domingo, 28 de febrero de 2010

…Siguiendo el ejemplo que Caracas dio.

Contemplar los eventos asociados a la capital de la república en los últimos treinta años, se torna interesante, al ser esta la cuna de cría de algunos de los mejores y peores males del país. Por eso me viene a la mente aquella parte de la letra de nuestro himno nacional, que hace mención a por lo menos, el gallardo gesto de la Caracas independentista.

La Caracas del poder, y la Caracas de la pobreza; la misma de los techos de cartón, la del Guaire fétido y el desorden hacia donde mires.

El tema del racionamiento eléctrico a nivel nacional, ha sido el más llamativo últimamente, dado que mientras muchas zonas del país se vieron a juro, con un corte eléctrico de varias horas, sin derecho a replica, en la capital simplemente no se aplicó, y cualquier argucia buscaron las autoridades encargadas para dejarla a un lado. Todo lo demás aplicado o intentado aplicar en la gran capital, resultó un eufemismo a la frase miedo a Caracas.

El 27 de febrero del 89; el 4 de febrero del 92; noviembre del mismo año. Las marchas del 2002, o la restitución del presidente luego de la estupidez de golpe, -porque ni a golpecito llegó- afortunadamente, o el triunfo incómodo para muchos, de la oposición en las últimas elecciones de alcaldes y gobernadores en parte de la gran Caracas y Miranda, son todas fechas que representan hitos en este protagonismo que ha tenido, y seguirá teniendo, esta ciudad y sus habitantes.

Es natural: ya no tanto influye la ciudad, sin embargo, por las elites familiares que viven allí tras el poder siempre, o por los intelectuales que en su valle desplegaron las mejores proclamas, sino por los millones de almas que cerro tras cerro, barrio tras barrio, se han levantado en la orfandad de una Venezuela sin rumbo claro y nítido.

De manera artificiosa, lo que pase en Caracas, repercute en toda la nación, y peor cuanto más centralizado está, no la conciencia y la rectitud, sino el mero poder.

Agréguenle a este peligroso cóctel, los intríngulis políticos en las provincias, que ha permanecido inalterado casi prácticamente, debido a los feudos de poder que en las regiones o estados, se han dado alternadamente a la sombra de esa descentralización inversa, estimulante de la rebeldía y el desgano, en vez de la esperanza y la cooperación. Parafraseando al presidente en una de sus alocuciones recientes: hay que acabar con las “republiquitas”…, que quieren copiar a la “republiqueta mayor”…; mal inadmisible de todas maneras.

Lo que ha debido ser, -y menos ahora es-, un proceso de protagonismo como nación, se perdió ante la falta de un apego resuelto a la constitución y a la inspiración que de ella emana; a esa constitución que no llevamos, por necedad, en el corazón.

Una vez más, las enormes masas humanas que habitan la gran Caracas, decidirán los siguientes pasos; Caracas sin duda marcará el compás, que finalmente dé ritmo a una alegre canción, o a una marcha fúnebre. ¿Cual será la elección?; bueno, dependerá de que tan degradado estemos como nación; la respuesta creo que sorprenderá a más de un político, al no seguir la línea ideológica y revolucionaria presente, o la línea pragmática del pasado ultraderechista.

Posiblemente en la calidad de la fibra del alma venezolana, en la venezolanidad misma, guardada en los que habitan la capital de la republica, está el camino que seguiremos. Habrá que esperar y ver.

sábado, 27 de febrero de 2010

Organizaciones multinacionales en Latinoamérica: de la atomización a la diáspora.

...A propósito de la nueva organización de estados americanos, sin USA, Canadá y todos los demás países que pecaron de caer en desgracia frente a algunos países del continente.

Unificarnos es de sabios; hacerlo «selectivamente», no lo es.

Tenemos «plomo en un ala» desde el comienzo mismo de la unificación.

Estamos claros que no se puede ir de la nada al todo de un golpe; esos poderes solo Dios es capaz de desplegarlo antes los hombres. Sin embargo, se hace evidente que, desde el momento mismo de crear una organización total en términos latinoamericanos, esto debe implicar de manera automática en las esferas diplomáticas y en los colectivos nacionales, el cede del paso de todas las demás organizaciones económicas, políticas y militares, dentro de plazos razonables de tiempo, buscando justamente un orden mas justo y pausado, alejado por cierto, de berrinches infantiles, y rencores pocos sanos, siempre injustificados por las tantas cosas ya que hemos hablado y sobre las cuales históricamente hemos hecho muy poco.

Nada de esto va a resultar sencillo, dado que algunas organizaciones han comenzado recientemente sus actividades (UNASUR, por ejemplo), y otras que ya han entrado en la senilidad (SELA por dar otro ejemplo), donde cada una tendrá grupúsculo de naciones interesadas en su existencia o desaparición. La mayoría, sin embargo, pueden fusionarse y o desaparecer como entidades autónomas, a favor de convertirse y ampliarse para ser la base de divisiones completas, veámoslo así, de la nueva organización.

Obviamente el plomo en el ala del que hablábamos, se refiere a que sin no están todos los países, entonces la organización no cumple su objetivo mas esencial. Para que los cumpla, todos las naciones deberán invariablemente, y sin excusa de tipo alguno, estar dispuestas a ceder en algunos requerimiento de casi toda índole, a fin de que las ventajas netas de adherirse a dicha organización, sea beneficiosas sin lugar a dudas o divergencias.
Hablemos sin pelos: Los países mas extremistas, tendrán que aceptar y tolerar cambios democráticos, y los países más libertinos, tendrán que aceptar restricciones; todo esto, de manera planificada, con metas y puntos de revisión, primero a lo interno, soberanamente, y luego a lo externo, hacia esa segunda y nueva «soberanía latinoamericana» que estaríamos creando de hecho. Para eso queremos la organización, ¿no?

Otra cosa: También queda en evidencia que se monta una estructura paralela a la OEA, lo cual es insostenible. EEUU es el motor en muchos sentidos de nuestro continente aún. No caigan en pensar como algunos políticos, que necesitan de la mentira para convencer y justificar. Habrá seguramente incluso, choques de criterios entre los mismos representantes de esos mismos países, dependiendo de si están en una organización en un momento, o en la otra en otro instante. Es ridículo tener dos organizaciones, y ¡ni hablar de los gastos que ello genera! Quizás sea mejor crear un núcleo dentro de la nueva organización; como un consejo de seguridad tipo ONU, pero sin ningún derecho a veto o decisión unilateral, que represente los intereses de las naciones asociadas en dicha organización, en las reuniones que con EEUU y Canadá, se efectúen necesariamente. Otra cosa sería quizás inútil. Simplemente vivimos, ellos y nosotros, en distintos «universos»...

