martes, 2 de septiembre de 2025

Ocho meses sin escribir en el blog.

¿ ...Pero es que acaso, había una razón para hacerlo?;

¿Hubo algún cambio en la rueda de molino que pulverizaba a lo que quedaba de Venezuela, que justificara escribir?


Suena rudo, pero saben que la verdad, es que no había nada nuevo.

Ahora tampoco, porque como lo dije hace tiempo, salvo un terremoto, una invasión o un meteorito, nada cambiaba; todo se asentaba, como polvo viejo sobre muebles abandonados.

Seguimos como espectadores, y esa es nuestra tragedia.

Pero nada permanece estático para siempre...

Hablando de barreras difíciles de franquear: La realidad geopolítica de Venezuela en el contexto americano y mundial; los acontecimientos en el Caribe y la influencia de EEUU sobre el país en las semanas del segundo semestre 2025.

 

Sé que semejante titulo sugiere que este va a ser uno de esos temas que terminan siendo amplios, y lo es; tanto que incluso con todo lo que incluyo, yo no puedo más que considerar que lo estoy abordando breve y casi que superficialmente, porque no pretendo desarrollar un articulo académico, sino algo lo suficientemente amplio (y espero que claro), para tocarles el hombro y decirles:

Miren este detalle con el que nos manejan y ni nos damos cuenta”.

Los estadounidenses (protagonista en estas fechas junto con Venezuela en el asunto que nos ocupa), en ejercicio de políticas que nosotros apenas vemos como movimientos circunstanciales, casi puntuales y hasta extraordinarios, unidos exclusivamente al tiempo presente, no se mueven en realidad a través del Mar Caribe hacia las costas venezolanas sobre buques de guerra, sino sobre muy elaboradas y articuladas doctrinas geopolíticas que vienen desarrollándose desde el siglo XVIII, y que por nuestra falta de profundidad en la interpretación y conexión de los eventos que hemos estado viviendo como sociedad al menos en los últimos 50 años (*), vemos en ella una operación naval como mera noticia actual y desconectada, resumiéndola quizás en una “acción valiente y heroica del pueblo de EEUU para con sus vecinos venezolanos”. Nada más inocente, desacertado y lejano a la realidad.

(*) Reconozcamos que ni siquiera entendemos nuestra propia historia, más allá de lo escrito por los que les convenían vivir de esa versión.

No amigos, los EEUU no hacen cosas por los demás sin ganarlo casi todo en el proceso; ni por Venezuela, ni por ningún otro país de Hispanoamérica.

(Nota en modo Spoiler: nada asegura que habrá el desenlace que la inmensa mayoría desea; todo dependerá de las decisiones que tomen uno y otro bando en lo sucesivo)

 

Pero permítanme llevarlos al tema que nos ocupa y que contiene la herramienta para aclarar lo que ocurre: la geopolítica como mecanismo interpretativo de la dinámica que construye los hilos que mueven el poder entre “sometedores” y “sometidos”:

Isla mundial”; “Isla americana”, “Heartland y Rinland”: todas son ideas que aunque desconocidas para casi todos, han marcado profundamente la política de las grandes potencias históricas y actuales; todas estas nociones requieren de entender lo que con las décadas se ha venido a denominar como la disciplina de la geopolítica, y nosotros al adentrarnos en ella, descubriremos que resulta ser un terreno casi virgen en la concepción política venezolana, y definitivamente inexistente en el marco conceptual de la sociedad de la que llegamos a ser parte.

Es asignatura inexistente en las escuelas; es tierra poco explorada históricamente, y definitivamente intacta en la Venezuela contemporánea pese al proselitismo de los políticos que han reducido la tragedia nacional al mero mantenimiento y supervivencia de un régimen y su oposición (entiéndase, los aprovechadores de turno).

 

Sé que ustedes comprenden que aquí en este blog no solo puede haber reflexiones bien intencionadas; necesitamos conceptos y nombres para introducirnos en ideas que otros manejan con mayor o menor habilidad más allá de nuestras fronteras, y con lo que de facto generan consecuencias por sus silenciosas acciones al mantenernos nosotros mismos literalmente enterrados vivos en la ignorancia.

Cuando más, creemos existir en un “gran telar” que es tejido de manera invariable recto hacia el futuro, y dejamos de ver precisamente por esa razón, las intrincadas imbricaciones que en todas direcciones y con sucesivos hilos se van tejiendo a partir de diferentes motivaciones, tiempos e insospechados azares en donde la única constante es que siempre salimos perjudicados y mal parados, como peones descartables en un tablero de ajedrez.

