El presidente
proclamado ha dicho:
"Hasta que
el gobierno de EEUU no entienda que tiene que respetar a Venezuela como un país
soberano no habrá relaciones de cordialidad"
Pregunto yo
entonces, ante esas contundentes palabras de las que supongo, no se
arrepentirá:
¿Cuándo esta expresión, dicha con la soberbia propia
de los países subdesarrollados, será utilizada en el caso de Guyana y su
sistemática apropiación territorial de lo nuestro?
¿Por qué razón hemos cedido tanto en nuestra
reclamación territorial con ellos?
¿Por qué por mucho menos intentado por Colombia, en
nuestra frontera occidental, -y pese al poderío militar que pueden desplegar-,
hemos plantado posiciones mas contundentes que con la pequeña Guyana?
¿Por qué seguimos dejando en las manos de gente que se
ha mostrado incapaz de realizar algún avance significativo en más de dos
décadas (ONU), la resolución de este problema que con cada día, no arruina
territorialmente?
Entiendo que
tanto Chávez en su momento, (y durante 14 años), como Maduro al presente, saben
que no pueden emprender ninguna acción militar contra Guyana, sin darle con
ello una excusa política a mas de uno fuera de nuestras fronteras para embarcarse
en una intervención bélica en esta región y hasta en nuestro país pero: ¿Cual es el miedo?; ¿Por qué este grado de
sumisión?
Lo único cierto
hasta el presente, es que no hemos podido recuperar el Esequibo; lo único
cierto es que en estos 55 años de mamarrachadas políticas, de patrióticos
golpes de pechos nacionalistas de lado y lado en el cuadrilátero político, y de
cánticos de hermandad latinoamericana y mundial, lo irritantemente cierto, es
que seguimos sin esperanzas reales de ver ondear la bandera venezolana, sobre
ese suelo, otrora parte de nuestro imaginario nacional.
Te toca,
presidente "proclamado" Nicolás Maduro, cargar con el saco de
excremento que no has sido tampoco capaz de convertir en pelotas y firmeza
política, económica, militar y diplomática, para hacer valer nuestro soberano e
irrenunciable derecho sobre esas tierras.
Es la misma
actitud que tienes con todo.
Una última
pregunta:
¿Tenía tan poco de donde escoger el comandante, que
terminó seleccionándote a ti?
¿Por qué?
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