Nos comportamos como si siguiéramos siendo el patio de EEUU y de Norteamérica en general. El patio no puede reunirse con el dueño de la casa en los mismos términos. Por eso el patio debe ser independiente; es decir: EEUU no tiene patio, ni vecinos preferenciales (caso de México, con sus tratados especiales, por ejemplo).
Algunas naciones latinoamericanas reaccionan y reaccionaran mas virulentamente a esta realidad; les da picazón e irritación oír de los estadounidenses, como si nosotros no tuviésemos ni pizca de responsabilidad ante tanta torpeza social, política, y económica. Sin duda, los extremos en el comportamiento, deben ser controlados, pues solo la ambigüedad de los extremos (si, así como lo leen; ambigüedad, analícenlo fríamente...) siempre subjetivos, desestabilizan los esfuerzos de los mas centrados y claros.

Deberemos deslastrarnos de los lados ocultos de cuanta organización se ha creado en nuestro subcontinente. De los intereses ocultos anidados allí por estadounidenses, europeos, asiáticos o los mismo latinoamericanos, a lo largo de estas décadas. Ese lado no es mas que muchas veces las reuniones de caudillos que terminan siendo muchas de ellas cuando los jefes de estados -que no dueños-, coinciden para tratar cualquier tema. Por esa razón es que la creación de la nueva organización, tiene visos de superficialidad: no se ha explicado, ni mucho menos interiorizado en los colectivos nacionales, las implicaciones de esto.

Ello justamente permite que países como Cuba, se paseen en la organización como si no rompieran un plato, y naciones como Honduras, ni se les contemple, debido a que fueron execradas de ellas no por propiciar invasiones a otras naciones como en su momento lo fue Cuba, sino, por reaccionar internamente a desviaciones constitucionales.

Entiéndanme por favor; Ambas naciones deben estar dentro, pero solo si a partir de ahora, realizaran esfuerzos para unificar los criterios de derechos, deberes y formas de gobierno, junto con cada una de las restante naciones involucradas. Si no se hace así, no tiene sentido alguno la organización recién creada, ni ninguna de las existentes, y mas resultaría ser, allí si, un mero club de caudillos y gobernantes de turno, forcejeando para ver quien influye o resalta mas.
Caso a estudiar es también el de las naciones angloparlantes, o más exactamente, más próximas a los países europeos o a EEUU, en términos de cultura o asuntos político-económicos.

Es un poco como en Venezuela, y seguramente en los demás países: lo obvio, se deja en el aire, como un éter que no se ve, ni se huele, ni se siente: los altos valores constitucionales de cada nación, que están sobre la cabeza de todos los políticos, y que sin embargo, se rehúsan a despojarse de sus liderazgos e influencias. Esas reuniones y organizaciones funcionan cuando son puestas en práctica por funcionarios servidores públicos de cada nación, y no por lideres-caudillos políticos, pendientes de sus parcelas de poder o de sus épicas epopeyas de gobierno para la historia de todos los tiempos, como hemos venido mencionando. Vanaglorias por el estilo, son las que permiten los retrocesos y los cambios de rumbos inconsultos, débiles estructuralmente, y dilapidantes siempre de tiempos y recursos colectivos nacionales.

Si vamos a embarcarnos en una única organización total, que sea en serio, sin paralelismos innecesarios, sin diatribas inútiles, y sin «enemigos mortales imperiales» a vencer y pulverizar, como si de una Star Wars de petróleo y bananas, se tratase, que no sea aquel conjunto de parásitos mentales y sociales internos en nuestros pueblos. De esa manera quizás, y solo quizás por primera vez, podamos unificar nuestros futuros, como naciones integradas por mas cosas buenas y aceptadas por Dios, que ningún conjunto de naciones en otra parte del mundo, en toda la historia vivida.

martes, 23 de febrero de 2010

Cuestión de óptica: Venezolanidad «borrosa», Vs. chavismo «nítido»; ¿Qué hace mas daño?

Tema «peliagudo» en nuestro país, como diría un amigo. Lo cierto es que existe, y sus orígenes están íntimamente ligados al desarrollo social del país. Pudo llamarse chavismo, u oposicionismo, o fulanismo, o como prefieran definirlo, pues lo importante es el fenómeno en si, y las filosas aristas que la débil Venezolanidad, han dejado en nuestro territorio y colectivo.

Este tema es irremediablemente recurrente, y saben que necesario es hacerlo así, pues nuestra condición de venezolanos, de nación, está mas que nunca erosionada, arrastrada, digámoslo así, por la debilidad de todo el conjunto que nos forma, hacia una amalgama sin sentido por ahora, de pensamientos y sentimientos como país.

Una de las cosas nefastas en esta relación causa-efecto del desenfoque en el que vivimos, es la de haber emprendido esta «ruta revolucionaria y libertaria de los pueblos latino americanos, … y todo eso», justamente como lo hicimos, estando aún seriamente fracturados como nación, y más que haber querido resolver en el camino este problema, -muy malo ya de por sí-, terminamos, quizás adrede, lanzándonos a esta aventura mas torpe que épica, asimilando en el proceso, como esponja seca, toda el agua estancada que en el camino encontramos.

Como en el cristianismo por ejemplo, no podemos ser portadores de la buena nueva, si en nuestro corazón de nación, esa verdad no está ya sembrada. El enfoque, la nitidez, es determinante. La misma analogía anterior se aplica a la «inversión monetaria» o regalo de dinero que a otras naciones simpatizantes o interesadas e nuestro comportamiento, continuamente hacemos, pese a las carencias que en nuestra propia tierra aún no son atendidas; a la construcción de casas, carreteras y otras obras de infraestructura en el exterior, faltando por terminar muchas aquí, o lo que ha sucedido con la laxa manera de entregar la nacionalidad venezolana -por cédula de identidad o pasaporte-, a cuanto extranjero esté dispuesto a sobornar y engañar para obtenerla, o los que de ellos, no tengan honor para entonces aceptarlas a cambio de favores electorales, en su momento requeridos.