 

Lo que está pasando en Venezuela y en el Caribe en estas semanas no es azar; necesitamos entenderlo y aprender a ver mas allá de nuestras narices y de la de los escasísimos personajes que han tomado las riendas con un liderazgo más que cuestionable al país, porque la consecuencia de mantenernos como hasta ahora, es el riesgo real de que tras la caída de Maduro y su camada de inescrupulosos, otros no mejores que ellos asuman el poder y nos mantengan en la misma mentira, aunque la vistan falsamente con túnicas de una pírrica prosperidad que no nos llevaría más allá de lo que hemos venido siendo desde esa independencia del siglo XIX marcada por la influencia masónica y anglosajona apalancada en nuestras propias miserias, sin poder real sobre nuestras propias vidas.

Para que esto no ocurra, necesito apelar a los planteamientos y teorías de autores históricos desde los que ustedes con su esfuerzo autodidacta, podrán comenzar a buscar, leer y entender lo que en realidad nos arrea como ganado, totalmente ajeno a las nociones que como sociedad deberíamos tener, y por lo que en consecuencia la mayoría rellena todos los espacios de incomprensión con expresiones del tipo  Dios, el Espíritu Santo, la Virgen o el Universo nos salvarán” para justificar la docilidad con la que vivimos.

 

1.- ¿Qué es la geopolítica?

El poder de la visión interpretativa nacida de la geopolítica quedó de manifiesto por lo escrito por Mackinder en 1919:

"Quien gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial controlará el mundo."

Quien no termine por entender el poder de esta sentencia, seguirá sumergido en la creencia de que “todos los pueblos son iguales, que todas las personas tienen los mismos derechos, que el individuo es más importante que la comunidad, y que la humanidad es un concierto de naciones que determinan juntas el rumbo planetario”.

No mis amigos; la historia no es tan benévola: Nos muestra entre sus líneas escritas, la aparición de imperios, el subsecuente estancamiento por la comodidad alcanzada tras el ejercicio de su poderío; la corrupción y la caída de estos, las alianzas circunstanciales, los enemigos construidos y las potencias que surgen para relevarlas.

Según Wikipedia (insisto, les invito a leer a los autores históricos de la geopolítica y no llevarnos únicamente por una corta definición):

“La geopolítica es el estudio de los efectos de la geografía humana y la geografía física sobre la política y las relaciones internacionales. La geopolítica es un método de estudio de la política exterior para entender, explicar y predecir el comportamiento político internacional a través de variables geográficas”.

(Agrego yo: “…para influenciar y dirigir el comportamiento político internacional y nacional a través de variables económicas, militares, de espionaje y violencia directa o inducida, apalancadas en lo geográfico, en beneficio de un poder y circunstancialmente, de sus aliados sometidos”)

 

Comprender el alcance de la geopolítica lleva tiempo y lectura; los autores históricos son profundos y de obra a veces difícil de entender con una sola lectura, lo que a menudo lleva a que leer a uno es tener que releer al anterior ahora con nuevos ojos; mi recomendación va hacía libros en español de carácter introductorio publicados por el Coronel Pedro Baños, y en lo personal, preferentemente por el abogado Francisco J. Fernández-Cruz Sequera, ambos españoles.

De particular recomendación el canal YouTube de este último, del cual les dejo un enlace a su sección de Historia:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLzYaQ8ZVOEDIrcPLTAkRYgeTB2dgm0D60

 

2.- ¿Quiénes son los referentes en esta disciplina?

A continuación les menciono algunos de los principales autores que dieron forma a la actual geopolítica o que han permitido su comprensión; no dejen de tener presente las obras de los españoles anteriormente citados, y como nota de interés, la existencia de autores suramericanos.

Rudolf  Kjellen. (1864 – 1922). Suecia. Geógrafo. Profesor de derecho político. Sus aportes están centrados en explicar que el Estado es un organismo vivo y un trazo de tierra organizada, mientras que la base de la política es el espacio. Es el creador del término “Geopolítica”.

Karl Haushofer. (1849 – 1946). Alemania, militar, General de División, desarrolla las ideas de autosuficiencia y espacio vital para los Estados nacionales y de las panregiones.

Alfred Thayer Mahan, estadounidense, que destacó la importancia del mar en las relaciones políticas, y se considera uno de los autores que forjaron la visión estadounidense de su expansión territorial y el control de zonas de influencia geográficas, particularmente el resto de América como coto exclusivo de su influencia.

Jaime Vicens Vives. (1910- 1960) España. Historiador. Habla de geografía política. Se ocupó del estudio del aspecto geográfico de las relaciones interestatales.

