RCTV: Una bomba de humo que confunde.

Entre los humeantes incendios de los extremistas polos de la política venezolana en que vivimos, y justo en medio de ese ambiente, el recierre de RCTV se despliega como parte del voraz incendio provocado en el clímax de las detonaciones de bombas de humo que nos lanzan para segarnos, y dejarnos de esa manera guiar por quien nos tome la mano.

Es poco lo que puedo decirles que no conozcan ya sobre esta empresa llamada Radio Caracas Televisión, y sacada del aire por lo que para muchos, fue una injusticia gubernamental.

No se puede negar que hay cariño en muchos venezolanos por esta emisora, como no se puede negar tampoco que existen intereses no muy conocidos en torno al mismo canal.

El tema de su cierre, y la continua presión sobre lo que quedó de este, a hecho que tomen un muy bajo perfil dos aspectos que se ha tendido a confundir: libertad de expresión con libertad de elección.

La libertad de expresión no se ha coartado en la misma medida en que si se ha hecho con la libertad de elección, al no poder tener opciones de recepción de información al momento de, por ejemplo, trasmisiones en cadenas nacionales por parte del gobierno, o cuando los medios privados limitan su capacidad divulgativa si no están de acuerdo con el oficialismo.

Quisiera mencionar algunos hechos puntuales, que nos pueden recordar aquello de que no todo es color de rosa en el mundo de la televisión:

1. RCTV es en esencia, una empresa con objetivos mercantiles claros, que buscaba dar beneficios monetarios a sus dueños; de hecho, la programación siempre obedeció a la ganancia neta deseada, por encima del bienestar colectivo. Eso explica el nivel de sexo, violencia, y distorsión social, que su programación era capaz de mostrar en la pantalla chica, sin importar demasiado el lenguaje soez necesario para lograrlo.

2. Por lo menos uno de los dueños de RCTV, fue en algún momento, uno de los principales hacedores de lobby para la venta de armamento a nuestras fuerzas armadas, con las consecuentes jugosas ganancias económicas en perjuicio del desempeño técnico de la misma.

3. Mientras Venevisión (El otro gran canal de señal abierta en el país), se adaptó al temperamento del gobierno, a fin de mantener el poder económico, (es decir, por simple y llana conveniencia), RCTV decidió enfrentarse con estridencia, y con fines mas ocultos que públicos al gobierno, como buscando proteger, con una hipotética victoria mediática, sus viejas influencias de la época donde ellos formaban parte del pequeño circulo de familias poderosas que dominaban muchos aspectos de la economía y la política venezolana, y esto sin detenerse a considerar el futuro de quienes laboraban allí.

4. La concesión para el uso de la frecuencia radioeléctrica escogida convenientemente por los mismos propietarios del canal en su momento, simplemente se venció, y el gobierno y el estado, no tenia por qué prolongársela. Desacertado estuvo, eso si, de parte del mismo gobierno, propiciar la creación de una emisora sobre los restos de la otra, sin ningún tipo de compensación por los equipos y sin las debidas garantías a quienes habían laborado en ella. Al final, dada las ganancias que el monopolio mediático significó durante décadas para esas familias, los verdaderos perdedores fueron precisamente, los de la masa laboral dependiente de ella.

5. Si existiera la oportunidad, con un gobierno posterior a este, ellos se apoderarían nuevamente de todos sus “derechos” y equipos perdidos o expropiados, así como de cuanta cuota de poder esté a su alcance, llegando incluso a exigir compensaciones económicas por los daños sufridos. En ese escenario, hasta los demás medios de TV no dudarían en manejar sus influencias para lograr todas las ganancias posibles.

RCTV, fue el primer canal en el corazón de los venezolanos, llegando a emitir algunos de los mejores documentales científicos y técnicos vistos en la TV venezolana. Sin embargo, fue también el primer canal en transmitir propagandas comerciales de servicios sexuales; el primero en transmitir películas con contenido pornográfico sin editar o censurar, y de los primeros, en transmitir películas y programas de alto contenido violento o sangriento, en las mañanas.

No siempre resulta bueno ser el primero…

…Cosas duras, pero no menos ciertas por eso.