Todo sin embargo, -y no busquen otra explicación-, gira sobre nuestras propias debilidades, y no sobre las ventajas que otros fuera de nuestras fronteras, o ya dentro de ellas, puedan sacar. No dudo que tenemos riqueza material para que bien administrada, pueda servir para paliar la miseria de muchos pueblos pobres en este mundo, donde podríamos permitirnos la injerencia única de ayudarles a buscar la prosperidad. Eso lo hemos mencionada ya. Pero ese no es el caso: Nuestra riqueza ni siquiera nos ha liberado de la pobreza «autóctona».

Una vez más, la sencillez en la reflexión, nos da la solución sencilla:

«Administrar con Dios y la justicia como cielo, nuestras riquezas, y fortalecer las cuatro bases fundamentales en el bienestar del pueblo venezolano: Seguridad, Educación, Trabajo, Salud»

Ahora, la resolución para aplicar única y exclusivamente la constitución vigente y las leyes, es la primera enorme meta a alcanzar. Castigar sin tardanza al infractor, al mismo tiempo que se apoya al oprimido para que se levante y libere de décadas de vagar sin rumbo, sin más pretexto, rostro o nombre que el de Venezuela, será el segundo paso decisivo.

No podemos seguir siendo espectadores silenciosos de esta distorsión en la cual, los gobernantes utilizan los recursos del estado venezolano para promocionarse ellos mismos. NINGUNA OBRA O ACCION debería tener mas nombre que el de estado venezolano, ni mas imagen que la de la bandera de Venezuela. ¡De eso se trata!: Cada vez que incluso una ambulancia, tiene mas dinero invertido en ponerle la cara del funcionario que la tramitó o la del funcionario mayor al que el funcionario menor quiere jalarle y hacer feliz, que en los mismos equipos y servicios, le estamos dando una puñalada a la dignidad y rectitud del país. Las carreteras, hospitales, embalses, plantas eléctricas, puentes, edificios, casas y cuanta cosa se les ocurra, no fueron hechas por el fulano funcionario público; ¡lo fueron por el constitucional estado venezolano!

Por supuesto, en una Venezuela desenfocada, ese tan «pequeño» detalle, no se logra «ver»; percibimos solo a lo que vemos como más grande que nosotros.

Allí comienza la pseudo divinidad del líder, al erigirse como la mega figura que podemos ver; a aquel papá al que no tenemos que pedirle la bendición, como decíamos hace unos días.

A estas alturas, por cierto, se preguntarán qué es aquello otro del chavismo «nítido» que hablaba al principio; bueno, primeramente... ¡espero que esté claro lo que es la «Venezolanidad desenfocada»!

Si no es así, ¡mejor cerramos el negocio y se lo alquilamos a otro...!

Ya hablábamos del líder, y del chavismo nítido, que por supuesto, guardan intima relación, al ser la fortaleza, arrastre y habilidad del actual ciudadano presidente de la república, la clave para definir lo que he llamado chavismo nítido, y a su vez, ver como ello es consecuencia en realidad, de la debilidad del concepto de Venezolanidad.

Es ciertamente muy delicado a mi parecer, trabajar estas ideas, pues lo que nos forma como venezolanos, está tan entretejido y finamente hilado, como lo está una manta, o un tapiz, de alguna de tantas ancestrales culturas.

Hilos gruesos con hilos finos, a la vez que hilos buenos, con hilos malos y podridos; algunos colores son intensos, mientras que otros se destiñen con rapidez. En ciertas partes de la tela venezolana, algunas partes están bellamente diseñadas de antemano; otras, en cambio, muestran improvisaciones tras improvisaciones, sin que un patrón de hilado sea casi posible de definir.

Lo que quiero decir es que el chavismo es nítido, porque depende de un solo criterio, de una sola inspiración guiada y orientada por Hugo Chávez, independientemente de los factores o personajes que a su vez influyan en él. Esa nitidez por liderazgo es aceptable en el fondo, como movimiento político particular y es hasta natural, porque de manera espontánea, la gente lo sigue y confronta otras ideas (en términos sanos, claro). Lo que esta mal es que esa nitidez de liderazgo y personalista, quiera ser impuesta como la medida referencial absoluta para lo que nítido, debe ser, ante la falta de la verdadera: la nitidez nacional. ¿Comprenden hacia donde vamos?; Es como si una persona no esta definida en lo que es, y se deja llevar por cualquier tendencia de comportamiento ajena a él; la necesidad de sentirse asociado a algo, es superior a la vacuidad en el ser humano. Pues bien, allí en ese instante, cuando un enfoque personal se impone sobre el colectivo, cuando la Venezolanidad se desenfoca aun más, comienza a nacer en ese proceso dos fenómenos: uno que hace resurgir en la memoria de quienes la tienen, la imagen mas nítida posible que de Venezuela han tenido, y el otro por simple contraste, es el que va naciendo en los que no cuentan con esa imagen definida, por juventud o descuido, y deben por captación de los valores transmitidos verbalmente, de los valores que Dios les inspire, y por lo que en el crudo vivir diario, descubren como negativo y positivo, crear entonces la imagen correcta y armoniosa de lo que en realidad nos hace venezolanos.

Ese proceso está en evolución en este instante, en todos nosotros como mayoría sensata que somos y aún no lo sabemos; por eso les he comentado que el tiempo esta a favor de la verdad, del hombre libre, del que como un colectivo cada vez mas homogéneo, busca en el horizonte su significado, y su conexión con Dios. Por esa razón, este no es el peor momento que ha vivido la nación, sino quizás, el mejor hasta ahora experimentado. Insisto: No porque exista un líder en particular en este momento, sino porque el conjunto de eventos históricos y contemporáneos que nos han llevado a un momento de decisiones importantes.

No olvidemos que el «limbo existencial como nación» si existe, como lo hace también la mediocridad y la mala intención.

Una gama infinita de posibilidades, por la dificultad para medirla, existe entre lo primitivo y grotesco, y lo sublime e inspirador. Nos toca como personas, y mas adelante como colectivo, establecer donde esta cada uno en esa escala, superarse a si mismo y ubicar donde estamos como nación, para entones llegar a ese mejor momento de la historia de Venezuela, donde establezcamos hasta donde queremos llegar como nación, con contundencia y nitidez.