Nicolás John Spykman. (1893 – 1943). Estados Unidos (nació en Holanda), Periodista. Sus ideas tratan sobre el “Hearland” (centro neurálgico), el “Rimland” (tierra orilla), y el pivote geográfico. Es muy reconocida su idea acerca de que los poderes terrestre y naval por sí solos no garantizan el control del mundo y por tanto se requiere acceder a los espacios costeros.

Yves Lacoste. Geógrafo, profesor. (Quién nació en Marruecos 1929 – vive).  Sus ideas tratan acerca de la geografía para la guerra y como instrumento de poder. Además ha buscado reivindicar  a la geopolítica como una ciencia.

Halford John Mackinder (1861-1947), formuló la teoría del “Heartland” o corazón continental.

Friedrich Ratzel, alemán, que fundó la geografía humana o antropogeografía.

Oswald Spengler (Blankenburg, 29 de mayo de 1880-Múnich, 8 de mayo de 1936) fue un filósofo e historiador alemán, recordado por su teoría orgánica de la historia. Es recordado principalmente por el libro de geopolítica “La decadencia de Occidente”, pero ofreció una visión clara de los hilos que mueven los poderes mundiales a través de ciclos de auge, caída y los conflictos entre ambas etapas.

James Monroe, Presidente de Estados Unidos. Forja la noción que más tarde se llamaría la doctrina Monroe, que buscaba garantizar la no injerencia de potencias extranjeras sobre el continente americano.

Coronel Pedro Baños (León, 29 de agosto de 1960) es un escritor y militar español, coronel de infantería del Ejército de Tierra en situación de reserva, especializado en geoestrategia, defensa, seguridad, terrorismo yihadista e inteligencia.

Autores relevantes desde Suramérica:

General Julio Londoño (Colombia, 1949), profesor y catedrático en institutos militares y universidades de su país, entre sus obras encontramos: Geopolítica de Colombia, Los Fundamentos de la Geopolítica, Geopolítica del Caribe; y, Geopolítica de Sudamérica.

General Mario Travassos (Brasil, 1930), se basa en la geografía política con énfasis en la posición brasileña frente a otros estados y su influencia en la región, enmarcada entre dos antagonismos geográficos: el Atlántico frente al Pacífico y el río de la Plata frente al Amazonas.

Almirante Segundo Storni (Argentina, 1876-1954). Su obra “Intereses Argentinos en la Mar” (1916) se considera precursora de la escuela argentina de geopolítica.

 

Lo más sencillo será abordar el tema inicialmente desde canales de YouTube, pero les recomiendo reiteradamente que de hacerlo, lo hagan desde el ya mencionado como referencia (Francisco J. Fernández-Cruz Sequera), o desde entrevistas sobre geopolítica realizadas al Coronel Pedro Baños.

 

En todo caso, recuerden que “Nadie es dueño de la verdad, pero la verdad es dueña de todos”. Por esa razón, les invito a explorar desde sus propios caminos, los diferentes autores y fuentes existentes, cuidándose siempre de los charlatanes y oportunistas.

 

3.- ¿Ahora, en dónde estamos nosotros los venezolanos en ese contexto?

Mencionar a estos autores no es asunto baladí; entendamos que la geopolítica americana (refiriéndonos al continente en su totalidad), está gobernada por los EEUU, quienes construyeron a partir de las nociones venidas del viejo continente, la idea de la referida “isla americana” como el territorio natural del poder estadounidense, con los mares a su alrededor como la protección natural tras haber desplazado por la fuerza a los pueblos americanos existentes, y el arrebato de tierras a España (Como California, Texas, y demás estados actuales antes partes del virreinato). De Alfred Mahan surge la adaptación del concepto mediterráneo de “mare nostrum” para los EEUU de cara al Caribe; por eso la neutralización de Cuba desde los años sesentas, y la de Iberoamérica como territorio de influencia de EEUU  donde ninguna potencia venida del “Heartland” (la masa de tierra euroasiática), podía pretender imponer su influencia.

Esto último inmediatamente supuso también la imposibilidad de aparición de una potencia autóctona alterna en la región; el “destino manifiesto”, cultivado como núcleo de poder usado como ejecutor del destino estadounidense, traído a su vez de la visión judía del mundo, junto con la épica independentista aupada por los movimientos masónicos anglosajones, crearon el marco de fondo desde el cual EEUU podía proyectarse naturalmente y sin resistencia, particularmente tras los resultados de la II Guerra Mundial y el consecuente desmantelamiento de los antiguos imperios franceses y británicos que quedaron como toda Europa -bajo mando estadounidense-, reducida a peones.

La geopolítica explica además el por qué de nuestras pérdidas de territorio; también la razón de nuestra división territorial y social, y el por qué de las subsecuentes guerras limítrofes, tensiones territoriales, ambiciones elitistas e inestabilidad política como medio de mantener a las sociedades dispersas y concentradas en sus propias supervivencias, sin el cultivo de una historia coherente, firme y con vocación a la unidad,  para ir forjando un presente poderoso y colectivo.

