Se preguntarán a que me refiero
con esta pregunta. Es una cuestión que no puedo evitar hacerme cuando han pasado seis
meses ya desde que este hombre, que independientemente de si es colombiano o
venezolano, ha sido investido de la presidencia de Venezuela, en directo
cumplimiento de la última voluntad política de Hugo Chávez, y con lo cual,
definitivamente se está cerrando un importante ciclo político, social y
económico del país.
Ahora bien, la pregunta viene al
caso porque obviamente, a la luz de la situación económica, en medio de la
parálisis social que vivimos, hay que buscarle respuesta a esa interrogante,
pues mientras este hombre sea presidente, no queda más que desear que mejorarán
las cosas, aunque reconozco que el primer impulso es dejar que todo termine de
irse hasta el fondo, y acelerar así la llegada de la siguiente etapa, que sin
embargo, no dependerá de mis deseos.
Entonces:
¿Qué pasa con Maduro?;
¿Por qué no termina de cambiar y rectificar sobre la marcha, tomando las
decisiones adecuadas, habiendo heredado todos los poderes que Chávez amasó, para hacer
lo que es necesario en este escenario de extrema decadencia?
¿Por qué se han limitado a medidas tímidas y populistas, estilo “paños calientes”, sobre
asuntos más bien críticos que requieren ya a estas alturas de resoluciones
radicales?
¿Por qué necesita de una habilitante, teniendo en teoría todos los poderes
a sus pies?; ¿Qué está fallando?; ¿Qué razón se oculta detrás de tanto farsante
y fariseo político en el oficialismo y en la oposición de la asamblea nacional (donde ni una ley para regular la venta de automóviles han podido sacar, debido a los intereses económicos involucrados)?
Un ejemplo perfecto que les puedo
dar sobre lo radical que deben ser las medidas a tomar en estos tiempos, y aprovechando su estadía por la región en cuestión, durante su teatral "gobierno de calle", es el
asunto del contrabando imparable de alimentos y gasolina en la frontera occidental del
país, particularmente en el Zulia, que por estar reguladas “políticamente”
por conveniencias de quienes gobiernan a precios irrisorios, (son artículos todos regulados, es decir, a precios bajos de comprar y de ganancias fantásticas al vender) son extraídos del país sin
misericordia, llegando a tal grado la desfachatez de quienes están
involucrados, que incluso se dan la libertad (y con total éxito), de bloquear la casa del gobernador
del estado Zulia, Arias Cárdenas, ("mano de hierro", según Maduro, aunque supongo que los contrabandistas se la supieron controlar con un poderoso imán), quien finalmente tuvo que reunirse con ellos y seguramente,
ceder en muchas cosas, -a fin de mantener la paz en aras de otros intereses políticos , ante estos “comerciantes cooperativistas”, que alegando llevar
alimentos a sus paisanos en la Guajira, terminan movilizando diariamente mas
tonelaje de comida y combustibles, que los llegado en el mismo periodo de tiempo a
Haití, luego del devastador terremoto del 2010. ¿Cómo es que la zona más pobre
del país, es la que Moviliza más dinero por alimentos?. Algo no cuadra: ¡Porque es
contrabando!; ¡es el negocio más floreciente de la península binacional guajira! (*)
Al tiempo que ello ocurre, la
frontera se presenta tan permeable militarmente hablando, que no sabemos
realmente que hacen los militares en ella. Parecen no hacer falta. ¿Hay elementos específicos de nuestras FFAA beneficiándose económicamente del paso de contrabando?; ¿Será una "beca" el ser asignado a puestos fronterizos en nuestro país?
¿Si no son capaces de detener el contrabando, como podrían detener a la
guerrilla o las fuerzas militares comando colombianas, en caso de una hipotética confrontación armada con el vecino país?
Y mientras Maduro y el gobernador
del Zulia no logran dar “pie con bola” en este espinoso asunto, la respuesta
que primero se les ocurre es traer más comida, como tratando de que la
disponibilidad de alimentos sea mayor que la que los contrabandistas pueden
comprar mediante los bachaqueros y sacar hacia Colombia.
Con todos los poderes que tiene Maduro, heredados, como decíamos, de su
papá y alcahueta político, esa respuesta suya dada hasta el presente, (a la
altura únicamente de los mismos contrabandistas), me recuerda a los aliados
durante la segunda Guerra Mundial, cuya primera respuesta ante las ingentes
pérdidas que sus convoyes tenían en el atlántico, frente a los “wolfpack”
alemanes con sus U Boats, fue la de incrementar el número y frecuencia de
estos, con la esperanza poner la balanza a su favor. El problema para Maduro y
Cárdenas, es que no estamos en la segunda guerra mundial, ni son a los alemanes
a quienes nos enfrentamos, en medio del atlántico.
Ahora bien, ¿Qué deberemos hacer en este caso particular? (Ni hablar del resto de
las fronteras…): Yo creo que la solución a seleccionar por Maduro, comienza
a pasar por la cero tolerancia aunque sea solo en una primera etapa, hacia los
que generan tales situaciones (igual que con los invasores de terrenos); la posibilidad de suspender garantías
constitucionales en varios Km desde la frontera; el patrullaje diurno y
nocturno mediante drones, y la detención de columnas de camiones y lanchas
contrabandistas, mediante el uso pacífico o violento de helicópteros
artillados, dentro de nuestra frontera, previa campaña comunicacional de
advertencia.
¿Cuál es el miedo?; Estoy seguro que en lo que un helicóptero MI-35 mande
al infierno en dos o tres ocasiones distintas a unas columnas de
contrabandistas que se nieguen a detenerse ante la voz preventiva de “alto”, y
metan presos a los que reclamen sus “derechos” a delinquir, trancando vías o
rodeando instalaciones oficiales, se acaba este desorden. Metan presos a
quienes invadan terrenos, y adviértales que sus hijos, (esos que ellos mismos usan
como “escudos humanos” a la hora de invadir, sin medir riesgo alguno, en vez de
esperar a que la misión vivienda Venezuela o sus propios esfuerzos económicos
les permitan tener una casa), serán reubicados con sus familiares o familias
adoptivas, para que vean como la “guachafita” llega a su fin.
¿Qué vas a perder votos con esas acciones?; es cierto, perderás
puntos entre aquellos que delinquen o han asumido el abuso y el avasallamiento
sobre los demás como modo de vida, pero te aseguro Maduro, que ganarías muchos más
entre los venezolanos, al ver tu deseable y “verdadera” determinación a hacer
cumplir la constitución y las leyes, porque Nicolás, eso es lo que la gente está
esperando.
(La cosa no es estar regalando indiscriminadamente, sin evaluar
consecuencias, y siempre usando una chequera que rápidamente se quedo sin
fondos propios).
Asume respuestas concretas,
directas, ajustadas y respetuosas de la ley, que no dejen dudas de la
contundencia de las mismas, sin importar quien caiga por delinquir, y verás que
las cosas si comenzarían a cambiar. Tú tienes ante ti, un solo camino: dejar de hacer lo que Chávez hizo mal, y
comenzar a hacer lo que Chávez no se atrevió a hacer por no perder
supuestamente, dividendos políticos.
Tienes que dejar atrás los errores
de todos los presidentes que han gobernado al país, para dejar de ser tú mismo,
parte de ese error.
Sé que estoy siendo radical en lo
que digo, pero Maduro, ¿Acaso una
revolución de verdad, no lo es?
(*): Recordemos que en la Guajira no se ha desarrollado el turismo, ni la agroindustria, ni las carreteras, ni la educación, ni el orden publico, ni el comercio cristalino binacional. Esa queridos compatriotas, es una enorme zona nacional dejada en el olvido, junto con los ciudadanos que allí viven y deben buscar como sobrevivir. Lo que podría ser el emporio turístico ecológico del Caribe, no es mas que un yelmo territorio del que solo se acuerdan cuando Colombia ha metido corbetas en el golfo.
(*): Recordemos que en la Guajira no se ha desarrollado el turismo, ni la agroindustria, ni las carreteras, ni la educación, ni el orden publico, ni el comercio cristalino binacional. Esa queridos compatriotas, es una enorme zona nacional dejada en el olvido, junto con los ciudadanos que allí viven y deben buscar como sobrevivir. Lo que podría ser el emporio turístico ecológico del Caribe, no es mas que un yelmo territorio del que solo se acuerdan cuando Colombia ha metido corbetas en el golfo.