La nitidez del líder descansa en realidad sobre el desenfoque de la venezolanidad, y ambas justifican la razón de ser del otro, en un abrazo de degradación continuada, como las viejas y malas películas que pasan en cine en horario continuado

Se sueña con lo que puede ser, para vivir inspirados mientras se camina hacia esa visión.

Sobre Venezuela nadie; sólo Dios y la justicia.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Una vía alternativa para gastar más dinero en el campo eléctrico del país, siguiendo la “cartilla” capitalista: La energía nuclear en Venezuela

Lo vienen mencionando y recién lo han declarado con firmeza: Venezuela se quiere montar en el parapeto atómico; lo podremos comprar todo, lo despilfarraremos en su mayoría, y luego veremos que hacemos con el “muerto” radiactivo.

Simplemente, mis apreciados compatriotas, no tenemos ni idea de los ingentes recursos económicos, y los enormes compromisos formales internacionales que se adquieren tan sólo al decidirse a desarrollar la industria atómica en una nación.

Los materiales son tan sofisticados, los estándares tan exigentes, y el personal tan calificado, que si acaso, lo que fabricamos nosotros dará para construir los baños y las cercas perimetrales de los complejos industriales necesarios.

Pero, ¿que por qué lo digo?, bueno, es que existen, a muy grandes rasgos, dos direcciones a seguir: comprar el paquete completo para sólo producir electricidad, y/o adquirir la tecnología básica que incluya: explotación y refinación del combustible nuclear; construcción de reactores nucleares de ciclo sencillo, instauración de centros de recepción de combustibles nucleares agotados; instalaciones de almacenamiento de desechos no procesables ni reducibles, institutos de capacitación y, … ¿debo seguir detallando?

Esta segunda opción implica que tendríamos previamente definida y planificada estratégicamente la resolución nacional de desarrollar más de un uso de la energía nuclear, sin que ello implique aspectos militares como los explosivos nucleares, pero si por ejemplo, propulsión nuclear de submarinos o barcos. (Sin embargo, me pregunto dos cosas: Primero, ¿si no hemos planificado mas allá de nuestras narices, como lo haremos para una industria tan complicada?; luego, en el apartado militar: ¿si no tenemos para mantener una “flota” de más de dos submarinos diesel eléctricos en nuestra armada, como podríamos esperar hacer más?). Entiéndanme por favor; para nada esto último es un gesto de desprecio para nuestra Armada Bolivariana, que en sus espaldas lleva la custodia de nuestras enormes fronteras marítimas, y quienes fueron los primeros en enfrentar, las agresiones que en el pasado, fuerzas navales extrajeras han hecho en el Golfo de Venezuela.

Volviendo al tema, déjenme aclarar que no estoy en contra de desarrollar estas tecnologías, ni significa que no podamos quizás tener éxito en el tema atómico. Al contrario; en lo que no puedo estar de acuerdo sin embargo, es en desarrollar tecnologías que no necesitamos con la urgencia que si requerimos de otras. Su desarrollo ulterior si es relevante y hasta necesaria, sobretodo de cara a la aplicación futura de paquetes tecnológicos de generación de energía mediante fusión nuclear, mucho mas limpia y segura, (por lo menos que los actuales reactores de fisión nuclear), pero que aún están lejos de ser comercialmente utilizable para tal fin, y si es que no surge algo totalmente distinto, y mas benigno. Ya otra cosa es que compremos algo que sabremos manejar y aprovechar, no solo tecnológicamente como decíamos, sino también colectiva e individualmente, al lograr capacitación superior y de alto desempeño de los venezolanos interesados en ello.

Es necesario recordar lo que mencionábamos hace unas semanas: Los venezolanos necesitamos inventar e innovar, para ganar autoestima nacional, y así vivir de nuestros logros, y no sólo de los logros pasados de grandes venezolanos.

Primeramente, reconozco que estoy adelantándome a los acontecimientos, puesto que debemos estar clarísimos en que construir una planta nuclear para producir electricidad, es ese paquete tecnológico completo que podemos comprar al mejor ofertante de acuerdo a la necesidad teórica que tengamos, y que ellos mismos nos construirían, activarían y operarían, y con ello lograr la electricidad que no supimos producir con las tecnologías mas sencillas, -pero comprobadas en su construcción, dominio y seguridad-, que a nuestro alcance estaban y aun lo están.

Una parte del problema es ver este asunto como los políticos lo ven: como un todo enorme y cautivante, que compra más votos que beneficios para la nación.

Si la vía termina siendo comprar el “paquetico” atómico, la pregunta obligada es: ¿la inversión y el tiempo necesario para hacerlo es más económico y sustentable en el mismo periodo que los métodos hidroeléctricos y termoeléctricos, o incluso eólicos?

Creo que desde lejos se aprecia que la respuesta seria negativa, y negativa en más de un sentido, porque la dependencia tecnológica seria enorme y total, sin contar el riesgo de accidentes letales para las poblaciones cercanas. Al final, solo nuestra capacidad de entregar dólares al proveedor del servicio, seria lo importante. Olvídense de que va a ver transferencia tecnológica significativa, o que en el plazo de 10 o 15 años, la soberanía e independencia nuclear será total. Esas serian puras mentiras.

Esta tecnología es supremamente complicada, y ni aun países como Brasil, con décadas de esfuerzos y millones de dólares invertidos en ese campo, han logrado suficiente dominio para considerarse 100% autónomos y soberanos.

Así pues que, seamos realistas sobre lo que pretenderán vendernos: solo será el paquete tecnológico para producir electricidad. Nada más. ¿El costo?; les aseguro que mucho mayor que lo que en realidad necesitamos para ser autónomos en el sector eléctrico, con una previsión de tiempo medible en décadas.

Quizás la idea vendida al alto gobierno fue el producto de algún personero del mismo, desesperado por quedar bien y destacar frente al líder incuestionable, y para ello su fumó algún periódico enrollado viejo. No imagino otra cosa.

Tristemente, mientras mas alejada está la tecnología de nuestra capacidad para entenderla y manejarla en el momento, mas dependientes del extranjero nos hacemos, y nuestra soberanía, mas comprometida queda.