Venezuela está en el medio –literalmente-, de la “Isla Americana”; le hace frente geográfico a los EEUU, y aunque no esta tan cerca como para sucumbir ante la penuria de ser su “vecino limítrofe por tierra” (como es el caso de México, con sus consecuentes pérdidas masivas de territorio), si lo está por ser cara de Suramérica frente al gigante del norte, compartiendo frontera marítima mediante Puerto Rico.

Bolívar desconocía muchas de estas cosas (fue criado bajo la influencia de las rencillas internas propias de la mala administración de los virreinatos, y cada vez más al calor de la criatura masónica anglosajona y francesa), y por eso llegó a apelar a la “Divinidad” para sentenciar que los Estados Unidos de Norte América parecían señalados por esa misma Providencia para sembrar las Américas de miserias. Estaba equivocado; en su tiempo la geopolítica no era un concepto desarrollado; no se trababa de la “divinidad”, sino de las corrientes de los acontecimientos humanos y la geografía influenciada por los movimientos de los imperios prevalentes en esa época; Bolívar se ajustó sin querer a ser parte de todo aquello en el rol que le tocó, bajo la influencia directa de las políticas anglosajonas que se infiltraban exitosamente en los primeros próceres suramericanos, y que él mismo trató de revertir cuando ya era muy tarde, sin siquiera reconocer el origen del error cometido, hasta literalmente estar en su lecho de muerte.

No entenderlo, le costó también primero a Miranda y luego a San Martín en Argentina,  el ser aprovechados por los británicos a través de sus ideas libertarias y de sus nociones del “todos iguales” forjadas en la misma masonería,  en su intención  -no de liberar a los pueblos oprimidos-, sino en destruir al centenario enemigo español (entiéndase, enemigo que tanto daño le había hecho a Gran Bretaña), en tierras americanas.

Por el éxito de esa estratagema británica es que terminamos divididos, debilitados, desdibujados y desgarrados de una historia que puedo ser común y monolítica como un imperio, hasta convertirnos en  carne de cañón, y esto solo en sus estertores como mencionaba de acuerdo a los documentos existentes, al menos Bolívar lo entendió.

 

Aterrizando nuevamente en Venezuela, les pido que no busquen en Dios la explicación del por qué el régimen chavista  -y luego madurista, siempre secundado oportunamente por una oposición laxa y corrupta-, se ha mantenido en el poder; encuentren en Él más bien la inspiración para darle dirección a sus lecturas buscando la razón de los flujos de la historia; aprendan a leer en esas corrientes casi siempre invisibles y lejos de la superficie -como en un rio turbio y enorme-, la razón de por qué no hemos podido -ni podremos-, en el marco operativo occidental (*) vigente, el zafarnos de algunas de nuestras miserias; no busquen en la adversidad enviada por lo “Divino”, la pérdida del Esequibo, de la libertad, y del país como tal; tampoco la pérdida de sus hijos que a otras tierras han tenido que emigrar.

(*): “Occidental” por la influencia y control estadounidense de naciones tras la segunda guerra mundial, y no “occidente” por venir de la inspiración greco-romana, previa a la influencia oriental traída por judíos y cristianos.

Venezuela se perdió porque no sabíamos como sociedad que existía la geopolítica, tal como existen los hilos que unen al títere con el titiritero, y al político con el interés del poder y el dinero del amo que lo da. No entender que nuestras debilidades nos imposibilitaron ejercer nuestras fortalezas fue fatal; la arrogancia de creernos aún grandes creyéndonos una épica independentista no libre de culpa y polémica,  -cuando apenas podemos respirar bajo la bota de lo injusto-, solo eterniza el dolor al que aún ni queremos ponerle nombre y origen.

Le tomamos miedo a la violencia organizada y dirigida contra el opresor y contra quien viole la ley o los valores inspirados por nuestras creencias mas excelsas; le perdimos respeto a la libertad de nuestros hijos; de las religiones judeocristianas tomamos lo que más débil nos hizo frente a los enemigos y totalitarios; terminamos creyendo más valor en la supervivencia individual, que en la invencibilidad del colectivo unido y sin miedo al sacrificio por ideas comunes de seguridad y justicia; no supimos reconocer y resolver la paradoja de la sociedad descabezada, huérfana de líderes preparados en las ciencias y las ingenierías, con valores y justa entrega a un ideal mayor; la geopolítica nos podía señalar las opciones, pero los ruidos furiosos del mar que nos separó tras convertirnos en archipiélagos iberoamericanos, nos ensordecieron y de alguna manera enceguecieron para leer las señales que la geopolítica nos marcaban como necesarias de entender.

