientemente de los detalles en pro y contra, que llegaron con ella, y que deberemos "pulir" en futuros referéndum legalmente solicitados.
Toca recordarlo, entenderlo y aplicarlo.
Viendo ahora en retrospectiva, la posible falla que "atravesó" a nuestras almas fue el endosarle a un solo individuo, la autoría de las ideas sobre lo que cambiar se requería y conocíamos, entregándonos en fe ciega e inocente, a una sola apuesta, aunque esta incluso, pudiera chocar con el orden que habíamos aceptado como justo.
Veámoslo así:
"No podemos ser como el que comienza a construir una casa para su familia, con los materiales, planos y documentos en regla, para luego, a medio camino, y ante la próxima culminación, comenzar a celebrar y derrochar los recursos con los invitados y "colaos". Ocurre entonces, que la casa originalmente diseñada y fundada sobre cimientos para tres pisos, termina quedándose en la primera planta, con una parte de la familia dividida entre reprobaciones y defensas de lo hecho, mientras el resto aguarda en silencio bajo el solido techo de ese primer piso...
Cuando se cansen de discutir y de arrojarse ladrillos que podían haber servido para seguir construyendo, se darán cuenta que quizás, lo que ha quedado, si se rediseña de manera más sabia, considerando a todos los que han participado y que viven allí, puede resultar en una vivienda sólida y acogedora, sin espacios para el derroche, pero si con lugar para la alegría y el crecimiento".
Nadie puede ni podrá discutir el lugar que el honorable presidente en ejercicio tiene en la historia de Venezuela ya. Tampoco se puede discutir las fallas que dejarán escrito con lágrimas lo que pudo ser (...pero sabe Dios por que no correspondía aún), y lo que vendrá. El futuro no está escrito de manera visible para nosotros, pero sin duda, ya desde este instante, cosas buenas y malas pueden llegar de la mano del presidente en ejercicio y del que venga.
Nos toca definir si creceremos como otras grandes naciones, aprendiendo del derramamiento de nuestra propia sangre, o lograremos dar a luz, sin mayor trauma, y por primera vez en la historia, a una nación madura, quizás la primera del planeta.
¿Idealismo desenfrenado o visión posible para gente valiente?. Le toca a Uds decidirlo. Utopía no es, tampoco aventura épica es.
El actual proceso que vivimos es absolutamente necesario para construir algo que resultara distinto a lo que vivimos antes y lo que vivimos ahora.
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