La prensa venezolana hace referencia en el día de hoy, a la entrevista que el viejo chacal político venezolano José Vicente Rangel, le hiciera al director de una encuestadora nacional.
Aunque el titular de la prensa hace referencia a como Maduro es, según Schemel, el único líder que se observa en el ambiente político venezolano, no por ello quiero dejar de aprovechar su entrevista, (que obviamente resultaría ser manipuladora y falsa para cualquiera que no esté con el oficialismo), para remarcar algunos aspectos valiosos que el comentó, y que precisamente, develan una parte importante del aspecto "desértico" que ha tomado el paisaje político de nuestra sociedad, en cuando hablamos de liderazgos nacionales, quizás como parte de una incomoda pero necesaria encrucijada para así continuar hacia otro estadio de comprensión que sugiere sin embargo, estar lejos aún por cristalizarse.
Vayamos al asunto:
Vayamos al asunto:
Caracas.- El director de la encuestadora Hinterlaces y directivo de Globovisión, Oscar Schemel, aseguró que el único líder "visible" que hay en este momento en el país es el presidente Nicolás Maduro, debido a que los venezolanos no esperan un líder carismático o buen gerente, sino cercano, "que toma decisiones para disminuir los niveles de incertidumbre".
Me iré tomando la libertad de remarcar lo que considero clave:
Ante todo, pareciera reconocer que el actual presidente ni es carismático, ni es bueno como gerente (!).
Cuando Schemel califica como de líder "visible" a Maduro, en realidad se está refiriendo a quien es el "líder fachada", (dada la adjuducación presidencial que le hizo el CNE, pese a todas las señas que evidenciaban primero, una postulación irregular, y segundo, un abuso absoluto de todo el aparataje del estado para lograr el triunfo a la fuerza), ya que desde la desaparición física de Chávez, se ha hecho obvio que el poder político en Venezuela se atomizó al perder su centro autocrático, aglutinándose posteriormente (en un proceso que sigue en acción aún hoy), en varios centros de influencia política que interactuan los unos con los otros en torno a un único "centro de interés común" (que no colectivo):
El control de país más allá de las pautas constitucionales.
Para conseguir esto, han logrado cooperar en los términos más inescrutables que pueden existir, en una especie de "chiripero 2.0" político, como el chiripero original (pero con menor pudor esta vez), que llevó a Rafael Caldera al poder para su segundo mandato en los años 90.
Es por esa razón que me atrevo a asegurar, aún contrariando las interpretaciones de Schemel, que Maduro no es líder de nada, más allá de las estructuras fragmentadas pero cada vez mas coincidentes en el poder, que Hugo Chávez permitió crecer a su alrededor como consecuencia colateral tolerable en el empeño de lograr aquel estado que de cualquier modo jamás pudo definir y mucho menos construir; así, solo él es el heredero (Maduro) a causa de sus efectivos y zalameros movimientos en torno a Chávez, (al igual que gracias a las coordinaciones estratégicas de Cilia Flores), para que lograda la bendición del altísimo revolucionario, la llegada a Miraflores fuera un hecho.
En cuanto a que los venezolanos no esperan un líder carismático o buen gerente, sino cercano, (por ser el pueblo venezolano paternalista y presidencialista), hay que decir que Schemel esta en lo correcto: La gente no pareciera tener memoria a largo plazo como para realizar juicios de valores adecuados, y por ello se lanza a la inmediatez de la solución de sus problemas, (con lo que se obvia la necesidad de establecer un compromiso nacional a largo plazo y acatable por todas las partes, basado en la comprensión profunda y la búsqueda de justicia sobre los errores del pasado), con el primer líder fuerte que les haga sombra.
La consecuencia de no cambiar lo que se hace hasta hoy, no seria más que una re-edición a perpetuidad del periodo cuarto y quinto republicano, y ello no supondría ningún beneficio, a la luz de los resultados presentes.
"Los venezolanos no están buscando culpables, sino demandando respuestas. Demandan un líder que ejecute, que anuncie el nuevo rumbo. El que había, el padre de la familia venezolana (Hugo Chávez), ya no está. Ese es el papel del nuevo líder de la revolución, de una nueva etapa de la revolución"
Considerando que desde hace mas de 10 años en general el apoyo del que gozó Chávez fue el de la mitad de la población venezolana, generalizar hacia el concepto de "todos los venezolanos", es una superficialidad que solo se comete porque alguien con mucho dinero, paga la encuesta.