En geopolítica no hay amigos; solo socios circunstanciales signados por los mares y la tierra, y limitados por la intención de conseguir cosas, por la capacidad que posean para ejercer la violencia y/o de proyectar su poder económico y social a través de alguna forma de poder blando (comidas, música, estilo de vida y modas, por ejemplo).

Los fuertes (más allá de la dicotomía de “buenos o malos”) buscan mantenerse liderando, y para ello persiguen debilitar a quienes siendo fuertes, sean sus enemigos, al tiempo que mantienen débiles a todo aquel que elige vivir a su sombra.

Por eso es que EEUU domina la isla americana y a todo aquel que viva en ella, y si no se somete a sus mandatos, queda reducido a criatura inofensiva (Cuba, por ejemplo, con su régimen dictador y opositor a EEUU). Por eso nadie más puede tener armas nucleares en el resto del continente para ser voz a ser tomada en cuenta; nadie más puede ser paladín de lo justo sin convertirse en piedra en el zapato estadounidense, y no reconocer esto, es lo que precisamente ha impedido nuestra claridad para conseguir en la unión, el momento idóneo para conjugarse con las circunstancias geoestratégicas mundiales y crear un perfil único, novedoso y disruptivo capaz de sobrevivir frente al estancamiento y la caída de los viejos poderes, incluyendo quizás a los propios EEUU.

 

4.- ¿Qué opciones nos quedan?

Creo que lo vienen intuyendo desde la parte anterior de este articulo del blog: esa es la pregunta más difícil de todas; la que de no ser respondida efectivamente, nos sigue exponiendo a la voluntad de terceros y a la de los operadores políticos / mafiosos que en nuestro territorio circulan y cumplen el rol de regentes de lo que va quedando.

Recuerden: organizacionalmente somos parte del “occidente” que les describía (bajo la egida estadounidense), ese mismo que está revelando sus síntomas de estancamiento, decaimiento y sustitución por fuerzas que han sabido ver a través de lo geopolítico, las oportunidades de crecimiento.

Se le atribuye a G. Michael Hopf la idea de que “los tiempos difíciles crean hombres fuertes, que los hombres fuertes crean buenos tiempos, que los buenos tiempos crean hombres débiles, y que los hombre débiles crean tiempos difíciles”; debemos comprender donde estamos en ese ciclo, antes de que su movimiento final y cíclico arrase con nosotros, como lo hizo con la Venezuela que conocimos hasta los 90´s. De allí en adelante, los que nacieron solo vivieron sobre un barco a flote pero sin motor, capitán ni dirección.

Venezuela y el concepto de qué es ser pueblo venezolano, quedaron a la deriva.

El círculo se repetirá una y otra vez, con caídas y levantamientos, no porque no seamos capaces de construir, sino porque nos acomodamos en nuestros triunfos -o ilusiones de estos-, y aflojamos la custodia de los valores más cruciales.

Interpretar la situación actual de América en general, y de Venezuela en particular en este caso desde la óptica desapasionada de la geopolítica, nos permite encontrar sentido al auge y caída de los poderes que pudiéramos llegar a creer que eran inamovibles. Hasta el más pequeño puede conseguir aliados que compartan una visión similar; que obtengan beneficios de las alianzas, y tengan claros los inconvenientes de las competencias y las rencillas estériles.

Hoy Venezuela ciertamente podría ser liberada por los EEUU de una parte de la corporación de mafias que la regentan, pero igual que le pasó a los negros estadounidenses cuando los blancos les dieron la libertad sin que tuvieran la vivencia de luchar por ella y conseguirla, nosotros retendríamos también con esa intervención militar, el sabor amargo de una libertad que solo llegó parcial, condicionada, sesgada por los intereses de otros, y definitivamente no deslastrada de quienes tomando el relevo en la cima del poder local venezolano, tampoco se alinearán con lo que podría ser desde la óptica más elevada de nuestra sociedad, el camino correcto, sino con lo que es y resulta inevitable: un movimiento de ajedrez geopolítico estadounidense que solo constituye un episodio más en su propia búsqueda de poder y seguridad.

Que seamos “liberados” en el proceso, solo es una consecuencia “colateral”, así esta sea bienvenida.

A los demás pueblos de Iberoamérica les digo: Cuando vean las barbas del vecino arder, pongan las suyas en remojo.

Siéntanse ajenos a la geopolítica y sus consecuencias, y jamás serán libres en tanto se crean su propia mentira.

