Esa extraña expresión con la que comienzo, es la interpretación llana y sin enredos, -"de mi calle"-, que podríamos hacer en torno a las medidas que el gobierno del adjudicado Nicolás Maduro en Venezuela, ha tomado en represalia ante las medidas que decidiese Aruba asumir en torno a un ciudadano venezolano acusado por EEUU de narcotráfico y ayuda a fuerzas guerrilleras.
Es simple: Prohibir todo vuelo comercial o privado entre Venezuela y Aruba, de ida o de vuelta, en represalia a esas decisiones de otro país, resultan cuando menos torpes, al considerar que los principales perjudicados son los propios venezolanos varados en la isla, o embarcados en los aeropuertos venezolanos en espera de disfrutar sus vacaciones.
Quizás por ello al otro día decidieron revocarla.
Una cosa es que yo como gobierno haga la advertencia de esta medida, de un plazo de tiempo, y esté dispuesto a compensar económicamente a mis propios conciudadanos, con un tiempo de aviso prudencial, ante una medida que debería ser la ultima opción extrema a tomar, y otra cosa muy distinta, es que yo en lo que pareciera un ataque de furia descontrolada por proteger a un ciudadano, (no en un juicio justo, sino en una negación absoluta de cualquier posible evidencia en su contra), tome una medida que de entrada, afecta a mi propia gente.
Después de todo, ya las aerolíneas cobraron lo suyo, igual que los hoteles sus pre reservaciones, entre otros.
Quisiera ver esta misma enérgica reacción cuando se trata de Guyana violando el territorio Esequibo; quisiera ver esa misma indignación ante un contrabando de alimentos que no deja de desangrar al país; quisiera ver esa misma decisión de "restearse" con un pobre general, por parte del presidente adjudicado, con cada niño con cáncer de este país.
¿Por qué no lo haces Nicolás Maduro?;
¿Por qué ese "amor con temblor" por este general, mientras el resto de nosotros nos hundimos en tus estúpidas decisiones construidas sobre la basura política de la cuarta y la quinta república?
Es increíble lo que el seductor "encanto" del poder hace en los hombre y mujeres que tienen ambición de el; lo que hace un ya en puertas congreso del PSUV, o las ya visibles en el horizonte elecciones parlamentarias...
La dictadura revolucionaria del poder ambicionado por todos, continua.
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