En el estado Zulia, limítrofe con Colombia, y siendo seguramente el estado
mas desvenezolanizado de todos, por la profunda influencia que la población (legal
e ilegal) colombiana tiene sobre su territorio y cultura, es también el territorio que sufre con más fuerza el
desabastecimiento que el gobierno ha permitido, y esta escases ha sido a manos,
ni más ni menos, de la población originaria de esa región, devenidas a hora,
(les guste o no leerlo a aquellos que siendo honestos y trabajadores, caen en
el mismo saco), en los contrabandistas más descarados que puedan imaginarse, a
causa del enorme dividendo que la extracción de los productos regulados tiene,
al llevarlos para ser vendidos en Colombia, dada la paridad cambiaria
existente y la artificialidad de los precios mantenidos.
Es impresionante ver, pese a la prohibición de discriminación racial que en
buena hora ha sido reiteradamente señalada en nuestra constitución, como el indígena
zuliano, (y colombiano, ya que habitan indistintamente entre los dos países), se
ha convertido a los ojos del resto de la población, en el sinónimo de
contrabando y escases para los que solo consiguen estos productos de primera
necesidad, al buscarlos, “por pura suerte”, o porque finalmente aceptaron comprárselos a los revendedores
que realizando la misma operación de “bachaqueo” (contrabando), los revenden de
cuatro a seis veces el precio oficial, ante la mirada indiferente de las
autoridades, quienes se han escudado hasta la fecha, tras "operativos antibachaqueo" burocráticos e ineficientes.
La indolencia está matando a Venezuela: El desparpajo con el que los
contrabandistas (Bachaqueros), -en su inmensa mayoría indígenas, como decíamos-,
pasan la frontera colombo venezolana, sin que haya una reacción contundente y
absoluta por parte de las fuerzas militares venezolanas de este lado, y
colombianas del otro, resultan cuando menos, patéticas, y un oscuro indicador de la cantidad de dinero que pasa entre manos en esa pérfida linea de demarcación territorial.
La corrupción ha escalado hasta niveles insospechados antes; pareciera no
haber frontera entre ambas naciones, cuando de injusticias se trata.
Llegará el momento de asumir medidas radicales (como en todo), pero hasta
tanto llegue ese tiempo, los zulianos deberán seguir padeciendo de un parásito
de inmoralidad que lo debilita y enferma, junto a toda su estructura de gobierno
regional y municipal, por no mencionar nuevamente al depauperado gobierno nacional.
Hoy 12 de Octubre no celebramos la llegada de aquellos ambiciosos españoles
buscando riquezas y nuevas rutas comerciales de navegación, sino que conmemoramos la trágica comedia en la que se ha
convertido Venezuela en sus fronteras, permeadas por la corrupción, el vandalismo, la guerrilla, la indolencia, y el trafico indiscriminado de gente que busca un lugar
menos miserable para vivir.
Les deseo suerte, porque aquí no lo van a conseguir ya.
Feliz día de la “resistencia indígena”; es decir, "feliz" día para los
bachaqueros que hacen jugosas ganancias con la comida, gracias a la negligencia
de todo un sistema de gobierno. Allí tienes tu "resistencia", Maduro; la resistencia a morir de hambre y vivir en la pobreza, sin importar la inmoralidad en la que se deba incurrir, cuando los gobiernos son, unos tras otros incapaces de dar paz, seguridad y trabajo a la gente. Seguro la
estarás "celebrando", donde quiera que estés hoy, ensalsando al Hugo Chávez que según tu, lo logró todo, aunque sepamos que en realidad, ni a un buen sucesor, fue capaz de conseguir.
En fin, seguro los zulianos, en medio de la vorágine socio-económica y política que
los desvenezolaniza y empobrece, te recordarán, aunque no seas indígena.
Mientras, te dejo lo que cantan en el Zulia, con el aún buen humor que caracteriza a mis queridos compatriotas:
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