Estamos llenos de caudillos refritos; en todos lados de nuestra América hay un Evo Morales, un Kirchner, una Cristina Fernández, un Milei, un Chávez, un Fidel o un Lula; todos tienen en común que juran ser la solución final, tal como lo creyó Bolívar, San Martin, y una miríada mas de personajes políticos, dictadores y caudillos de los que no hemos aprendido, y en consecuencia, fuerzas externas apalancadas en mezquinos intereses internos, nos siguen manteniendo separados y débiles.

La mayor mentira que nos creemos, es esa de que Iberoamérica es un territorio libre y soberano, que ejerce su voluntad a través de las democracias (masónicas) instauradas por nuestros próceres en beneficio de las mayorías.

 

Geopolítica amigos.

Aún debemos entender quiénes somos.


miércoles, 22 de enero de 2025

Venezuela, Enero 2025: El inicio del calendario sociopolítico de la EFFV: “Estado Fallido / Forajido de Venezuela”.

 

Ya son aproximadamente 50 años: podemos cantarle el medio siglo de vida a este camino tortuoso que sin pretenderlo mucho, hemos elegido andar en lo político como país hasta el presente, desde aquella lejana década de los 70´s.

Como guinda de ese pastel de aniversario, el mes de Enero se nos viene presentando algo “movidito” para todos los que estamos en el país y fuera de él: Resulta que ha ido aumentando la lista de hechos “noticiosos” que se suman a aquellos que han sucedido entre el 9 y el 10E nada más comenzar el año, conformados todos por declaraciones y acciones del régimen y la oposición que lastimosamente van de mal a peor, acelerando -ojalá-, el inevitable choque contra la pared de la vida. Estas son las “noticias”:

1.     Nicolás Maduro avisa de la realización de nuevos procesos electorales para I: elegir lo que está “contemplado en la constitución” (legislaciones, gobernadores y alcaldes) y para, II: incluir “modificaciones” en la actual “carta magna”.

2.     Ante este aviso, MCM señala que la oposición no irá a ningún otro proceso electoral (lo que seguramente solo se cumplirá parcialmente, dado que los pocos de oposición en el poder, no van  a querer soltar sus respectivos puestos).

3.     MCM adicionalmente señala los “7 principios para la reconquista del país”: una suma de directrices inocuas para posiblemente seguir dando vueltas alrededor de Miraflores, sin jamás llegar a ella.

4.     El presidente electo (según las únicas actas legales mostradas hasta ahora), el señor Edmundo González, señala que no solicitará ante el nuevo gobierno de EEUU -ni frente a ningún otro-, el uso de la fuerza para liberar a Venezuela del actual régimen, y afirma que mediante el ejercicio del dialogo pacifico, se dará pie a los cambios.

5.     Los últimos informes periodísticos dan señales de la infiltración profunda del narcotráfico y la guerrilla terrorista colombiana en amplias zonas del territorio venezolano, mientras la explotación de recursos minerales y petroleros continua en el Esequibo, sin que el régimen demuestre ejercicio alguno de soberanía en el marco constitucional, al tiempo que permite la explotación ilegal de recursos forestales y marinos.

 

Este último asunto (el de la soberanía), es lo que hoy quiero abordar; todo lo demás es la consecuencia de la repetición de las mismas estrategias y tácticas que ambos bandos continuamente reciclan y decoran para mantener en movimiento esa rueda que no va a ningún lado.

Empecemos por decir sobre ese último asunto referido al territorio venezolano que, pese a la incapacidad/decisión de inacción gubernamental, la gente aún cree y ve muy lejano que el concepto de “Estado Fallido / Forajido” pueda aplicarse en la Venezuela actual que se vive (cuando lo cierto es que estamos hasta las narices sumergidos en ese pozo de excrementos), y esto sociológicamente consigue explicación en el hecho de que en el imaginario común, ese concepto define es a un país que colapsó por completo, lo que resulta perturbador, porque nos dice que para la mayoría, no es concebible reconocer que nuestra sociedad está secuestrada entre cuatro paredes de maldad, mientras vivimos todos en el apocalipsis de este tiempo.

Quiero pedirles que abordemos algunas nociones que resultarán fundamentales para entender el mencionado predicamento en el que nos encontramos y que pese al pesimismo reinante, SI TIENE SOLUCIÓN una vez que se admite su existencia. Veamos lo que dice la “Wikipedía” sobre el término “Estado Fallido / Forajido”, y observemos con nuestros propios ojos si aplica o no:

“El término Estado fallido es empleado por expertos, políticos, periodistas y comentaristas políticos para describir un Estado soberano que se considera ha fallado en: garantizar el funcionamiento normal de la administración general, estabilizar la economía, garantizar el acceso a servicios básicos a su población y controlar la criminalidad y/o terrorismo entre otros.