Seremos nuevamente, los compradores caprichosos con la cartera llena de dinero.

lunes, 15 de febrero de 2010

Los bloques de la faja petrolífera del Orinoco: Cuando vendes los "ladrillos" de tu propia casa.

Una vez más, se vende al mejor postor, lo que nosotros pudimos explorar, explotar, procesar y comercializar.

Quizás alguno pueda pensar que es un tema polémico, pero permítanme decirle que el tema en realidad es patético.

La faja del Orinoco, y los bloques recientemente asignados, como los anteriormente vendidos para su explotación por empresas y tecnologías extranjeras, nos hace encontrarnos con la paradoja de lo que en principio, como decíamos, hemos podido y debido explotar y comercializar nosotros mismos.

Una vez más, el asunto para entenderlo, requiere de escarbar en la historia petrolera del país, por lo menos la de las ultimas tres décadas.

Por supuesto, ¡no soy yo quien lo va a hacer!; esa parte se la dejo a vuestras conciencias. Lo importante aquí, es el cómo hemos manejado sin demasiado éxito, un recurso energético capaz de darnos beneficios. La torpeza ha sido aproximadamente igual a la que hemos tenido con el tema del carbón venezolano. Este último ha permanecido más bien en un bajo perfil, por la lejanía de éste con Caracas, más no por ello, ha dejado de hacer multimillonario a más de un forajido carbonero en Venezuela, mientras que se puede erguir como una alternativa de muy corto plazo para servir de combustible en la producción térmica de electricidad.

Es casi irritante darse cuenta que después de casi un siglo de explotación petrolera, y de ser PDVSA unas de las mayores empresas del mundo, el país tenga que bajarse los pantalones para poder sacar provecho y lucro del petróleo orinoquense.

El petróleo pesado y extra pesado, no deja de ser en Venezuela, (y donde más, ¡si sólo aquí existe este petróleo en semejantes cantidades!), un tema complicado, primero por su historia con la orimulsion, dejada en el olvido luego de las ingentes cantidades de dinero invertidas, -sin responsable alguno sancionado-, y segundo, por las entregas de facto que en materia de soberanía practica, se hace de continuo en este tema.

Entendamos de una vez que la soberanía no se trata solo de un termino fronterizo y físico; tiene que ver, como lo he mencionado antes también, con la exposición al control extranjero de posiciones gubernamentales y estatales sensibles de la seguridad nacional, así como a la explotación y control de los recursos y las ganancias generadas, por entidades igualmente extranjeras, más aun cuando ello no es necesario, dada la capacidad técnica y humana que poseemos.

La falla estructural que como nación tenemos, no hace más que agrandarse de continuo, sin que pareciera afectarnos. Nos negamos tercamente a ver que nosotros mismos, tendremos que recoger los destrozos que queden, y con ellos, reconstruir lo que se pueda.

Nuevamente ante nuestras miradas, el despilfarro no tiene dolientes ni responsables que castigar. Los miles de millones de dólares a los que vendemos nuestra dignidad en el Orinoco, cuales judas Iscariote de los tiempos de Jesús, solo servirán para prolongar la ilusión, y hacer de muchos políticos y empresarios, así como burgueses de la clase gobernante, los hombres y mujeres ricos de la nueva era, de aquella Venezuela épica con cuya visión se quedan dormidos los pobres en este país, hijos todos de la negligencia, la improvisación y la falta de conciencia.

¡Sólo falta que llueva a cantaros en Gurí y en todo el país, para que olvidemos el mal momento vivido, engavetemos todo lo pendiente por hacer y sigamos con la fiesta!

domingo, 14 de febrero de 2010

Mientras más resaltante sea un líder…es porque más pequeño es su pueblo.

Mientras mas fácil le sea al líder mandar, es porque la sumisión a éste es mayor. La sumisión irrestricta, viene definida sólo por una cosa: el beneficio personal que se obtiene. Este puede sin embargo, tener dos derroteros: "el del beneficio que le haga participe de la burguesía asociada a este, o el del beneficio ilusorio de sentirse en el poder con el".

Sólo analicen a nivel mundial la situación actual o incluso histórica de por lo menos el siglo XX. Cuando hablo de la pequeñez de un pueblo, me refiero a las dimensiones de sus concepciones sociopolíticas, no de su tamaño físico o poblacional. Por eso es que podemos ver a una nación desarrollada en el siglo XX como Alemania, con un pueblo letrado y de historia brillante, guiada mansamente por la mente destacada y elocuente, pero distorsionada y pervertida de un hombre como Adolf Hitler: La entonces pequeñez del pueblo, se mide en términos de menos compromiso colectivo, y en términos de menos liderazgo colectivo con, y en base a sus valores elementales. Los “bajos” niveles en ambas variables hicieron de Alemania, en ese período nefasto de tiempo, que el mundo la conociera como la “Alemania nazi”, o la “Alemania de Hitler”…

En el otro extremo histórico del mismo siglo, tenemos a una mujer como Golda Meyer, liderando el inmenso esfuerzo colectivo de un pueblo como el de Israel, con éxito, y no porque ella fuera más conciente o capaz que la suma de toda la nación hebrea, sino porque ese colectivo, poseía también un compromiso y un liderazgo colectivo, capaz de enfrentar (con razón o sin ella), cualquier contratiempo o reto. Aquí vemos que por lo general, se habla de Israel, y no del líder o primer ministro de turno; la cohesión es clave. No existió el Israel de Golda Meyer. Solo existió Israel. Vean los resultados en sólo 50 años de existencia.

De esto va surgiendo otro aspecto importante: el balance determinante entre liderazgo colectivo y compromiso colectivo, como aquel que define la ecuación general de la prosperidad de una nación, en cada etapa de su vida.

Detallemos esto. Mientras menos sea el nivel del liderazgo colectivo, al descansar este, en un liderazgo individual y cautivante, menos será también el compromiso de ese mismo colectivo, por lo que simultáneamente, el compromiso personal del líder se tergiversa, haciendo entonces todopoderoso, y dictando así el ritmo, dirección y el éxito, fracaso o estancamiento, de una nación toda, entregada ya mas a la fe lúdica, que a la fe en lo superior a los hombre y mujeres.

