Lo vienen mencionando y recién lo han declarado con firmeza: Venezuela se quiere montar en el parapeto atómico; lo podremos comprar todo, lo despilfarraremos en su mayoría, y luego veremos que hacemos con el “muerto” radiactivo.
Simplemente, mis apreciados compatriotas, no tenemos ni idea de los ingentes recursos económicos, y los enormes compromisos formales internacionales que se adquieren tan sólo al decidirse a desarrollar la industria atómica en una nación.
Los materiales son tan sofisticados, los estándares tan exigentes, y el personal tan calificado, que si acaso, lo que fabricamos nosotros dará para construir los baños y las cercas perimetrales de los complejos industriales necesarios.
Pero, ¿que por qué lo digo?, bueno, es que existen, a muy grandes rasgos, dos direcciones a seguir: comprar el paquete completo para sólo producir electricidad, y/o adquirir la tecnología básica que incluya: explotación y refinación del combustible nuclear; construcción de reactores nucleares de ciclo sencillo, instauración de centros de recepción de combustibles nucleares agotados; instalaciones de almacenamiento de desechos no procesables ni reducibles, institutos de capacitación y, … ¿debo seguir detallando?
Esta segunda opción implica que tendríamos previamente definida y planificada estratégicamente la resolución nacional de desarrollar más de un uso de la energía nuclear, sin que ello implique aspectos militares como los explosivos nucleares, pero si por ejemplo, propulsión nuclear de submarinos o barcos. (Sin embargo, me pregunto dos cosas: Primero, ¿si no hemos planificado mas allá de nuestras narices, como lo haremos para una industria tan complicada?; luego, en el apartado militar: ¿si no tenemos para mantener una “flota” de más de dos submarinos diesel eléctricos en nuestra armada, como podríamos esperar hacer más?). Entiéndanme por favor; para nada esto último es un gesto de desprecio para nuestra Armada Bolivariana, que en sus espaldas lleva la custodia de nuestras enormes fronteras marítimas, y quienes fueron los primeros en enfrentar, las agresiones que en el pasado, fuerzas navales extrajeras han hecho en el Golfo de Venezuela.
Volviendo al tema, déjenme aclarar que no estoy en contra de desarrollar estas tecnologías, ni significa que no podamos quizás tener éxito en el tema atómico. Al contrario; en lo que no puedo estar de acuerdo sin embargo, es en desarrollar tecnologías que no necesitamos con la urgencia que si requerimos de otras. Su desarrollo ulterior si es relevante y hasta necesaria, sobretodo de cara a la aplicación futura de paquetes tecnológicos de generación de energía mediante fusión nuclear, mucho mas limpia y segura, (por lo menos que los actuales reactores de fisión nuclear), pero que aún están lejos de ser comercialmente utilizable para tal fin, y si es que no surge algo totalmente distinto, y mas benigno. Ya otra cosa es que compremos algo que sabremos manejar y aprovechar, no solo tecnológicamente como decíamos, sino también colectiva e individualmente, al lograr capacitación superior y de alto desempeño de los venezolanos interesados en ello.
Es necesario recordar lo que mencionábamos hace unas semanas: Los venezolanos necesitamos inventar e innovar, para ganar autoestima nacional, y así vivir de nuestros logros, y no sólo de los logros pasados de grandes venezolanos.
Primeramente, reconozco que estoy adelantándome a los acontecimientos, puesto que debemos estar clarísimos en que construir una planta nuclear para producir electricidad, es ese paquete tecnológico completo que podemos comprar al mejor ofertante de acuerdo a la necesidad teórica que tengamos, y que ellos mismos nos construirían, activarían y operarían, y con ello lograr la electricidad que no supimos producir con las tecnologías mas sencillas, -pero comprobadas en su construcción, dominio y seguridad-, que a nuestro alcance estaban y aun lo están.
Una parte del problema es ver este asunto como los políticos lo ven: como un todo enorme y cautivante, que compra más votos que beneficios para la nación.
Si la vía termina siendo comprar el “paquetico” atómico, la pregunta obligada es: ¿la inversión y el tiempo necesario para hacerlo es más económico y sustentable en el mismo periodo que los métodos hidroeléctricos y termoeléctricos, o incluso eólicos?
Creo que desde lejos se aprecia que la respuesta seria negativa, y negativa en más de un sentido, porque la dependencia tecnológica seria enorme y total, sin contar el riesgo de accidentes letales para las poblaciones cercanas. Al final, solo nuestra capacidad de entregar dólares al proveedor del servicio, seria lo importante. Olvídense de que va a ver transferencia tecnológica significativa, o que en el plazo de 10 o 15 años, la soberanía e independencia nuclear será total. Esas serian puras mentiras.
Esta tecnología es supremamente complicada, y ni aun países como Brasil, con décadas de esfuerzos y millones de dólares invertidos en ese campo, han logrado suficiente dominio para considerarse 100% autónomos y soberanos.
Así pues que, seamos realistas sobre lo que pretenderán vendernos: solo será el paquete tecnológico para producir electricidad. Nada más. ¿El costo?; les aseguro que mucho mayor que lo que en realidad necesitamos para ser autónomos en el sector eléctrico, con una previsión de tiempo medible en décadas.
Quizás la idea vendida al alto gobierno fue el producto de algún personero del mismo, desesperado por quedar bien y destacar frente al líder incuestionable, y para ello su fumó algún periódico enrollado viejo. No imagino otra cosa.
Tristemente, mientras mas alejada está la tecnología de nuestra capacidad para entenderla y manejarla en el momento, mas dependientes del extranjero nos hacemos, y nuestra soberanía, mas comprometida queda.
Seremos nuevamente, los compradores caprichosos con la cartera llena de dinero.
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