Se mide el fracaso de un estado con los siguientes parámetros:

1.     Corrupción política e ineficacia policial y judicial.

2.     Altos niveles de criminalidad, delincuencia organizada, e inseguridad ciudadana.

3.     Altos niveles de terrorismo y narcotráfico.

4.     Incapacidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad para responder a los dos puntos anteriores.

5.     Altos niveles de informalidad, pobreza y pobreza extrema.

6.     Crisis económicas, inflación y desempleo.

7.     Incapacidad para suministrar servicios básicos a su población.

8.     Sobrepoblación y contaminación.

9.     Bajos porcentajes de personas con educación superior.

10.   Gran parte de la población viviendo en asentamientos irregulares.

11.   Fuga de talento (emigración altamente cualificada).

12.   Gran parte de la población con educación primaria o secundaria incompleta.

13.   Pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza.

14.   Incapacidad para responder a emergencias nacionales.

15.   Vulnerabilidad frente a desastres naturales.

16.   Incapacidad para interactuar con otros Estados, como miembro pleno de la comunidad internacional.”

Referencia: (https://es.wikipedia.org/wiki/Estado_fallido)

Otra fuente más detallada: SPE-ISS-07-09 (diputados.gob.mx)

 

¿Observan alguna similitud con Venezuela en las condiciones enumeradas arriba?

No tenemos que ser literales: Interpretemos en el contexto de nuestra vivencia diría, y descubramos si esto que dice la “Wikipedia” se ajusta en su mayoría o no, a lo que tenemos por país.

NOTA: El punto “8” es el único que sabemos que no está dándose, pero ello es debido a la huida masiva de millones de compatriotas hacia otros países en busca de cualquier cosa mejor que la que viven en nuestro territorio.

Centrémonos además por un momento en unos documentos nacionales que son importantes para ponernos en el contexto de lo que nos interesa hoy: las dos últimas constituciones que fueron redactadas y que les adelanto, fueron igualmente ignoradas y/o tergiversadas para propósitos políticos particulares en sus respectivos tiempos:

1.- Constitución vigente al presente:

“Título I. Principios fundamentales

Artículo 1.- La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.

Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional.

Artículo 2.- Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

Artículo 3.- El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución.

La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.

Artículo 4.- La República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentralizado en los términos consagrados por esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad.

Artículo 5.- La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.

Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos.

 

2.- Constitución de la República de Venezuela de 1961:

“TÍTULO I: DE LA REPÚBLICA, SU TERRITORIO Y SU DIVISIÓN POLÍTICA

Capítulo I:

Disposiciones fundamentales

Artículo 1. La República de Venezuela es para siempre e irrevocablemente libre e independiente de toda dominación o protección de potencia extranjera.

Artículo 2. La República de Venezuela es un Estado Federal, en los términos consagrados por esta Constitución.

Artículo 3. El gobierno de la República de Venezuela es y será siempre democrático, representativo, responsable y alternativo.

Artículo 4. La Soberanía reside en el pueblo, quien la ejerce, mediante el sufragio, por los órganos del Poder Público.”

 

Seguro pudieron notar de inmediato que en ambos grupos de artículos citados, se resalta la noción que a mi modo de ver nos resultan cruciales para comenzar a abordar la idea de que Venezuela es un “Estado Fallido”:

La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo”.

Aunque se afirme en ambos textos de forma contundente esa idea (la de la soberanía), lo cierto es que para nada esta reside actualmente en el pueblo; primero porque la definición de “pueblo” se ha dividido a instancia del mismo régimen desde hace mas de 25 años, entre “patriotas y escuálidos”, y segundo, porque ya bien entrados en el siglo XXI nos hemos dado cuenta que esa “soberanía” es más bien un concepto que ha sido deliberadamente convertido en uno aún más ambiguo que el del mismo “Estado Fallido / Forajido”, y que a la luz de los acontecimientos, se hace visible que el poder político ha ido posicionándose como el controlador de todo lo que ocurre, vía sus políticos y los movimientos partidistas de estos, junto con sus anexos militares y empresariales en el caso de Venezuela.

Todos -siempre obedientes a lo que les permita mantenerse en las esferas del poder administrativo de la nación-, han ido trabajando para crear ese relato adecuado pero retorcido, que es cada vez más burocrático e inútil. Es en esos derroteros en los que nos hemos permitido andar desnudos y desarmados he ir perdiendo la soberanía,  siempre bajo esa interpretación política y acomodaticia de los que administran el poder: cada cosa que hacen es “por el beneficio del pueblo”.