No por ello, sin embargo, le puedo quitar razón en lo siguiente: La gente no busca culpables; la gente no quiere pensar; la gente no quiere comprometerse con nada: solo quiere que alguien se comprometa con ellos y sea mas fuerte que todos para hacer y poner las cosas en su lugar.
En lo que si yerra, en mi opinión, es en suponer que en esta revolución hace falta un nuevo líder, interpretando con ello que la revolución de los últimos quince años, fue realmente una revolución, y que esta es salvable.
Eso es desear seguir con el mismo saco de miserias y errores a rastras.
Si la vida fuera tan simple de remendar, no habrían tantos divorcios...
Ahora, en relación a la oposicion, creo que si la pega en buena medida:
"No hay liderazgos en este momento, como consecuencia de las estrategias guabinosas, desdibujadas, imprecisas, sin discurso, sin mensaje, sin propuesta que contribuyeron a debilitar sus liderazgos, fundamentalmente de Leopoldo López, Henrique Capriles y María Corina Machado. Se vieron desdibujados y debilitaron sus imágenes".
La gente no percibe que en la oposición, haya un proyecto o modelo. "Perciben que es una fuerza que se basa en el descontento no en el respaldo"
Consideró que la negación, por parte de la oposición, de que hay una nueva realidad, "al negar que ha habido cambios culturales profundos, siguen ofertando los mismos modelos de hace 20 años".
De Leopoldo, de Capriles o de Machado, no tengo mucho más que decir: Han demostrado que no están claros con lo que requiere el país. Particularmente Capriles, no ha podido deslastrase de su fracaso como alternativa que pudiera ganar más allá de los obstáculos que fabricó la dictadura revolucionaria.
De la MUD, decir algo es perder el tiempo ya.
¿Cambios culturales profundos?; en eso estoy de acuerdo, si lo entendemos como el nuevo nivel de desvenezolanización que hemos alcanzado producto a su vez de la internacionalización del proceso político del país, con la consecuente debilidad que se engendra al depender de centros rectores del pensamiento político de otros países. A eso añádanle la transculturización que de a poco se da en el país, producto de la inmigración incontrolada y no guiada de colombianos, y la nueva "realidad" de la que habla Schemel, en verdad estará completada. Allí si, gracias a Chávez y a los presidentes que le antecedieron.
Ahora, afirmar que Chávez logró un cambio en la mentalidad política del venezolano, es nuevamente querer congraciarse con el gobierno, mientras que se pasa por alto la complejidad del modelamiento político que la sociedad venezolana ha sufrido producto del continuo uso de la figura presidencial como la rectora y creadora de la corriente pensadora predominante, aunque casi siempre, por desgracia, por encima de la constitución.
Ya terminando su entrevista, Schemel suelta una verdad que podría servir para concluir con lo que pudiera ser, el esbozo general del reto que tenemos por delante para entender:
"Una alternativa al chavismo es una que no se declara antichavista y que propone algo mejor, superior".
La realidad aplastante al día de hoy, que no se entiende muy bien, (por no decir que nada), es la de una Venezuela que se convulsiona precisamente por la falta de liderazgo; la de la Venezuela que se arrincona y tiembla al saberse sin excusas para amenazar, gritar o señalar, buscado culpables imaginarios mas allá de sus propias fronteras. Estamos sin liderazgo, y me alegro por ello; estamos sin entender como aplicar todo lo que se dice con razón que se debe enmendar y hacer, porque eso seria como despertarnos y vernos desnudos, revolcados en vomito y excremento propio, en medio de una plaza publica atestada de curiosos, justo cuando la borrachera se nos pasa.
Debo insistir en que ni chavismo ni oposicionismo tienen la respuesta al camino que debemos seguir; solo un punto medio entre ambas concepciones, únicamente con la constitución y el apego a la verdad por luz, pueden señalar el verdadero, permanente y claro camino hacia el progreso que intuimos, nos espera allá, adelante.
Nuestra crisis conceptual política, es también nuestra crisis de valores. Recuerden esto, sin embargo: Nuestro despertar podría muy bien ser también el despertar de una nueva era para el mundo. Sigo convencido de que Latinoamerica tiene la llave de la puerta del futuro de la tierra, pero primero, cada nación debe despertar por si misma a la sobriedad y madurez que da el dejar atrás la adolescencia.