Lecciones importantes da la historia; veamos a Bolívar, y tan sólo un aspecto de su liderazgo y mando lo demuestra: Veámoslo como preguntas y respuestas claras y directas.

-no pretendo de ningún modo, ser historiador consumado o conocedor de la verdad absoluta-; eso se lo dejo a los que entre ustedes, puedan aclararnos con justicia, cada día, el panorama histórico y contemporáneo.

¿Por qué el esfuerzo de Simón Bolívar sólo tuvo éxito hasta ese punto donde su control militar era práctico?

Respuesta:

Porque más allá de ese control militar, no existía ni inspiración, ni resolución colectiva en las de por si incipientes naciones suramericanas.

Demasiadas tendencias e intereses jugaban en contra, arrastrando a la vez, las viejas costumbres que del agónico imperio español, conservábamos. No había jugado un papel clave la figura de la constitución escrita no hacía mucho, en el proceso libertario, y como ahora (salvando las enormes “distancias” que existen, claro), en ese entonces tuvo mas peso la personalidad avasallante del libertador, que la del acta en si; insisto: arrastrábamos la mentalidad de súbditos de la realeza española, como ahora, transformada por los siglos, arrastramos la mentalidad del antiguo caudillismo, venida en términos modernos al paternalismo/presidencialismo.

El resultado: 5 naciones libertadas del yugo colonialista, pero no de sus propias limitaciones.

Pero entonces:

¿Qué hace ahora que un país no sea una nación; es decir, que el colectivo no se sienta como tal, viviendo sin inspiración ni resolución compartida por la mayoría?

Respuesta:

Como asomábamos en la respuesta anterior, la falta de eventos o ideas que actúen o influyan sobre la vida de la mayoría de una manera más o menos simultanea.

Lo que se plantea desde el principio, como un elemento guía supra colectivo, perdura en el tiempo; lo que se deja perder en el, solo puede ser reconstituido por un evento colectivo, sea este constructivo o devastador.

¿No serían entonces la constitución y las leyes, la idea colectiva suprema, solo superada por la fe en Dios?

Respuesta:

¡Pues justamente es ese el asunto que guarda el verdadero camino estable de crecimiento personal y colectivo de las mujeres y hombres de este país!

Llevarlas a ellas de las manos, -a la constitución y sus leyes-, es como ir en la total oscuridad con alguien más: mientras no se suelten, no se perderán, y la luz de la constitución, juntos, los guiarán.

No nos equivoquemos; continuamente hacemos referencia a la constitución original, la aprobada en 1999. Lo demás, han sido madrugonazos lejos de la legalidad misma que ella impone. Recordemos que nuestro primer acto de seriedad nacional, debe ser apegarnos a ella, sin modificaciones que no vengan de procesos reflexivos prolongados, como hemos mencionado en el pasado, y definitivamente alejados de las cabezas calientes que solo dejan desorden e improvisación de costosas consecuencias.

Se los he mencionado ya: Lo que más se aproxima a una verdadera revolución, es ponernos de acuerdo en aplicar seriamente lo que en el alma escrita de la nación, planteado está.

Un salto a lo desconocido nos espera; así se sentirá, como si de un vacío se tratara, pues desprendernos de la dependencia ancestral del líder humano más grande que la suma de todos nosotros, es la única vía para hacer una nación que, eso si, sobreviva mas allá de nosotros mismos.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¿Quien puede ser mejor líder que el actual presidente? Respuesta: Un gobernante que lo haga mejor.

No, no es otro juego de palabras: Se trata de que primero, debemos aceptar que cada momento de una nación, responderá a un liderazgo distinto, y anclarlo a uno solo de estos, es como dejar un barco siempre anclado en un muelle de aguas poco profundas, donde muchas veces se acumula la basura de su propia actividad. Segundo, como una persona buscando trabajo, si tiene experiencia lo consigue más rápido y mejor remunerado, así un líder venido de abajo, dejando tras de si una lista de obras claras y brillantes en su labor de servicio a la comunidad, tendría en ello la carta de presentación mas adecuada para un candidato a la presidencia de la nación.

Anteriormente hemos hablado de lo peligroso que resulta levantar a un líder, no por sus logros, sino por las “virtudes” de su campaña publicitaria, que es en lo que se ha convertido casi cualquier campaña política en el país, y en general, en el mundo.

Los mitos no ser acaban con otros mitos; se libera de ellos con la verdad, con los hechos superiores al mismo mito, a la misma leyenda.

Trabajaremos acá ante el supuesto negado de que el presidente no utilizara finalmente su liderazgo para encaminar la nación constitucionalmente durante su periodo de gobierno, lo cual por la tendencia personal evidentísima del primer mandatario, creo que ya no tiene marcha atrás. (Por eso es una necedad excesiva y fastidiosa del oposicionismo al atreverse siquiera a pensar que el ciudadano en ejercicio de ese cargo actualmente, va a dialogar con ellos).

No hay marcha atrás; las revoluciones en su significado histórico, no dialogan, no dan facilidades, no perdonan y no conocen mas aliados que aquellos que se someten incondicionalmente a ella y a quien la controla; Su único Dios es la revolución misma, y a quien ella obedece. Así de simple.

Quisiera abordar el tema que en más de uno inspira la pregunta sobre quién lo podría hacer mejor en la Presidencia de la Republica, dado que constitucionalmente, algún día habrá cambio de tren ejecutivo.

Estamos claros en que cualquier de los colaboradores (entiéndase por esto a los ministros, vicepresidentes y otros altos cargos que dependen directamente de las decisiones presidenciales), no son capaces de levantarse sobre su líder máximo e indiscutible; no al menos en circunstancias normales, donde particularmente los muchos años ya pasados como individuos públicos han mostrado ya sus “costuras” y debilidades.

Solo nos quedan los individuos elegidos popularmente, que gocen de una independencia política variable según el caso, de la presidencia de la republica (indiscutible esto si se tratara de funcionarios apegados estrictamente al alma escrita de la nación –la constitución-).

El otro problema en general, claro, es que para que alguien lo haga mejor, debe dársele la oportunidad de gobernar. Obviamente, una opción es elegir a alguien desconocido, de impecable campaña publicitaria, que prometa maravillas, con los riesgos que eso implica en la presidencia de la Republica, si no las llegase a cumplir, o peor, las distorsionara.