Por todas estas cosas es que les digo que la soberanía la perdimos cuando:

La libertad de expresión empezó a dar señales de agonía y no hicimos nada contundente y sostenido en el tiempo al respecto, volviéndose un ejercicio peligroso para vivir;

Cuando grandes extensiones limítrofes del país quedaron a manos de los grupos guerrilleros, terroristas y mafiosos que operan en ambos lados de la frontera con Colombia y Brasil, y donde la población residente es sistemáticamente amedrentada y condicionada a vivir bajo los términos de dichas figuras delincuenciales y no de nuestras leyes;

En el momento en que las elecciones presidenciales las gana uno pero se autoproclama otro y no ocurre nada más relevante que el pedir a todos que se pongan en oración;

Cuando la gente se acostumbró a la miseria en las calles como parte de la existencia de nuestra sociedad;

Cuando en el cuartel ya no se pudo opinar sobre algo medular de la patria, sin que se enterara el funcionario político/sapo cubano de guardia y te encarcelaran o dieran de baja;

Cuando la sociedad se sintió cómoda con la idea de que el régimen y su oposición se dedicaran nada más que a “administrar” los despojos de lo que fueron Servicios Públicos antes funcionales;

Cuando la salud se volvió algo condicionado a tu capacidad de exhibir recursos económicos para comprar todo lo necesario antes de que se termine la guardia de turno en el hospital público;

Si a estas alturas alguien todavía tiene dudas de nuestra condición de “Estado Fallido /  Estado Forajido”, mencionemos de qué manera cada uno de los postulados de la “Wikipedia” se aplican en Venezuela (salvo el ya mencionado numero “8”):

1.     Corrupción política e ineficacia policial y judicial.

2.     Altos niveles de criminalidad, delincuencia organizada, e inseguridad ciudadana.

3.     Altos niveles de terrorismo y narcotráfico.

4.     Incapacidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad para responder a los dos puntos anteriores.

5.     Altos niveles de informalidad, pobreza y pobreza extrema.

6.     Crisis económicas, inflación y desempleo.

7.     Incapacidad para suministrar servicios básicos a su población.

8.     Sobrepoblación y contaminación.

9.     Bajos porcentajes de personas con educación superior.

10.   Gran parte de la población viviendo en asentamientos irregulares.

11.   Fuga de talento (emigración altamente cualificada).

12.   Gran parte de la población con educación primaria o secundaria incompleta.

13.   Pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza.

14.   Incapacidad para responder a emergencias nacionales.

15.   Vulnerabilidad frente a desastres naturales.

16.   Incapacidad para interactuar con otros Estados, como miembro pleno de la comunidad internacional.”

 

…En serio, ¿Necesito explicarlos?; ¿No son lo suficientemente elocuentes por sí mismos?;

Creo que se explican solos, en verdad.

Vivimos en un Estado Fallido / Forajido, con una oposición inofensiva, y un régimen dedicado al mal, y esto tenemos que enmendarlo pronto.

Los venezolanos nos hemos diluido en un sinfín de soluciones imaginarias que no han podido ser concretadas, y ello porque le hemos impuesto la condición de que han de ser ejecutadas ante la presencia de un(a) líder de características mesiánicas; no hemos podido acordar el darle oportunidad a la ley misma ya escrita para que sea ejecutada y respetada a través del uso de la fuerza que llamamos orden interno, y eso porque incluso los mismos encargados de hacerla cumplir, son parte de la crisis. Nos estamos agotando y nuestros enemigos lo saben, mientras buscamos consensos absolutos que son imposibles, y más bien utópicos, abriendo la ventana con ello a los oportunistas que siempre alejados de la ley, conquistan el poder. Chávez fue uno. Maduro otro. Ahora Edmundo y MCM lo pueden ser, aunque cabe resaltar que sin el apoyo de la camarilla política que llevan detrás (actualmente dispersa con sus tentáculos dentro y fuera del país), no llega ninguno de los dos al “poder”, salvo alguna insospechada sorpresa, que al día de hoy luce más como un infantil deseo que como una realidad posible.

Estamos en una encrucijada que aun la mayoría ni siquiera sospecha, y perdimos con ello algo muy grave: la perspectiva de que con el mal no se dialoga; que la única solución es combatirlo de frente hasta que el imperio de nuestra ley  prevalezca y esté en capacidad de llevarse bajo sus mandatos, a todos por igual a la cárcel o al patíbulo, si la infringiesen. El daño es así de grande, y ninguno en Venezuela puede proclamarse salvador y sostener en su mano semejante designio.

Me entristece decirlo, pero todos los “líderes políticos” actuales son parte del problema, no de la solución.

Tenemos que aceptar que la única manera de cambiar esto que vivimos, es entendiéndolo y empujándolo hasta su final. Sólo así llegará algo nuevo que podría estar bajo nuestro control, si somos sensatos y cautos.