No le crean siempre a las encuestadoras; créanle a la constitución; créanle al preámbulo de la misma; busquen en ella nuestra razón de ser, busquen en Dios el sentido de la verdad; busquen en sus corazones ese agujero que aguarda por la ética del valor más grande que nosotros mismos, que debemos atesorar en ellos. No sigan buscando en otras partes fuera de nuestro real y aún no descubierto colectivo venezolano, lo que el verdadero poder de los unos, (cada uno de nosotros), puede lograr en una democracia aún por crear.
Quizás así, las cosas buenas llegarán más pronto.
Ante todo, pareciera reconocer que el actual presidente ni es carismático, ni es bueno como gerente (!).
Cuando Schemel califica como de líder "visible" a Maduro, en realidad se está refiriendo a quien es el "líder fachada", (dada la adjuducación presidencial que le hizo el CNE, pese a todas las señas que evidenciaban primero, una postulación irregular, y segundo, un abuso absoluto de todo el aparataje del estado para lograr el triunfo a la fuerza), ya que desde la desaparición física de Chávez, se ha hecho obvio que el poder político en Venezuela se atomizó al perder su centro autocrático, aglutinándose posteriormente (en un proceso que sigue en acción aún hoy), en varios centros de influencia política que interactuan los unos con los otros en torno a un único "centro de interés común" (que no colectivo):
El control de país más allá de las pautas constitucionales.
Para conseguir esto, han logrado cooperar en los términos más inescrutables que pueden existir, en una especie de "chiripero 2.0" político, como el chiripero original (pero con menor pudor esta vez), que llevó a Rafael Caldera al poder para su segundo mandato en los años 90.
Es por esa razón que me atrevo a asegurar, aún contrariando las interpretaciones de Schemel, que Maduro no es líder de nada, más allá de las estructuras fragmentadas pero cada vez mas coincidentes en el poder, que Hugo Chávez permitió crecer a su alrededor como consecuencia colateral tolerable en el empeño de lograr aquel estado que de cualquier modo jamás pudo definir y mucho menos construir; así, solo él es el heredero (Maduro) a causa de sus efectivos y zalameros movimientos en torno a Chávez, (al igual que gracias a las coordinaciones estratégicas de Cilia Flores), para que lograda la bendición del altísimo revolucionario, la llegada a Miraflores fuera un hecho.
En cuanto a que los venezolanos no esperan un líder carismático o buen gerente, sino cercano, (por ser el pueblo venezolano paternalista y presidencialista), hay que decir que Schemel esta en lo correcto: La gente no pareciera tener memoria a largo plazo como para realizar juicios de valores adecuados, y por ello se lanza a la inmediatez de la solución de sus problemas, (con lo que se obvia la necesidad de establecer un compromiso nacional a largo plazo y acatable por todas las partes, basado en la comprensión profunda y la búsqueda de justicia sobre los errores del pasado), con el primer líder fuerte que les haga sombra.
La consecuencia de no cambiar lo que se hace hasta hoy, no seria más que una re-edición a perpetuidad del periodo cuarto y quinto republicano, y ello no supondría ningún beneficio, a la luz de los resultados presentes.
"Los venezolanos no están buscando culpables, sino demandando respuestas. Demandan un líder que ejecute, que anuncie el nuevo rumbo. El que había, el padre de la familia venezolana (Hugo Chávez), ya no está. Ese es el papel del nuevo líder de la revolución, de una nueva etapa de la revolución"
Considerando que desde hace mas de 10 años en general el apoyo del que gozó Chávez fue el de la mitad de la población venezolana, generalizar hacia el concepto de "todos los venezolanos", es una superficialidad que solo se comete porque alguien con mucho dinero, paga la encuesta.
No por ello, sin embargo, le puedo quitar razón en lo siguiente: La gente no busca culpables; la gente no quiere pensar; la gente no quiere comprometerse con nada: solo quiere que alguien se comprometa con ellos y sea mas fuerte que todos para hacer y poner las cosas en su lugar.
En lo que si yerra, en mi opinión, es en suponer que en esta revolución hace falta un nuevo líder, interpretando con ello que la revolución de los últimos quince años, fue realmente una revolución, y que esta es salvable.
Eso es desear seguir con el mismo saco de miserias y errores a rastras.
