Un buque de la armada venezolana, construido en los astilleros nacionales bajo contrato con astilleros españoles, y originalmente denominado "Tamanaco", es botado hoy al mar, según nota de prensa digital firmada por la AVN, pero renombrado como "Comandante Eterno Hugo Chávez".
Independientemente que cuestionemos o no el bautizar con el nombre de un político del actual gobierno a un barco de la armada, en contra de la linea que el mismo gobierno había establecido de llamarlos de acuerdo a los pueblos indígenas de nuestro país, el hecho es que esta acción es ejemplo de un profundo régimen autocrático, que se da el permiso de hacer lo que le convenga a un sector, mas allá de lo que más bien una a un país.
Conocido es que cambiarle el nombre a un barco es de mala suerte, -en el mundo de los hombres y mujeres de mar-; hacerlo al final de un gobierno lastimero como este, que propiciará otro repentino cambio de nombre en cuanto otra corriente política se instale en el trono de Miraflores, es duplicarle la mala suerte al buque y a su desdichada tripulación.
Eterno solo es Dios.
Comandante solo fue Bolívar
Hugo Chávez con todo y su querer hacer el bien, fue el hombre de las oportunidades perdidas.
¿No están de acuerdo conmigo?; bueno, en un país democrático, eso podría discutirse y ser votado de forma clara y legal, para luego aceptar entre todos el resultado de una mayoría, pero en Venezuela no. En este régimen dictatorial revolucionario sentado sobre el petroleo y custodiado por la esperanza no atendida de las masas, definitivamente no.
Mientras, el buque de la armada venezolana BVL-24 "Ex-Tamanaco", surcará nuestros mares transgredidos y violados por nuestros vecinos, cargando sobre el y sus costados, el nombre de un político, responsable directo de que la mitad de su flota esté varada en los astilleros de la negligencia y la corrupción.
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