Pero existen los alcaldes y los gobernadores, y hasta los diputados, ¿no es cierto?; ellos podrían tener en sus manos la herramienta adecuada para proyectarse, y así resulta ser.

Sus promesas, sus palabras incumplidas, sus logros, sus visiones políticas -si existen-, así como sus interacciones y atenciones al colectivo donde han gobernado, deberían ser elementos mas que suficientes para tomar decisiones sobre sus verdaderas opciones como potenciales presidentes.

(Aquí por cierto, está una de las razones por las que la sumisión desde la base partidista, a una sola línea de mando y de pensamiento, hace imposible destacar a alguien como poseedor de capacidad de liderazgo, y debido a ello, el mundo político en vez de ser dinámico y evolucionante, se vuelve lento y asfixiante, haciendo necesario la mano “divina” que lo guíe. Todo un patético círculo vicioso y auto regenerante.)

Volviendo al punto, en los cientos de cargos de elección popular, el colectivo tiene la oportunidad de experimentar y guiar a individuos activamente políticos, hacia un eficiente desempeño administrativo. No, no está mal lo que digo; experimentar y guiar es lo que hacen los colectivos nacionales sólidos, y no al revés, con los políticos. Esto último, (es decir, lo contrario a modelar y guiar), es propio de naciones débiles, que como hemos comentado tantas veces, necesitan mas bien de guías paternalistas.

No es necesario, -y creo que ya muchos se han dado cuenta-, que un aspirante a representarnos como presidente (ojo: ¡no es a guiar!; para eso es la constitución), tenga que intentar dar un golpe de estado, para ganarse nuestra “confianza” o “admiración”. De ser así, estaríamos sentando un terrible precedente, y ello en realidad, explicaría el temor que el actual ciudadano presidente le tiene a cualquier comportamiento que apunte a una insurrección. Con razón.

Ya estaremos de acuerdo en lo que el titulo de esta entrada significa: Un gobernante lo hará mejor si sencilla, calmada y controladamente*, seleccionamos a alguien que haya demostrado con hechos, y no con palabras, su correcta conducta y proceder. Hacerlo bien, será la manera natural de dejar en el pasado todo aquello que nos divide como nación.

(*): Se refiere a mantener bajo control de la constitución y sus leyes, cada evento nacional.

lunes, 8 de febrero de 2010

¡Ayúdennos, ayúdennos; no podemos resolver esto nosotros mismos, nos declaramos incompetentes!

P.D.: Por el dinero no hay problema; ¡tenemos tantos dólares que no podemos contarlos!

Supongo que podrían ajustar esta particular expresión a un sinfín de temas en Venezuela, pero en este caso me refiero nuevamente al depauperado, “seco” y “apagado” sistema eléctrico nacional.

No puedo aguantar la tentación de tratar el tema a la luz de las nuevas ayudas, asesorías, y colaboraciones que ahora “llueven” generosamente, en vez de agua, sobre Venezuela.

El punto, como decía el presidente al referirse a la asistencia venida del extranjero, puede parecer una estupidez cuando se le critica, por lo menos en lo superficial, pero ahondando, se aprecia lo serio del asunto, y la real necesidad, una vez mas, de reconocer nuestras debilidades; no las técnicas, sino las de autoestima nacional.

Ante nosotros, ahora viene esta “lluvia” de asesores y colaboradores llenos de buenas intenciones, conocimientos, equipos y herramientas, y por cierto, de manera muy discreta, seguro que con muy buenos y solidarios precios. ¡Olvídense del gratis, o del “por amor al bravo pueblo venezolano”!

En nuestro país, los años de no hacer nada seriamente por el tema eléctrico (y Dios sabe cuantos otros temas), no cuentan. Ahora todo esta por resolver, y todo por supuesto, dicen que es “por culpa de la cuarta republica”; esa misma por cierto, que hizo en su momento una decena de termoeléctricas a nivel nacional, así como las hidroeléctricas que mientras funcionaron, nadie mencionó, pero si disfrutó. Cosas contradictorias de la vida en estas tierras.

Los puntos a resaltar en estos momentos son estos:

  1. El daño en el sistema eléctrico está hecho, y admitirlo es el primer paso.
  2. Como sistema nacional, es muy grande, y adecuarlo llevará años, así llueva agua en verdad.
  3. A menos que Dios nos alcahuetee y caiga agua a cantaros sobre los embalses, los venezolanos tendremos que pasar, como los judíos del pasado, por un “desierto” llamado racionamiento, quizás por años.
  4. Nuestra real capacidad de solucionar problemas esta totalmente amordazada, limitada y castrada por las decisiones políticas que cada día aparezcan, sin planificación estratégica constitucional.
  5. Las asesorías y colaboraciones extranjeras, en el tema eléctrico, policíaco o cualquier otro tema, siempre tendrán como objetivo primario, el beneficio económico del que viene de afuera, en el estilo más estrictamente capitalista. Cualquier ayuda extra que resultara, sería un mero efecto colateral. Cubanos, argentinos, chinos, brasileños europeos o estadounidenses, vienen sea por la ganancia metálica, sea por la obtención de favores, o por la adquisición de influencias. No hay nada más; incluso nosotros en el actualidad, -y lo hemos comentado-, no damos dinero, bienes o “asesorías” (inspiradas en modelos extranjeros), si no es porque buscamos influenciar y extender un modelo de pensamiento no propio de nosotros.
  6. Existe una pregunta difícil de contestar, y hacerla puede ganarme enemigos: ¿Tan grave estamos de gente preparada que debemos traerla del extranjero y colocarla en puestos sensibles para la seguridad nacional? ¿Quién define lo que es grave? ¿Cómo queda la seguridad nacional?

Mientras no logremos la independencia emocional y ganemos confianza nacional, dependeremos de las “buenas intenciones” de nuestros amigos, siempre dispuestos a ayudarnos a gastar dólares.

jueves, 4 de febrero de 2010

Teorías conspirativas o hecho verificable: Interviniendo internet

Una nota fuera de las reflexiones normales:
Entre las herramientas de este blog, están varios contadores de visitas muy sencillos. (Por cierto, que para haber millones de blogs, en realidad, ¡agradezco que a este alguien lo visite!).
El punto es sin embargo, que uno de los contadores del blog, fue reseteado, no se si por la misma pagina web que lo suministra. Lo más interesante del caso es que, siendo antes Caracas y Maracaibo las ciudades que mas visitas acumulaban al blog, dado el tamaño de ambas, luego del reseteo, nadie de Caracas la visitó.
¿Casualidades de la vida?; puede ser, pero ambas ciudades antes tenían aproximadamente la misma tasa de crecimiento semanal en las visitas; ahora, Caracas no existe.