Si la vida fuera tan simple de remendar, no habrían tantos divorcios...
Ahora, en relación a la oposicion, creo que si la pega en buena medida:
"No hay liderazgos en este momento, como consecuencia de las estrategias guabinosas, desdibujadas, imprecisas, sin discurso, sin mensaje, sin propuesta que contribuyeron a debilitar sus liderazgos, fundamentalmente de Leopoldo López, Henrique Capriles y María Corina Machado. Se vieron desdibujados y debilitaron sus imágenes".
La gente no percibe que en la oposición, haya un proyecto o modelo. "Perciben que es una fuerza que se basa en el descontento no en el respaldo"
Consideró que la negación, por parte de la oposición, de que hay una nueva realidad, "al negar que ha habido cambios culturales profundos, siguen ofertando los mismos modelos de hace 20 años".
De Leopoldo, de Capriles o de Machado, no tengo mucho más que decir: Han demostrado que no están claros con lo que requiere el país. Particularmente Capriles, no ha podido deslastrase de su fracaso como alternativa que pudiera ganar más allá de los obstáculos que fabricó la dictadura revolucionaria.
De la MUD, decir algo es perder el tiempo ya.
¿Cambios culturales profundos?; en eso estoy de acuerdo, si lo entendemos como el nuevo nivel de desvenezolanización que hemos alcanzado producto a su vez de la internacionalización del proceso político del país, con la consecuente debilidad que se engendra al depender de centros rectores del pensamiento político de otros países. A eso añádanle la transculturización que de a poco se da en el país, producto de la inmigración incontrolada y no guiada de colombianos, y la nueva "realidad" de la que habla Schemel, en verdad estará completada. Allí si, gracias a Chávez y a los presidentes que le antecedieron.
Ahora, afirmar que Chávez logró un cambio en la mentalidad política del venezolano, es nuevamente querer congraciarse con el gobierno, mientras que se pasa por alto la complejidad del modelamiento político que la sociedad venezolana ha sufrido producto del continuo uso de la figura presidencial como la rectora y creadora de la corriente pensadora predominante, aunque casi siempre, por desgracia, por encima de la constitución.
Ya terminando su entrevista, Schemel suelta una verdad que podría servir para concluir con lo que pudiera ser, el esbozo general del reto que tenemos por delante para entender:
"Una alternativa al chavismo es una que no se declara antichavista y que propone algo mejor, superior".
La realidad aplastante al día de hoy, que no se entiende muy bien, (por no decir que nada), es la de una Venezuela que se convulsiona precisamente por la falta de liderazgo; la de la Venezuela que se arrincona y tiembla al saberse sin excusas para amenazar, gritar o señalar, buscado culpables imaginarios mas allá de sus propias fronteras. Estamos sin liderazgo, y me alegro por ello; estamos sin entender como aplicar todo lo que se dice con razón que se debe enmendar y hacer, porque eso seria como despertarnos y vernos desnudos, revolcados en vomito y excremento propio, en medio de una plaza publica atestada de curiosos, justo cuando la borrachera se nos pasa.
Debo insistir en que ni chavismo ni oposicionismo tienen la respuesta al camino que debemos seguir; solo un punto medio entre ambas concepciones, únicamente con la constitución y el apego a la verdad por luz, pueden señalar el verdadero, permanente y claro camino hacia el progreso que intuimos, nos espera allá, adelante.
Nuestra crisis conceptual política, es también nuestra crisis de valores. Recuerden esto, sin embargo: Nuestro despertar podría muy bien ser también el despertar de una nueva era para el mundo. Sigo convencido de que Latinoamerica tiene la llave de la puerta del futuro de la tierra, pero primero, cada nación debe despertar por si misma a la sobriedad y madurez que da el dejar atrás la adolescencia.
No le crean siempre a las encuestadoras; créanle a la constitución; créanle al preámbulo de la misma; busquen en ella nuestra razón de ser, busquen en Dios el sentido de la verdad; busquen en sus corazones ese agujero que aguarda por la ética del valor más grande que nosotros mismos, que debemos atesorar en ellos. No sigan buscando en otras partes fuera de nuestro real y aún no descubierto colectivo venezolano, lo que el verdadero poder de los unos, (cada uno de nosotros), puede lograr en una democracia aún por crear.
Quizás así, las cosas buenas llegarán más pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario