A mi modo de ver, el panorama no es sencillo. No se trata, aunque parezca increíble en Venezuela, de escoger entre “la opción A” y “la opción B”, en el supuesto de que se efectuen dichas elecciones parlamentarias...(!).
Sabemos que la opción oficialista utilizará nuevamente el "portaviones" (?) presidencial y sus casi infinitos recursos en tiempos de elecciones para llegar a los ansiados cúrules, a fin de cumplir con las ordenes sin miramiento alguno, del ciudadano presidente de la republica, mientras ellos gozan de todos los beneficios del paquete laboral parlamentario, así como del poder y la influencia que el puesto ofrece.
Por el otro lado, estarán los de la opción oposicionista, "locos" por agarrarse de algo para llegar al poder que despreciaron erradamente en las pasadas elecciones legislativas y que les permita, llevarle la contraria al presidente, y de paso, claro está, aprovechar también las bondades del paquete laboral parlamentario y del tráfico de influencias posible con ello. ¿Lo había comentado ya, verdad…?. Hasta el sol de hoy, ningún precandidato, de ninguno de los dos bandos, ha ofrecido un proyecto coherente de legislatura nacional que discutir: Para ellos, lo primero es lo primero (No Venezuela, por supuesto): ser ungidos como candidatos. Una vez más, el politico, y no la politica, es lo importante.
Vamos queridos compatriotas, no esperen que anden la mayoría de esos candidatos en otra cosa; los que están hoy en día, ya ni se visten formalmente para ir a su trabajo, quizás hasta ocupados están en ver como seguir "cercanos" al poder, una vez se acabe el presente periodo legislativo. En todo caso, debemos reconocer que el sitio físico como tal, y la institución, poseen ya una majestad puesta en duda por casi cualquiera en el país que sepa lo que allí se hace.
Sin embargo, y a pesar de ello, es aún una de las expresiones básicas de la administración del poder constitucionalmente establecido, y quedará en manos no sólo de los que elijamos, sino de nosotros como electores, al exigirles que hagan lo que deben hacer.
El mundo bizarro donde vivimos, donde el ascenso hasta los cargos de elección popular, son puentes hacia el disfrute del mundo de la burguesía político-administrativa-gubernamental venezolana, con tarjetas de crédito sin límites, cuentas de celulares pagadas por el estado, fincas, caballos y viajes, debe acabarse.
La lucha de clases si existe como factor de injusticia y retraso tercermundista, pero no fundamentalmente entre los individuos o grupos de ellos en el colectivo nacional, como los que trabajan y los que empresarios que se prestan a la explotación de los trabajadores, sino entre el colectivo que elige, y el pequeño colectivo que gobierna. Este último es el que permite que el resto de las explotaciones, tengan origen y permanencia en el tiempo.
¿Recuerdan aquello que les comentaba de que el verdadero poder popular es el poder de uno?
¿Recuerdan el por qué de la frase Dios, Justicia y Pueblo?
Ténganlo en mente a la hora de elegir a sus representantes, porque eso son: representantes y ejecutores de nosotros como colectivo; cada uno de los funcionarios que sean electos, no deben jamás perder el contacto diario con los que le pusieron allí para trabajar y sudar con el ir y venir hasta sus centros de población, a fin de medir los requerimientos y la satisfacción de los mismos.
¡La gente no tiene demasiado tiempo para guiar a estos individuos, a la vez que hace la necesaria contraloría social, administra los recursos, construye la casa de los que necesitan vivienda en su sector, lavan, planchan, levantan la situación del barrio para planificar prioridades, y de paso, aman y atienden a los hijos y esposos/esposas!
¡La cosa no podemos ponérsela tan fácil a estos descarados, y menos con la millonada que gananán mensual y anualmente!. !Vayan a ver si hacen colas en Mercal!; ¡vayan a ver si madrugan para que los atiendan en un Barrio Adentro!.
¿Contraloría social?: Por supuesto que si la ejercemos!; ¿Hacer el trabajo por ellos?: no!.
Entendamos esto: El aparato burocrático existe, para que nosotros, el colectivo, tengamos ideas, trabajemos, innovemos, vivamos y amemos, mientras ellos, -que tiene derecho a todas esas cosas también, pero que por su libre albedrío han sido elegidos para esos cargos y el trabajo que implican-, atienden la casa grande que es nuestro país. Ellos son los bedeles, supervisores y administradores de esa casa. NADA MÁS.
La más mínima cosa que sobresalga de esa función, es producto de la corrupción.
Tengan cuidado al elegir, para evitar la menor cantidad posible de "remeros" que renieguen de someterse incondionalmente a la constitución (como el bote de los dos individuos remando en direcciones opuestas...). Para llegar a la verdadera Venezuela que queremos, sólo existe un camino, y es por el medio, sin miedos, y no por las aceras, por los bordes, donde como en una carretera, en caso de peligro, pueden saltar al monte y esconderse. Procuren evitar a esos que como les decia recientemente, se tomarían emocionados la foto con un Fidel, mientras los del otro predecible y aburrido bando, se la tomarían con igual emoción, con una falda por sobre la rodilla, o con ropa vaquera, con un Bush en su White House. Gente así sólo retrasará más nuestro arribo a la nación que aspiramos.
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