¿Oscuras manos hackearon la web?. ¿Ha desaparecido Caracas del ciberespacio?. En la Internet, todo se puede ver; igual que en Venezuela.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Privatización y estatización: En Venezuela, una es admitir la incompetencia de los gobiernos, y la otra representa la incoherencia en los mismos.

¿Cómo quedamos entonces?; ¿Es acaso una contradicción o un juego de palabras? Lamentablemente, no lo es. Esto representa meramente, la introducción a otro de esos espinosos temas que en Venezuela, no se analizan con cuidado, y mucho menos se toman macro medidas planificadas para su conducción estratégica.

¿Por qué es tan espinoso el asunto de privatizar empresas del estado?: Sólo porque ellas no obedecieron siempre a una necesidad capitalista, guiada por intereses ocultos de lucro, o por cuestiones técnicas de mejorar la productividad. Muy en el fondo, y sin que nadie lo diga o vea, ha obedecido a la necesidad de poner a otra gente al frente de ellas, porque los venezolanos, fuimos incapaces de administrarlas con honradez y eficiencia, alejada de la corrupción, el trafico de influencias, y la dependencia del político que ha dominado el escenario en el momento.

Ese es el mensaje de fondo que enviamos, cada vez que vendemos una empresa u organización del estado, o administrada por este.

Como un mero ejemplo, apliquen esto al sector eléctrico, y verán esa realidad, que casi se materializa en los años ´90, con las mega privatizaciones emprendidas durante la gestión presidencial de Rafael Caldera, que buscaban hacerlas competitivas en términos no sólo técnicos, sino en términos económicos y de rendimiento de utilidades, dado que hasta ese momento, la espiral descendente de su administración y desarrollo, no se detenía, por la poca vocación progresista política del momento, y endémica ya en Venezuela.

Estas privatizaciones distorsionadas, fueron detenidas “afortunadamente” por el actual gobierno, aunque ello no revirtiera dicha espiral descendente, dado que la incoherencia manifiesta y permanente, tanto estratégica como planificada, -como hemos mencionado y aclarado ya-, no logró revertir los acontecimientos, empeorándolos.

Lo otro es la fulana estatización.

Actualmente esta constituye la manera en que el gobierno añade a la estructura del estado, procesos de fabricación, administración o venta de insumos o productos terminados, -en su inmensa mayoría por cierto-, importados por el mismo aparataje estatal para suplir aquello que, primero, le permite competir contra los “malévolos” especuladores y empresarios cuarto republicanos, y segundo, le permite cubrir los huecos que las erradas políticas de planificación, dentro de un marco jurídico y de hecho de justicia social, han creado en el componente técnico-industrial de la nación, en vez de estimularlo y guiarlo adecuadamente, para maximizar la producción, en un proceso de justa distribución de riquezas en el colectivo.

No se dejen confundir; la estatización es mala cuando solo busca poder controlar, por parte del estado, sin estimular la innovación y el crecimiento individual y colectivo de la nación, y es buena cuando justamente, logra estimular el desarrollo humano y técnico de la población.

Por su parte, la privatización sólo es buena para aquellas actividades industriales y técnicas ya debidamente estimuladas e implantadas en el país, permitiendo al estado, mediante la aplicación de la ley y sus reglamentos, el cumplimento fiel de los preceptos constitucionales de justicia social y equidad en el bienestar distribuido en el colectivo venezolano. De resto, como decíamos, la privatización por ocultas y casi “secretas” razones de negligencia administrativa estatal, por la corrupción ya citada, o por la necesidad miserable de conseguir dinero fresco en un país impregnado hasta sus débiles bases por el petróleo bien vendido, seria pues, inadmisible.

Todo suena sencillo, ¿verdad?; pues no lo es: Como siempre, lo básico es fácil de analizar y mensurar a través de nuestros valores como personas y como colectivo, pero el entramado resultante de una casi infinidad de variables políticas, personales, y económicas, es realmente complicado, y quien lo pretenda hacer ver de otra manera, esta equivocado o peor: mintiendo.

Confiar en que las cosas siempre las hacen -los dirigentes, políticos y todo aquel que por circunstancias varias detenta poder-, por el bien inestimable de la nación, es ya una necedad en la Venezuela de hoy. Seguir sin dudas en el corazón, a un líder, es seguir a un dios, y el tema para nada es ridículo, en un país donde el fanatismo se columpia de un extremo a otro, como si de un juego de parque, se tratara.

Las privatizaciones de actividades u operadores económicos claves para la nación, es como el salto al vacío de un enfermo desahuciado.

Las estatizaciones compulsivas son solo eso: epilépticos movimientos descontrolados o peor, actos premeditados y malsanos que buscan un objetivo personal político, más mesiánico y propio del líder creído todopoderoso, que del gobernante sensato, capaz de aportar un grano de arena para el desarrollo del colectivo que lo eligió, y no con una aplastante montaña de ella que ahogue a la mayoría.

Mediten estos asuntos con cuidado; analicen la historia de las privatizaciones y estatizaciones de los últimos 25 años, y notarán esa desbaratadora tendencia en Venezuela, a hacer las cosas sin pensarlo con capacidad previsora capaz de ir mas allá de un par de años; a hacerlas sin medir las consecuencias seriamente, y sobretodo, a no atender cualquier observación que vaya en contra de lo dicho por la autoridad sabelotodo, siempre cubierta por ese aire pseudo místicos propio del presidencialismo paternalista venezolano.

Vamos, ¡admitámoslo!: Nos gusta tener presidente no para poder increpar a un solo hombre por los errores o reconocerlo por sus aciertos, sino para tener un héroe, un papá grande que sin tenerle que pedirle la bendición*, nos lleve al reino de la felicidad

(*): Para los que no viven en Venezuela, “pedir la bendición”, es una costumbre cuando se saluda o despide a un familiar como padres, abuelos, tíos, o padrinos, como muestra de respeto y de cariño.